sábado, 7 de abril de 2018

ALUMA. AFICIONADOS AL AGUA EN LOS PUEBLOS BLANCOS




El invierno está caprichoso este año, no quiere irse, la primavera está completamente asustada porque su compañera, la que en el calendario astronómico le precede se ha hecho reacia, cada vez que la hermosura de esta estación decide asomarse, con las yemas de las flores intentando abrir sus pétalos, dejando en el aire una pequeña ráfaga de color con un arco iris cerrando el cielo con sus bellos colores, o intentando vestir de blancura los paisajes de almendros y cerezos con sus níveas flores, al invierno, por lo menos a éste que nos ha tocado, le entra envidia lanzando sus cariñosos mensajes, convertidos en dardos  personificados en nieve, viento, y lluvia a raudales haciéndola prisionera.  


¿Os acordaís de aquella canción que cantábamos a coro cuando jugábamos al corro?  ¡ Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan.
¡Que sí, que no,
que caiga un chaparrón!
en medio de la estación,
 que rompa los cristales
porrón, pon pon!
Pues ahora corrió, por las redes sociales el humor gaditano diciendo: que llueva, que llueva Virgen de la Cueva, ¡pero ya está bien, altramuz! (podría haber puesto la original palabra, pero por respeto a ti lector,  prefiero que seas tú el que mentalmente la coloques).

                                                               Humor gaditano

Los Pueblos Blancos nos esperaban a un grupo de intrépidos navegantes, más que trotamundos, en estas circunstancias de lluvias, cuando hasta las ranas ya no necesitan cantimplora usada en la época de sequía, como decía el popular y famoso humorista Chiquito de la Calzada, sino paraguas y chubasqueros.

                                            El momento de partir a la aventura
               
A alguien le preguntaron, mañana entra la primavera vecino, y fue tal la risa que le entró al oír esta palabra, que solo pudo caerse al suelo retorciéndose envuelto en una cascada de carcajadas.
-¡Sí hombre!, pero si es el invierno  el que ha entrado con el frío que hace, la nieve, el viento, la lluvia.


 Viento en popa a toda vela, convertido el velero en nuestro guagua moderno, nos deslizábamos, utilizando los andadores  de nuestro vehículo transformados  en ruedas, patinando por la calzada de una autovía con dirección a los Pueblos Blancos, cuyo nombre le viene del blanco  de las fachadas de sus casas pintadas con cal para repeler el calor en la época del estío, y para mostrarse a propios y extraños con la elegancia torera del mejor andaluz.
Maletas en sus lugares correspondientes y los últimos rezagados llegando.



En el interior ya colocados en nuestros sitios correspondientes la capitana del velero moderno, hace sus deberes.
-¡¡¡Nenes!!!, dirigiéndose al grupo de “boy scacut”, ¡cinturones puestos!. Mientras Dionisio Aeropagita, repartía los folletos informativos de lo que nos esperaba.


Había una especie de música especial, hecha palabras que se iban perdiendo entre los asientos de los que viajábamos, daba la impresión que, dada la hora, se querían saborear las palabras, ininteligibles que se escuchaban.
Una paradita en Los Abades de Loja para darle al cuerpo un poco de alivio alimentario y de nuevo había que coger el autobús más, una sorpresa nos esperaba, nos adelantamos otro acompañante y el que relata, al subirnos en el autobús, aún no nos habíamos percatado del físico externo del nuestro, cuando alguien  nos indicaba que si estábamos dispuestos a ir a Los Bérchules que siguiéramos en el que nos queríamos montar.



Colocados en nuestros respectivos asientos, partiendo de Loja, con el estómago entrado en calor, no faltó la anécdota de parte de alguno de grupo.
 Los  Borbones han sido siempre sicalípticos pero nada alcanzó el furor uterino de Isabel II, quizás debido a que la pobre la casaron con su primo Francisco de Asís de quien alguien comentó: “En nuestra noche de bodas llevaba más puntillas en su ropa interior que yo”. Matrimonio que amenazaba la tormenta de espadones que caminaban en dirección de la alcoba de la reina adolescente y regordeta. El general Serrano que luego la derrocó, “El general bonito”, camino de las habitaciones de la reina se cruzaba con Francisco de Asís y le susurraba: “Cabrón, cabrón”. Asís le suplicaba a la reina : “Mujer vale que se acueste contigo, pero dile que no me insulte delante de los lacayos”.  Isabel II le comentó a su amante: “Como nunca se te afloja te nombro Marquez de Loja”.


Después de estas dos curiosas anécdotas continuamos la marcha.
-¿Llovía? 
-¡Pues claro que llovía!, y a mantas, pero de pronto mirando a través de la vidriera que desde mi asiento me liberaba del exterior, observé que el cielo celeste comenzó a asomarse tímidamente a través de unos negros nubarrones.
Y mi imaginación, no sé si por la temperatura o el ambiente de compañerismo, comenzó a hacer de las suyas.

                                              El cielo celeste comenzó a asomarse tímidamente

          Una línea de luz vaporosa comenzó a entrar atravesando la semi-penumbra del interior hasta mi asiento, y entre un sopor soñoliento comencé a ver uno de los desfiles más sensacionales que se estaban desarrollando allá arriba en el firmamento.  
-¿Desfile de moda del próximo verano?



