Comienza a lucir la estrella de nuestro Sistema
Solar, asomando los primeros cabellos dorados de su rostro a través de la
serpenteante línea que se dibuja en el cielo de Sierra Nevada, la silueta de los
gigantescos y rocosos monstruos de la Naturaleza, que se apodan de los tres mil
metros, abriéndose paso entre la neblina oscura de la noche en lo más alto del
firmamento.
Los vencejos de
mi barrio, en el Realejo, suben y bajan, se entrecruzan entre sí, en una
algarabía estruendosa que parece salirse de lo habitual, mientras en la cara
opuesta de la blancura del enorme macizo con tintes y encajes dorados, portados desde
las cálidas arenas del Sahara, en un lugar que suena a dulzura y agua, Aguadulce,
se están preparando todos los aditamentos necesarios para una gran celebración.
Palacio de Congresos de Granada
Las siete de la mañana, en la explanada del Palacio de Congresos se encuentra el autocar, que será el portador de un número de pasajeros formado por personas allegadas a la Institución del Ave María: patronos, directores, profesores, miembros de la Junta Directiva de la A. A. A. del Colegio Seminario de Maestros del Ave María ,familiares y simpatizantes de la obra manjoniana.
Saludos, conversaciones y mensajes, sonidos de tonos
de móviles, cada uno en su ritmo correspondiente…, y algún viandante tempranero
ajeno a la improvisada movida que pregunta:
-¿A dónde van ustedes?
-¿Qué ocurre hoy para esta movilización?
De entre el tumulto una voz, con gran fuerza y
virilidad responde:
-Señora hoy es un gran día para la religiosidad, para
el cristianismo, para la diócesis granadina y almeriense y para las Escuelas del Ave María, se van a beatificar a
ciento quince mártires que fueron vilmente asesinados y que dieron su vida por
defender su Fe, entre ellos tres avemarianos, seguidores del Pensamiento de una
gran figura que trajo a Granada el sistema pedagógico más innovador para la
educación.
D. Andrés Manjón y Manjón
Tres mártires colaboradores en la obra de D.
Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, van a ser elevador a los
altares.
-Oiga, ¿me puede decir quiénes son?
Segundo Arce Manjón
Juan Garrido Requena
-Con mucho gusto: Segundo Arce Manjón, director del
Seminario de Maestros del Ave María.
Juan Garrido Requena, capellán y director de la Casa Madre del Ave María, y
Juan Segura Rubira, director del Colegio del Ave María en Dehesa de la Villa en
Madrid, los tres sacerdotes y asesinados de manera infame en una contienda fratricida
que jamás debe volver.
- ¡Ya era hora de que se les devolviera
públicamente la honra vilipendiada!
-¿Y de D. Andrés, de subirlo a los altares, que bien
merecido lo tiene por su gran obra, por lo que hizo de redentor de la sociedad
cultural y educacionalmente, ¿cuándo lo veremos en el podio que le
corresponde?
-¡Señora, todo se andará, y llegará también su día!
La mañana fresca, pero los cuerpos calientes por la
emoción interna de poder asistir a un evento de gran transcendencia para
nuestras Escuelas del Ave María.
Los motores se pusieron en marcha, desfilando por la
autovía, nos dirigimos al lugar de la cita entre comentarios silenciosos de un
animado pasaje, mientras los diversos panoramas del recorrido se iban metiendo
por las cristaleras del ómnibus, al mismo tiempo que Pepe Zurita nos va colocando el distintivo de identificación.
Todos los pueblos de la costa granadina, desde Motril
hasta llegar a Aguadulce, desfilan en un prolongado encadenamiento; brillan las
techumbres de la huerta de Europa, de un mar de plásticos plateados, se van fundiendo con las estrellitas que saltan jubilosas entre la superficie ultramar en una
límpida paleta acuosa.
Intercambios de saludos a la llegada.
Se intercambian los saludos entre los que se han
desplazado con sus propios coches, y han llegado primero, mientras observamos
desde la altura el “enjambre” de gente que se desplaza serpenteando por la
ladera.
El Palacio de Congresos lo tenemos allá abajo, un
gentío enorme, lo podemos contemplar, se encuentran a la entrada, mientras Paloma, la profesora
encargada de Pastoral, obtiene la información de uno de los muchos organizadores,
con peto rojo, que nos indica la trayectoria a seguir.
