viernes, 15 de noviembre de 2019

ROMA CIUDAD ETERNA. SEGUNDO DÍA



Roma nos había recibido la noche anterior, igual que se acogía a los conquistadores entronizándolos con una corona de laurel cuando volvían de las grandes victorias en las Galias, por el procónsul romano Julio César, nuestra corona hecha de esmeraldas acuíferas cayeron derramadas de un oscuro cielo que las dejaba descender  sobre nuestros cuerpos, un poco maltrechos después de una larga espera en el aeropuerto. 

                        Julio César victorioso, recibía la coronal de laurel. Nuestra corona hecha con 
                                                        perlas acuíferas con la que Roma nos recibió al llegar.

Mientras en el hall del hotel se movían  de un lado para otro los equipajes montados sobre los redondeles de colores, duros neumáticos de los que llegan y salen en busca de nuevas perspectivas, nosotros, los recién llegados, escuchábamos y contemplábamos el ajetreo de sonidos que hablaban por sí solos. 


 Mientras un cielo celeste allá arriba, donde tiene su morada para pasearse tranquilamente durante el día, la lámpara incandescente por la alfombra con encajes de blancos algodonosos, nos ofrecía el augurio de una estancia repleta de fulgor.  


El Sol, intentaba asomarse por el alfeizar de los dormidos tejados para derramarse tímidamente sobre la Gran Avenida, Nazionale, se refregaba el rostro queriéndose quitar la pesadez de la noche. 


Paseaba tranquilamente por la grandiosa entrada observando todos los detalles que se mostraban a mi vista, esperando la partida para dedicar nuestro segundo día en esta gran ciudad. 


Alguien me llamaba la atención abriéndome la puerta para darme los buenos días, un caballero y una gentil dama ofreciéndose a contarme la historia y las grandezas de este regio hotel de gran abolengo internacional. 

                              Una dama y un caballero me abrían la puerta para conocer Roma

El Hotel Exe International Palace tiene el espíritu y el sello de la unidad italiana. 


El carácter y la determinación de Mazzini y Garibaldi, la clase y la prestancia de Cavour y Vittorio Emanuele. 


El hotel situado en el centro de Roma, ocupa un palacio neoclásico construido en los años inmediatamente posteriores a la unificación, y está situado en plena Via Nazionale, una calle abierta en 1870 precisamente para celebrar la unificación y simbolizar el nacimiento de una nueva sociedad. 


La Via Nazionale une los foros imperiales con la Plaza de la República, es decir la vieja y la nueva ciudad. Es además unos de los hoteles Roma Termini, cerca de la estación, de más prestigio. Todas las calles colindantes llevan los nombres de las principales ciudades de la nueva nación: Génova, Palermo, Napoli, Milano, Torino, Módena.


     El Exe International Palace ha sido renovado recientemente para ofrecer el máximo confort y modernidad a los huéspedes, buena parte de las zonas comunes, sin embargo, mantienen el estilo y la ambientación original, que nos remiten a los tiempos de la lucha por la unificación. 


El resultado es una arquitectura y ambientación renacentista, inspirada en las villas de Palacio y dotada con los más modernos servicios y comodidades. 



A la entrada del palacio dan la bienvenida a los huéspedes unos estucos en el techo del hall elaborados con pan de oro. 




      El Hotel Exe International Palace goza de una situación de privilegiada. 




Existía entre los participantes una euforia especial esta mañana, caras sonrientes, y las ansias de dejar deslizar nuestros calzados pies, por las adoquinadas vías romanas, monumentos, fuentes, y todo un contenido de riqueza de épocas pasadas que permanecen como testigos mudos de un pretérito vivo en el presente. 


Dispuestos a comernos Roma, comenzamos a caminar al encuentro de nuestro “trotacaminos”´, situado en la Plaza de la República,  al que no se le permite pasar por la Vía Nazionale, reservada solamente para el servicio público.



Nos encontramos al que espera recibir las dádivas hechas monedas, sentado tranquilamente en la acera, viendo pasar el tiempo, actualizado al momento actual, móvil en mano,  invirtiendo en bolsa los generosos donativos recibidos, 


 o al malabarista que deja en el aire flotar con la agilidad de sus manos, en un ilusionismo matutino, pelotitas como burbujas  que fluyen de una vasija hirviendo en plena avenida. 


La euforia y la satisfacción plena se percibía sin necesidad de escudriñar demasiado, los rostros era la clara evidencia que lo denotaba.  


La gran plaza de la República abierta de par en par abrigada por una serie de edificios con raigambre clásico se nos colaba por el iris de nuestros ojos. 

                                             Plaza de la República

La Plaza de la República de Roma, es una plaza semicircular situada en las cercanías de la Estación de Roma Termini. A su alrededor se encuentra la famosa Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires, la cual está integrada en parte de lo que fueron las Termas de Diocleciano.


Es un importante nudo de comunicaciones de la ciudad, pues de ella parte la Via Nazionale, que comunica el área de la estación central con la de Plaza Venecia. Aparte se encuentra en ella la estación de metro de Roma República.


                                        Plaza República

Antiguamente era conocida como plaza de la Exedra, por haber sido construida encima del antiguo emplazamiento de la exedra del edificio hecho en tiempos de Diocleciano. Los pórticos alrededor de la plaza fueron construidos en el siglo XIX por Gaetano Koch en memoria de las antiguas construcciones que se hallaban en el lugar. Por el contrario, la Basílica se construyó aprovechando un ala de las propias Termas. 

                                              Plaza de la República

En medio de la plaza como ombligo que destila elevando el líquido elemento en la altitud que acompaña a los edificios, se yergue toda lozana cual majestuosa dama la Fuente de las Náyades.  


