El otoño ha abierto la puerta en Granada
Otoño en la Carrera del Darro. Óleo de José Medina Villalba
Alguien ha dicho que el otoño es una primavera en la que las hojas de los árboles, cambiando de color, son las flores de esta estación.
Las hojas son las flores del otoño
Lo cierto es que el otoño es el preludio
y el último peldaño de un ciclo que va a terminar con el frío invierno y con él
el final de una serie que se repite constantemente desde que el universo tiene
razón de ser.
Otoño en la ribera, hasta el agua parece que camina más lentamente.
Óleo de José Medina Villalba
Uno, éste que desliza los dedos sobre el teclado del frio ordenador, que carece del calor que proporcionaba el tacto de la mano sobre la pluma en tiempos pasados, o sobre el bolígrafo más recientemente, siente también el otoño de su vida sobre sus sienes, después de haber visto y experimentado la primavera de su juventud, aquella de ilusiones y fantasías que constituían las mejores flores representadas en sueños inalcanzables marcados con el color rosa, que con el tiempo se han convertido en amarillos.
El perfume de los blancos nardos
De perfumes embriagadores de nardos
inmaculados convertidos en la blancura de los cabellos que cubren mi
cabeza, de savia mortecina que se va poco a poco deteniendo en los vasos
liberianos de las ramas de los árboles,
como la sangre que circula por mis venas, que va cada vez haciendo su recorrido
más lentamente, ayudada por el impulso de una fuerza de voluntad férrea, que llevo en el alma, siempre la estimula para poder seguir saboreando los placeres de esta estación, y de los otros muchos diversos, que destila nuestra hermosa Granada.
Las doradas perlas de los granos de trigo
También el cálido verano, el que hace
madurar la mies, el que convierte los granos de trigo de los trigales de los
campos, en doradas perlas materia prima del sustento, ha sido la cumbre de la
Campana de Gauss de una vida donde la madurez se manifestó en un matrimonio que
dio sus frutos en unos granos de trigo, en unos vástagos, que ya se han
multiplicado.
La madurez se manifestó en el matrimonio
Con el frío invierno terminan las
estaciones para dar comienzo con gran impulso a un nuevo ciclo. No ocurre lo
mismo en el ciclo de la vida, se pasa la primavera de la juventud, llega el
verano de la madurez, para dar paso al otoño de la jubilación y divisamos en
lontananza la frialdad del invierno en el ocaso de la vida.
Multitud de ramos de flores en la fachada de la Iglesia de la Virgen de las Angustias
Huele a castañas asadas
Huele a castañas asadas, al aroma embriagador
de la multitud de ramos de flores que
los granadinos colocaron en la fachada de su Patrona, la Virgen de las
Angustias, para rendirle como todos los años pleitesía;
Los pies bailan a ritmo acompasado sobre la cuba
huele a mosto de las
vides recientemente cortadas y pisadas por los pies que bailan a ritmo
acompasado sobre las cubas que las contienen, mientras el color aterciopelado
del caldo que sale de la barrica recrea la vista y despierta la necesidad de
saborear el rico mosto.
Otoño en el Generalife. Óleo de José Medina Villalba
Otoño en el Sacromonte. Óleo de José Medina Villalba
La ciudad se ha vestido con un traje nuevo, la apertura del curso universitario le ha dado un aire lozano a las calles, repletas de jóvenes que alegran el ambiente.
Otoño en el Sacromonte. Óleo de José Medina Villalba
La ciudad se ha vestido con un traje nuevo, la apertura del curso universitario le ha dado un aire lozano a las calles, repletas de jóvenes que alegran el ambiente.
En los tenderetes se ofrecen los mejores frutos otoñales
Los granos de las granadas son verdaderos rubís, corindones rojos
Puerta Real es el salón de exposiciones
de viandas que ofrecen, dentro de sus tenderetes, los mejores frutos otoñales:
membrillos, granadas, zamboas, almecinas, majoletas, azofaifas, acerolas, castañas, nueces, frutos
secos, el variopinto colorido de gominolas, convertidas en ricos dulces
glaseados, piñas, aguacates, kiwis.
En los hornos del Albayzín se cuecen las tortas de la Virgen
Los hornos del Albayzín, el del Moral,
obrador de Casa Pasteles, Alfacar y sus panaderos y otras diversas tahonas, han
dejado escapar por la boca de sus chimeneas
el humo que transporta la fragancia de las ricas tortas de cabello de
ángel, de crema o chocolate, las ya clásicas “Tortas de la Virgen”.
