domingo, 3 de enero de 2016

LAS DOS CARAS DE LA NAVIDAD


                                            Puerta Real. Fuente de las Batallas

Érase que se era una ciudad maravillosa, que todos los años se vestía de Navidad, con un atuendo de dos caras el anverso grandilocuente y fantasmagórico y el envés menos visible pero más crudo y real.

                                           Calle Mesones. Antes del Poeta José Zorrilla
                                              Calle del Poeta José Zorrilla

Llega la Navidad y con ella, aparentemente, la alegría, el consumismo al máximo, compras y regalos a diestro y siniestro, atracones de comida y bebida…, hemos pasado del Paleolítico, Neolítico, Edad del Bronce y del Hierro, las diversas Edades de la Historia a un periodo que yo catalogaría como el “Ansiolítico”.



Luminarias en los grandes y pequeños almacenes, como reclamo para satisfacer sus objetivos de ventas, árboles que han sustituido las desaparecidas hojas, durante el otoño, por lucecitas de colores que no paran de guiñarnos con sus resplandecientes ojos, notas musicales que flotan constantemente en el espacio con melodías que corresponden a esta época.

                                          Árbol de Navidad en Plaza Bib-Rambla

Gigantescos árboles navideños artificiales, colocados en las céntricas plazas de la ciudad, donde la electrónica ha hecho un alarde de invención y composición que deslumbra al contemplarlos.


                                          Bosque de pinares

La verdad sea dicha, en cierto modo, ha sido un alivio para la Naturaleza a la que se les desgarran impúdicamente, todos los años, bellos y magníficos abetos de los bosques de pinares.



La Navidad cada año que pasa se aproxima más precipitadamente, se nos acerca con más rapidez, y es que no hemos terminado de saborear, durante el estío, los últimos mantecados que quedaron congelados en el frigorífico, restos de las pasadas Pascuas, cuando ya tenemos encima otras.
 Me refiero a los polvorones, mantecados y otros, que no le pudimos dar fin en las Navidades y que sigilosamente custodiamos en el congelador.

                               Un cielo azul cuajado de estrellas, desde uno de los miradores del Albayzín

Una noche de verano, en la terraza de casa, contemplando un cielo azul intenso cuajados de estrellas o en el parque más próximo a tu vivienda, para refrigerarte del agobio del caluroso día, surge una voz:
-¿Quién quiere un mantecado?
Sales de ese letargo somnoliento, levantas la mano y de la bandeja que te ofrecen te vuelves a traer a la memoria, mientras lo saboreas las últimas escenas de las pasadas Navidades.
            


                               Plaza Nueva donde se aúnan, Marianismo, Mudéjar y Cristianismo 

Una de esas tardes otoñales cuando el verano aún está dejando su huella calorífica, dando una vuelta por la plaza donde se aúnan el sabor manierista, con el mudéjar y el cristiano, en esa Plaza Nueva granadina, donde confluye el oxígeno puro que se precipita por la Cuesta de Gomerez y se funde en un abrazo con el airecillo que llega del Valle de Valparaiso, me quedo anonadado al ver a los de la empresa de Montajes Eléctricos Ximénez.


                                        Montando las instalaciones eléctricas de Navidad

¡En pleno mes de octubre, colocando las instalaciones navideñas!
 Estupor y asombro me produce al ver, a estas alturas, las nuevas composiciones decorativas de cenefas, campanitas, angelitos y diversa filigranas que, los ingenieros electricistas, han creado para disfrute visual, y poder contemplarlas refulgentes, cuando llegue diciembre.


                                En los supermercados se colocan anticipadamente los dulces navideños

Pero bueno, vamos a ver, pregunto: ¿Es normal que en los supermercados te estén colocando, cuando aún faltan tres meses para que lleguen las citadas fechas poder presenciar  ya, los estantes repletos de todos los dulces habidos y por haber?
-Señores, ¿hemos perdido la razón?

                                    Magníficos regalos a través de las llamadas televisivas

-¿Qué me dicen del reclamo, desde mi punto de vista, durante estos días, con el que nos bombardean continuamente en la TV, con los magníficos regalos de coches, miles de euros sonantes y contantes por una simple llamada o mensaje?
¡Menudo negocio se tienen montado con la infinidad de euros que obtienen a través de estos reclamos!



