Un
poco de historia.
Caria,
ciudad del Peloponeso, conspiró contra los griegos con ayuda de los persas,
enemigos de los griegos. Posteriormente éstos, como respuesta a su traición, y
al verse libres de los persas tras una derrota victoriosa, de común acuerdo
declararon la guerra a los habitantes de Coria. Una vez conquistada la ciudad y
pasados a cuchillo sus habitantes, se llevaron como esclavas a sus matronas.
Para que estas circunstancias fuesen mejor recordadas, y la naturaleza de su
triunfo perpetuada, los vencedores las representaron con sus túnicas,
aparentemente sufriendo por el peso de la carga asignada, como expiación del
crimen de su ciudad natal. Así, en sus edificios, los arquitectos antiguos,
mediante el uso de estatuas, legaron a la posterioridad un memorial de los
crímenes de los carios.
La
historia no está mal; en todo caso corrobora que, en caso de guerra, las
mujeres siempre se llevan la peor parte.
Una
cariátide es una figura femenina esculpida, con función de columna o pilastra,
con un entablamento que descansa en su cabeza. El más típico de los
ejemplos es la tribuna de las cariátides
en el Erecteión, uno de los templos de la Acrópoli ateniense…. Si la figura es
masculina, se llama atlante o telamón.
Las
dos obras que expongo, tratan de una cariátide y un telamón que sujetan la viga
central de un artesonado. Ambas son dos terracotas, (terracota es una arcilla
modelada que ha sido endurecida al horno) de medio cuerpo, donde he hecho una
libre interpretación, en lugar de túnicas, que suele ser el elemento que
acompaña a las cariátides, he colocado otros elementos ornamentales.
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