La fuente de esta plaza era antiguamente parte del acueducto de Agua Marcia. Su construcción se inició por orden de Pío IX en 1870 y fue finalizada en 1888. Originalmente había cuatro leones de yeso diseñados por Alessandro Guerrieri, que fueron sustituidos en 1901 por las esculturas de las náyades realizadas por Mario Rutelli. 


Las náyades representadas son la Ninfa de los Lagos (sosteniendo un cisne), la Ninfa de Los Ríos (estirada sobre un monstruo de río), la Ninfa de los Mares (montada sobre un caballo que simboliza el mar) y la Ninfa de las Aguas Subterráneas (inclinada sobre un extraño dragón). En el centro se encuentra el grupo Glauco que simboliza el triunfo de la Humanidad sobre la Naturaleza. 

                                             Fuente de las Náyades

Nuestras guía con el báculo orientador nos esperaba para comenzar la visita por la ciudad. 
                                                    Iana, nuestra guía

Iana, es su nombre, la jovialidad se  manifiesta plena en su porte y manera de manifestarse, de mediana estatura plenamente superada por la belleza de su rostro y por la melodía de su lenguaje, con un timbre de voz mezcla entre el  acorde armonioso del italiano y un castellano que subyuga nada más escucharla, rostro “aniñado” rayando en lo angelical, y un compendio de cultura archivada en su mente; melena suelta al viento que se enreda en su cabellera mientras camina, flequillo cortina alegre bamboleándose sobre la frente, chaquetilla de cuero ajustada a su gentil busto, pantalón de terciopelo negro, y zapatillas deportivas apropiadas para la marcha.  


                                       La juventud de Iana se manifiesta en su rostro

Después de los saludos reglamentarios, comenzaríamos la visita por toda la ciudad montados sobre el robusto percherón compendio  de múltiples caballos, arrastrados por potentes ruedas, contemplando todo cuando se presentaba a nuestra vista, sentados tranquilamente en nuestra butaca, teniendo como pantalla la enorme cristalera parabrisas de nuestro cine movedizo, como si fuera la de un celuloide, cuyas imágenes se nos presentaban en un rodaje de escenas reales vividas intensamente.  



Con un lenguaje altamente al alcance de todos, acompañado de la melodía especial de su voz y viendo desde mi estrado la forma especial de comunicar Iana fue narrando, con notoriedad angelical los diversos edificios  y monumentos por los que fuimos pasando: Las termas de Diocleciano.


                                         Termas de Diocleciano 

 El Palacio Máximo del siglo XIX, monasterio convento y Museo Nacional Romano actual donde se encuentran piezas importantes como el famoso Discóbulo de Miron del que se han hecho copias unas en los Museos Vaticanos y otra en el Palacio Massimo. 
                                            Museo Nacional Romano
                                                 El discóbolo de Miron 

Pasamos por el Circo donde se hacían las carreras de caballos, haríamos un viaje de casi tres mil años de historia. 
                                             El Circo Romano

Las siete colinas donde se asienta Roma,
Promontorios que históricamente han formado el corazón de la ciudad de Roma. Situadas al este del río Tíber, este conjunto geográfico ha protagonizado numerosísimos pasajes literarios y son una referencia muchas veces repetida en la cultura popular. 

                                         Las siete colinas de Roma

Las siete colinas de la Roma antigua eran: El Aventino, (47 metros de altura).El Capitolino (50 metros de altura). El Celio (50 metros de altura).El Esquilino (64 metros de altura).El monte Palatino, (51 metros de altura).El Quirinal, (61 metros de altura).El Viminal, (60 metros de altura). 


Estas siete colinas figuran de forma prominente en la mitología romana, su religión y su política; tradicionalmente, se cree que la ciudad original fue fundada por Rómulo y Remo sobre el monte Palatino. 

                                              Palatino
Inicial y tradicionalmente, las siete colinas fueron ocupadas por pequeños asentamientos que se agruparon y formaron una ciudad conocida como «Roma». Los ciudadanos de las siete colinas comenzaron a participar en una serie de juegos religiosos que comenzaron a unir a los grupos. La ciudad de Roma nació por tanto una vez que los asentamientos comenzaron a actuar como grupo, drenando los valles pantanosos que los separaban y convirtiéndolos en mercados y foros. 

                                       Rómulo y Remo amamantados por una loba

Santa María la Mayor, cuatro Basílicas Patriarcales, estamos en la capital de los Papas. La primera es San Pedro, el Vaticano, construida sobre la tumba de San Pedro, la segunda es San Pablo, construida sobre la tumba de San Pablo, la tercera es Santa María la Mayor, y la cuarta San Juan de Letrán. 


                                               Santa María la Mayor

Pasaríamos por delante de la pastelería más famosa de Roma la llamada Pastelería Regolina, donde se ofrece la mejor repostería, entre las que hay que destacar sus famosas tartas de cinco mil calorías.


Un estruendo entremezclado de estupor, carcajadas y admiración se dejó sentir al escuchar, el poder energético, del tan deseado tragazón goloso. 


Iara seguiría contando toda la trayectoria de la Historia de Roma con la monarquía y sus últimos reyes, Victor Manuel II, Humberto I, Victor Manuel III y HumbertoII hasta que se estableció la República.

                                        Víctor Manuel II
                                        Humberto I
                                         Victor Manuel III
                                      Humberto II
Nos hablaría del Barrio de San Juan de Letrán, del Emperador Constantino, con él las persecuciones cristianas acabaron, Teodosio y de la Muralla Aureliana, construida para defender a Roma de las invasiones, 19 kilómetros de muralla, 10 metros de altura 4 metro de grosor. El gran Emperador Trajano y sus extensos dominios. La Catedral de San Juan de Letrán.