Los destellos luminosos del azúcar de las tortas
Echo de menos aquellos enormes tableros de
madera, soportados por trípodes convertidos en patas, cubiertos por blancos
manteles donde se colocaban las ricas tortas, que dejaban destellos luminosos
del azúcar que las cubría, golpeadas por los rayos de unas bombillas colocadas
en serie o por el carburo de otras épocas pasadas.
Elegantemente vestida con su delantal blanco
Allí estaba la albaicinera “Cuatro Tiros”,
la mujer de Paco el panadero del Albayzín de la Plaza del Salvador, -de aquella
casa que fue el hogar donde en años pasados nació el insigne poeta Manuel
Benítez Carrasco- toda elegantemente vestida, con su delantal blanco de
volantes recién planchado, y su clavel rojo bien plantado en la cabeza, con una
simpatía inigualable y derrochando amabilidad y entrega a su público. Había infinidad de puestos de tortas, delante del edificio de la Diputación, en la Plaza del Campillo, y a todo lo largo de
la Carrera de la Virgen, y en cierto desorden otros de frutos otoñales.
Las casetas repletas con productos del tiempo
Hoy me he dado un paseo por Puerta Real,
he pasado echándole un vistazo a los diversos puestos allí colocados, las mismas
casetas con sus estructuras de madera, las que han dejado, días atrás, la Feria
del Libro, para verse repletas de los productos de este tiempo.
La gente compra los productos del tiempo
Todo muy ordenadito, casetas que venden
sus géneros para engrosar las tesorerías de las diversas cofradías semana
santeras que tienen que recaudar para los gastos que suponen las diversas
actividades, durante el trascurso del año y que culminan con la Semana Santa.
Algunas casetas eran pequeños cubiles
Algunas de estas casetas eran pequeños
cubiles donde apenas se podían desenvolver las personas que vendían sus artículos, había otras con más espacio
repletas de ricas manufacturas, pero volviendo a mis años de juventud, recuerdo
aquellos tenderetes que daban, a la feria del día de la solemne procesión de la
Patrona, un aire especial y que tú lector que estás deletreando este mensaje
también te pueden rememorar recuerdos del pasado inolvidables.
El día gira en torno a la procesión de la Virgen de las Angustias
Con esto no
quiero decir que cualquier tiempo pasado fuese mejor pero sí que aquellos ambientes
de feria, han perdido el aliciente especial de lo que es una feria
costumbrista.
Los Gemelos del Sacromonte
Por Plaza Larga suenan los cantes de los
“Gemelos del Sacromonte” y su banda: "pares o nones, Sacromonte de mi amor, al
amanecer te quiero, te adoro", que se escapan por las esquinas de la Calle
Panaderos, de la Calle del Agua, de la Cuesta de la Alhacaba y del Arco de las
Pesas, como las cuatro esquinas que encierran, como si fueran las cuatro ángulos de un cofre, el tesoro
de la Plaza Larga.
Romería de San Miguel en tiempos pasados
Son las fiestas más importantes del
Albayzín, en lo más alto del cerro nos espera la ermita de S. Miguel para
recibir a su santo que a hombros de sus cofrades partirán en romería desde la
Parroquia del Salvador.
El Arcángel San Miguel, portado por sus cofrades albaicineros
Carrozas, vestidos de faralaes, caballistas, se daban
cita en la enorme explanada donde las carreras de cintas y el olor de la
gigantesca paella será uno de los puntos de mayor atracción que después
recrearía los paladares de los asistentes.
Terrazas de las cafeterías de la Plaza Bib-Rambla
Es sábado 27 de septiembre de 2014,
vísperas de la culminación de estas fiestas otoñales, el cielo está
encarañublado hay amenazas de lluvia pero esto no impide que Plaza Bib-Rambla,
centro neurálgico de la ciudad, se encuentre repleta de gentes en las terrazas
de las cafeterías saboreando el rico chocolate y los churros calentitos.
Tomar chocolate es todo un rito.
-Marchando dos chocolates y una de
churros.
Es la voz del camarero que nos atiende.
Las tazas con bella decoración contienen el rico chocolate
Humeante, concentrado en pequeñas tazas,
con bella decoración, son colocadas sobre la mesa junto a unos largos churros
de color acaramelado. La cucharilla ubicada en el centro de la taza se sostiene
verticalmente, la espesura de la materia es una señal evidente de la calidad de
su contenido, de color marrón oscuro con reflejos bermejos dejan a la vista recrearse
mientras nuestra mano va levantando la cucharilla repleta del rico cacao
convertido en espesa materia.
