La familia avemariana tiene sus momentos de encuentros que sirven para aunar los vínculos familiares; el último de estos acercamientos se ha originado en este espléndido día diez de mayo, del año del Señor 2014.
Se vaticinaba una jornada de calor los
treinta y cinco grados, posiblemente
sería el ropaje climatológico que nos iba a acompañar, los partes
meteorológicos así lo habían previsto, pero no era cortapisa para que los
ánimos, de treinta y siete participantes en una excursión sabatina,
disminuyeran sino todo lo contrario.
Había pasado algún tiempo desde la última excursión que nuestra Asociación organizó a la ciudad de Antequera, con sus dólmenes y rocoso paisaje del Torcal, y las ansias de disfrutar de un día en gran familia se percibía en el ambiente.
Son muchos los lugares emblemáticos
del patrimonio cultural y monumental de nuestra provincia y en este día dos son
los que nos esperan, Guadix y Gorafe.
Nueve de la mañana, puntualmente partimos en un cómodo autobús hacia la accitana ciudad de Guadix.
Murmullo de conversaciones se mezclan
en el interior del transporte percibiéndose un buen estado de ánimo de los
excursionistas.
Domingo Jiménez López, uno de los
coordinadores del viaje, da la bienvenida y expone el programa de la jornada.
A un lado de la carretera se nos van quedando incrustados en el paisaje la belleza de los pueblos de Alfácar, rico en sus aguas y pan, Víznar con nostalgias de Federico García Lorca, cautiva a la vista el telón de fondo de Sierra Nevada desvistiéndose del blancor del ropaje que la ha tenido engalanada durante toda la temporada invernal. Los cuatro grandes reyes de la Naturaleza, Mulhacén, Veleta, Alcazaba y Caballo majestuosos con orgullo manifiestan sus más de tres mil metros.
En el trayecto, recreando el paisaje, dándole unas pinceladas de color amarillo al lienzo por el que vamos pasando, una larga e interminable hilera de gayumbas delimitan la conducción de las dos sendas que componen la autopista A-92.
Huétor Santillán, abajo del puente de la carretera, pueblo de veraneantes; los extensos pinares del parque natural de su sierra, pulmón de oxígeno, el Puerto de la Mora y sus 1380 metros, la Cola de caballo en Prado Negro, la Venta del Molinillo, con añoranzas del “santo Manuel” y la cadena de vehículos viejos, como donativos, a un lado de la antigua carretera. Diezma, Purullena con su abundancia de cerámica y nuestro primer destino Guadix.
Son las diez de la mañana, puntualmente
como se había previsto, el guía que nos va a acompañar durante la visita, nos
espera.
Francisco José Fernández Segura, es doctor de Historia Contemporánea por la Universidad de Granada y Catedrático de Geografía e Historia. Como investigador cabe destacar sus trabajos sobre diversos aspectos de la contemporaneidad en el territorio diocesano, como El Obispado de Guadix- Baza, o el accitano Pedro de Mendoza y Luján, primer fundador de Buenos Aires. Una treintena de artículos de su especialidad y varias guías sobre las ciudades de Guadix y Baza.
“Premio Pedro Antonio de Alarcón” y “Pedro
Suarez” 2013, entre otros. Correspondiente de la Real Academia de la Historia y
de las Reales Academias de Córdoba y Granada.
¡Estamos en buenas manos! Como profesor, labor que ha desarrollado durante cuarenta años, sus dotes pedagógicas se manifiestan rápidamente al exponer, de una forma amena y asequible, los distintos lugares por los que vamos pasando.
El primer escenario fue el asentamiento de los romanos en Guadix. En abril de 2008, con motivo de la construcción de un aparcamiento subterráneo aparecieron unos restos que el arqueólogo responsable, D. Antonio López, identificó como pertenecientes a un teatro romano construido en el siglo I.
Lo excavado corresponde a una pequeña parte de su estructura, concretamente al arranque de la cávea y a un muro de la escena, donde se localizaron pinturas murales.