                                    Emperador Contastino
                                                                                           Teodosio
                                                                                                   Trajano
                                                                              Basílica San Juan de Letrán

El desorden circulatorio y sobre todo los aparcamientos y estacionamientos de los vehículos, conductores indisciplinados, cretinos, aparcando donde quieren y como quieren, sería también un tema de conversación.



                                        San Juan de Letrán desde el autobús

Un cielo azul pintado con largos pinceles del tiempo, colocado ex profeso para los recién llegados esta mañana nos acompañaba, la trementina de blancas plumas que diluyen el color ultramar, lo hacía más delicado y hermoso ante los ojos de los que lo contemplábamos. 




Los rayos solares, se dejaban caer sobre la calzada haciendo brillar con más intensidad los raíles del metro, largos y extensos lingotes de plata cubriendo el pavimento, a modo de cubiertos para degustar el rico manjar de los monumentos que otrora inundan la riqueza monumental derramándose por todas partes. 

                                        El brillo intenso de los raíles del metro

Había una especie de persecución, -ya que eso de las persecuciones ha sido a través de los tiempos tónica imperante en estos dominios, entre febo y las intensas sombras oscuras  de los vehículos que se escondían debajo de los chasis dejándose llevar arrastradas por velocidades endiabladas.  
                                    Las sombras endiabladas de los vehículos

 Silencio expectante en el interior del vehículo, escuchando a Iana, se interrumpía de vez en cuando con el sonido al unísono de carcajas ante una tarta que engorda, de sorpresa y admiración ante la altura de siete metros de cada una de las estatuas que coronan la Catedral de San Juan de Letrán, Cristo, San Juan Bautista, y los doctores de la Iglesia, o en la descripción de la guardia suiza en el Vaticano: altos, guapos, musculosos, simpáticos, fuertes y solteros.

                                    La guardia suiza del Vaticano

Atónitos ante el gran obelisco traído desde Egipto cuando los romanos arrasaron en su invasión y lo expoliaron, transportado en grandes barcos, cuarenta metros de altura y un solo bloque de mármol. 



El Coliseo romano se nos presentaría como una enorme y gigantesca ballena terrestre con infinidad de fosas nasales para poder respirar. 

                                          Coliseo Romano
Con el dinero de la conquista de Jerusalén por Constantino fue construido el Coliseo, las escenas de los espectáculos, de las fieras, de los cristianos agrupados y arrinconados, abrumados por el miedo y el pánico de unas fieras hambrientas que asomaban por el foso dispuestas a despedazar a aquellas criaturas  que veían asomar la muerte cubierta con piel de animales, mientras la masa enfurecía se recreaba en aquellas escenas de terrible crueldad.

                                    El Coliseo Romano

Los gladiadores en luchas encarnizadas esperando el dedo del emperador para perdonar la vida o acabar con el vencido.



La construcción de un coliseo de forma ovalada, elíptica el más grande que se ha hecho en la época romana donde trabajaron día y noche, obreros y esclavos. Mañana entraremos en el coliseo.
El Arco de triunfo de Constantino sería la siguiente secuencia en este film proyectado de escenas que iban pasando sucesivamente ante nuestras atónitas miradas, unos porque lo veían por primera vez y otros porque el recuerdo volvía a surgir de nuevo después de anteriores visitas. Arcos de triunfo que se construían para celebrar una victoria militar o una llegada al poder. 


                                       El Arco de Constantino

La Colina Palatina se asomaba toda erguida, donde Rómulo fundó Roma en el año 753 A.C., lugar donde vivieron todos los emperadores, vendrían después las ruinas de las Termas de Caracallas las más lujosas que existieron en Roma, había piscinas con agua caliente, templada, fría, salas donde practicar deportes, bibliotecas, todo para conseguir una mente sana en un cuerpo sano, “men sana in corpore sano”, las mujeres se bañaban por la mañana los hombres por la tarde,
-¡qué aburrido!
-¿verdad? 
-Comentó Iana, seguida de una estruendosa carcajada.
Ocupaban una superficie de once hectáreas y una capacidad para mil cuatrocientas personas, actualmente en el verano aquí se celebran conciertos.
  Mientras tanto el bullicio de la gente era un hormiguero personificado que deambulaba cada cual buscando el lugar a  visitar.

                                     Colina Palatina
El Circo Máximo, creado bajo el mando del quinto rey de Roma, Lucio Tarquinio Prisco, fue un edificio para carreras de carros de la Antigua Roma. Situado en Roma, capital de Italia, se erigió en el valle entre los montes Aventino y Palatino. Fue el mayor circo de la antigua civilización romana con sus 621 m de longitud y 118 m de anchura. Sus gradas podían acomodar a unos 300 000 espectadores, según estimaciones modernas, un aforo que jamás ha sido superado por ningún otro estadio deportivo en toda la Historia. Su configuración fue modelo para todos los circos que los romanos construyeron en numerosas ciudades de su imperio. En la actualidad sólo queda la planta del antiguo estadio y su solar es un parque público de Roma. 


En la pista cabían hasta 12 carros y los dos lados de la misma se separaban con una mediana elevada llamada la spina o euripus. Las estatuas de varios dioses se colocaban en la spina y César Augusto también erigió un obelisco egipcio en ella. En cada extremo de la spina estaba colocado un poste de giro, la meta, en torno al cual los carros hacían peligrosos giros a gran velocidad. Un extremo de la pista se alargaba más que el otro, para permitir que los carros se alinearan al comienzo de la carrera. Allí había verjas de salida o carceres, que escalonaban los carros para que todos ellos recorrieran la misma distancia en la primera vuelta. 


Se conserva muy poco del Circo, con la excepción de la pista de carreras, hoy cubierta de hierba, y la spina. Algunas de las verjas de salida se conservan, pero la mayoría de los asientos han desaparecido, sin duda porque las piedras fueron empleadas para construir otros edificios en la Roma medieval. 