-No, desfile extraordinario de nubes mostrando diversos colores con distintas vestimentas, a la manera de bellas señoritas desfilando por la pasarela del cielo.
El crepúsculo matutino comenzó a hacer de las suyas dando la salida a la primera modelo, y a pesar de que la ventana acristalada estaba velada por los regueros de la lluvia, la brisa gélida la fue limpiando para que pudiera presenciar el desfile.



-¡Señoras, señores!
Comencé a escuchar, bajo un cielo sellado  de nubes de plomo:
-El Cielo esta mañana nos presenta los últimos modelos de nubes para esta temporada de primavera que está al caer.


                                                 Primera modelo vestida de ratoncito Pérez

         -Aquí tienen ustedes, sobre esta pasarela de un cielo celeste a nuestra primera modelo vestida de ratoncito Pérez, con un elegante traje oscuro propio para asistir, con toda distinción, a cualquier Misa de Requien.  
A continuación, la Madre Naturaleza, la gran empresaria, de este grandioso evento, nos muestra este genial modelo de gallo peleón, con las alas extendidas al viento, para una noche de carnaval. 


                                             Modelo gallo peleón propio para una noche de carnaval

        O esta cabeza de perro pachón y de este otro perrito volador  que puede ser el acompañante en una noche tenebrosa por un callejón albaicinero, o para lucirlo en cualquier día de la Cruz o del Corpus Christi. 



                                                 Perrito volador y cabeza de perro pachón

        Mientras tanto un sol rabioso angustiado de llevar tanto tiempo encarcelado por las opresoras nubes, -parecía como si a San Pedro se le hubiese roto el grifo del agua de regar la tierra y no encontrara el arreglo posible-, quería irse abriendo paso en un cielo teñido de plomo, para presenciar el espectáculo situándose en primera línea. 


                                             Un sol rabioso quería irse abriendo paso

       Algunas parecen fantasmas que deambulan por el espacio como si fuesen almas en pena, que huyen llenas de pavor de tanta agua que traen las que llegan despavoridas, unas detrás de otras sin dar tregua ni respiro a las que consideran sus enemigas.


                                          Algunas parecen fantasmas que deambulan como almas en pena

Las hay también convertidas en guardianes del castillo de Zahara que se manifiesta en lo alto de la colina como el vigía del pueblo todo majestuoso y arrogante. 


                                             Las hay como si fueran guardianes del castillo de Zahara

Hay otras que se están refrescando esta mañana bañándose en el Pantano el Gastor dejado sobre el mismo, la pureza y el albor de sus cuerpos.


                                                    Las hay bañándose en el Pantano el Gastor 

        Un pantano que se convierte en un verdadero depredador introduciendo  sus tentáculos a modo de una gigantesca estrella hiriendo como puñales por distinto lugares la tierra. 


                                              Un pantano que introduce sus tentáculos por distintos lugares

        Las hay en manadas de borreguitos pastando en los prados paradisíacos. 


                                                Las había como manadas de borreguitos

         Para terminar este grandioso espectáculo el fantasma de la ópera, acompañado por su hijo pequeño, con sus enormes capas azabaches  deambulando por los espacios siderales. 


                                             El fantasma de ópera acompañado de su hijo

        Seguía despierto pero soñando con este maravilloso espectáculo de nubes desfilando por la pasarela del firmamento cuando le pregunté a mi acompañante:



-¿estamos en Galicia?
-¿Por qué me lo preguntas? Me contestó.
-¿Te has fijado que durante todo el trayecto los campos, los pequeños y grandes montículos son un verdadero tapiz verde, con una enorme uniformidad  y cortados perfectamente, como si lo hubiera realizado un corta césped gigantesco?
No sabíamos exactamente el origen de esta situación, que después la iríamos descubriendo, estábamos  caminando por la zona de Andalucía occidental donde más llueve de toda España. Enormes prados vestidos de un verde mayo donde pastaban las manadas de cabras y vacas.


                                             Enormes prados donde pastaban las vacas y las ovejas

        Así, de esta manera, trasladado en una ensoñación de nubes que daban paso al roce de un sol que intentaba acunarse en un colchón que parecía de algodón, llegamos a nuestro primer pueblo blanco: Grazalema.

Nos esperaba el guía, un señor relativamente joven, alto, espesa melena y poblada barba que nos hizo una introducción sobre Grazalema, sus orígenes, pueblos que la han ido, a través de los tiempos, dándole cuerpo a su historia, y que nos acompañaría durante las visitas a Ubrique y Arcos de la Frontera.


                                                    Nuestro guía

Grazalema es un municipio español de la provincia de Cádiz, enclavado en el Parque Natural de Sierra de Grazalema del que lleva el nombre, donde el índice de pluviosidad es el más alto de la mitad del sur  peninsular más de 1962 mm de precipitación al año, un valor más que destacable para una zona de clima mediterráneo. Sus orígenes son romanos, estuvo ocupada por los árabes. En el 1485 se le llamaba Zagrazalema. En el siglo XVIII sufrió las consecuencias de la Guerra de la Independencia que supuso el saqueo de los pueblos de la sierra, surgiendo en la serranía los primeros bandoleros entre ellos el destacado José María El Tempranillo.