Esté usted muy atento porque puede sonar el teléfono y en lugar de decir, lo habitual,
-¿Diga?
Se le ocurra declamar,
-¡Tengo una ilusión! (Contestación correcta para obtener el deseado premio que tanto anhela  y le tiene obsesionado).
 Porque puede acontecer que, al otro lado del hilo telefónico, esté su suegra, su peor amigo, o su jefe que le invita a ir anticipadamente al trabajo porque ha surgido una emergencia.
-¡Menudo chasco!


                                               El Corte Inglés de Granada

Paseaba esta mañana, vísperas de la agonía de éste 2015, que hace mutis por el foro, dejando atrás sus penas y glorias y desaparece del escenario del calendario.



Terminaba de salir de esos grandes almacenes que por allí hay, acompañado de mi hijo y nieto, consejeros en la compra de mi nuevo móvil, porque quieras o no, todos estamos metidos en esta vorágine de “tecnología ultramoderna”, sino te pones al día te vas alejando de la realidad de este mundo.


 Haciendo alusión al dicho un poco absurdo, y contradictorio, “antes morir que perder la vida”, o aquel otro más ascético y místico de Santa Teresa, “muero porque no muero”, lo traduzco en “antes morir que perder la ilusión de estar a la orden del día”, sino en todo, por lo menos en aquellas cosas que me tienen enganchado al carro del caminar diario.



Hacía tiempo que aquel anciano mal vestido, mal aseado, carente de visión, acompañado por su hijo, no lo veía sentado en uno de los portales de esta Carrera de la Virgen con un vaso de plástico en la mano, sin musitar palabra, era la señal evidente de la súplica a través de un lenguaje carente de sonidos, implorando a los viandantes una ayuda para poder seguir subsistiendo.



Esta mañana lo he visto solo sin su acompañante habitual, aquel que pregonaba en los días de fiesta en las tardes otoñales o de riguroso invierno, en esta misma avenida junto a su gran hornillón de asar patatas, con un idioma medio ininteligible ¡Perdices! ¡Perdices asá!

                                   El pregón popular  de ¡Perdices asá! Corresponde a patatas asadas.

-¿Acaso ha fallecido?
-¿Estará solo?
Porque no es la primera vez que lo he contemplado solitario, pensativo y cabizbajo.
Este es uno de los desagradables aspectos, del inmenso abanico oscuro, con el   que se viste la Navidad.



                                                  Fuente de las Batallas

Absorto en mis pensamientos desemboco en Puerta Real, un airecillo llegado de Reyes Católicos se desliza sobre los juguetones chorros de agua que saltan en los surtidores de la Fuente de las Batallas, trasladando sus diminutas partículas juguetonas y volátiles para que acaricien mi rostro.



Algarabía de gentes que se desplazan de un lugar para otro, casetas ofreciendo los más variados artículos de regalos, que son el atractivo y reclamo para encontrar el objeto con el que vamos agasajar, en estas fiestas, a nuestros familiares.



El curioseo de uno a otro estand, del que va a comprar o simplemente del que fisgonea curiosamente sin otro ánimo que interrumpir y molestar.
Los objetos más variados se muestran ansiosos para que puedan pasar a formar parte del futuro comprador.


-Mire, le digo a un señor, que se encuentra detrás de un mostrador donde se exhiben una serie de correíllas para la muñeca, y otros objetos de cuero.
-¿Qué me recomienda para sorprender, en el “Amigo invisible”, a mi nieto?
Con una amabilidad especial y un deje en su forma de hablar, llegado de Buenos Aires o de cualquier otro lugar de Argentina, me dice:
-Señor esta correa con broche imantado le puede hacer ilusión.



                                           Los sones rítmicos de una batucada

Mientras hago la compra, los sones rítmicos de una batucada impregnan el ambiente; vuelvo la vista hacia el lugar desde donde salen los acompasados y armoniosos sonidos; un numeroso grupo de jóvenes con sus tambores, timbales, silbatos crótalos, repiques, instrumentos de percusión golpean con fuerza acentuando el segundo tiempo en sus compases.


                                       El Carnaval de Río, aparentemente,  en Puerta Real

El carnaval brasileño de Río de Janeiro parece haberse apoderado esta tarde de Puerta Real, e incluso algunas jovencitas le dan suelta a sus pies marcándose una samba, y otros más atrevidos con una capoeira, que enriquece el ambiente.



El emigrante sub-americano embutido en uno de los personajes de Walt Disney, aguantando el encarcelamiento que le produce el traje donde se encuentra recluido, intenta conseguir ser el atractivo de los peques que por allí deambulan.