El chocolate nos regala el perfume agradable de su olor
Se repite rítmicamente la entrada y
salida de la cucharilla que deja en el espacio un olor que penetra en lo más
profundo de los sentidos. Huele a chocolate, a churros calentitos, pero también
huele a otoño, mientras las bandadas de estorninos y gorriones buscan las ramas
de los tilos más propicias, en un revoloteo de bandadas de pájaros que van
llegando, es la hora de las dormidas.
La cucharilla asciende hasta los labios
para impregnarlos mientras unas gotas espesas se desprenden como no queriendo
dejar la taza de la que proceden; aún está bastante caliente hay que seguir
moviendo el espeso contenido para subirlo y dejarlo caer de nuevo en la jícara.
El chocolate con este elevarse y descender lentamente sobre la taza nos regala
el perfume agradable de su olor.
Los churros se barnizan de chocolate
Próximo se encuentra la ración de
churros hay que cogerlos uno a uno para irles dando el barniz que les
corresponde introduciéndolos en el suculento manjar. Cojo el primero pero se me
resiste, sabiendo lo que le espera, me da un mordisco de calor en los dedos que
opto por dejarlo. El chocolate ya está preparado espera la llegada de su
compañero el tejeringo, no tengo más remedio que tomar una servilleta y
acariciándolo se la enrosco en su cuerpo y como el que se lanza a una piscina
lo introduzco en la taza. Lo subo
despacito, viene una porción vestido de un cobrizo que se va a desnudar al
introducirlo en la boca. Reiteradamente el churro camina de la taza a la boca
para irse poco a poco desprendiendo de su cuerpo al mismo tiempo que la jícara
va disminuyendo de contenido.
Torneo medieval en Plaza Bib- Rambla
Congreso Eucarístico en la Plaza de Bib-Rambla
Con el espíritu satisfecho ante este rito granadino, con el
estómago repleto sintiendo la pesadez de un chocolate que tomó aposento, como
un peso pesado, vamos paseando por esta histórica Plaza de Bib-Rambla, me
vienen a la memoria sucesos acaecidos, en este lugar, en el trascurso del
tiempo: centro neurálgico de citas y reuniones, la de los torneos medievales,
corridas de toros, fiestas y justas, cadalso y ajusticiamientos, solemnidades
eucarísticas, autos de fe, para decidir la suerte de muchos ciudadanos, quema
de muchos e importantes manuscritos, documentos, libros, sobre todo los
coranes, centro aduaneros de especies y textiles que entraban en la ciudad,
feria de caballos, tertulias de vagos y maleantes, de trileros, charlatanes,
compra y venta ambulante de objetos de segunda mano, sisados la mayoría de
ellos, perfume de flores en las casetas de las floristas, carocas, en las
fiestas del Corpus, reflejando en quintillas, de forma jocosa,
los hechos más relevantes acaecidos durante el año.
Los globos intentan escaparse
La
puerta del otoño se ha abierto, dejo que mi mente vuelva a la realidad de esta
tarde, el colorido de numerosos globos de gas, encerrado en paredes distendidas
de goma, completamente apretujados con diversas formas: muñecos, payasos,
aviones delfines, y otros juguetes, que
intentan escaparse de las garras del que los quiere vender, constituyen
una paleta de colores, en medio de la plaza.
Hay un personaje que parece jugar al diábolo, introduce un doble cordel sujeto por dos palos en un cubo de agua espumosa y va dejando en el espacio otro tipo de globos gigantescos de diversas formas, con reflejos de colores que flotan en el aire, perseguidos por la chiquillería que ávida por cogerlos sufren la desilusión al desaparecer, cuando los tocan, en estallidos que dejan una multitud de destellos en forma de diminutas chispas jabonosas.
El "tío vivo" ecológico de Bib-Rambla
Más allá está el “tío vivo ecológico”, el de los caballitos, carroza, moto de madera, que se asemejan a los juguetes fabricados, en la hora escolar de trabajos manuales sobre tableros de panel, con la fuerza de la segueta. No hay energía eléctrica ni motor alguno que haga girar el columpio, es el vigor del cuerpo del dueño de este artefacto pedaleando sobre una bicicleta fija el que lo mueve.
La menudencia de la chiquillería se
divierte, mientras el columpio gira dando vueltas ante la mirada expectante de
padres y abuelos.