Sus actividades principales son la agropecunaria, que ha ido siendo prácticamente abandonada por su escaso rendimiento habiendo sido compensada por el auge del turismo vinculado a la declaración del Parque Natural Sierra de Grazalema.
La Iglesia de la Aurora la principal, se hizo sobre un palacete morisco y tiene forma octogonal, cerca está la Iglesia de la Encarnación, construida sobre unos restos moriscos cerca de la muralla.


                                                       Iglesia de la Aurora

Grazalema es muy conocida por sus famosas mantas, aparte de la cantidad de agua que anualmente cae a través de la lluvia. 




Comenzamos a caminar por sus calles, y pronto el blancor de las fachadas de las casas es detestado por nuestras miradas, y nuestro ojos se van enriqueciendo e impregnando con la cal que es la vestimenta con la que se engalanan.





Hay un guía silencioso y mudo que nos habla y nos mira fijamente permaneciendo impasible ante los avatares del tiempo, haciendo guardia sin descansar día y noche, son los conductores  que  en nuestro recorrido nos van mostrando los principales personajes de la historia, y de la arquitectura popular, son las bellas cerámicas, colocadas en las fachada;  abundan las balconadas y las rejas que serán, con el buen tiempo primaveral, los sitios donde lucirán las macetas repletas de vistosos colores para enriquecer la belleza de esta gran dama que se llama Grazalema.



                                                       Los murales cerámicos

Siempre la cal le gana la partida al entorno, mientras la calzada se viste con las lanchas traídas del terreno, haciendo juego con el ladrillo espigado perfectamente conjuntado, siendo la alfombra limpia y virgen de todas las impurezas que le restarían esplendor, aquí los grazalemeños juegan un gran papel, saben de la importancia que tiene la buena presencia para los visitantes que serán los que le harán la mejor publicidad.



Aunque es invierno todavía, alguna vegetación florida ha salido a la calle para darnos un saludo de bienvenida, y las entradas porticadas con escudos nobiliarias también hacen acto de presencia. 




                                                      La vegetación florida ha salido a saludarnos
                                                Escudos nobiliarios se lucen en algunos pórticos

        Había que subir a la Iglesia de la Virgen del Carmen, y como buenos escaladores y andarines allí llegamos sin acusar el menor esfuerzo.



Cuenta la leyenda que un marino perdido en el mar por el estrecho encontró un punto de referencia, el pico de San Cristóbal,  que es éste donde se encuentra esta iglesia y aquí trajo la Virgen del Carmen en agradecimiento. A continuación, nuestro guía,  narró  las tradicionales competencias entre los habitantes del barrio alto y el bajo denominados jopones y jopicios y las problemáticas que entre ellos existen, las fiestas de los bandoleros, aquí tuvo su guarida el famoso José María el Tempranillo, que se hizo bandolero por matar a uno en una refriega en una romería, cuando tenía  quince años, de ahí lo del mote de "Tempranillo", murió joven con veinte y ocho años. Se decía que era un bandolero bueno, cuando paraba las diligencias para robar, trataba a las señoras con delicadeza, les cogía la mano y les decía: “señora su belleza, magnificencia y elegancia, no se merece llevar esta joya”.







                                                 La Iglesia de la Virgen del Carmen

Habíamos subido a la parte más alta del pueblo ahora nos tocaba descender, un cactus excepcional con una serie de tentáculos expandidos al aire dejan sobre él la suave mirada contemplativa al ver lo novedoso del ejemplar.  



                                                     Los tentáculos de un cactus 

        Los pinsapos como únicos ejemplares nos aguardan como enormes diplodocus puestos en pie, su grandeza y realidad única se da solamente en este lugar por el microclima de sol, lluvia, temperatura única que protege su supervivencia. 


                                            Los pinsapos

La lluvia comenzó a acariciarnos, como un velo de vapor, el cielo nuevamente se había teñido de oscuridad amenazante, era suave, caía con lentitud pero calaba.



Seguimos descendiendo, atravesamos un pequeño túnel, una línea de luz vaporosa atravesaba la oscuridad y los reflejos luminosos sobre el agua haciendo la labor de un espejo. 


Un alto para contemplar la calzada medieval y la muralla musulmana antes de subir a la Iglesia de la Encarnación a través de una pequeña cuesta.



Estamos en el barrio bajo, en el alto las casas son pequeñitas en cambio en el bajo tiene hasta tres cuerpos, las razones son porque en el alto vivía la gente trabajadora de menores condicionamientos económicos, en cambio en el bajo vivían los señoritos y los edificios administrativos.



Una similitud entre los jopones de arriba de rabo largo la gente trabajadora, y los jopiches  de rabo corto los ricos de abajo, los dueños de las industrias textiles, la burguesía de aquella época.