El obelisco Flaminio fue trasladado en el siglo XVI por el papa Sixto V a la Plaza del Popolo. Las excavaciones del Circo comenzaron el siglo XIX, seguidas de una restauración parcial, pero siguen pendientes algunas excavaciones verdaderamente exhaustivas de su suelo.

                                           Obelisco Flaminio

El Circo Máximo retuvo el honor de ser el primer y mayor circo de Roma, pero no fue el único: otros circos romanos eran el Circo Flaminio, en el que se celebraban los Juegos Plebeyos , y el Circo de Majencio.

                                              Circo Flaminio
                                     Circo Majencio

El Circo sigue siendo ocasionalmente usado para fines lúdicos. Por ejemplo, en él se celebró el concierto del Live 8 el 2 de julio de 2005. En este mismo lugar el 10 de julio de 2006 alrededor de 1.000.000 de italianos celebraron la cuarta Copa del Mundo obtenida por Italia en el Mundial 2006. Genesis tocó aquí el 14 de julio de 2007 ante 500 mil espectadores, editando luego un DVD del show llamado When in Rome, y The Rolling Stones también ocupó este lugar el 22 de junio de 2014 para la fecha italiana de su 14 On Fire tour.

                                         Los Rolling Stones

En julio de 2018 fue utilizado por la cantautora local Laura Pausini quien se convirtió en la primera mujer en la historia en hacer su presentación allí. 

                                     Laura Pausini en el Circo Maximo


                                        Templo dedicado a Porcuno

La ruta bordeada por cipreses, conservaba la lluvia caída del día anterior, espejos sueltos, charcos que refrescaban las ruedas del caminante compenetrado perfectamente con estos caminos, amistad que les une diariamente. 

                                         Los charcos del camino

Charcos donde se mira el cielo, los expolios ruinosos de un pasado que no se quiere ir para recordar la historia, aprovecha la situación para atemperar despojos de un pretérito, donde las raíces de la arboleda sedienta, beben la esencia de los llantos que emitieron los cielos. 


Todos tenemos en el transcurso de nuestro caminar charcos de distintos contenidos, donde limpiamos nuestros pesares, o donde damos rienda sueltas al baño de nuestras alegrías. 

                                        Los charcos de nuestras vidas

Charcos donde se bañaron los amores perdidos que no volverán, donde los cuerpos desnudos palparon y disfrutaron de los placeres del verdadero amor. 

                                     Charcos donde se bañaron los amores perdidos

Charcos de noviembre donde afloran con intensidad las lápidas frías de los que yacen en el olvido.  

                                   Charcos de los que yacen en el olvido

Aquellos charcos de las noches en vela buscando el alba, con el canto del gallo para seguir arrastrando la matutina luz que apaciguaba los tétricos sueños de angustias y dolores. 

                                     La matutina luz que apacigua los sueños

 Charcos de aquellos que se enorgullecen de ser tus amigos y en lugar de arrojar agua perfumada, como viles "malandrines follones", que diría D. Quijote, arrojan agua corrompida. 



Seamos capaces de construir el mejor charco en nuestras vidas, el de la liberad, la paz, la sinceridad y el de la amistad, seamos charcos de agua transparente y cristalina y no agua de cloaca corrupta. Todos por suerte o desgracias hemos bebido en diversidad de charcos.

                              Construyamos, entre otros,  el charco de la verdadera amistad...

Un brusco golpe del bus en un improvisado bache me hizo salir del letargo en el que me había sumido, aquellos charcos me había refrescando en unos instantes muchos recuerdos ya pasados, para seguir escuchado la voz de Iana. 

                                          El Teatro Romano
Seguimos caminando flotando en esa burbuja plagada de asientos ocupados por ojos y oídos completamente abiertos, para escuchar todo cuanto se nos estaba comunicando, y desde nuestra posición, a vista de ráfagas de ametralladora por vislumbrar en lo posible lo que se nos iba transmitiendo. 
Dos templos antiguos uno redondo dedicado a Hércules y otro rectangular dedicado a Porcuno, el dios del cuerpo.

                                     Templo dedicado a Hércules
                                                                                    Templo dedicado a Porcuno

El Puerto de Ostia, el mercado de la sangre y de la fruta darían paso a la isla Tiberina.

                                       Puerto de Ostia

La isla Tiberina se encuentra ubicada en el río Tíber, en el trecho en que este atraviesa Roma, cerca de la Colina Capitolina. Es famosa debido a que albergaba al Templo de Esculapio, el dios romano de la medicina. 

                                            Isla Tiberina

Posee una forma similar a la de una barca, y cuenta con algo más de 270 m de largo y cerca de 67 de en su parte más ancha. 

                                    Isla Tiberina

Había que desentumecer el cuerpo con un paseo agradable mientas Iana nos fue relatando todo lo relacionado con la Casa Dorada.

                                        La Casa Dorada

La construcción de este complejo fue obra de los arquitectos Severo y Céler en el 64 d.C, tras el gran incendio que asoló la ciudad la noche del 18 al 19 de julio

                                                 Roma arde...
 Roma ardió durante horas, las tiendas y las casas fueron arrasadas por las llamas, y poco a poco se cayeron los cimientos que un día demostraron la supremacía de un imperio. El caos imperaba a sus anchas por la ciudad. "Los gritos de lamento de las mujeres aterrorizadas, los ancianos sin fuerzas, los niños indefensos y la gente que intentando salvarse a sí misma o a otros, ya fuera arrastrando a los desvalidos o esperándolos, a veces deteniéndose y a veces corriendo, provocaban auténticos obstáculos; y a menudo, mientras miraban hacia atrás, quedaban cercados por los lados o por el frente". 

                                     Gritos de lamentos...

