Las relaciones humanas, tengo la
impresión, con el ajetreo que la vida nos va imponiendo, se van
descafeinando, los medios de comunicación que imperan y avanzan a pasos
agigantados, nos hacen estar cada día más cerca pero al mismo tiempo más
lejanos, las redes sociales nos facilitan el envío de mensajes, vídeos,
textos…, y todo lo habido y por haber.
Se utiliza más la frialdad del messeger,
y no digamos del WhatsApp,
que el teléfono, que aunque no tiene tampoco el
calor del vis a vis, pero escuchar el timbre de voz de la persona con la que te
comunicas, su estado de ánimo al expresarse, las manifestaciones a sus
problemáticas…, son lo suficiente para que el contacto, a través de la magia de
hilo telefónico, hagan que desaparezca la frialdad de esta palabreja llamada
WhatsApp.
Sin estar destetados, ya wasepean.
No soy muy aficionado a mirar este
señor WhatsApp, (lo siento, a veces se me pasan días sin echarle una ojeada) pero obligadamente y con todos los respetos que se merece, lo
hago de vez en cuando, no hay más remedio para no incurrir en lagunas, que
podrían acarrear algún que otro problema.
Doña Amelina Correa Ramón
Dejo constancia, con su permiso, y
abusando de su amabilidad, de uno de WhatsApp, enviado por la Catedrática de la
Facultad de Filosofía y Letras de esta Universidad, doña Amelina Correa Ramón, gran
personalidad de las Letras a nivel granadino y universal, y una buena amiga.
Entrada al Carmen de la Victoria
El mensaje recibido con fecha veintiocho,
de este mes de octubre, entre otras manifestaciones decía: Querido Pepe, están
empezando a llegar mis familiares para la celebración del cumpleaños de mi
madre, pasado mañana, y toca atenderlos. Total que ando sin tiempo para nada…
pero te escribo para recordarte nuestra cita de este próximo domingo, que todos
te agradecemos mucho. Hemos quedado a las 14.30 en el Carmen de la Victoria
para comer allí, antes de la visita al Ave María. Ya sabes que te esperamos, pues nos encantaría que compartieras con nosotros este almuerzo.
Entrada a Casa Madre de las Escuelas del Ave María
En
cuanto a la visita en sí misma, sí que tengo que rogarte, incluso suplicarte,
que por favor nos hagas una visita resumida que no dure más de las dos horas y
media.....
Un carmen en el Albayzín
Por ejemplo, puedes prescindir de toda la parte
relativa a los cármenes, pues toda mi familia es de Granada y los conocen bien.
También, las partes que tú veas pues las vas resumiendo para dejarlo en un
máximo de dos horas y media. Mil gracias de todo corazón y nos vemos el domingo
a las 14.30. Besos.
Entrada al Carmen de la Victoria
Mi contestación resumida: de acuerdo
querida Amelina, el domingo nos vemos, a las dos y media, en el Carmen de la
Victoria. Intentaré adaptarme a lo que me pides.
No me he manifestado demasiado bien al
comentar, el dichoso WhatsApp, las escasas simpatías que le tengo, pero al final
voy a tener que reconocer su utilidad, por recordarme toda la conversación
que consta en él.
Los granos de cualquier granada, con
el color granate con el que se nos
manifiestan, cuando generosamente se abren para lucir sus bellas y encantadoras
interioridades, son un reflejo de los muchos granos de esplendor y
magnificencia con que se engalana nuestra ciudad: monumentos, miradores,
paisajes,
barrios con ascendencia y raigambre entrañable del pasado, callejas,
bellas mujeres que cautivan los sentidos, proclamas y actos solemnes, playas de
arenas besadas por la espumas blancas de las olas que arriban a ellas, nieves
que blanquean las agrestes rocas de nuestra Sierra Nevada….
La belleza de la mujer granadina
Hoy voy a sacar del interior de
nuestra Granada, dos maravillosos granos que se encuentran muy próximos el uno
del otro, los vamos a saborear en esta apacible tarde, después de un mes de
septiembre que se marchó, y el preludio de un octubre en el que comienza recién
nacido un otoño que, aún se encuentra en mantillas, mecido en la cuna de este
maravilloso Valle de Valparaiso donde los dos se acunan.
Uno de los bellos rincones del Carmen de la Victoria
El Carmen de la Victoria y las
Escuelas del Ave María, serán los dos espléndidos granos de esta Granada.
El Albayzín tiene por basamento estas
dos grandiosas joyas y en ellas se sedimenta, siendo fieles reflejos de la
inmensidad de cármenes que abundan por todo el barrio.
Un mirador en Casa Madre del Ave María
Aunque los cármenes se rigen por unas
mismas connotaciones, estructurales de edificios, jardines y decorados
exteriores, sin embargo no hay dos que se parezcan, ni que posean, idénticas
afinidades.
Carmen de San Juan. Óleo de José Medina Villalba. (70X50)
El Carmen de la Victoria,
perteneciente actualmente a la Universidad, como residencia de estudiantes
extranjeros, y acogedor para visitantes, es un carmen totalmente abierto al
exterior, toda su belleza está fuera, como tal carmen, sus jardines,
establecidos en distintas paratas van ascendiendo desde la Cuesta del
Chapiz donde se encuentra la entrada.
Uno de los varios parterres del Carmen de la Victoria
Sus jardines son remanso de paz, donde se puede uno sentar a descansar, meditar y
reflexionar, exhalando el perfume embriagador de sus diversas plantas, pinos gigantescos
centenarios, que los tengo grabados en mi mente viéndolos diariamente desde la
ventana de mi dormitorio, (vivía enfrente) desde que era un niño.