Uno de ellos es el famoso Papa Noel, hace años se impuso como personaje venido en su carroza tirada por renos desde los Países Escandinavos,  trae sus regalos en el día de Navidad.

                                     Lo nuestro fue siempre el Portalico de Belén

No era el fan de la infancia de los niños de mediados del siglo pasado, como tampoco lo era el famoso árbol de Navidad, lo nuestro fueron siempre los Reyes Magos y el Portalico de Belén.


                                     Los tres Reyes Magos de Puerta Real

Entre todo este barullo de sones de batucada y de juegos artificiales, plasmados en el recreo de chorros de agua de la fuente, se alzan tres enormes gigantones elegantemente vestidos donde la fuerza del color se manifiesta con un  brillo especial en intensidad máxima.



Hay competitividad entre la chiquillería por llevarse plasmado en sus móviles y cámaras la presencia de estos tres frontispicios que causan admiración y que han venido, este año, a sustituir a los ciervos que comían el césped que rodea el hontanar.  


                                            El columpio ecológico de Puerta Real

Otros se divierten en el columpio ecológico subidos en unos caballitos que giran accionados por la fuerza motriz de las piernas del dueño que pedalea haciendo que se mueva todo el artilugio.



Un poco más arriba, desde hace tiempo, hay otro gigantón de bronce de mi amigo el escultor Juan Corredor; bronce que causa diversas reacciones al contemplarlo.
Juan me comentaba que fue una donación altruista al Ayuntamiento de la ciudad, que le dio la opción de elegir el lugar donde se pudiese exponer.



Indudablemente no lo dudó nunca mejor sitio para exhibir su obra de arte, que en el mismo corazón de la ciudad.  Hay opiniones para todos los gustos, quien lo alaba como una obra modernista, y la de aquellos que sienten cierta vergüenza ajena al pasar por su lado.



Pero parece ser, igual que ocurre con determinadas costumbres de echar una moneda en una fuente o pasar el décimo de lotería por la joroba de un corcovado para que te den suerte, se está extendiendo entre el populacho, el dicho de que la suerte está en pasar la mano por sus partes más íntimas, de ahí que cada vez estén tomando más brillo.


                                               Acera del Casino

Continuo Acera del Casino arriba son casi las una de la tarde y la temperatura que marca el gigantesco termómetro es de 13º. 



Hay quien pide su generoso donativo haciendo el reclamo con tres cabezas decapitadas sobre una mesa, que se mueven al unísono, delante del Teatro Isabel la Católica, produciendo  cierta hilaridad para unos, y sorpresa para los más.
Gentes y más y más…, cada uno a lo suyo, pero paquetes y más paquetes que cuelgan de las manos de los que los llevan.

                                     Arco de las Orejas. (Desaparecido)

Plaza Bib-Rambla, un libro abierto de la Historia, si la tierra, el asfalto, el enlosado, que a través de los años la han ido vistiendo pudiesen hablar, cuántos torneos, orejas colgadas en una de las puertas principales que daban acceso, piras de manuscritos religiosos quemados, Congresos Eucarísticos, festivales artísticos, trileros y vendedores de las más absurdas baratijas, pregones de aguadores cuyas ondas flotan aún en el espacio, perfume embriagador de puestos de flores…,


                                            Puesto de flores en Bib- Rambla

 todo esto y mucho más ha quedado en la memoria de esta ciudad.



No podía faltar, en esta mañana, el colorido multicolor del ramillete gigantesco de globos que, aunque no se vendieran, son imprescindibles para darle pigmentación y belleza a una de las plazas más antiguas.  



Como tampoco carecer del animador rodeado de un numeroso público, con una faceta de pluriempleo, donde lo mismo hace de payaso, de malabarista, prestidigitador, saltimbanqui e incluso de jugar con la chiquillería, para regodeo de los pequeños, papás y abuelos.


                                                   Fuente de Neptuno

Los enormes gigantones de la Fuente de Neptuno, con su tridente en la mano, cada uno con su especial trabajo, arrojar agua por las fauces y el Dios Neptuno con sus tres dientes (tridentis) como vigía y guardián de la plaza.



El abuelo que contempla a su nieto en el tío vivo ecológico, o la chica que fabrica pompas gigantescas de jabón,  como el que juega al diábolo, e incluso se presta a enseñar a otros chicos para que las fabriquen.