Agripina completaría, este monólogo de nuestra guía hasta llegar al Coliseo romano .                  
Cuando a los 16 años Nerón fue nombrado emperador, Agripina utilizó a su hijo, para gobernar Roma. Suetonio explica que Nerón soportaba cada vez menos a su madre, amenazándola con abdicar y exiliarse a Rodas. Ella le dio motivos, aproximándose a su hijastro Británico. 


Tras el asesinato de éste durante un banquete, su influencia disminuyó notablemente y fue invitada a abandonar el palacio imperial. 

                                         Agripina desembarca con las cenizas

También cuenta Suetonio, en Vidas de los doce césares, que Nerón asesinó al supuesto amante de su madre, Aulo Plaucio, pues sospechaba que Agripina pensaba sustituirle como emperador con aquel joven. 

                                  Consul Aulo Plaucio

La llegada de Popea Sabina a la corte imperial como pareja de su hijo fue el final de Agripina. Popea no tardó en darse cuenta de que su futura suegra influía sobre su hijo para satisfacer sus necesidades. Sabiendo que no era bien recibida por ella, Popea convenció a Nerón para que matara a su madre. 

                                              Popea
En primer lugar intentó envenenarla varias veces. Después ideó derribar su habitación mientras ella estuviera durmiendo dentro, pero descubrió el plan y se enfureció con su hijo. Aprovechando la mala relación existente entre él y su madre, Nerón la invitó a un barco para reconciliarse. Ella, que aceptó, no imaginaba que la intención de su hijo era hundirlo con ella dentro.​ De nuevo, Agripina descubrió los planes y huyó a nado. Desesperado, el emperador acusó a su madre de ser miembro de una conjuración ficticia y fue ejecutada.

                                       Agripina

Su muerte cumplió una profecía de unos astrólogos caldeos que, cuando Agripina les preguntó si su hijo sería rey, le dijeron: «Será rey, pero matará a su madre». Después de escuchar estas palabras, ella contestó: ¡Que me mate con tal de que reine! El asesinato de Agripina estuvo siempre presente en la mente de su hijo, quien dijo ver su espíritu y también a las furias agitando látigos vengadores y antorchas encendidas. 

                                           Nerón

Los audioguías, que por cierto a mí me perjudican enormemente, en determinados momentos, crearon sus problemas.






Nuestro paseo  por la ciudad era agradable, una mañana apacible, con la intensa luminosidad de unos rayos que se dejaban caer con cierta intensidad, te alentaban a irte desmelenando de ciertas capas en tu cuerpo que comenzaban a agobiarte. 



También acompañaba en detrimento, claro está, la sinfonía alocada y descontrolada de vehículos, de visitantes, entre ellos nosotros, pandas enormes como hormigueros humanos cada cual buscando el lugar o el monumento a visitar, bandadas que tendían la red saturando los espacios, semáforos que se abren y cierran, tropeles de muchedumbres que se vuelcan en el asfalto, en fin una ciudad mancillada y ultrajada por el tiempo y por lo visitantes. 


Mientras unos comprueban la situación  de sus intereses económicos, otros buscan el lugar más apropiado para hacerse la foto que quedará siempre presente, aunque la realidad del momento en la que se contemple sea otra. 



No se pueden perder los momentos de conversación entre las paradas, o la risa desenfadada ante cualquier situación que se presente.



También los dichosos aparatitos que te machacan los oídos con auriculares que no quieren permanecer en la oquedad auditiva, dan sus problemas y hay que ver cómo solucionarlo.



El único teatro que ha quedado de Roma se nos ofrece para que sobre la marcha nos hagamos la fotografía reglamentaria, mientras esperamos el siguiente paso.



                                          Teatro romano de Orange

Iana enarbolando su bandera conductora, sobre un asta vestida de blanco adornada con una guirnalda de flores rojas a modo del vestido de una jaguayana.


  Vigilante del grupo va dando las instrucciones correspondientes, sin dejar de poner de manifiesto toda la enciclopedia histórica que lleva encerrada en su mente. Algunos la admiran, por sus conocimientos y la manera de expresarlos, otros siguen su ritmo.




Roma estaba esta mañana que ardía, no como cuando Nerón la incendió, sino con el fuego que producen las voces de una manifestación, el ruido ensordecer del tráfico rodado, y el bullicio insostenible de gentes que caminan en grupos, de guiris, que se alimentan de ruinas, museos, palacios.... 




   La voz de Iana se detiene ante una enorme escalinata que asciende hacia el cielo donde globos enormes adornan el Palacio Senatorio, es un edificio histórico situado en la Plaza del Campidoglio de Roma, entre el Palacio del Conservatori y el Palacio Nuovo. Actualmente es sede de representación del Ayuntamiento de Roma, con estancias que dan hacia el Foro Romano. 


                                           Palacio Senatorio

Desembocaríamos en la Plaza Venecia donde se encentra en  el gran monumento dedicado a Victor Manuel II, conocido como el Altar de la Patria, o simplemente Il Vittoriano, es un enorme monumento conmemorativo de la ciudad de Roma, realizado en honor del primer rey de la Italia unificada, Víctor Manuel II.







Se sitúa entre la  Plaza de Venecia y la Colina Capitolina. Fue diseñado por Giuseppe Sacconi en 1885, e inaugurado en 1911, pero los trabajos terminaron mucho después, entre 1924 y 1927. 





El monumento está construido con mármol blanco extraído de las canteras de Botticino (cerca de la ciudad de Brescia), mostrado por ejemplo en las majestuosas escaleras o las columnas corintias. También dispone de varias fuentes y esculturas del propio rey Víctor Manuel y dos estatuas de la diosa Victoria con sendas cuadrigas.