Pinos centenarios en los jardines
Todavía me pasan por mis interioridades, el
revuelo de los pájaros en los atardeceres, de cualquier estación del año, con
un zumbido, de orquestación especial, revoloteando para buscar la mejor rama para
pasar la noche.
Sus fuentes y surtidores, están por
sus jardines, miradores para contemplar la belleza que radica dentro y en el
exterior, y la Sultana Alhambra se mira en el carmen, y éste se duerme
extasiado todos los atardeceres, enamorado de su huríe, contemplándola.
Todo se alterna, durante el día, con
el canto que los jilgueros, dejando la mejor sinfonía salida de sus gargantas.
Hace años este carmen fue residencia de becarios marroquíes, allí conocí a un
tal Charradi, que estudiaba Derecho, y nunca terminaba la carrera, un día
me dijo: no terminaré el doctorado porque
no me quiero ir de Granada.
Después he conocido como director, a
Antonio Marín Ocete, hijo del que fuera Rector de la Universidad, y su esposa, Mari Carmen, “La Rubia”,
según la apodábamos los estudiantes de bachillerato.
Por aquí han pasado y lo siguen haciendo personalidades de todo tipo, desde Rectores de la Universidad, Catedráticos, políticos, cantantes, poetas, pintores, visitantes de la ciudad y de fuera...., unos como residentes y otros para disfrutar de las delicias que allí se respiran. Testimonio lo dan la cantidad de fotografías que podemos ver a la entrada.
La residencia, el edifico como tal, es
la modernidad en una palabra, grandes y magníficos salones, biblioteca, salitas
de estar para descansar, gran salón comedor, cocina, cómodos dormitorios,
incluso una suite y empleados para
atender todas las exigencias y necesidades de los residentes y de los que lo
visitan.
Doña Amelina Ramón Guerrero, la homenajeada
Allí se ha concentrado un grupo de
familiares para celebrar el cumpleaños de una gran señora, doña Amelina Ramón
Guerrero.
En una espléndida terraza, no sólo se
ha disfrutado de las viandas que se han ido engullendo, sino del alimento que satisface la
conversación distendida, de momentos del pasado, de un terremoto unas horas antes que ha pasado casi desapercibido, pero que ha dado lugar para hablar de los movimiento sísmicos a través de los tiempos; de la actualidad,
del amago de una tormenta que parece avecinarse, cubriéndose el cielo de negros nubarrones, de un uno de
octubre que siempre lo recordaremos por esta jornada familiar, de celebración
íntima, pero sin olvidar los sucesos que están acaeciendo en nuestra Patria,
teniendo como fondo de este escenario, a la novia del Albayzín, la Sultana
Alhambra.
Este día una familia se siente
plenamente unida, juntando los lazos de la familiaridad, para hacer que los
vínculos de llaneza y trato íntimo se refuercen, en estos contactos que a veces
se hacen de tarde en tarde, aprovechando alguna celebración.
Mientras una familia refuerzan lazos, en
España, en esta unidad nacional que es sumamente necesaria, hay hijos que no
quieren estar en el mismo hogar. Deseamos que igual que nuestra jornada va a
ser extremadamente hogareña, todo quede en un simple berrinche de niño consentido.
El yantar ha sido, junto con la conversación relajada, el menú más excelso, excelentemente animado por el parloteo
agradable de la tita Charo, con sus anécdotas y sus palabras cariñosas hacia la
sobrina, recordando a aquel “nanita”, con el que siempre llamaron a Amelina.
Todo
este conjunto de conversaciones nos ha alimentado, durante un buen espacio de tiempo, mientras el cielo con una
luminosidad radiante, se ha ido poniendo diversos trajes, quizás, para decirnos
que aquí está el otoño, negros nubarrones vinieron a cubrir el cielo e incluso
un rugido anunciador de tormenta, pero todo
quedó en una simple amenaza.
Los jardines del carmen se visten con un variopinto colorido
Había que seguir alimentando el
espíritu, recreándonos en la diversidad de plantas, que asomaban sus cabecitas
por los diversos parterres, y el variopinto
color de las numerosas flores que aún se aferran en poder mostrar la belleza de
su variado colorido.
El suave sonido de la fuentecilla, besa los pies del visitante.
Hay un sonido suave, relajante que
intenta besar los pies de los que por su lado pasan, es el murmullo lento casi
imperceptible del agua de la fuente, cuya taza se ha pegado completamente al
suelo.
Se trae a la memoria recuerdos de la infancia, cuando Rafael comenta con su hermana Amelina, señalando al fondo del Valle, los restos de la casita del guarda que se encargaba de cuidar y vigilar toda esta zona del Monte y del Camino del Avellano, ellos, de niños, venían a jugar por estos lares, por los vínculos familiares que les unían con el guardián de estos parajes.
Descendemos del Carmen de la Victoria,
dejamos atrás el perfume y belleza que encierra, con sus jardines y magníficas
vistas para, a pocos metros de distancia bajando por la Cuesta del Chapiz,
introducirnos en otro magnífico lecho, donde la Naturaleza ha dejado sus
mejores señas de identidad.
Descendemos por la Cuesta del Chapiz, camino del Colegio del Ave María
Cuesta del Chapiz. Óleo de José Medina Villalba. (45X33)
Hay admiración por parte de los visitantes al
entrar en el Colegio, estamos en lugar en el que D. Andrés Manjón fundó, (1905) un
Seminario para formar Maestros Avemarianos, el llamado Seminario de Maestros
del Ave María, que ha permanecido hasta el 2005 en el que ha desaparecido,
cien años de vigencia marcan una muy importante etapa en la formación de
educadores, que han llevado la Pedagogía Manjoniana por todo el mundo.
Casa Madre del Ave María, antiguo Seminario de Maestros.