                                Las pasiegas alimentan con la leche de sus pechos a los pequeños

Entrar en la Plaza de las Pasiegas es pasar a otro escenario, a mi derecha mi imaginación se traslada a épocas pasadas, y veo a aquellas señoras llegadas del Valle del Pas en Cantabria, con sus enormes pechos de labriegas, al aire, actuando de nodrizas dando la leche para  amamantar  a los que sus madres carecían de éste elemento básico, que da la vida a los recién nacidos, generalmente reclamadas por familias pudientes de la burguesía.
-¿Acaso, amigo o amiga lectores, no se os había ocurrido pensar el por qué de Plaza de las Pasiegas?


Me detengo contemplado al japonés, que todos conocemos, llevándose en su papel Fabriano los rincones más recónditos de la ciudad.



Me detengo, lo saludo, contemplo la fachada de la Catedral, minuciosamente detallada y coloreada, con una maestría de artista excepcional y continúo mi camino hacia mi último objetivo.



La Plaza de las Palmeras con su aguador siempre inmóvil e impertérrito, con la torre de la Catedral como guardiana de la Plaza, con el Centro Cultural García Lorca y mi panadera; sí, mi panadera que ocupa un pequeño habitáculo cargado de todo aquello que se puede hacer con la harina: hogazas, panecillos, chuscos, bollos, barras, trenzas, zapatas, chapatas, pistolas, pistolínes…, y toda clase de dulces, me guarda sigilosa mi pan verde, elemental para el buen funcionamiento del intestino; me recibe como a toda su clientela con la amabilidad que siempre le acompaña y me gratifica con unas pequeñas saladillas que gustosamente me voy comiendo al deshacer el camino.



Huele a especias, a numerosos puestos que invaden el paso de los transeúntes para atraparlos con la enorme variedad de productos llegados de diversas partes del orbe, exquisitos frutos secos y toda clase de productos tropicales que te asaltan al contemplarlos, es el negocio del “El Caramelo”.



Son las siete de la tarde, la Estrella de Oriente, que observo a través de la ventana del cuarto de estar, me está invitando con sus refulgentes destellos luminosos a salir de nuevo para contemplar el amplio espectro de luminosidad que invade la ciudad que arde en  una pura ascua de fuego.


Los Reyes Magos de esta mañana centellean con tal fuerza que hacen el acopio de la chiquillada y apenas si hay espacio para conseguir un pequeño sitio libre para podérmelos llevar prisioneros en los diez mega pixels de mi sony.



He recorrido de nuevo el camino de esta mañana, las estrellas con todo su esplendor, han caído del cielo y a estas horas, reposan tranquilamente por Calle Alhóndiga,




 una corona enorme viste de Reina a Puerta Real, mientras los árboles y los abetos, se han llenado de hojas donde la magia del color electrizado me traslada a un país de encantamiento.


                                          Amadeus Mozart por la Calle Mesones

Hasta el mismo Amadeus Mozart se ha hecho presente y la melodía de una de sus sinfonías envuelve el ambiente para hacer más mágica la noche.


                             Las campana de la Iglesia de San Antón, acompañan a las lumínicas de la calle

Hay campanas lumínicas a las que se le unen los sones reales que salen de la torre de la Iglesia de San Antón, en lenguaje de bronce que les hace hablar en idioma de brillantez  a las que adornan la calle.



Aquel enorme abeto que impasible ocupaba, esta mañana, el centro de Bib-Rambla, ahora se muestra refulgente mostrando en su enorme capa los más bellos adornos de campanitas, bolitas, y toda una serie de ornatos acompañado por  Papa Noel 



y el Rey Melchor subido en sus altos zancos al que los niños, desde abajo, le van trasladando sus peticiones.



En penumbra y a duermevela, los gigantones de la fuente, miran de soslayo al espectáculo de luminotecnia para sentir, en sus cuerpos petrificados, que una Navidad más la gente lo pasa bien a pesar de las vicisitudes que a veces nos agobian.


                       La gente espera para entrar al patio del Ayuntamiento donde se encuentra instalado el Belén

Colas enormes en la plaza del Carmen, para disfrutar durante unos momentos de esa enorme maqueta que contiene los más variados aspectos que pueda ofrecer uno de los muchos y artísticos belenes que hay en la ciudad.