La estructura mide 135 metros de ancho y 70 metros de altura incluyendo la cuadriga y las alas de las diosas, llega a 81 metros. 




En la base del monumento se encuentra el Museo de la Unificación de Italia. 




En el monumento a Víctor Manuel II se encuentra también una tumba al soldado desconocido con una «llama eterna» construida tras la Primera Guerra Mundial, conforme a la idea del general Giulio Douhet.  



El cuerpo del soldado desconocido fue escogido por Maria Bergamas, en el pueblo austro-húngaro de Gradisca d'Isonzo, de un joven desertor del ejército austro-húngaro que pasó al  ejército italiano y resultó desaparecido en combate durante la Primera Guerra Mundial. 


Fue elegido entre otros 11 cuerpos de soldados o marineros sin identificar de las fuerzas armadas del Reino de Italia(1861-1946). (F. 8231, 8240, 8243



 El cuerpo fue transportado desde Aquilea, donde se realizó la ceremonia con Bergamas, hasta Roma entre octubre y noviembre de 1921. 





                                      Traslado del soldado desconocido

El monumento ha sufrido críticas desde que su construcción supuso la destrucción de un gran área de la Colina Capitolina, una de las colinas históricas de Roma, y donde se encontraba un barrio medieval. Para algunos, dicho monumento era demasiado grande y pomposo. 


​En días soleados, este edificio puede llegar a ser muy brillante, pudiendo incluso ser molesto para la vista si se está cerca o dentro del recinto, dado su impoluto color blanco y su entorno urbano más oscuro. 




 Al ser una construcción tan destacada en el panorama de Roma, ha recibido otras numerosas denominaciones. 


Desde su origen, los romanos lo llamaban la Zuppa Inglese, una especie de pastel, la tarta de bodas o la falsa boca. Cuando los soldados aliados llegaron a Roma en 1944 lo llamaron también la máquina de escribir, apodo que luego adoptarían los propios italianos. Ello se debe a que la fachada con las columnas no es recta, sino que adopta cierta forma en arco. 




La apertura como foro público y lugar panorámico sobre el centro de Roma fue acogido por el antiguo presidente de la República Italiana, Carlo Azeglio Ciampi, permitiendo a la gente acercarse a dicha construcción y dándole así una mejor reputación.



Emprendimos el regreso, desandando el camino recorrido, mientras Iana nos iba narrando. Pasábamos por delante de la escalinata de la Colina Capitolina en cuyo lugar se encuentra el Ayuntamiento, dos leones arrojando agua por sus fauces, se encuentran al comienzo, intentan refrescar el ambiente saturado  de ruidos ensordecedores, contaminación, muchedumbre, Roma es una “ciudad de locos” deambulando por sus calles. (Escucha el vídeo y te harás una idea). 







Aina, nos hablaría del Panteón de Agripa, lugar donde se encuentra enterrado Víctor Manuel II, su hijo Humberto I y su esposa Margarita. 

                                        Víctor Manuel II

El Panteon de Agripa. En tiempos de Adriano el edificio fue enteramente construido. Su nombre no aparece en las inscripciones debido al rechazo de este emperador a que su nombre figurase en las obras llevadas a cabo bajo su mandato, muy al contrario que su predecesor Trajano. Las marcas de fábrica encontradas en los ladrillos corresponden a los años 123–125, lo que permite suponer que el templo fue inaugurado por el emperador durante su estancia en la capital entre 125 y 128. Aunque no se sabe con certeza quién fue el arquitecto, el proyecto se suele atribuir a Apolodoro de Damasco. 

                                       Panteón de Agripa

Roma es un hervidero de ruinas que subyacen debajo de la actual, no es extraño encontrarse por cualquier lugar restos en el subsuelo, protegidos por vallas acristaladas. 



A estas horas y después de una mañana bastante bien aprovechada de tanto caminar, las mochilas dejaban sentir su peso, los chaquetones abrumaban y hasta las gorras pegaban calor, el Sol dejaba clavar bien sus rayos sobre nuestras cabezas.



Iana nos seguiría relatando los monumentos que durante el camino nos íbamos encontrando, la Iglesia de Santa María de Cosmedina, siempre hay una fila de gente a la entrada porque La Iglesia de Santa María de Cosmedina es una iglesia medieval muy conocida por albergar en su pórtico la Boca de la Verdad. Si eres un mentiroso y metes la mano ya sabes lo que te pasará.

                                                   Boca de la verdad

 La iglesia fue construida en el siglo VI sobre los restos del Templo de Hércules en el Forum Boarium. 

                                        Santa María Cosmedina

Iríamos bordeando el Río Tiber y los puentes Cestio y Fabricio abrigarían las aguas del río, mientras corríamos paralelos a él, como si fuésemos navegando. 
                                               Puente Cestio

                                                                                               Puente Fabricio

La Gran Sinagoga.

                                                 La Gran Sinagoga
El Barrio Trastevere, se nos quedaría a un lado.La vida en el barrio se concentra especialmente alrededor de la Plaza de Santa María, en la que se encuentra la antiquísima Basílica de Santa María en Trastevere. La gran fuente de enfrente del templo sirve como lugar de encuentro, para descansar, o bien para tomar un rico tartufo durante los días más calurosos. 

                                      Trastevere. Plaza de Santa María

Un barrio marginada en épocas pasadas, pero hoy uno de los más lujosos de Roma donde vive gente de buenos recursos económicos. 

                                                        Trastevere

Un paseo por las estrechas calles empedradas del Trastevere muestra tesoros ocultos como algunas modestas iglesias medievales, pequeñas tiendecitas con los objetos más peculiares, o bien algunas escenas de la vida cotidiana que parecen sacadas de siglos pasados. 