Este lugar fue el Convento de San
Francisco de Paula, de Mínimos Franciscano, 1509-1871, aquí estuvo enterrado,
San Juan de Dios, hasta que se trasladó a la Basílica donde actualmente se
encuentra, Basílica de San Rafael.
Era el Carmen de la Victoria cuando lo
compró D. Andrés, tenía sus jardines, árboles frutales, una parte dedicada a la
cría de animales, especialmente conejos y gallinas, un enorme frontón para el
juego de los pelotaris.
Hoy por exigencias de los tiempos, se ha convertido en un enorme patio, donde la visión desde la entrada se
abre hacia un inmenso escenario, con decorado al fondo de la Sultana Alhambra,
bajo un cielo azul intenso que lo cubre, y los rayos del sol que lo bañan. Lo rodean aulas, salón de usos
múltiples, gimnasio, servicios y una enorme tela metálica para que, a través de ella, se
puedan los ojos deleitar de la que continuamente lo está contemplando la
quintaesencia del arte musulmán.
Escaleras que conducen al patio superior
Subiendo las escaleras que nos
conducen al patio de arriba, se escucha el lenguaje acuífero de una fuente, una
taza enorme abrazada a ambos lados por la estrecha acequia con surtidores, que
dejan en pequeñas parábolas sus chorritos caer lánguidamente en la acequia que
los recibe con un abrazo amoroso. Los móviles con sus cámaras retienen todo lo
que les sale al paso.
Nada más entrar en el recinto que encierra la Casa Fundadora, llamada Casa Madre, se nota la sensación de emoción que comienza a fascinar a los visitantes, las fotos hablan por si solas.
La biblioteca, más de una vez se ha
visto repleta de visitantes, alumnos de las distintas Facultades de la
Universidad con sus respectivos profesorado, grupos de ciudadanos defensores
del Patrimonio Granadino, Asociaciones de vecinos, Amas de Casa, profesorado y
alumnos de la Complutense, de otras Universidades, y de gentes venidas
de allende el Océano….
La biblioteca del Colegio, acoge a los visitantes
Esta tarde el grupo es pequeño,
estamos en familia, pero una familia, bien avenida en la que ya me siento
integrado, en número y en espíritu, yo
diría con una concentración de esencia como la de los grupos más
numerosos que por aquí han pasado, ávida por descubrir a través de la mano y
palabras de este guía,
lo que durante un largo espacio de tiempo se les va a ir
mostrando, en un paseo por el Valle de Valparaiso; para el pequeño grupo que
estamos el lugar idóneo para hacer la
introducción ha sido la biblioteca.
La
figura de nuestro fundador sale enseguida a la palestra, utilizando un lenguaje
distendido y ameno, voy narrando las características de los que le dieron el ser especialmente su madre,
su pueblo Sargentes de la Lora, la escuela y
maestro que le tocó vivir,
La escuela y el maestro que le tocó vivir en su infancia
sus estudios
en el Seminario de Burgos, después en Valladolid donde obtuvo el doctorado en
Derecho Civil y Canónico, Cátedra en Santiago de Compostela, llegada a
Granada, sacerdote y gozo pleno de su madre que siempre anheló ver a su hijo en
el presbiterato.
D. Andrés Manjón, Catedrático de Derecho Civil y Canónico
Canónigo
en el Sacromonte y contacto con el pueblo gitano que vivía en esta zona de la
ciudad la más deprimente y abandonada que clamaban a voz en cuello poder saciar
sus necesidades corporales y espirituales.
Encuentro
con la “Maestra Migas” y compra del primer carmen.
Encuentro con la "Maestra Migas"
Exteriores de la Cueva de la Maestra Migas. Óleo de José Medina Villalba.(34X25)
Carmen de los Naranjos. (Carmen de San José). Primer carmen que compró.
Aquí está de trato con el dueño.
Aunque
en esta ocasión no hubo lugar para poder visitar el clásico y típico carmen
albaicinero, por la premura del tiempo, sin embargo aprovecho este momento, para
introducirnos y saborear la peculiar vivienda del albayzinero, aparte de las
casas de vecinos y corralas que en otros tiempos hubo.
Uno de los muchos cármenes albayzineros
Apoyándome
en la imaginación de los asistentes pudimos penetrar en este tipo de vivienda típica del
Albayzín; dejando a los asistente correr su fantasía visitamos uno de los
cármenes albaicineros, e incluso al salir nos dimos un paseo a altas horas de
la madrugada por las callejas estrechas del barrio, acompañados por la
majestuosidad de una luna llena.
Puerta de entrada a un carmen
El
carmen albaicinero es, desde el más humilde hasta el más grandioso, aquella
vivienda por la que suele penetrar en su interior a través de un cancel
fabricado artesanalmente por los artífices albayzineros, que en la fragua y a
golpe de martillo labraban con ricos adornos.
Alfombra en el zaguán de empedrado granadino.
El
zaguán, posee una alfombra que cubre la entrada; alfombra hecha con el
empedrado típico granadino sobre un elegante dibujo alusivo a motivos
heráldicos, florales…, es el medio para pasar al interior a través de un portón
ricamente tallado.
Entrada al Carmen de los Mascarones, donde vivió el poeta
Pedro Soto de Rojas
A
veces nos encontramos esta situación al revés, el portón de madera primero y el
cancel de hierro forjado después; lo cierto es que el paraíso que allí se
encierra queda vedado al exterior. (Según el poeta Pedro Soto de Rojas, que construyó el Carmen de los Mascarones, donde vivió) “los cármenes
del Albayzín son Jardines cerrados para muchos y paraísos abiertos para pocos”).
Óleo de José Medina Villalba. (44X31)
Balcones albayzineros
Las
fachadas de las viviendas, en general, compuestas de bajo y primera planta, se
encuentran encaladas y sus balcones ricamente engalanados con macetas
esmaltadas siguiendo la tradición árabe, en los hornos de Fajalauza, se
ven repletas de geranios y claveles reventones.