                                              Gran Vía de Colón
                                            Plaza de Isabel  la Católica

Hoy ha sido un día en el que mi parte afectiva se ha enriquecido de tal manera por la cantidad de espectáculos diversos que me han impregnado, en una ciudad que durante estos días ha salido de la monotonía habitual para convertirse en el “País de las Maravillas”.


                                                Calle de Santa Escolástica

En estos momento regreso a casa, ha sido una jornada intensa, de emociones, he de sosegar mi estado de ánimo con algún soporífero que me relaje, para seguir soñando.

                                        Farmacia de la doctora Dª Virginia Ortega

Nunca podría encontrar mejor lugar, para aliviar mi estado anímico, que en la farmacia de mi barrio judío donde dos guapísimas y angelicales farmacéuticas, llenas de jovialidad, simpatía, cordialidad y atractivo femenino, saben perfectamente atender a su clientela: 





orientan, aconsejan, animan y miman a sus clientes, que más que consumidores son amigos, y la amabilidad se manifiesta en un derroche de cordialidad que sobrepasa todos los límites.      
 ¡Pero bueno! Estarás pensando, querido lector, que hasta ahora solo se ha puesto de manifiesto la belleza, el encanto, la fascinación y el atractivo de mi paseo matinal y nocturno, por el centro de la ciudad. Ahora me preguntas:
-¿Dónde está la otra cara de la Navidad?
Te la voy a contar. 



Más arriba sentada en el suelo una chica con aspecto macilento, demacrada, con la mirada perdida, esperando que alguien se digne dejarle en la cajita, que tiene delante, algunas monedas para seguir subsistiendo.
Hay otra noticia más espeluznante que procede de las altas esferas de la Gobernación, cuando el Senado pone de manifiesto que el setenta por ciento de los ancianos ingresados en las residencias, reciben de sus parientes, cuanto más una o dos visitas al año.


Para que la cosa resulte más espeluznante todavía, proponen que se pueda entablar acciones judiciales contra esos hijos que, teniendo medios y posibilidades no atienden a sus padres.


Mi pregunta es: ¿Vivimos en un país civilizado? Siempre he pensado que una nación en la que los ancianos no son queridos y bien tratados es una nación salvaje.


                                          Los gitanos veneran a sus mayores

En esto nos da un buen ejemplo la raza gitana que siente veneración por sus mayores a los que no solo respetan sino que cuidan y miman en sus últimos años de vida.
Nunca fue fácil llegar a la vejez. Jorge Manrique escribió que “todo se torna graveza/ cuando llega el arrabal/ de senectud.



Porque “la vejez nunca viene sola”, según escribió hace muchos siglos Platón, sino que viene acompañada de la enfermedad, el agriamiento del carácter, el descenso de esperanzas, la falta de horizontes, el aburrimiento, y la peor de todas las dolencias, la soledad.


Es muy difícil llegar a ser un anciano feliz. Los hay afortunadamente, y bastantes. Pero aún estos han de reconocer que tienen que multiplicar su coraje y sus ilusiones para seguir siendo los hombres que fueron.


Parece bastante claro que el lugar, no sólo ideal sino simplemente lógico y humano para pasar los últimos años, sea la casa donde uno ha vivido siempre.
Existen por fortuna familias que consideran su mayor deber hacer felices a sus viejos mientras tengan la suerte de tenerlos con ellos. Eso es con frecuencia difícil, porque ni las casa de hoy se construyeron para familias grandes ni el trabajo del matrimonio fuera de la casa permite atender bien a los padres. Sin embargo he podido comprobar que hay hijos que hacen todos los equilibrios del mundo por no alejar a sus padres.




Pero no es esto hoy lo corriente, el anciano suele ser “peloteado” pasándoselo por temporadas de unos a otros, y que al final los más de los hijos acaben escurriendo el bulto hasta que entre todos descubren que lo mejor es buscarle una residencia, o incluso un asilo si no hay posibilidad de pagarle la residencia.



Al ver hoy una noticia en la televisión de como un cuidador en una residencia ha maltratado a las ancianas e incluso ha abusado de ellas se me ha encendido la rabia, la indignación y el coraje, porque si todo esto es terrible, más lo es aún la soledad. ¿Qué soledad más honda que la de las personas que han perdido ya sus esperanzas, sus ilusiones, su libertad, que acaban hasta por olvidar el rostro de sus hijos y sus nietos, que aparecen por la residencia un par de veces al año, tal vez el día de su santo o en las vísperas de la Navidad? ¿Y los otros trescientos sesenta y tres días?
¿Y quieren castigar a esos hijos porque no se preocupan de sus ancianos padres?