Surgió el tema de la fiesta del toro de cuerda, los jopones eran los del rabo largo, los jopiches los del rabo corto, le regalaron a los jopones un toro y estos le cortaron el rabo, los jopiches que son los del rabo corto se mosquearon y de ahí viene la rivalidad entre los habitantes del barrio alto y los del barrio bajo, y la fiesta del toro de cuerda, que se celebra todos los años el lunes siguiente a la fiesta de la Virgen del Carmen.




Una cerámica en la subida a la Iglesia de la Encarnación nos indica la huella que marcaron los árabes en su estancia en estos lugares y la transformación que ha ido experimentando el nombre de Benzulema, posteriormente de Gran Zulema, para terminar en Grazalema.
Alguna cerámica más, en la subida nos puso de relieve las fiestas populares y después de visitar la iglesia,






                                                     Iglesia de la Encarnación                                                         contemplar la grandiosa panorámica desde el gran balcón, a pesar de que la llovizna creaba una cortina de agua que daba una pincelada de humedad al ambiente haciendo que las manos se quedaran completamente heladas.





Un grupo escultórico en bronce, dejaba plasmado la fiesta del toro de cuerda, un intrépido jovencito cita al morlaco de lejos, mientras otro sujeta la maroma atada a los cuernos del toro.


                                                El toro de cuerda
Dos intrépidos viajeros sin  miedo de ninguna clase, se acercan al grupo para llevarse el recuerdo de Grazalema en el doble concepto, hacer realidad de que aquí llueve más que el día que enterraron a Zafra en Granada, y que hemos participado aunque sea en un alarde de imaginación, en la fiesta del toro de cuerda, la fiesta más antigua, en este sentido, que se celebra en España.


                                                     Dos intrépidos viajeros se acercan al toro

        Directos para Ubrique, por una carretera sinuosa nos deslizamos hacia abajo, ya desde la lejanía, a vista de pájaro, se observa la grandiosidad de esta villa, que como una enorme tarta de merengue nos esperaba.


                                             Una carretera sinuosa nos conduce a Ubrique
                                                     Ubrique

     El cielo con un azul ultramar se arropa con una colcha algodonosa formando un conjunto armonioso, mientras la sinfonía de agua que corre prisionera encajonada por dos pretiles de cemento, obligada a caminar sin poder salir de la angostura que la aprisiona, como las manadas de toros conducidas por los cabestros y mayorales son introducidos por los callejones estrechos en los preámbulos de las corridas de toros, y es que en Ubrique  se percibe un ambiente de tauromaquia, desde el primer momento.



Enormes y gigantescos plataneros desmochados guardan la alineación perfecta con los muñones de los brazos alzados al cielo, esperando que llegue el esplendor del florecimiento, para explotar en un alarde de fuegos primaverales lanzando la realidad de sus vidas convertidas en nuevos brazos y multitud de ramas con sus hojas correspondientes. 


                                               Enormes y gigantescos `plataneros perfectamente alineados 

       La Plaza del Perdón nos recibe  y en ella la ermita de San Pedro, se construyó por las aportaciones de un ubriqueño Pedro Romero, ha cumplido en el transcurso del tiempo varias funciones: hospital, escuela, culto, y en la actualidad es Salón de Plenos del Ayuntamiento. Las huellas de nuestros calzados pisaron el escudo de Ubrique, mientras escuchamos las explicaciones del guía nativo de esta plaza.




La Iglesia Nuestra Señora de la O, con el Cautivo y la Virgen de los Dolores, hay una puerta de esta iglesia que solo se abre cuando sale la Virgen de los Remedios, Jesulín cuando se casó quiso pagar para entrar por esa puerta, pero no todo en la vida se consigue con dinero, la negativa a su petición fue la respuesta.



Nos encontramos ante el famoso San Antonio, el agua de la fuente para traerla hasta aquí,  hubo que pedirle permiso a los frailes de Capuchinos que eran los dueños de esta riqueza natural, ¡hasta  la Naturaleza que tiene libertad absoluta, el hombre le ha puesto dueño!
Es el edificio más emblemático del pueblo suele aparecer en las imágenes de esta localidad  donde se guarda el Santo Entierro.



                                                       Plaza del Perdón

Arriba en lo más alto hay una cruz, cuenta la leyenda que en la primera mitad del siglo XVIII, Fray Buenaventura de Ubrique un día de fuerte tormenta subió a la sierra y plantó tres cruces, la del Tajo, la de la Viñuela y la del Benalfi, pidiendo a Dios que nunca se desprendiera piedra alguna a causa del temporal, las dos últimas han desaparecido pera la del Tajo sigue vigilando a este pueblo blanco. 



Nuestro paseo sigue su curso, la hora de comer se está echando encima y hay que aligerar la marcha.
                                                 Camino de la ermita de San Juan

       Llegamos a la ermita de San Juan de planta octogonal, aquí se encuentra el Centro de Interpretación de la Historia, construida en el siglo XVII, propiedad del Ayuntamiento, la fachada imitada a una que hay en La Lombardía en Italia.



                                                   En la ermita de San Juan

La fuerza del agua es impresionante, en tiempos pasados movió pesadas  piedras de molino, un concierto de Beethoven en su momento más álgido podría, cuando los timbales, trombones y trompetas dejan en el aire los sonidos más estruendosos, acoger las notas agudas que acompañan a la musicalidad de este torrente.