Con esta forma ¿Hemos vuelto atrás en el
tiempo? Todo lo contrario hemos dado un paso adelante evitando, aunque sea en
pequeña escala, la contaminación del entorno.
La decapitada torre de la catedral
La decapitada torre de la catedral luciendo como un ascua de fuego y sus campanas lanzando al viento el sonido del bronce de sus vestidos es la música ambiental en una tarde de otoño.
Domingo 28 de septiembre, las canales
han vuelto a trabajar durante esta noche y gran parte de este día vertiendo el
agua caída del cielo, hay cierta incertidumbre sobre el acto procesional de
esta tarde.
El otoño se ha vestido con un traje hecho de viento
El otoño se viste cada día con un traje diferente, unos días el sastre atmosférico le ha construido un atuendo hecho de viento, para que ayude a la arboleda a desprenderse de las hojas mortecinas que cubren su cuerpo.
El otoño nos invita a sacar la chaqueta
Otro día se ha cubierto con el mercurio del termómetro que bruscamente ha descendido de temperatura invitándonos a sacar del armario aquella chaqueta que dormía plácidamente un sueño de verano.
El otoño se viste con negros nubarrones
Hoy se ha vestido de negro con los nubarrones de un cielo oscuro que grita con la voz ronca del trueno y la refulgente luz del relámpago que deja al descubierto las siluetas de los edificios que duermen en la oscuridad de la noche.
El otoño se viste con rayos de sol. (Lavadero de la Puerta del Sol en Granada)
El otoño también sabe vestirse de rayos de sol, algún que otro día, para engañarnos queriendo hacernos creer que el verano se alarga. Pienso, que el armario donde guarda el otoño sus vestidos son tantos y variados los que tiene, que ya no le caben más.
La muchedumbre vitorea a la Virgen de las Angustias
La tarde se ha abierto la pertinaz lluvia de la mañana, que presagiaba dar al traste con la procesión de la Patrona, ha dado paso a un cielo despejado para que pueda desfilar por las calles granadinas admirada por un gentío llegado de allende, de ciudades y pueblos, cada cual con sus peticiones y ofrendas, con promesas y sufragios vitoreándola y reverenciándola.
Otoño es también decir, el aroma que desprenden las tortas de la Virgen envolviendo el ambiente, despertando el apetito e invitando a cumplir con la familia su consumición tradicional, en una de las cafeterías de más renombre en la ciudad, en Casa Isla.
Torta rellena de cabello de ángel
La torta de cabello de ángel, jugosa, suculenta, es una delicia en el paladar con la característica especial de sus trocitos de almendra que le dan el carácter propio de su procedencia.
La torta de cabello de ángel, jugosa, suculenta, es una delicia en el paladar con la característica especial de sus trocitos de almendra que le dan el carácter propio de su procedencia.
Con la familia disfrutando de la rica torta de la Virgen
Bien entrada la noche en nuestra retirada saboreando las acerolas, y azofaifas, se escucha el griterío y las voces de los vendedores que ven peligrar la mercancía sin despachar.
Bien entrada la noche en nuestra retirada saboreando las acerolas, y azofaifas, se escucha el griterío y las voces de los vendedores que ven peligrar la mercancía sin despachar.
¡A seis euros!, ¡a seis euros!, pregonaban para terminarlas
-Tortas, tortas de la Virgen, a seis euros, a seis euros.
Es otoño, las hojas de los árboles son
pájaros colocados en sus ramas encarceladas al aire libre pero sin jaula.
Las hojas siempre tuvieron envidia de no poder volar como los pájaros
Es otoño, las hojas siempre tuvieron envidia de no poder volar como los pájaros. Movidas por el viento, quietas otras veces, siempre se preguntaron ¿Por qué los pájaros suben y bajan de las altas torres a beber el agua de la fuente y yo aquí prisionera y sin jaula?
Llegó
el otoño, se cortó el hilo que las ataba y las tenía prisioneras y se echaron al vuelo que tanto deseaban.
Fueron cayendo hasta dar con su cuerpo en el suelo
Pálidas, amarillentas, débiles, sin fuerzas y sin alas fueron cayendo hasta dar con su cuerpo en el suelo.
Yo
les digo, es otoño, no os preocupéis los pájaros, vosotras y yo con mi mente
agotada y mi cuerpo cansado del largo caminar, un día quise echar mis sueños a
volar careciendo de alas, a los tres en la misma zanja nos pondrán.