La verdad es que si el amor hay que incentivarlo con dinero o con castigos, mejor sería darse de baja de la raza humana. Si comenzamos este artículo con un “érase que se era”, ahora terminamos con un, colorín colorado esta narrativa, con toda su crudeza y amargo final ha terminado.
(Con esto quiero justificar el título de este archivo. La otra cara dolorosa de la Navidad).

                                   José Medina Villalba

   

  


12 comentarios:

  1. Qué precioso y emotivo paseo navideño... y cuántos recuerdos, sentimientos y reflexiones suscita... La del final, verdaderamene amarga, porque sí, yo también creo que por desgracia vivimos en una sociedad cada vez más deshumanizada. Por eso, querido amigo José, haces muy bien en plantear aquí el problema de los desalmados capaces de abandonar a sus seres queridos cuando ya -¡parece mentira!- les "estorban"...
    Por otro lado, me ha encantado ver la foto de las pasiegas en la plaza a la que dan nombre. Recuerdo que cuando estudiaba la carrera, a final de los años ochenta, un sabio profesor nos enseñó cuál era el origen de ese nombre. Pero nunca había visto fotos!!
    Un fuerte abrazo de Amelina Correa
    P.D. Y feliz año nuevo!!!

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  2. Tu comentario es un gran complemento a este archivo que necesitaba ser refrendado para dar testimonio a la realidad que la vorágine de la vida está haciendo mella, por desgracia, en muchas familias.
    Creo y estoy plenamente convencido que todo se basa en una falta de educación emocional y familiar, de ahí que se den los dos casos, las familias que acogen con mimo y cariño a sus ancianos hasta los últimos momentos de sus vidas y los que no lo hacen, pero todo tiene su fundamento en la educación que es la "levadura" que hace fermentar las buenas costumbres en el ámbito de los hogares.
    Si el paseo navideño fue de tu agrado, te trajo buenos recuerdos y no te originó ningún cansancio,¡estupendo! Mi agradecimiento por tu comentario. Un fuerte abrazo. José Medina.

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  3. Amigo Pepe:Ese arte de prestidigitador con el que Dios te ha favorecido, te permite despertar las fibras más sensibles del lector, que disfruta palabra a palabra con tus escritos; hay pechos femeninos como los de las pasiegas, que alimentan y dan vida para el cuerpo, pero hay pechos masculinos como el tuyo, que alimentan el espíritu y dan fuerza para seguir mirando la vida con esperanza e ilusión. La foto de plaza nueva me ha hecho recordar como, en vacaciones de Navidad, compraba en los puestos allí instalados las figuras del belén que pondría al llegar a casa, y paso a paso he seguido ese recorrido callejero, cargado más del sentimiento y del cariño que sientes por nuestra ciudad; no se en que fecha pero también recuerdo una tómbola que se instalaba en la plaza del Carmen justo en la puerta del ayuntamiento, en casa de mis padres había algún jarrón de cerámica vidriada que en ella les había tocado. Te he acompañado espiritualmente en el recorrido y he echado de menos los chorros congelados de la fuente de las batallas, como tradicionalmente ocurría,pero he ido percibiendo los aromas de las tiendas por donde transitabas, cada una de ellas con su perfume característico, las librerías, las zapaterías,las confiterías, los almacenes Gran Vía con sus tejidos, El SUIZO, los bocadillos de foi-gras del bar recogidas, el Olímpia y el Ali Atar, pero sigamos con la Navidad alegre y triste, blanca y oscura, buena y regular, bondadosa y cicatera, esplendida y humilde, acogedora y despectiva, entrañable y dura;el reparto no es equitativo como tan claramente has narrado en tus renglones y fotos. Tus escritos representan el alma pura y limpia de un Granadino de bien, te agradezco no sabes de que manera el haberme dejado acompañarte por las calles de la ciudad de los sueños. Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros.