El museo de la piel, donde se puede ver todo el proceso de la marroquinería, base principal de la industria de Ubrique, y a la derecha el convento,  es el lugar donde  se guarda la Patrona del pueblo durante todo el año, la Virgen de los Remedios del siglo XVII, tuvo que ver mucho en su construcción Rodrigo Ponce de León. 




La riqueza del agua se desborda por la fuente de los nueve caños que arrojan por sus fauces, como el volcán enloquecido lanza al espacio fuego como señal del furor interno de la tierra, aquí es el agua la que sale gritando la alegría del elemento más importante que da vida y la mantiene. 


                                                     La fuente de los nueve caños

        Los jaramagos ponen su nota de color dando una pincelada de amarillo, mientras el rojo de la flor de las pitas acompañando a un curioso sombrero verde, semejando la montera con la que se brinda al cielo la muerte del toro, es el preludio y el anuncio de que algo huele ya a Plaza de toros; arriba en la montaña están los burladeros y las blancas nubes los espectadores que presencia la corrida, con el grupo de Aluma que hoy tomamos la alternativa en esta plaza. 


                               Montera y espectadores de una plaza de toros composición de la Naturaleza
                                             Los jaramagos, ponen una nota de color amarillo

No nos hemos equivocado la plaza de toros nos espera con el museo del que fuera el torero de las mujeres.
 En cierta ocasión dio una corrida donde los únicos espectadores fueron ellas, triunfo y apoteosis, orejas y rabo y los obsequios de las admiradoras y fans, mientras Jesulín orgulloso daba la vuelta al ruedo, recibía  las prendas más preciadas en  lugar de arrojarle al triunfador flores, sombreros, botas de vino, mantones, eran las piezas de lencería de todas clases y colores las que volaban por los aires.



El museo contiene toda clase de piezas, relacionas con los triunfos y éxitos del torero: fotografía, trajes de luces, capilla de oración para antes de la corrida, cabezas de los más importantes toros matados, carteles anunciadores…



                                                                 El museo de Jesulín

Por último la plaza y en ella las explicaciones correspondientes por un experto de lo que allí se hace durante el año.







Bajar al ruedo no lo hicimos, además no estaba en condiciones después del aguacero caído, aquí no hacía falta el clásico riego cuando, en plena temporada de toros, el albero sediento de las plazas espera la lluvia de la manguera para calmar la sed del polvo amarillo que cubre el suelo.



Sin embargo, sí pudimos asistir después de la comida, donde el potaje de garbanzos y la carne al horno con patatas fueron engullidos con avidez,  como postre a  una pequeña exhibición o simulacro de corrida casi de charlotada.  









                                                  Un pequeño simulacro de corrida

Camino de Arcos de la Frontera, el tiempo había dado una pequeña tregua, por lo visto a San Pedro le habían cerrado al grifo del agua algunos de los santos más próximos: San Juan Bautista, San Bernardino de Siena, San Antonio de Padua y San Cristóbal, que se les reconoce además de otras “patronías” que tienen, como patronos del agua según el historiador Fernando de Irquizú.



Un trenecillo de color rojo, nos esperaba;  a salto de mata, pude coger el último vagón cuando ya los demás estaban completamente ocupados, y me vino muy bien porque vi, en todo el trayecto de la subida, como las casas perfectamente encaladas se iban quedando atrás con sus balconadas y pórticos nobiliarios,  cómo nos perseguían los coches que venían en nuestro seguimiento, pero la estrechez de la calle les impedía adelantarnos, las fatigas de los que subían andando aquella empinada cuesta, 




                                  Las escenas que fui observando cuando subía la empinada calle

los moteros en un momento saliendo de otra calleja hacían acto de presencia, y la última curva para desembocar en un aparcamiento de coches donde no cabía ningún vehículo más.


                                            La última curva antes de llegar al final del trayecto

           El tren también tenía que respirar y poco antes de llegar a su destino se detuvo, a todos se nos cortó la respiración. 
-¿Había llegado a darlo todo y ya no podía más? Era mucha cuesta y mucha carga, más en aquel momento de silencio, que fueron breves segundos, pronto se vieron desligados de la opresión que nos tenía encogidos, para que de nuevo se sintiera el motor rugir y un aliento de respiro se dejó sentir en todos los viajeros.



Siento decirlo, pero noté vergüenza ajena, aunque realmente el ajeno allí era yo, al contemplar un lugar tan excepcional, como ahora veremos plagados de vehículos.


                                             La balconada con la vista impresionante

Mientras el trenecito daba la vuelta para recoger a un grupo que había quedado en tierra, me dirigí a la balconada que a modo de globo aerostático flotaba en el espacio, una brisa suave, húmeda y cortante me lamió el rostro, como si fuera una sonrisa gélida que cortaba como una cuchilla envenenada.





Allá abajo, como un grandioso puzles se mezclaban las extensas praderas verdes perfectamente recortadas, con los barbechos hechos polígonos irregulares, con las casitas a modo de botoncitos blancos, mientras la serpiente de piel de asfalto rodeaba el paraje, y haciéndole cosquillas algún cochecito de juguete que se deslizaba por su piel.