Debido
a la proximidad de las fachadas en las callejas estrechas que caracterizan el
barrio, estos claveles son como piropos que unas casas se dirigen a las de
enfrente en un rendido homenaje de enamorados.
Patio de un carmen
Pasado
el zaguán de la casa nos encontramos con el patio, normalmente cuadrangular,
también empedrado al estilo ya indicado, delimitado en todo su cuadrilátero por
una serie de columnas, unas veces de madera otras de mármol o de piedra de
Sierra Elvira, que sostienen la primera planta.
El
frescor se respira nada más penetrar en el interior, sobre todo los días
calurosos del estío.
Numerosas
macetas de pilistras o aspidistra, plantas de hojas grandes y alargadas se
refrescan y refrescan al visitante al verse salpicadas por el agua de un
surtidor que situado en el centro del patio y constituido por una fuente con
forma de concha de mármol blanco, deja caer el agua lánguida y sensualmente
sobre la base de su pila.
Si
la vista se recrea y extasía en lo que allí se percibe, no menos es el olfato
que se embriaga por el olor de otras diversas plantas que cuelgan en ricos
soportes de las paredes del patio. Todo es silencio y armonía.
Dejamos
pasar nuestra miradas por el entorno y el lugar se va complementando con una
serie de objetos que van a embellecer más la estancia: algún cartel de toros, o
de Semana Santa, o del anuncio de las fiestas del Corpus Christi, algún mantón
de Manila, algún gran abanico con motivos costumbristas, algún elemento de
desuso de labranza….
Nada
perturba aquel romántico ambiente, solamente el crepitar del agua de la fuentecilla
que al romper sus gotas en la caída sobre el níveo mármol, junto con el gorjeo
orquestal del canario que cuelga sobre el patio desde una de las vigas del
artesonado del pasillo de la planta superior, hacen que el silencio que allí se
percibe sea aún más encantador.
Mecedora donde el albayzinero cumple con el rito de la siesta
Poco
mobiliario, a lo sumo y como pieza imprescindible, una mecedora tapizada con
tela alpujarreña será el mobiliario imprescindible donde el albayzinero,
habitante de esta morada, pueda cumplir con el rito indispensable de la siesta,
que siempre se hace más apetecible por todos los aditamentos que en este
ambiente se aúnan.
Aljibe en un patio albayzinero
El
agua fresca de un pipo de la Rambla, será la que a nuestro inquilino le
desperezará de la morriña que le ha acompañado en su plácida siesta.
En
algunos de estos patios existen aljibes que contienen agua venida de la
fuente de Aynadamar –Fuente de las
Lágrimas- (Alfacar).
Algunas
habitaciones o salas bajas, donde el albayzinero suele hacer vida durante los
veranos calurosos de Granada, complementan el lugar.
Artesonado mudéjar en un carmen del Albaicín
El
primer piso, normalmente único piso, está rodeado de una galería, con techumbre
de madera, y con habitaciones muchas de las cuales aún conservan artesonados
mudéjares.
Si
abandonamos el patio, a través de un cancel salimos al huerto- jardín, donde
las plantas trepadoras, la hierba buena, los rosales, los galanes de noche, los
geranios, la madre selva, junto con los bojes en perfecta alineación formando
pasillos estrechos dirigen nuestros pasos a glorietas,
El jardín del carmen
fuentecillas cantarinas,
o bancos para reposar, meditar, o recrearse en el entorno que nos rodea,
teniendo siempre este escenario como fondo la gran Sultana Alhambra, novia
eterna del Albayzín.
Pasear
por las noches de verano a altas horas de la madrugada por las callejas del
Albayzín, cuando solo el silencio se veía quebrado por el chirriar de un
grillo, o por los toques al alba de la campana de la Torre de la Vela, o por
el tintineo de algún convento que llama a la oración a las monjas de clausura,
es todo un deleite,
El perfume embriagador del interior del carmen se derrama por las paredes
acompañados
por la luminosidad de una luna llena, exhalando el perfume embriagador que se
percibe a través de la encalada tapia que rodea al carmen, como si fuera el
estuche envolvente de este sagrado cofre, en nuestro caminar nocturno vamos
sintiendo sensaciones difícilmente de
transmitir con el lenguaje escrito.
Valle de Valparaiso
(He hecho alusión a la descripción de lo que es un carmen albaicinero, para que captemos la esencia de lo que estamos visitando).
Nuestra
Escuela del Ave María está formada por siete hermosos cármenes colindantes, en
una extensión de un kilómetro aproximadamente, que se han tenido que ir
adaptando a las exigencias de los tiempos y de las necesidades escolares.
Daría
a continuación unas pinceladas sobre los pilares fundamentales de la Pedagogía
Manjoniana, basados en el discurso académico que D. Andrés Manjón impartió en
la Universidad de Granada, 1897, titulado: “Cualidades de una educación y
cuales nos faltan”. De los dieciocho puntos que Manjón expuso en su
conferencia, siempre he seleccionado
unos pocos que considero primordiales, sin restarle importancia a los
restantes, para no cansar a los oyentes haciendo demasiado larga la exposición.
Estos son:
1.-
Pedagógía lúdica, basada en el juego
2.-
Activa, por parte del alumno y del maestro.
3.-
Metódica, sin método no se puede trabajar y el maestro que no lo utilice no
sirve para tal, ya pudiera ser un pozo de ciencia.
4.-
Naturista, desarrollada en plena Naturaleza.
5.-
Como base de todos, una Pedagogía Moralizante, de valores, ya que lo más
importante para Manjón es la educación.
El
lema de nuestras Escuelas es: Enseñar haciendo para educar enseñando.