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    1. Estimado amigo granadino por naturaleza, sevillano y malagueño por adopción. Siento la satisfacción de haber estado, en este recorrido, acompañado por numerosas personas, unas conocidas corporalmente y otras sentimentalmente por la amistad que nos une a través de los diversos grupos en los que me encuentro enrolado. Sentir la conversación de un amigo que trae a la palestra recuerdos, por los diversos lugares por donde hemos ido pasando, es dar vida a la vida cargada de años.
      Aquellas Plaza Nueva y Puerta Real con sus fuentes chorreando agua petrificada por el frío intenso de los inviernos, ya no existe y al paso que vamos creo que no volveremos a ver esos carámbanos de nuestros años juveniles, que quedan enrolados en el museo de los cuadros costumbristas.
      Son muchas las riquezas, de una añorada Granada, que la picota arrebatadora y despiadada de la modernidad ha ido destrozando el semblante y grandeza de nuestra querida Granada.
      Aquellos bocadillos del Bar Aliatar en la calle Recogidas,-cuando aún conservaba el regusto especial de una calleja estrecha- que nos tomábamos los domingos después de salir del cine, acompañados por "un follaza de Calicasas" antes de incorporarnos al Colegio, eso es historia que quedará para siempre en nuestra memoria.
      Pepe, yo también te agradezco que hayas tenido la gentileza de acompañarme en este día navideño recorriendo nuestra ciudad, la más extraordinaria y maravillosa del mundo a pesar de que le hayan arrebatado alguno de los encantos de otros tiempos, pero que siempre y por más que quieran jamás le podrán quitar, el color intenso de su cielo azul, la belleza de sus rincones albaicineros, la brisa de Valparaiso, sus monumentos e Historia, la familiaridad de sus gentes...., y la "malafollá granaína" que ha traspasado todas las fronteras.
      Feliz año.
      Un fuerte abrazo.

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    2. Estimado amigo granadino por naturaleza, sevillano y malagueño por adopción. Siento la satisfacción de haber estado, en este recorrido, acompañado por numerosas personas, unas conocidas corporalmente y otras sentimentalmente por la amistad que nos une a través de los diversos grupos en los que me encuentro enrolado. Sentir la conversación de un amigo que trae a la palestra recuerdos, por los diversos lugares por donde hemos ido pasando, es dar vida a la vida cargada de años.
      Aquellas Plaza Nueva y Puerta Real con sus fuentes chorreando agua petrificada por el frío intenso de los inviernos, ya no existe y al paso que vamos creo que no volveremos a ver esos carámbanos de nuestros años juveniles, que quedan enrolados en el museo de los cuadros costumbristas.
      Son muchas las riquezas, de una añorada Granada, que la picota arrebatadora y despiadada de la modernidad ha ido destrozando el semblante y grandeza de nuestra querida Granada.
      Aquellos bocadillos del Bar Aliatar en la calle Recogidas,-cuando aún conservaba el regusto especial de una calleja estrecha- que nos tomábamos los domingos después de salir del cine, acompañados por "un follaza de Calicasas" antes de incorporarnos al Colegio, eso es historia que quedará para siempre en nuestra memoria.
      Pepe, yo también te agradezco que hayas tenido la gentileza de acompañarme en este día navideño recorriendo nuestra ciudad, la más extraordinaria y maravillosa del mundo a pesar de que le hayan arrebatado alguno de los encantos de otros tiempos, pero que siempre y por más que quieran jamás le podrán quitar, el color intenso de su cielo azul, la belleza de sus rincones albaicineros, la brisa de Valparaiso, sus monumentos e Historia, la familiaridad de sus gentes...., y la "malafollá granaína" que ha traspasado todas las fronteras.
      Feliz año.
      Un fuerte abrazo.

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  4. Don José un artículo precioso sobre las Navidades en nuestra querida Granada, que me han emocionado, debido al sentido literal que le ha dado, a la realidad que hay en él y a las partes buenas y no tanto de lo que existe a día de hoy en nuestra sociedad.
    Enhorabuena por el mismo y por eso le he dado mi humilde opinión.
    Saludos de Miguel Hidalgo Linares, vecina que fue de ese gran barrio sacromontano, como es el Valle de Valparaíso.

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    1. Estimado amigo Miguel, tu opinión no solamente deja de ser humilde sino que se convierte en excepcional. Estamos en concordancia, en la misma línea de opinión con respecto a esta sociedad que vivimos. Te agradezco tu comentario y no dejes de hacerlo porque te engrandece y al mismo tiempo enaltece mis trabajos literarios. Un fuerte abrazo.