Periódicos del día se despliegan entre las manos para
comunicar en primera plana la noticia del amanecer; habla la Voz de Almería. 115
almerienses, serán hoy beatificados en "Roquetas". Todo preparado para un día
histórico.
De forma ordenada más de ocho mil personas desplazadas
de los pueblos de Las Alpujarras, de la capital de Granada, y de diversas
provincias españolas se van colocando en los sitios previamente asignados.
Es una movida ordenada, un bullicio tranquilo organizado que, poco a poco, se va acomodando. En una enorme coctelera humana nos
vamos a encontrar toda clase de personajes, tanto masculinos como femeninos:
vestimentas conventuales desde las que conservan los hábitos del pasado, como las
que visten de paisano con un simple cruz en el pecho, hasta los anacoretas y
ermitaños, sayón largo color gris, de los frailes franciscanos de la Cruz Blanca que lucen en sus pecheras respectivas.
Grupos de la etnia gitana,
ellas con sus pañuelos de lunares de colores, y los varones con sus pañoletas violetas
abrazadas a sus cuellos, pañuelos rojos ceñidos a las gargantas, caras que
transmiten las sonrisas de sus rostros, gentes con las piel curtida por el sol, y las manos al estrecharlas dejan la huella de la dureza de la tierra que
labran, cámaras de televisión con su ojo rojo preparado para captar toda clase
de movimientos, dos enormes pantallas que van a presentar distintas escenas en
tamaño gigantesco,
Una gran coral acompañada de un grupo musical actuó durante toda la ceremonia
para no perder el más mínimo detalle de todo lo que en el
desarrollo de la ceremonia vaya ocurriendo; sonidos de instrumentos de cuerda,
que se afinan y un gran coro, vestimenta roja, se prepara para dejar las más
bellas canciones acompañadas por el sonido de los instrumentos, a través de un equipo
que convertirá el lugar en el auditorio más sensacional.
El Palacio de Congresos a modo de una gran nave industrial, está
preparado para toda clase de eventos, ya sean religiosos, como de exposiciones
de todo tipo, enorme techo sustentado por una gran estructura de hierro, y
asientos interinos que fácilmente se pueden quitar y poner, según las exigencias que
motiven lo que se vaya a celebrar.
En el estrado principal se encuentra una imagen de la
Virgen del Mar, una gran figura del Cristo Crucificado, el altar donde se celebrará
el ceremonial de beatificación, un enorme paño que cubre una gran litografía de
los mártires y a la derecha el podio donde se colocará el relicario.
Se nos entrega un librito que será el guía literario
que nos acompañará durante toda la ceremonia, donde encontramos los resúmenes biográficos de cada uno de los mártires, además de un minucioso seguimiento.
Los móviles y cámaras fotográficas se deslizan
captando escenas de todo tipo, el recuerdo del lugar con todas las
circunstancias que se están desarrollando, o la presencia activa del momento.
Se va pidiendo a través de los altavoces, las últimas
instrucciones para comenzar el acto.
Con el rezo del Santo Rosario, se inició la celebración,
intercalando entre cada Misterio, la vida y trayectoria de algunos de los
mártires que se van a beatificar.
Uno de ellos, representante del pueblo gitano, fue Emilia
Fernández Rodríguez. De etnia gitana, vive una vida normal, con la alegría
característica de su pueblo, su educación familiar. Sus padres le enseñaron el
arte de hacer canastos que después vende para subsistir, en medio de una gran
pobreza.
Su arte en este trabajo le da el sobrenombre de Emilia la canastera.
Su esposo se negó ir al frente para combatir, y ambos fueron detenidos con el
agravante de que se encontraba embarazada. En la cárcel pidió a sus compañeras que
le enseñaran el catecismo, a rezar, a descubrir a su Padre Dios. Recibe proposiciones
para delatar a su catequista con promesas de ser atendida mejor, pero ella se
niega. La jefa de prisión sin tener en cuenta su avanzado estado de gestación
la recluyó en una celda dejándola aislada y abandonada.