Se trataba de un descubrimiento de gran interés ya que viene a sumarse a la lista de teatros romanos existentes en España y al octavo localizado en Andalucía. Comentó algunos datos históricos del asentamiento del pueblo romano en esta ciudad y el estado de dejadez en que se encuentra actualmente este lugar.
La mañana va avanzando y el grupo se dirige a la calle Santa María del Buen Aire y desde un lateral de la Catedral nuestras miradas recorrieron los lugares donde se encuentra la casa de Pedro Antonio de Alarcón, hicimos un recorrido visual, a través del comentarista, el lugar donde hubo una sinagoga, la casa donde nació el primer colonizador de la Argentina, Pedro de Mendoza y Luján, fundador de la primera ciudad de Buenos Aires, 3 de febrero de 1536, del palacio Arzobispal y de los obispos más significativos que por allí han pasado a través de la historia.
Pedro de Mendoza, al final de sus años, decidió volver para morir en España pero falleció en las Canarias a consecuencia de un proceso de sífilis. Algún comentario, un poco “bajo cuerda” y con cierta sorna, entre alguno, se dejó oír, “¿dónde se metería el tal Mendoza?”
Frente al lugar donde nos encontramos nos llegan “las voces blancas” de la Escolanía de Guadix. El bronce resume cincuenta años de historia. El monumento se convierte en agradecimiento físico y palpable a la coral y a la persona de su director y fundador, Carlos Ros, por parte de una ciudad que ha costeado la escultura por suscripción popular, autora Elisa Merino.
Las imaginativas voces del canto del Aleluya
de Haendel, con gran intensidad suenan en mis oídos, poco a poco se van
quedando amortizadas en el espacio de esta mañana accitana, mientras ascendemos
camino del Palacio de los Marqueses de Peñaflor.
Ascendemos, algunos un poco rezagados buscando cubrir algunas de sus primeras necesidades físicas, la furosemida, a estas horas está haciendo sus efectos, aunque los locales que pueden dar satisfacción a estas exigencias aún no han abierto sus puertas, siempre hay quien resuelve la situación, un tabernero que está abriendo las puertas de su establecimiento amablemente zanja el tema.
El Palacio de los Marqueses de Peñaflor se encuentra en la parte alta de la ciudad, una de las familias más influyentes de la villa entre los siglos XVII al XIX. Se trata de un amplio caserón que presenta estructura de fortaleza, con una sobria fachada construida por un poderoso muro entre dos torreones.
Nuestro cicerone nos va a ir descubriendo detalladamente todas las estancias, familias a las que ha pertenecido, tipo de fachada, arcos, galerías, pilares ochavados, rejas, escudos de armas…
Hay un balcón en esquina y en voladizo con forjados y arco de corte original apoyados sobre columnas de madera y barandilla con balaustres torneados.
Se queda la mirada absorta al contemplar desde allí el caserío, la vega de Guadix y la iglesia de Santiago.
Hay varias estancias conservando los forjados de madera, en una de ellas se conservan algunos objetos correspondientes al patrimonio de Pedro Antonio de Alarcón.
Actualmente, el palacio es propiedad del Ayuntamiento. Se siente “vergüenza ajena” al contemplar el estado ruinoso y de abandono en que se halla, sobre todo la poca estima en que se tienen los valores culturales que pueden engrandecer a una ciudad, mientras el erario público se desvanece por las rendijas de los defraudadores de clases depravadas que solo piensan en engrandecer sus patrimonios particulares.
La catedral nos espera con toda su grandiosidad, sería prolijo querer resumir la belleza de un edificio que tardó 300 años en construirse, dedicado a la Encarnación, con predominio del estilo barroco, nuestro guía nos describiría con todo detalle todas las capillas, imágenes, sillería del coro…, mientras las notas de un órgano resonaban con gran ímpetu y grandiosidad en todo el recinto.
Estábamos muy interesados, como avemarianos, en saber dónde se encontraban los restos de D. Manuel Medina Olmos, vilmente asesinado en el Barranco del Chisme en Vícar Almería, (1936) obispo de esta localidad, canónigo de la Abadía del Sacromonte, colaborador de D. Andrés Manjón y Director General de las Escuelas del Ave María.