Todos
estos puntos fueron expuestos con ejemplos, como el de los “Maestros camellos”
o el del niño que en su inocencia le preguntó al escultor: ¿Cómo sabías, que
dentro del enorme bloque de piedra estaba escondido el caballo?
Paseando por la pista de deportes, en el pasado la huerta de Torcuato
La
tarde se va abriendo, en las mentes del grupo, después de escuchar esta
introducción y saliendo al exterior comienza el recorrido, les hago saber que
el Colegio constituido al principio por varios cármenes, siete en
concreto, por exigencias de los tiempos
y del proceso evolutivo que requiere la enseñanza, se han ido transformando y
donde había huertas se han hecho edificaciones, campos deportivos, y nuevas
estructuras que le han quitado la esencia pura de lo que es un carmen sin dejar
por ello de desprender encanto por cualquier lugar.
Todo
se va apaciguando a través del recorrido por el Colegio, contemplando la belleza
de cada uno de los rincones por donde
vamos pasando acompañados por las anécdotas que surgen en los distintos lugares; despertando la
sensibilidad poética, de los allí presentes, con explicaciones que llevan aparejados ribetes idílicos, como
las vendedoras de chumbos,
la poesía del Colegio en cualquier estación del año,
o la forma en que la Escuela del Ave María se duerme y despierta todos los
días líricamente.
Cuevas del maestro D. Enrique Amaya
Las
cuevas, del maestro gitano D. Enrique Amaya, con sus recuerdos del pasado, las
burras que tuvo y sus anecdotario, las explicaciones de los distintos gráficos
que D. Andrés Manjón ideó para cada una de las asignaturas, e incluso participaron
activamente en una clase de gramática,
Sujeto, verbo y complemento: María Amparo, Amelina y Charo
darían paso a la Capilla donde pudieron
contemplar la diversidad de obras pictóricas y escultóricas que la enriquecen;
la trayectoria histórica desde que se construyó, los personajes que colaboraron
con Manjón, D. Manuel Medina Olmos, D. Diego Ventaja Milán, y la sepultura del
fundador; algunas anécdotas sobre los distintos personajes insignes que
visitaron el Colegio como el Rey Alfonso XIII, Miguel de Unamuno, Andrés
Segovia, Rufino Blanco, Padre Poveda, Miguel Fenollera…
Al pie del altar está el sepulcro de Manjón
Son
las siete y media de la tarde, dando un paseo por donde se encuentra el huerto
escolar y los mapas en relieve de las provincias de Granada y Andalucía pasamos
al museo.
Las
habitaciones íntimas de D. Andrés Manjón, despacho y dormitorio y demás
elementos que utilizó: ropas, utensilios
de viaje, obras literarias escritas por él… Con la estampación en el
libro de visitas, por el representante del grupo, doña Amelina Correa Ramón, finalizaría la
jornada vespertina, con las palabras de D. Andrés puestas en boca de este guía:
“Tome cada uno lo que le interese, amplíen los pensadores las ideas que aquí se
apuntan, perdonad si no ha sido de vuestro agrado porque ni es hábil el
cocinero ni jamás se guisó a gusto de todos”.
Doña Amelina Correa Ramón, deja estampado en el Libro de Visitas, las impresiones
de este recorrido.
Con
la estampación en el “Libro de Visitas”, las impresiones que les ha causado al
grupo este itinerario con las palabras de doña Amelina organizadora de esta visita, se dio por
finalizado este recorrido, en unos de los rincones más bellos de nuestra
ciudad.
Un
aplauso rubricó la caída del telón de este escenario que hoy hemos vivido.
Breve entrevista a doña Amelina.
Había
que seguir disfrutando de un atardecer que abocaba a la entrada de un anochecer
que asomaba lentamente, mientras deshacíamos el camino que habíamos recorrido durante una
apacible tarde.
Por
encima del cerro del Sol, como los niños que juegan al escondite, se divertía
la luna con las nubes y parecía que nos hacías muecas, unos además con los que
nos invitaba a participar en sus juegos.
Seguirían
las conversaciones en una terraza del Paseo de los Tristes, atemperando nuestras
gargantas, con algunos refrescos, la luna no quería perderse ni un ápice de la
animada tertulia, y desde uno de los balcones de la grandiosa Torre de Comares,
seguía imperturbable, anécdotas curiosas de este Paseo de y sus alrededores,
algunas de ellas un poco tenebrosas.
La luna nos hace un guiño, asomando su esférica cabeza por las
almenas de la Torre de Comares.
Por
la Carrera del Darro entre asombrados visitantes, embriagados de todo el encanto
que por allí de derrama, perseguidos por una luna que no nos dejaba marchar, llegamos a la espléndida Plaza Nueva, donde las notas de
músicos callejeros, se van quedando lentamente atrás esperando las
dádivas de los transeúntes. Los abrazos y apretones de manos darían por
finalizado este encuentro.
La Carrera del Darro, nos va diciendo adiós, tras las huellas de nuestros pasos
Sirva
este archivo como recuerdo para los que este día 1-10-2017 visitaron las
Escuelas del Ave María, Casa Madre, de Granada, en una tarde otoñal cuando los
árboles del bosque comienza a hacer “pucheros”, para ir transformando el
vestido del estío en el que lucirán
durante todo el otoño.
P/D.
Somos testigos de todo lo vivido y narrado:
Amelina
Ramón Guerrero (madre). Profesora de árabe en la Universidad de Granada.
Rafael Ramón Guerrero (tío). Catedrático de Filosofía Árabe en la Universidad Complutense.
Charo
Fraga Castro (tía). Enfermera.
José
María Ramón Guerrero (tío). Profesor de Latín en Instituto.
María Amparo
Ballesta (tía). Profesora.
Antonio
Correa Ramón (hermano).
Soledad
González (cuñada).