El cielo entre celestes y azules se peinaba con las nubes algodonosas, que desde la altura a modo de fantasmas flotantes se descomponían en mil cuchillas derramándose desde lo alto del firmamento, perfilando la geometría imposible de un sortilegio concebido a partir de todos los libros, todas las historias y todos los sueños del mundo.



Todo era como un espejismo bajo las aguas claras y limpias de un río que lloró, hace varios siglos, -mil trescientos años-, la derrota de un pueblo entregado a la desidia, corrupciones e intrigas por el poder y el abandono, para dejar entrar en nuestra tierra las huestes musulmanas.
Siento el blandir de las espadas y los alfanjes, la Cruz y la Media Luna, el Guadalete teñido de rojo de la sangre de los que quisieron salvar lo que ya de antemano estaba perdido, caballos que relinchan, gritos de dolor, espadas en alto y muerte por todas partes. La batalla del Guadalete o de la Janda fue la llave que le abrió la puerta de nuestra tierra a un ejército de árabes y bereberes al mando de Tariq ibn Ziyad frente a las huestes de D. Rodrigo.



El nombre de Arcos de la Frontera viene de arti por estar situada en alto de una peña  en un lugar fortificado, era la puerta de entrada a los pueblos blancos, su origen primitivo es romano. Capital de Taifas en época musulmana, capital de ducado una vez que lo conquistaron los cristianos con Ponce de León. Tuvo su momento más próspero en el siglo XVI.


                                         Un bello lugar para dejar plasmada la fotografía del grupo

         Aquí se encuentran las dos iglesias más importantes, la Santa María y San Pedro.



El guía nos presentó a Pepe.
-¡Bueno! Pepes hay muchos es lo que más abunda, pero faltó por lo menos el primer apellido para sacarlo del tumulto de los Pepes.
¡Que le vamos a hacer!, el tal Pepe, se encargó de hablarnos de la Iglesia Parroquia Mayor de Santa María.
 Es un templo de origen mudéjar  de los siglos XIV y XV que tras unas profundas remodelaciones durante la primera mitad del siglo XVI quedó convertida en una espléndida iglesia gótica, aspecto éste que predomina en el interior no así en el exterior, donde junto con elementos propios del arte ojival (portada de Santa María) conviven otros igualmente relevantes de tipos renacentistas y barrocos, junto a su enorme torre como un referente a la Giralda. 


                                              Iglesia Parroquia Mayor de Santa María

En su interior destaca su importante Retablo Mayor obra de los artistas Juan Bautista Vázquez y Jerónimo Hernández, es digna de admirar la techumbre maravillosa filigrana de encaje gótico.




La Capilla de Nuestra Señora del Rosario, antigua Patrona de la ciudad de Arcos  sería ampliamente explicada por el sustituto de nuestro guía oficial. Como signo más destacable son los efectos lumínicos que se producen en ella a consecuencia de las luces frías que hacen que el oro vaya cambiando de color, apareciendo la progresiva sensación  lumínica del día desde el amanecer hasta el ocaso. 




                                       Efectos lumínicos en la Capilla de Nuestra Señora del Rosario

        Emprendimos el camino de regreso a través de las bien cuidadas callejas que se van quebrando en retorcidos pliegues, donde la fachada encalada se adorna con el escudo nobiliario de alguna casona,





 la reja o la balconada sacan pecho, y el recuerdo de la Semana Mayor reflejada en la diversidad de carteles que de tramo en tramo van apareciendo. 


                                                             Iglesia de San Pedro          
  Llegamos a la Iglesia de San Pedro.
El viento silbaba y el frío hacía de las suyas, pero había que descubrirse ante la majestuosidad de la fachada que aunque no tan grandiosa como la de Santa María pero sí con una gran riqueza.  



         Su torre de estilo barroco se yergue estática levantando su cuello hacia el cielo. En su interior es digno de destacar su gran retablo, y según el que nos guía la rivalidad que existe entre los partidarios de estas dos iglesias para darle prioridad a la que tiene más antigüedad.




                                              Interior de la Iglesia de San Pedro

El interior corresponde a los cánones del gótico y su ábside es profundo y poligonal, con siete lados o lienzos, sin ornamentación ni ventanas.



Había que seguir descendiendo, nos impresionan algunas portadas del gótico plateresco que me hace recordar la fachada de nuestra Capilla Real en Granada, están destinadas a Centros administrativos y oficiales.




Nos impresiona pasar por debajo de los arbotantes que sirven para sujetar la presión lateral de los muros de la iglesia, mientras el cielo deja asomarse algunas nubes algodonosas, dando respiro a un atardecer que aparece por lontananza con amagos y ribetes anunciadores de nuevas lluvias, el cielo se ha tomado un respiro, pero nos sigue amenazando con seguir regando nuestra ruta.


                                                 Los arbotantes sujetan la presión lateral

La pasión, la entrega y dedicación a la Semana Santa, de la gente de Arcos  se ve reflejada en un monumento de piedra donde figuran dos nazarenos portando sendos faroles.