En la Capilla de los Mártires en un cofre plateado, situado debajo del altar se encuentra restos mezclados con cenizas de D. Manuel Medina Olmos, D. Diego Ventaja Milán, colaborador de Manjón, Director General de las Escuelas del Ave María, obispo de Almería, de seis sacerdotes y diez seglares.
Algo cubrió de rojo nuestros pies al salir de la catedral, una extensa y larga alfombra adornada con jarrones y nardos blancos esperaban la llegada de los novios para la celebración de una boda.
Trajes de todo tipo, pamelas pomposas y relumbrantes cubriendo cabezas de damas elegantemente vestidas, trajes largos con diversidad de colorido, era como un especial recibimiento y al mismo tiempo despedida a nuestro grupo; los invitados iban llegando y esperaban para la celebración del acontecimiento mientras nuestra comitiva, ansiosa esperaba la llegada de la novia. Nos quedamos con la gana de ver a la prometida, pero fue sustituida por el trenecillo turístico que arribó en estos momentos.
La Plaza Porticada de las Palomas, donde
se encuentra el Ayuntamiento, sería el último lugar para visitar en esta ciudad
de Guadix.
Si la Catedral es el emblema excelso
de la ciudad, el más internacional por la traza de su arquitectura, la Plaza de
las Palomas, es el monumento más conocido, querido y tomado por las gentes de
Guadix y su comarca. Era y es, lugar de encuentros, de descanso y solaz donde
degustar un buen vino o un buen dulce.
De hecho, su nombre histórico de Plaza de los Corregidores que ha pasado por otras denominaciones alusivas a otras alternativas políticas, ha sido popularmente desplazado por el de Plaza de las Palomas.
En ella la luz se hace nítida, transparente
y azul, envolviendo todos los perfiles de la ciudad. Los atardeceres de infinitos
colores, se hacen interminables en el horizonte de Sierra Nevada.
A través del tiempo ha sufrido diversas transformaciones, fue un ejemplo de la plaza tradicional española en la época de los Austrias; es de destacar el balcón de los corregidores que se concibe únicamente con funciones de representación de los poderes de la ciudad, corregidor, obispo y alcalde, con sus séquitos respectivos tenían lugares específicamente asignados.
La pastelería bien acondicionada, incluso para tomar café, ofrece una variedad de ricos dulces; éste que subscribe pudo saborear, junto a su pareja, unos ricos “Felipes”, nuestro pastel preferido en Granada, con frecuencia lo tomamos en “La Pastelería La Isla”, sintiéndolo mucho tuvimos que reconocer que “Los Felipes” accitanos superan en calidad y precio a los de la capital.
Hemos dejado trescientos años atrás
reflejados en los monumentos que acabamos de visitar en esta ciudad accitana y
nos dirigimos a un lugar donde vamos a retroceder, en el tiempo, cinco mil años.
Llegamos a los yacimientos megalíticos de Gorafe, son las una y media del mediodía cae un sol de justicia, contemplamos desde lo alto de altiplano la grandeza de un enorme valle, recorrido en el fondo por el río Gor, con grandes barrancos, donde la erosión originada por los milenios del tiempo han construido un enorme cañón, donde se podrían rodar películas del “Oeste Americano”, Gary Cooper, John Wayne, Gregory Peck, Bárbara Worth, Laura Antonelli…, hubieran realizado un gran papel en este valle, con ciertas similitudes al gran Cañón del Colorado.
Me dediqué a contemplar desde el autobús cómo mis compañeros de excursión recorrían algunos de los enterramientos que por allí había, bajo las explicaciones del nativo de estos territorios y coordinador de la excursión, Pedro Abelardo García Corral, evitando que me maltratara a esas horas el que, refulgente como ascua incandescente, desde allí arriba, posiblemente nos mirara con compasión. A la vuelta algunos me felicitaron mi ocurrencia, sabía que habría tiempo de ver alguno de aquellos doscientos dólmenes por allí esparcidos.