Alejandro
Ramón Ballesta (primo).
Sila Pla Pueyo. (esposa).
Amelina
Correa Ramón, organizadora de esta jornada familiar. Catedrática de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada.
José Medina
Villalba
REPORTAJE FOTOGRÁFICO
AUTORES: José María Ramón Guerrero y José Medina Villalba.
Con la autorización de doña Amelina, transcribo su comentario enviado por correo.
ResponderEliminar¡¡Un reportaje verdaderamente espléndido,y, en este caso, por la parte personal y familiar que me toca, conmovedor, querido Pepe!! me ha encantado, he disfrutado mucho con su lectura (aunque hoy he llegado a mi casa a las tantas, y con mucho trabajo pendiente todavía), y con las bellísimas fotografías y la enriquecedora inclusión de vídeos. Tu explicación fue verdaderamente magistral y todos nosotros disfrutamos muchísimo de la visita. Le he pasado el enlace a todos para que puedan verlo. Mil gracias,enhorabuena, y un fuerte abrazo.
Gracias, querida Amelina por tus palabras, que no solamente son bienvenidas, sino de un profundo agradecimiento. Con tu permiso las trasladaré a los comentarios en el blog, son palabras que deben permanecer, como aditamento complementario a este trabajo, enriqueciéndolo, por ser de quien proceden. Allí te contestaré, próximamente, yo también estoy desbordado de trabajo. Un fuerte abrazo.
EliminarTranscribo con su permiso el comentario hecho por correo de doña Mari Carmen Molina Rodríguez.
EliminarMaravilloso trabajo. Creo que los visitantes y amigos se habrán quedado, encantados y maravillados, lo conservarán en su memoria para siempre. Enhorabuena. Un abrazo.
Muchas gracias, Mari Carmen Molina por tu comentario. Un abrazo.
EliminarComentario de Mari Carmen Torres Huertas.
EliminarFelicidades maestro!!! Un super abrazo.
Gracias, querida amiga, Mari Carmen Torres Huertas por tu comentario. Un abrazo.
EliminarComentario de Quinita Holanda Ramos.
EliminarLas Escuelas del Ave María están en un lugar privilegiado y con unas vistas maravillosas. La primera vez que las vi nos llevaban las monjas de nuestro colegio y me llamaron sobre todo la atención los mapas gigantes que estaban en el suelo.
Gracias, querida amiga Quinita Holanda Ramos, por tu comentario. Un abrazo.
EliminarComentario de Renata Gozonova. Un gran trabajo como siempre!!! Un espléndido reportaje y fotos que han despertado los más bonitos recuerdos, bien guardados en mi memoria, de esta maravillosa ciudad de Granada, el barrio del Albaicín, Valle de Valparaiso, y sobre todo las extraordinarias Escuelas del Ave María, la primera escuela a la que atendía mi querida Sofie. Gracias, querido D. José! Abrazos.
ResponderEliminarMi querida Renata Gozonova, entiendo perfectamente que este reportaje, te sacará del fondo de tu memoria, tantos recuerdos y vivencias de aquel remoto año que pasaste por aquí. Si te ha servido para refrescar momentos álgidos y afectivos de aquellos tiempos me doy por satisfecho. Un fuerte abrazo para Sofie y otro para ti. Granada te echa de menos.
EliminarDojimaji me vzpominky na krásnou Granada a D. José!
ResponderEliminarLa mayoría de mis recuerdos de la hermosa Granada y D. José!
Comentario de Charo Caracuel. Qué alegría me ha dado ver a mi amigo Rafa, y al resto de tu familia, querida Amelina. Un beso grande.
ResponderEliminarMari Carmen García López. Una escuela tan conocida de ayer y hoy...
ResponderEliminarFrancisco Morales Ortega. Muy bonito y cuántos recuerdos al ver la placeta de la iglesia del Ave María cuando nos llevaban a misa o al teatro que estaba encima de la iglesia.
EliminarPaqui Roda. Mi madre, mi hermana, mis hijos y yo, hemos sido alumnos de la escuela.
ResponderEliminarIsabel Fernández González. Fantástico, no lo conozco presencial pero sí visual a través de las fotos. Gracias.
ResponderEliminarElena Zurrón Rodríguez. Guapísssimos todos y la Alhambra detrás en todo su esplendor. Preciosas y entrañables fotos.
ResponderEliminarPepi González. La Casa Madre! Mi colegio, cuánto me gusta, para mi no hay otro tan bonito, cuántos recuerdos.
ResponderEliminarChari C Alonso.
ResponderEliminarQué maravilla de documento!!!
Qué grandes recuerdos han despertado en mi durante su lectura y con sus imágenes.
Una vez más le agradezco su dedicación y buen hacer y la gran generosidad que demuestra al hacernos partícipes a los demás.
Le felicito querido amigo.
Querida amiga Chari C Alonso, si nos ponemos a hablar de generosidad, te llevarías la palma, tus palabras y elogios a mis textos literarios, pinturas y fotos, llevan aparejado un derroche de desprendimiento y altruismo que no tengo más remedio que felicitarte y darte las gracias por tu prodigalidad y esplendidez. Un fuerte abrazo unido a mi gratitud.
ResponderEliminarQuerido amigo:lamento y te pido disculpas de antemano,por tener que comenzar diciendo:" joder Pepe te has pasado " yo estoy acostumbrado a tu completa y amplia forma de describir los paisajes, las situaciones, los recuerdos,las historias, los cuentos, las experiencias, las vivencias, las costumbres etc... pero en esta ocasión,no se si porque tu amistad con la Catedrática Amelina te inspira,o porque tu te sientes mas motivado,la verdad es que en esta ocasión te ha salido un verdadero trabajo literario.