                                                Monumento a los nazarenos

Los últimos rayos solares quieren asomarse por encima de unas nubes oscuras que quieren impedir a todo trance, que el que se quiere despedir, de los  que esperamos el autobús, pueda cumplir su objetivo.


                                            Los últimos rayos solares quieren asomarse por entre las nubes
                                      Esperando el autobús camino de Jerez de la Frontera
 La tarde ha sido tranquila, las nubes  se han aletargado echándose la siesta para reponer fuerzas, e  irse a cargar sus depósitos de nuevo.
De vuelta, subidos en nuestro portador de gruesas ruedas, vamos viendo la lucha encarnizada de una luz que va dejando su caricia sobre los cúmulos algodonoso que ligeramente flotan en el espacio, maquillándolos de  un rosa que lentamente se va difuminando.


                                                Las nubes del atardecer maquilladas de un rosa....

Jerez nos espera, y nos recibe con una ligera llovizna que nos acaricia mientras nos dirigimos al hotel que será nuestra residencia durante dos noches.
La jefa, la muy amable y encantadora Lali, da las normas oportunas para el día siguiente, es trabajadora al máximo y hace que todo salga a la perfección, eso sí, no le gusta que se  ponga de manifiesto su labor.



Nos saludan algunas frases de acogida que hacen guardia a la entrada, diciéndonos: “Y hecha esta confesión de mis pensamientos más confesables yo te saludo Jerez, Jerez de vino, Jerez pueblo, Jerez ciudad, Jerez tierra, sacrosanta Jerez de la Frontera”.



La mañana asomaba con un cielo con amagos y ribetes plenamente calcados con la jornada anterior, cielos de negros nubarrones y presagios de lluvia, pero a nosotros no nos importaba porque habíamos venido a disfrutar, la guía que nos acompañará durante sábado y domingo nos va explicando, en esta gira por la ciudad, los distintos puntos atractivos conforme pasamos por delante de ellos.


                                                     La mañana presagiaba lluvia

Hay en el ambiente un sabor especial, Jerez es distinto, sabe y huele a caldos y morapio, a cante jondo, a  seguiriyas y bulerías, a rasgueos de guitarras acompañados por las voces de Antonio Chacón, José Mercé 


                                                            José Mercé

o el Loco Mateo, porque Jerez es cuna y semillero del cante principalmente en los barrios gitanos de S. Miguel y Santiago, en Jerez se palpan  los volantes de gitana ondeando en el aire, a chulería de caballos marcando los pasos o haciendo cabriolas, a gigantescos monumentos en bronce con carrozas, bellamente engalanadas, caballos portando a la grupa la belleza y el salero de la mujer jerezana.


                                                  El enorme minotauro

El enorme minotauro, escultura a la que le faltan los brazos, en el barrio que ha dado los grandes genios del flamenco como la Paquera de Jerez. 



                                                                           El catavinos

            El monumento dedicado al catavinos, que estaba arrojando agua como si fuera una verdadera cascada, el monumento a Álvaro Domenech .
Dedicación plena a varios  ritos sagrados: al vino, al cante, al caballo cartujano, porque fueron los monjes cartujos los que los criaron.
Las costumbres arraigadas se ponen de manifiesto en los momentos solemnes de Navidad, Semana Santa, la feria. Está el señorito de abolengo y la contrapartida del jerezano de la campiña y de las manos encalladas  por el trabajo, el de papas y huevos pero el domingo y en los momentos solemnes se viste con la elegancia del mejor pollo lechuguino.



“Es que Andalucía es una señora
de tanta hidalguía
que apenas le importa lo material,
ella es la inventora de esta fantasía,
de comprar, vender y mercar.
Entre risas, fiestas, coplas, y alegrías
juntado a la par negocio y poesía.
La feria es una manera de disimular
lo de menos quizás es la venta
lo demás es la gracia y el ¡a qué!,
el hacer que no vuelvo…, y volver,
y darle al negocio su sal y pimienta
como deber ser, negocio y poesía
Feria de Jerez, rumbo y elegancia
de una raza vieja que gasta
cincuenta  euros
en vino y en almejas
vendiendo una cosa que no vale tres.


                                                   La gran importancia del caballo en Jerez

Jerez se acompaña con el apodo de la Frontera porque fue el límite con el último reino de Granada, el último baluarte.
Entre un chiriviri que lamía los cristales del autocar, acompañado por la voz bien documentada  de una guía pelirroja, fuimos dando una vuelta en círculo rodeando la ciudad; por delante de nuestra visual pudimos ir contemplando la muralla árabe, 


                                                        Monumento a los potrillos de colores

el barrio gitano, la calle donde nació y vivió  Lola Flores, 


                                                          La calle donde nació y vivió Lola Flores

las Bodegas de González Byass, los potrillos de diversos colores en su pradera: verdes, blancos, azules, naranjas, son la pigmentación a modo de pegotitos de óleo, vertidos  en una rica paleta que usará el magnífico pintor de la Naturaleza, junto a una palmera agitada por el viento, que abanica incesantemente el trotar de los que después serán los verdaderos reyes de la feria jerezana.  
Geyser artificiales que dejan expandirse el agua  en briznas de finas gotas al ser lisonjeado por la suave brisa de la mañana, mientras los jardines, donde se enorgullece la historia con sus grandes personajes hechos bronce, decoran el panorama.