Descendimos de la meseta por una carretera sinuosa hasta llegar al fondo del valle, había que contemplar uno de los dólmenes de más interés, solamente un grupo de aguerridos expedicionarios realizó la hazaña, el resto, siguiendo mi anterior actuación, permanecieron en el autobús.
Gorafe es casi como una aldea, el pueblo estaba en silencio absoluto, no había ningún “alma en pena” que nos recibiera, posiblemente la población estaría en sus cuevas gozando del fresquito que en el interior de las mismas se disfruta.
“Posada Los Guindos” con su maitre, en este caso, la señora dueña del local a la cabeza, nos hizo los honores correspondiente al recibirnos; bajita de estatura, con aire pueblerino, sonrisa y simpatía al hablar, vestida con falda negra y chaleco con pectorales rojos para destacarse de la demás servidumbre.
El almuerzo compuesto por arroz caldoso ricamente aderezado con finas hierbas del terreno, un segundo que yo me atrevería a decir “pimientas al pollo”, más que pollo a la pimienta. Nunca vi tantos granos negros de este condimento sazonando un plato. Unas ricas fresas en almíbar servidas en copa de cristal, dejaron satisfechos a todos los comensales dispuestos a vivir las experiencias que vendrían después en el Centro de Interpretación del Megalitismo.
Las cuatro y media de la tarde, había que seguir soportando la temperatura del exterior para llegar al Centro de Interpretación.
Es un museo subterráneo con forma de
dolmen enterrado, son seiscientos metros cuadrados bajo tierra, que copia la
estructura de un enterramiento de hace cinco mil años.
A través de las nuevas tecnologías hemos podido ver e incluso participar a través de las proyecciones tridimensionales como era la vida de aquellas gentes hace cinco milenios, los poblados, habitáculos, técnicas y procedimientos para la construcción de los dólmenes, fabricación de instrumentos, ritos en los enterramientos, e incluso hasta el juego de los niños. Una proyección audiovisual en 3D nos hizo retroceder cinco mil años para conocer el antiguo aspecto del valle del rio Gor.
Camino de Granada el humor de una de
las excursionistas hizo el regreso más liviano, después de haber pasado una
jornada intensa pero satisfactoria.
José Medina Villalba
Amigo Pepe: acabo de ver y disfrutar, el magnifico recorrido que habéis hecho,
ResponderEliminarpor la zona oriental de nuestra querida provincia; cuna de personajes ilustres, Pedro A. de Alarcon, del que recuerdo parte de sus libros, como el niño de la bola, la alpujárra o las memorias de la guerra de África, a la que acudió en calidad de periodista. He visto la foto del pollo a la pimienta y creo que esta cocinera es una fiel seguidora de tus escritos, en los que si hay verdadero y numeroso condimento. Ha sido un nuevo placer, viajar en tan agradable compañía, sin salir de casa. Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros.
Amigo Pepe, salvo la climatología bastante superior a lo normal, el día fue espléndido, la gente extraordinaria y el guía muy bien documentado. Solamente faltó la presencia de una pareja que anda a caballo entre Sevilla y Málaga, cuyo jamelgo este día no os pudo traer para estos lares, esperamos que estas salidas se repitan y podamos contar con vuestra presencia. Un fuerta abrazo. José Medina Villalba.
ResponderEliminar¡Fantástico reportaje D. José! Guadix lo visité no hace mucho pero se me quedó una parte sin ver, y Gorafe si que lo he visitado en un par de ocasiones, pero aún no he visto todos los enterramientos, así que seguro repetiré. ¡Un abrazo y gracias por mostrarnos esos rincones de nuestra provincia!
ResponderEliminarAmigo Eloy, siempre son gratos tus comentarios que proceden de un "andarín, correcaminos", FABULOSO; cámara en mano, buscando siempre el fotograma más representativo, explorador de rincones insólitos, paisajes que destilan pura poesía, cielos de encanto, atardeceres inverosímiles que alimentan el espíritu. Mi agradecimiento más profundo por tu comentario y por el derroche de arte que continuamente estás manifestando. Un abrazo. J.M.V.
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