ResponderEliminarDesde que entras por la puerta del colegio yo intuyo que los arboles de la ribera se van trasmitiendo el mensaje a
soto voche cuchicheando, y moviendo sus ramas, ahí viene nuestro amigo Pepe y quizá incluso tienen grabadas tus palabras en la savia que corre por sus venas, porque tu ya formas y eres parte del paisaje del valle de Valparaíso, que es lo más cerca que se puede estar del verdadero paraiso. La verdad es que siempre me coges desprevenido y no se por donde vas a caminar, porque tienes a tu disposición una cantidad de rutas inexploradas, por las que tu caminas sin tropiezos, como si ya las tuvieras trilladas. ha sido para mi no una sorpresa, pero si una satisfacción, andar por ese camino que tu presentas con suavidad, bien asfaltado y con claras señales luminosas para que nadie se despiste en su transitar. Un fuerte abrazo y mi enhorabuena por tan bello trabajo,de tu amigo Pepe Cuadros.
Querido amigo Pepe: son muchos los años ligado al mismo escenario, subiéndome a los árboles, que en otras épocas poblaron este incomparable paradisíaco lugar: nísperos, higueras, azufaifos, granaos, almeces..., deleitando mi paladar con la diversidad de frutos que por estos lares se criaban, con toda la vegetación dialogaba de niño y me paseaba cimbrando sus ramas,como verdaderos mecedores, creo que había tal entendimiento entre ellas y yo, que aún y a pesar de los años pasados todavía nos seguimos echando de menos.
ResponderEliminarDespués he crecido, y he vivido toda mi vida viendo como han ido, por exigencias de las prescripciones educativas, como le han ido quitando mucha de la belleza de carmen albaicinero le han ido eliminando, desnudando a aquellos cármenes en los que me recreaba, huertas, de maizales, de perales y manzanos, de parrales con enormes racimos de uvas que eran el deleite de mi paladar, en las noches de verano sentado debajo de ellos y saboreando sus racimos con un poco de queso, siempre se dijo: "uvas y queso saben a beso". Marinero de otros tiempos en aquella acequia al descubierto jugando con palitos bajo una mente calenturienta, imaginando que eran grandes cruceros, que navegaban por mares infinitos..., ¡cuántos recuerdos subyacen en mi subconsciente, que tú en tu comentario me has hecho revivir!
Y me iré algún día de estos parajes a vivir " a eso otro barrio" que dicen que existe, y con toda seguridad, que me llevaré los encantos y de éste que he tenido la dicha de vivir y disfrutar aquí, por si les sirviera de complemento a las delicias que puedan existir en esos infinitos siderales espacios.
Amigo Pepe, siempre te desmelenas en tus comentarios, éste ha estado pleno de notas melodiosas, de música sinfónica, que me han embargado mi espíritu, por las que te estoy enormemente agradecido. Un fuerte abrazo, y hasta la próxima que no tardará en caer.
Comentario de Miguel Carrascosa Salas.
ResponderEliminarPepe, una crónica exhaustiva, plena de detalles, realista y con apoyos gráficos oportunos y reveladores de lo que fue y sigue siendo nuestra Granada. Consigues ofrecer a los lectores una información realmente atractiva. Un fuerte abrazo y hasta cuando quieras.
Miguel Carrascosa Salas.
Querido amigo Miguel, tus palabras escuchadas a través del teléfono, son elogios inmerecidos a mi persona y a mis escritos, se ven refrendadas por éstas otras que quedarán grabadas en este archivo como recuerdo imborrable de la persona de quien proceden, un gran maestro en todas las ramas del saber, del arte de escribir, de la poesía...., y un ejemplo a imitar. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarComentario de Renata Gozonova. Y yo hecho mucho de menos a Granada! Su reportaje no solo me recuerda qué maravillosa es la ciudad, sino también me trae a la memoria a doña Amelina Correa Ramón que era mi profesora de Literatura en la Facultad durante mi estancia en Granada y cuyas clases eran muy interesantes. Me alegro mucho de verle junto a su familia! Un abrazo.
ResponderEliminarQuerida Renata, no sabía que habías asistido a las clases de Amelina, el curso que estuviste en Granada, me he alegrado enormemente que la conocieras. Me une una gran amistad con ella y su marido, de hecho han estado en casa visitándonos. Amelina es la directora de la Cátedra García Lorca; en la Madraza en el Salón de Caballos XXIV, dirigidas por ella, se dan durante el curso conferencias diversas sobre personajes literatos, la primera que se va a dar este año, según me dijo, va sobre Juan Ramón Jiménez. Después, y creo que lo has visto, en el facebook hago un breve resumen de como se ha desarrollado la exposición del conferenciante. Amelina me dice que soy el cronista oficial. Mi agradecimiento más profundo por tu comentario, acompañado de un fuerte abrazo desde Granada para la República Checa, especialmente para Renata, Sofie y la abuela.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQuerido y admirado amigo Pepe:
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo, por compartir tu sublime e impactante creación literaria, sí, literaria, pues rezuma por todos sus poros "literatura al cien por cien", EL CARMEN DE LA VICTORIA Y LAS ESCUELAS DEL AVE MARÍA, HERMANADAS EN UN CUMPLEAÑOS.
Ciertamente, son auténticas gemas todo cuanto tú escribes. Cuando leo tus textos, la emoción más maravillosa invade mi alma, colmándola de las exquisiteces que vuelan de tus escritos hacia el lector.
No te puedes imaginar la alegría, tan inmensa como profunda, que invade mi alma cada vez que recibo un correo tuyo con su correspondiente enlace, camino que me ha de llevar a un nuevo texto tuyo.
Me han encantado infinitamente los temas, lindezas literarias, que tratas en EL CARMEN DE LA VICTORIA Y LAS ESCUELAS DEL AVE MARÍA, HERMANADAS EN UN CUMPLEAÑOS,
pero, entre ellos, los que más me han impactado son los referentes a D. Andrés Manjón, a las Escuelas del Ave María y al Carmen de la Victoria.