                                                   Trastevere

Agostino Chigi , llamado el Magnífico, fue un rico banquero y gran mecenas del Renacimiento. Mantuvo importantes negocios con los Papas Alejandro VI, Julio II y León X. Amante del lujo y del arte, encargó numerosas obras a artistas de la talla de Rafael Sanzio. 

                                                 Agostino Chigi

 El banquero más famoso, nos deleitaría Iana, sobre lo que se cuenta de él.  Los banquetes que celebraba en su palacio, los platos eran de oro, después de usarlos los tiraba al río, los invitados se quedaban asombrados, aquello tenía su truco cuando se marchaban los recuperaba tenía unas redes colocadas que los recogían, evitando tener que lavarlos  ya venían limpios del río. 


Estaba en relaciones con Margherita Gonzaga, una dama perteneciente a una de las mejores familias romanas, pero conoció a una mujer de extracción humilde, Francesca Ordeaschi, de la que se enamoró y con la que se casó. Fue un matrimonio revolucionario: oficiado por el propio Papa León X, el poderoso banquero,y uno de los hombres más influyentes de su tiempo, se desposaba con una mujer cuyo destino más probable habría sido dedicarse a la prostitución. 

                                                  Tumba de Agostino

El Castillo del Santo Ángel, también conocido como el Mausoleo de Adriano es un monumento  situado en la orilla derecha del río Tíber, a poca distancia de la Ciudad del Vaticano. 


                                                Castillo de Sant Angelo

Iniciado por el emperador Adriano en el año 135 para ser su mausoleo personal y familiar, fue terminado por Antonino Pío en 139. El monumento, levantado con piedra de travertino, estaba engalanado en su cima por una cuadriga en bronce guiada por el emperador Adriano. El edificio cambió de uso muy pronto y se convirtió en un edificio militar. Se integró a la Muralla Aureliana en el 403. 

                                                Emperador Adriano

El actual nombre del castillo data del año 590, durante una gran epidemia de peste que golpeó la ciudad de Roma. El Papa de la época, Gregorio I, vio al Arcángel San Miguel sobre la cima del castillo que envainaba su espada significando el fin de la epidemia. Para conmemorar la aparición, la estatua de un ángel corona el edificio.


Desde 1277, el castillo está conectado con la Ciudad del Vaticano por un corredor fortificado, llamado Passetto, de unos 800 metros de longitud. La fortaleza fue el refugio del Papa Clemente VII durante el asedio y saqueo de Roma en el año 1527, que llevaron a cabo las tropas del rey Carlos I de España, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. 



El edificio, Palacio de Justicia, aparecería todo blanco ante nuestra vista, se inspira en la arquitectura tardorenacentista y barroca según el gusto del estilo umbertino entonces en boga, tiene grandes dimensiones (170 x 155 m)​ y está revestido completamente con travertino. Está coronado, en el lado hacia el Tíber, con una gran cuadriga de bronce, colocada en 1926,​ obra del escultor palermitano Ettore Ximenes. A los lados de la entrada se colocaron estatuas de seis jurisconsultos, realizadas por el escultor Emilio Gallori: de pie están Cicerón, Papiniano, Giovanni Battista De Luca y Giambattista Vico mientras Lucio Licinio Crasso y Salvio Giuliano están sentados. La parte superior de la fachada posterior, hacia Piazza Cavour, está decorada con un escudo de bronce de la Casa de Saboya. El interior de la Sala de la Corte de Casación, conocida también como Aula Magna o, como la llamaba Calderini en sus planos, Aula Massima, está decorada con varios frescos entre los cuales unos dedicados al ciclo sobre La escuela de Derecho de Roma, iniciado por el sienés Cesare Maccari, interrumpido en 1909 por la parálisis repentina del autor y continuado, hasta 1918, por su alumno Paride Pascucci.

                                                Palacio de Justicia

Después de este extenso recorrido en nuestro primer día por Roma, saturados plenamente de tanta riqueza arquitectónica, había que darle también placer a los estómagos que necesitaban el alimento necesario para seguir disfrutando de tanta riqueza encerrada en esta ciudad de las siete colinas. 


                                                Iana, nuestra guía

La mañana estaba llegando a su final, nuestra gentil, bella, simpática Iana, rostro de niña y manifestación del saber, nos dejaría por este día. 


  El mando hasta el restaurante quedaría en manos de Alberto, mientras recorríamos grandes avenidas bordeadas a ambos lados  por el cobijo de la arboleda perfectamente alineada, iba dorando el vestido que luciera fresca y lozana durante la joven primavera. 


                                                      Otoño en Roma

  Quinceañera presentada en  Sociedad, en el amanecer de la primera estación con que abre el ciclo la Naturaleza,  desgastado su ropaje por el calor del verano, en el zaguán del otoño que se avecina, presta a morir próximamente, así estaba Roma cuando regresábamos de la visita panorámica.


                                                                  Otoño en Roma

Alberto iría dando instrucciones primero para el desarrollo de la tarde con las visitas al Panteón de Agripa.

                                                 Pateón de Agripa
 Plaza de España. 


                                                        Navona
                                                             
                                                 Fontana de Trevi
                                    
También información sobre la siguiente jornada que correspondería al Vaticano. 






Esta mañana dedicada a la visita panorámica ha sido una visión general de lo que es parte de la Roma que vamos a conocer en estos cuatro siguientes días; mientras Alberto hablaba contemplaba  mi batería reposando tranquila en la batea,  la que mantiene con vida la energía de mi móvil, y poder realizar durante horas y horas fotografías y vídeos, mirando con sus ojillos traviesos, lucecitas brillantes indicadoras de  la subsistencia, para ella mi agradecimiento más profundo.

                                                La batería

Mientras la voz de Alberto se perdía como el sonido que a modo de eco se va difuminando por el túnel del caminar en la vida,  voces que lentamente se apagan, parangonando en cierto modo, el recorrido mañanero a una ciudad con el apellido de eterna, intento hacer mi propio recorrido vital. 