Sobre un jergón de
esparto sin ninguna atención médica tirada en el suelo, dio a luz una niña. Su
catequista la bautiza con el nombre de Ángeles en un momento oportuno. Murió a
los cuatro días, sin denunciar a su catequista, es capaz de morir antes que
traicionar la fe sencilla y viva que allí en la cárcel había encontrado. Por
eso se moría en la España bárbara de aquellos años.
Segundo Arce Manjón
Nuestros tres beatos Avemarianos: Segundo Arce Manjón, sobrino de D. Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María. Nació en Ayoluengo, provincia y diócesis de Burgos, el 1 de junio de 1880. El 28 de mayo de 1904 fue ordenado sacerdote.
En la fila de profesores, el segundo por la derecha con un bastón, es Segundo Arce Manjón
Director del Seminario de Maestros del Ave
María y gran colaborador con el fundador en su obra, fue martirizado el 31 de
agosto de 1936 en el Pozo de la Lagarta, del municipio de Tabernas, provincia
de Almería. Sus restos reposan en la cripta de la Abadía del Sacro Monte, en
Granada.
Abadía del Sacro Monte.
Juan Garrido Requena. Nació en Alcontar, provincia y
diócesis de Almería, el 3 de mayo de 1864. El 19 de septiembre de 1896 fue
ordenado sacerdote. Era capellán de las “Escuelas del Ave María” de Granada,
cuando fue martirizado el 30 de agosto de 1936 en el pasaje del Barranco del
Chisme, del municipio de Enix, provincia de Almería.
Pozo de la Lagarta
Los dos beatos citados les cogió acompañando a los
Obispos y directores de las Escuelas del Ave María, Manuel Medina Olmos y Diego
Ventaja Milán iniciando el Proceso de Beatificación del Fundador de las Escuelas
del Ave María, D. Andrés Manjón y Manjón.
Manuel Medina Olmos
Hacía poco se había iniciado el llamado Alzamiento
Nacional, cuando dijeron de marcharse a sus respectivas diócesis, Guadix y
Almería; fueron aconsejados por los maestros y por los dos beatos que señalamos
hoy, para que no lo hicieran, la respuesta fue: “El pastor tiene que estar con
sus ovejas”.
Diego Ventaja Milán
Manuel Medina Olmos y Diego Ventaja Milán, fueron acompañados por
Juan Garrido Requena y Segundo Arce Manjón, hechos prisioneros y como ellos vilmente
asesinados.
Belinchón
El tercer beato avemariano de hoy, Juan Segura Rubira,
nació en Purchena, provincia y diócesis de Almería, el 21 de septiembre de
1881. El 10 de junio de 1922 fue ordenado sacerdote. Era director de las “Escuelas
del Ave María “ en Madrid cuando fue martirizado el 26 de agosto de 1936 en
Belinchón, provincia de Cuenca.
(En la contraportada del periódico ABC 26-3-2017,
viene un reportaje titulado: Emilia “la canastera” y la memoria histórica).
El color más protector de todos, el blanco, que aporta
paz y alivia las sensación de desesperación y de shock emocional, que ayuda a
limpiar y aclarar las emociones, los pensamientos y el espíritu, da su entrada;
por el pasillo central va desfilando el clero, sacerdotes, obispos y el
representante del Papa Francisco, el Cardenal de la Santa Iglesia Romana Angelo
Amato, Prefecto de la Consagración para la Causa de los Santos, precedidos por
la cruz, y la Palabra de Dios llevada en alto, mientras el cámara de la
televisión, Canal 23, en estos momentos está llevando las imágenes a infinidad de
seguidores en los distintos lugares del orbe.
La resonancia de del coro acompañado por la música
convierten el espacio en un lugar de emoción que impregna los sentimientos de
las ocho mil almas presentes.
El obispo de Almería, Adolfo González Montes hace la
lectura de la carta de la súplica al Papa Francisco, para la inscripción de estos
Venerables Siervos de Dios entre los fieles beatificados por la Iglesia.
Adolfo González Montes
El velo que cubría la gigantografía que representaba a
los que recibieron el martirio se descubrió para dar paso a la publicación de
la beatificación.
El tapiz rojo cubre la gigantografía
Se hace la lectura de la carta de información a los
diocesanos sobre la próxima beatificación de los mártires de Almería, mártires
que padecieron la muerte por amor a Cristo y al Evangelio, todo el seguimiento
que se ha realizado y el pormenorizado estudio de la Causa y su examen.