-Es otoño.
José Medina Villalba
Pues si, ya esta aquí el otoño, los días van acortando, parece todo mas triste, pero no es así, el otoño nos regala sus colores especiales, eso atardeceres rojizos y anaranjados, esas hojas que cubren nuestro camino, esas tortas tan típicas de la virgen , esas granadas tan ricas ,las azufaifas, kakis, etc.
ResponderEliminarPero si, vamos cumpliendo otoños y eso con lleva estar mas viejos, pero nada nos quitara nuestros recuerdos, nuestras sensaciones, esos momentos vividos que a leer su blog me traen a mis pensamientos lo que la vida va cambiando con las estaciones. Sensaciones es justo lo que sus palabras me han transmitido hoy, es como si estuviera comiendo a estas horas esos churros de la plaza bib rambla, muy agradable esta lectura, gracias por compartir sus blog
Estimada Marí, espero y deseo que el chocolate y los churros de Bib-Rambla, aunque haya sido solamente a través de la lectura, te hayan sentado bien, pues el chocolate, según dice mi amigo Vicente el gran pintor, desde que entra por la boca hasta que llega al estómago camina rayendo todo lo que encuentra a su paso.
ResponderEliminarMuy agradable la lectura de tu comentario y esas reflexiones tan interesantes que haces; si este repaso al otoño te ha servido para traerte buenos recuerdos y sensaciones, podemos decir ¡eureka!
Gracias por tu glosa a este archivo.
Amigo Pepe; con la misma y retenida velocidad que las gotas de chocolate adheridas al tejeringo se van desprendiendo , para regresar a su temporal hogar, es decir la taza caliente repleta de cacao, tus frases, tus opiniones tus sentimientos, marcan una clara y marcada ruta, que va desde el cerebro al corazón y viceversa, no creo que haya nadie que exprese mejor, el sentir. las tradiciones y las costumbres de nuestra incomparable tierra; quien quiera que tenga la suerte y el placer de leer tus escritos, se verá impelido a ver y experimentar, que existe un lugar en el mundo, donde la poesía toma cuerpo y el entorno romance. lo plasmas en cada blog, independientemente que sea primavera, verano, otoño o invierno, caigan las hojas o comiencen a retoñar los avellanos, nieve en la sierra o el deshielo aumente el caudal del darro o el genil, siempre es la Granada eterna de García Lórca o la de José Medína. Un fuerte abrazo de tu amigo José Cuadros.
ResponderEliminarTejeringo o churro, ¡Qué más da! lo importante es el momento, el lugar, ¡Bib-Rambla! donde tantos sucesos acaecidos a través del tiempo se encuentran grabados en el espacio etéreo de este entorno, unos vividos desde mi infancia: los soldados cortejando a las niñeras vestidas de negro con delantalitos blancos como la nieve, o los chacolines con mis hijos y nietos, o las carocas, o mi seat 600 dando la vuelta a la plaza cuando por ella se podía circular, o el charlatán rodeado de curiosos, o......, y otros vividos a través de lo que la historia ha dejado escrito.
EliminarTodos estos acontecimientos se asocian al churro convirtiéndolo en un personaje más, mientras se introduce en mi boca uniéndose al rico chocolate constituyendo un pasaje más de la memoria.
Cualquier rincón de Granada tiene su encanto especial para que las musas te trasladen al paraíso de los sueños.
Vente a Granada, siéntate en Plaza Bib-Rambla y déjate llevar por la emoción del entorno, en cualquier época del año, mientras te deleitas con un sabroso chocolate, barnizando a un calentito churro. Un abrazo amigo Pepe.
Comentario de la Catedrática doña Amelina Correa Ramón.
ResponderEliminarMagnífico y evocador reportaje, que se centra, además, en una de mis épocas preferidas: el otoño, y más en Granada, donde es tan hermoso. Enhorabuena, querido Pepe,por este gran trabajo, tan ameno e instructivo como todos los tuyos.Un fuerte abrazo.
Estoy completamente de acuerdo contigo, todas las estaciones tienen un encanto especial, los paisajes de la nieve transformando la Naturaleza son delicias para la vista, el perfume de las flores en primavera, las sombras acogedoras ante el fuerte calor del verano, nos embriagan, pero el color variopinto de los bosques en otoño nos colman. Querida Amelina tus comentarios son enriquecedores y completan con tus sabias y bellas palabras, mis textos. Un fuerte abrazo.
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