 Volver al comienzo donde empezó el túnel de mi existencia, echado la vista hacia atrás, ver en la lejanía aquellos alegres días de la infancia, y si es cierto como dice el poeta que se hace camino al andar, senda que siempre queda atrás y que no se va a volver a pisar, pero es gratificante recordar, camino cuidadosamente asfaltado de recuerdos placenteros, a veces pedregoso y espinado pero siempre camino para andar, alguna vez extraviado, pero al final volviendo a la ruta para seguir marchando, de bellos atardeceres, luminosos colores de arco iris de amores placenteros, de calor de familia, de evocaciones y remembranzas.

                                         Recuerdos de la infancia
                                        El calor de la familia
 Camino que tiene su final pero mientras llega ese colofón, volviendo la mirada al pasado haciéndolo presente, para llegar a la conclusión con la mochila cargada de experiencias, de paisajes, de encuentros y desencuentros, que serán la memoria para el que viene detrás, y en estos últimos instantes terminar de cargar el zurrón con el agradable sabor de las amistades que te arropan, de los amores que se sueñan platónicos como en la juventud, y el placer de recorrer mundos  en viajes  que nunca se hicieron. 



Napul´é Ristorante Pizzería, nos estaba esperando con sus estrechas escaleras para poder descender a un sótano de un entramado deslavazado, para llegar  al lugar preciso de tomar asiento, brindar con los amigos, saborear el menú, escuchado el jefe de turno pregonar las bebidas que habrían de calmar la sed de los que habíamos caminado.  








                                                  El primer almuerzo. ¡Sorpresa!




Alberto muy explícito, sabiendo como conducir al gremio que se le ha encomendado, poniendo orden cuando la agrupación se sale un poco de madre.
 Durante el trayecto del autobús que nos va llevar para realizar el recorrido de la tarde, da las instrucciones pertinentes sobre el callejeo, e incluso para aquellos que se van a quedar en hotel a descansar o a realizar otras actividades particulares. 



La vista, se recreaba en la ciudad por donde caminábamos, lugares recorridos esta mañana y otros nuevos, mientras el cuerpo reposaba e incluso parpadeaban los ojos dispuestos a una breve cabezadita apetecible. 




Un reducido grupo optamos por quedarnos en el hotel, descansar un poco para por la tarde asistir a la ópera, estar en Roma cuna bel canto, y asistir a la ópera, no la podíamos desaprovechar, así es que optamos por irnos al hotel y las visita de nuestros compañeros las realizaríamos en los días sucesivos por nuestra cuenta. 





                                             De regreso al hotel par descansar
                                            Tomando fuerzas para la ópera

La ópera nació en Italia alrededor del año 1600, en donde continuó siendo o no teniendo un rol dominante en la historia del género hasta el día de hoy. Las obras de compositores italianos del siglo XIX y principios del siglo XX, tales como Rossini, Bellini, Donizetti, Verdi y Puccini, se encuentran entre las más famosas jamás escritas, y hasta el presente son representadas en los principales teatros de ópera de todo el mundo.

                                               Giuseppe Rossini
                                              Giuseppe Verdi

                                                                                                      Puccini

También, en ocasiones, se utiliza esta denominación para referirse a la totalidad de la ópera escrita en idioma italiano. Muchas óperas famosas escritas en italiano fueron creadas por compositores extranjeros, entre ellos, Handel, Gluck y Mozart.

                                                   Mozart

Perfectamente ataviadas, las señoras resaltaban su belleza esta tarde, dispuestas a presenciar en el Teatro Salone Marghetita “La Traviata”. Perfectamente engalanadas con la vestimenta y joyas correspondientes, ya de por si todas  eran una verdadera joya, de acorde al momento que íbamos a vivir, formando uno de los cuadros más excepcionales que cualquier famoso pintor hubiera deseado plasmar en un lienzo, delicadeza exquisitez, atractivo y esplendor a raudales, exhalando el perfume embriagador de sus figuras.

                                        En la antesala de la ópera



 Una hora antes que comenzara la función ya hacíamos acto de presencia, ocupando los primeros espacios, donde nos podríamos sentir, como así fue, miembros activos de una orquesta, con la que pudimos percibir los sonidos tal cual salían de los instrumentos, la coordinación perfecta llevada a cabo por el director realizando una conjunción impecable entre música y representación. Éramos música y actores al mismo tiempo acoplados en nuestros asientos viviendo intensamente todo lo que se desarrollaba. 





El teatro recoleto, recatado, las butacas vestidas de púrpura  con una decoración sin ser abigarrada, pero en consonancia con las obra que allí se representaba, la sala  no excesivamente grande pero si lo suficiente para sentirse plenamente metidos en las actuaciones, buena acústica, se percibía el romanticismo en el ambiente que se respiraba, y con un bar adicionado donde se pudo disfrutar de un risotto acompañado de una cerveza, antes que comenzara la función. 






Los actores sensacionales, un elenco de intérpretes con voces impresionantes donde la voz de la soprano nos dejó alucinados con el registro de voz más alto, grandes alcances en los agudos, claridad, nitidez, y agilidad permitiéndole ejecutar complicados ornamentos sin dificultad, como notas en picadas en el registro más agudo de su voz. 
El tenor con un timbre de voz claro y cálido y de una grandeza especialmente en los agudos. El resto de acompañantes magníficos y el vestuario deslumbrante. 















Con el corazón henchido de emoción volveríamos de nuevo a nuestra guarida, conservando siempre en el recuerdo la conmoción de una velada vivida intensamente,  esperando la llegada del tercer día en Roma. 





                                     De regreso al hotel después de una noche sensacional

                                José Medina Villalba