El Cardenal Angelo Amato lee en latín, la carta apostólica de la beatificación de los mártires.
Esta causa tiene el contexto de “la beatificación de los mártires, estímulo para el testimonio y la evangelización. Se trata, en efecto, de un acontecimiento que ha de fortalecer el vestigio de la fe que los cristianos de hoy estamos llamados a dar en el contexto de la sociedad de nuestros días.
El representante de esta celebración, el cardenal
Angelo Amato, da lectura a la carta apostólica en la que Su Santidad inscribe
en el libro de los beatos a los 115 venerables siervos de Dios que dieron la
vida en defensa de la fe.
Un largo y sonoro aplauso cerraría este momento
mientras por el pasillo central desfilaban, camino del presbiterio, una
representación de las reliquias de los nuevos beatos.
Fue un momento de emoción indescriptible, el coro y la
asamblea canta “Testigos de Cristo”.
(Himno a los mártires de Almería del siglo XX)
El obispo de Almería dio las gracias al santo padre.
“Eminencia:
La Iglesia de Dios que peregrina en Almería da gracias
al sucesor del apóstol Pedro, Su Santidad el Papa Francisco, por la
beatificación de estos 115 mártires que derramaron su sangre en defensa de la
fe.
La celebración de la Eucaristía, vendría después con
la Liturgia de la Palabra, el Evangelio, la Liturgia eucarística.
El obispo de Almería :
El obispo de Almería
“Que Él nos transforme en ofrenda permanente
para que
gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José, los apóstoles,
el beato José y sus compañeros,
los mártires de Almería,
los demás mártires, y todos los santos,
por cuya intersección
confiamos obtener siempre tu ayuda”.
Francisco Javier Matínez Fernández
El arzobispo de Granada Francisco Javier Martínez
Fernández:
"Te pedimos, Padre,
Que esta víctima de reconciliación
Traiga la paz y la salvación del mundo…."
Puntos de encuentro para comulgar
La bandera del Vaticano hecha sobrilla, con sus colores blanco y amarillo, comenzó a desfilar colocándose en distintos lugares como puntos de encuentro para facilitar la recepción de la Eucaristía.
Con la bendición del representante del santo padre se
dio por finalizada esta gran ceremonia.
El Sr. Angelo Amato se fue despidiendo a su paso por
el pasillo central de los que se encontraban más cercanos, mientras el resto de
forma ordenada íbamos caminando hacia la salida.
El Cardenal Angelo Amato, se despide de la gente.
Había que subir la pendiente que nos separaba del
lugar donde se encontraba el autobús, mientras los pasos por la rampa escalonada, se mezclaban con las conversaciones de los congresistas, celebrando los diversos momentos de este evento que ha marcado un hito en la
historia de la Iglesia.
Camino hacia Roquetas del Mar, para completar el
alimento espiritual ya satisfecho, con el corporal en un restaurante, con una
comida enriquecida por el parloteo animoso del grupo de setenta personas
avemarianas que conservarán, con bastante cariño, todo lo vivido durante esta espléndida
mañana primaveral.
D. Eloy, el fotógrafo que sabe captar los mejores
momentos, y en el sitio exacto, dejó impreso el grupo enmarcado entre las
palmeras y un cielo azul intenso fundido con el ultramar de las aguas del mar.
El Presidente del Patronato, una vez terminada la comida, se dirige a los asistentes para darles las gracias por la participación en este acto que se identifica con nuestras señas.
Palabras de agradecimiento de D. Emilio Atienza Rivero
Sentados en la terraza del restaurante, D. Emilio
Atienza Rivero, Presidente del Patronato, como entrevistado, D. José Zurita
Fernández, actuando de cámara y D. José Medina Villalba con entrevistador, cerrando como broche final este día, con la satisfacción plena de tener como abanderados
otros tres nuevos beatos: Segundo Arce Manjón, Juan Garrido Requena, Juan
Segura Rubira que con los dos anteriores Manuel Medina Olmos, Diego Ventaja
Milán, forman una hornada de santidad, cerramos la página de este libro,
llamado: “Memoria Histórica de las Escuelas del Ave María”, a través de este
vídeo.
José
Medina Villalba.
REPORTAJE DE FOTOS
Y VÍDEOS
José Medina Villalba