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    2. Estimado amigo Miguel, tu opinión no solamente deja de ser humilde sino que se convierte en excepcional. Estamos en concordancia, en la misma línea de opinión con respecto a esta sociedad que vivimos. Te agradezco tu comentario y no dejes de hacerlo porque te engrandece y al mismo tiempo enaltece mis trabajos literarios. Un fuerte abrazo.

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  5. Muy emotiva esta narración, hace que le acompañemos en ese paseo por su ciudad, que veamos esas luces, que nos llegue el olor de esa panadería en la plaza del aguador, que conozcamos a esas chicas tan simpáticas de su farmacia,porque su paseo es muy ameno y invita a seguirlo en toda su trayectoria; después esta como usted comenta la otra cara triste de la navidad, esas personas que no tienen un techo, ni familia, esos ancianos con hijos que ni recuerdan que tuvieron unos padres, es una lastima ver la otra cara de esta navidad. Con este relato he sonreído y entristecido,ojala que las personas de este mundo cambiemos y seamos de una vez mas humanos. Mi enhorabuena por esta narración, un abrazo

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  6. Caminaba en mi paseo navideño acompañado por una cantidad enorme de gente, de acá y a de acullá, que me seguían, iba absorto contemplando la cantidad de escenas que iban apareciendo en mi transcurrir por la ciudad durante un día pleno de emociones y de sensaciones, sin embargo apenas si había entablado conversación con algunas de las personas que me seguían.
    En algún momento algunos de mis acompañantes me sacaron del ensimismamiento en el que iba embebido y comenzaron a conversar conmigo, la catedrática de Filosofía y amiga Amelina Correa, mis amigos: el sevillano Pepe Cuadros, Miguel Hidalgo Linares, Antonio Góngora y una enorme caterva de gentes llegadas de diversos puntos del orbe terráqueo que aportaron al final del recorrido un ME GUSTA.
    Mirando un poco de soslayo, también me acompañaba la motrileña Mari Salas, a la que agradezco haber participado en este paseo y por supuesto su distinguido y entrañable comentario. Un abrazo.

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    1. Carlos Benítez Villodres14 de enero de 2016, 18:32

      Me produjo una satisfacción inmensa la lectura de tu texto LAS DOS CARAS DE LA NAVIDAD. Es una maravilla ir contigo por las calles de Granada, la quintaesencia del paraíso, durante los días navideños, incluso en las jornadas previas y posteriores a dicha festividad, que tanto significa para los creyentes. En cierto momento de la lectura, me afloró, desde los hondones de mi memoria, aquellas palabras que un día, ya lejano, escribí: "En Granada se sueña y se vive lo soñado", porque, ciertamente, tú nos hace soñar con las ideas e imágenes de tu texto y, al mismo tiempo, vivir aquello que soñamos, mientras vibran, con suma vitalidad, tus palabras. Enhorabuena, querido amigo, por tan magistral exposición.
      Te envío, en archivo adjunto, el artículo que escribí sobre la Navidad 2015 y que lo publicó el periódico "Granada Costa".
      Un fuerte abrazo que nunca afloja,
      Carlos Benítez Villodres
      Málaga

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    2. Estimado amigo Carlos, en más de una ocasión me he preguntado, en el silencio de las largas horas de los atardeceres veraniegos, desde cualquier rincón de mi casa en Gojar, haciendo un recorrido por los amigos del presente y del pasado, había uno que en el recuento no aparecía por ningún lado.
      - ¿Dónde estará el poeta malagueño Benítez Villodres?
      Sonó el teléfono y la inconfundible voz de Carlos se dejó penetrar en lo más recóndito de mi ser. Efectivamente después de varios años de ausencia Carlos ha vuelto al plano de la realidad avemariana, trayendo un nuevo ramillete de poemas que pronto verán la luz.
      Nos has regalado uno más de tus muchos escritos últimamente publicados: "Al Alba del Invierno", con un rico contenido poético que define perfectamente tu forma de ser.
      Tendré sumo gusto en publicarlo en la próxima revista de "Actitud Avemariana".
      Mi agradecimiento por tu magnífico comentario, hacia mi último archivo y la satisfacción de que te haya hecho revivir el sueño latente que albergamos en nuestro interior adormilado, hasta que llega la chispa de algo que le hace volver a la realidad.Si esa chispa ha podido partir de un día de Navidad por Granada, me llena de satisfacción.
      Gracias, creo que el sueño de esta noche me será más placentero.
      Un fuerte abrazo, que como tu muy bien dices, copio, nunca afloja.
      José Medina Villalba.

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