Muchas gracias, querido Pepe, por estos dones que nos regalas, y que son creados por tu corazón bondadoso y fraterno.
Un fuerte abrazo todo afecto y amistad de tu amigo y lector,
Carlos Benítez Villodres
DON ANDRÉS MANJÓN Y MANJÓN
(FUNDADOR DE LAS ESCUELAS DEL AVE MARÍA)
Pleno de sabiduría
y con su cielo sereno
llegó un hombre alegre y bueno
a besar Granada un día.
Fundó en ella, como guía
para el alma y la razón,
un centro de perfección,
donde de niños bebieron
quienes después esparcieron
la luz del padre Manjón.
ESCUELAS DEL AVE MARÍA DE GRANADA
A José Medina Villalba
Benditos lazos célicos unen a las Escuelas
granadinas del Ave María con el tierno
Carmen de la Victoria, paraíso fraterno,
de donde surgen cálidos astros con sus estelas.
Los soles de la paz que tú, Pepe, modelas
abrazan, con fervor, nuestro universo interno
ante la luz de Dios, que alumbra hasta el averno
por amor a los hombres y a sus hondas rodelas.
Una brisa de nuestra gentil Sierra Nevada
acaricia, en silencio, el cuerpo de Granada,
donde surge belleza de sus propios veneros.
Granada, quintaesencia del bello paraíso,
te atesoro en mi alma con un amor preciso,
amor que me fecunda con tus besos sinceros.
CARLOS BENÍTEZ VILLODRES
MÁLAGA
Querido amigo Carlos:
ResponderEliminarRecuerdo perfectamente aquel día que viniste a la Casa Madre, a través de la mano de Rafael Villén, amigo y maestro avemariano ahí en Málaga, para presentar, quiero recordar, uno de tus primeros poemarios, en el Salón de Actos del Colegio, a todos nos impactó tu personalidad y tus poemas así como la forma de recitarlos, porque si importante es la poesía, no lo es menos la manera de exponerla,para que cale en los oyentes la emoción que contiene, y eso lo sabes hacer a la perfección.
Después hemos tenido algún encuentro, y hubo un largo espacio de tiempo que, un tupido velo, dejó un vacío en nuestros contactos.
Ahora has vuelto a surgir con la fuerza del Ave Fénix, y me siento plenamente complacido, en primer lugar por tus palabras a mi persona, que me vienen grandes, son tan grandilocuentes, que no tienen cabida en mí, pero sería hacerte un desprecio no aceptarlas, así es que las guardo en un lugar privilegiado dentro de mis íntimos sentimientos.
Tu poesía dedicada a D. Andrés Manjón es sensacional, nos manifiestas la luz que Manjón infundió en los niños con su grandioso sistema educativo, que ellos después han sabido esparcir por todos sitios, en la familia, en los hijos en la sociedad.
Esto de la luz, que aparece en tu poesía, me hace recordar una obra teatral que ha escrito un buen amigo, Manuel de Pinedo dramaturgo y director de teatro, con una cantidad innumerable de obras para representar, muchas de ellas llevadas al escenario, con gran éxito. Hay una dedicada expresamente a las Escuelas del Ave María: "Del Norte nos vino la luz". Efectivamente de Burgos, de Sargente de la Lora, aldea donde nació Manjón nos llegó la luz, de la educación, base fundamental de su Pedagogía.
Nunca pasó por mi imaginación que en tus poemas apareciera mi nombre y que hayas construido, rápidamente con la enorme capacidad que tienes de gran vate, introduciéndome en un poema dedicado a mí, titulado: "Escuelas del Ave María de Granada". A José Medina Villalba. No soy merecedor de que tu grande elocuencia retórica le dé un lugar a mi figura, nunca sabré agradecerte esta gran generosidad que has tenido conmigo.
Gracias querido amigo por tus poemas, y por tu derroche de dadivosidad que siempre manifiestas en tus magníficos comentarios. Un fuerte abrazo, todo afecto y amistad, de un admirador de tus condicionamientos y bella poesía. José Medina Villalba.
Comentario de Juan Sánchez Ocaña.
ResponderEliminarPepe: He disfrutado con la visita al Colegio y a la Casa Madre. Son muchos los recuerdos que se han despertado en mi interior. Gracias por este paseo virtual por el escenario avemariano, ligado durante bastantes años a mi presencia y siempre a mi afecto. Un abrazo. Juan
Amigo, y muy estimado Juan: Sabía perfectamente que si caía en tus manos la lectura de este archivo, te tendría que agradar, no por el estilo literario que pueda tener, sino más bien por el contenido, que indudablemente te traerían en estos momentos recuerdos de un pasado para volverlos a revivir en el presente. Fueron unos años los que ejerciste de Capellán de la Casa Madre, y como profesor después, en el bachillerato, en ambos casos dejaste marcada una buena huella tanto en maestros, alumnos y familiares, así como por tu paso por la Parroquia del Santo Sepulcro, con la creación de la guardería y el bien que aportaste a las familias que por allí habitan. Sé que eres un adicto a mis archivos que suelo poner en el facebook, para mí es un gran honor que todo un magnífico literato alabe mis trabajos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarBuenas tardes me llamo Jose antonio quería preguntar como se puede visitar el ave María para llevar a mi suegra que ha sido alumna de dicho colegio lo quiere volver a verlo.
ResponderEliminarMuchas gracias por a atención y buen reportaje
Simplemente, llamando al Colegio al 958221460, hablando con la directora y pidiendo permiso. No va a tener ningún problema, ella le indicará el momento más apropiado. Gracias por su comentario al reportaje.
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