El caballo jerezano solitario, pero majestuoso tendría su lugar a perpetuidad en un arrebato de amor junto a su compañera la yegua, mientras los contertulios del autocar contemplamos con admiración la genialidad de la obra hecha arte, los chorritos de agua que lo rodean son el exponente perenne de admiración hacia el metal hecho escultura.


                                      Desde el autocar contemplamos la genialidad de la obra escultórica

Algo nos sorprendería de pronto, momentos antes de llegar a la Catedral, todo fue instantáneo se presentó como el vehículo desbocado sin frenos  que salta la acera,  te coge de improviso en la calle y te arrolla. ¡Horror! Un viento tumultuoso haciendo maridaje con la lluvia se apoderaron del lugar, los paraguas no dieron tiempo a abrirse y los que lo intentaron fracasaron en el intento, las capuchas de los chubasqueros salieron del lugar en el que se encontraban y las que quisieron ocupar su sitio no lo lograron.




                                       Un viento impetuoso se apoderó del lugar
A trancas y barrancas, desafiando el ciclón improvisado conseguimos introducirnos en la Catedral.
Admiración, fascinación y asombro son las palabras silenciosas que anidaron en la mente de los que contemplamos todo el arte tanto escultórico como arquitectónico allí concentrado.


Se quería una iglesia grande y hermosa, que no desdijera de las que ya había en la Ciudad, como San Miguel  y Santiago, fuera digna de ser algún día catedral. En 1580 y en 1781 se elevaron a la Corona peticiones desde Jerez para la constitución en la ciudad de un nuevo obispado. Pero no fue hasta 1980 que el viejo deseo pudo alcanzarse.


                                                  La Catedral de Jerez

El templo es una construcción de estructura gótica, con planta de salón, cinco naves de desigual altura que se apoyan por el exterior en contrafuertes y arbotantes, y una nave transversal, en cuyo encuentro con la nave mayor se alza una airosa cúpula.



         Los arcos son de medio punto, no ojivales, y las bóvedas son de arista, construidas las de la nave central y el crucero en piedra labrada y muy ornamentada, mientras que las de las naves laterales son de rosca de ladrillo y sin adornos. Propiamente no tiene más capilla que la del Sagrario, de estilo neoclásico. La fachada principal ostenta una triple puerta, y está adornada con imaginería y motivos barrocos, como asimismo las dos puertas laterales, llamadas de la Visitación y la Encarnación y vidrieras.




Tras el Concilio Vaticano II se hizo una obra interior de adaptación, que posteriormente ha sido modificada para darle mayor amplitud al espacio celebrativo y facilitar la participación de los fieles.
                                                                                                Cristo de la Viga

        Se hallan en el interior algunos cuadros e imágenes de verdadero valor artístico, entre los que citaremos el Cristo de la Viga, crucificado tardogótico de finales del S. XV, y la Virgen Niña, de Francisco de Zurbarán, así como la Custodia procesional de plata, obra de 1951 según diseño de Aurelio Gómez Millán. Igualmente, hay esculturas de los apóstoles de José de Arce.
               



         Cuenta también con un órgano romántico de 1850, según proyecto de Bishop y, desde 2012 con otro de Guillermo d'Enoyer (siendo este el único instrumento en Jerez de tracción mecánica). En 2015 se adquiere un nuevo órgano.



En el templo catedralicio tiene también su sede la Parroquia del Salvador, la primera de las parroquias de la ciudad, según consta del libro de Repartimiento de Casas del 3 de octubre de 1265.
 Pero, además, la decoración exterior constituye una de las características más notables del edificio, sobresaliendo la de las fachadas. Cuenta con tres, todas ellas con columnas corintias y gran profusión de bajorrelieves tallados en la piedra. Obviamente la más espectacular es la fachada principal que realza su aspecto por encontrarse en alto y a la que se ha de acceder por escaleras. Son tres las puertas - adinteladas- las que tiene esta fachada, acompañadas por sendos óculos circulares y una rica amalgama de columnas y decoraciones barrocas.



Celestes y rojos chubasqueros que quieren hacer juego con la Catedral, por lo menos para que quede constancia en el recuerdo.





El viento soplaba de tal manera que alguien dio el grito de alarma creyendo que la torre se nos venía encima, fue la guía la que impuso la calma, aclarando que eran las nubes las que en esos momentos se desplazaban.
Para llegar a la Plaza de la Asunción había que dejar atrás un monumento dedicado a Mª Antonia Jesús Tirado fundadora de las Dominicas del Santísimo Sacramento.


                                                     Monumento dedicado a Mª Antonia Jesús Tirado

La Plaza de la Asunción es una plaza monumental del Barrio de San Dionisio en Jerez de la Frontera.
Esta plaza constituye uno de los conjuntos arquitectónicos y artísticos más destacados de España, donde se unen tres estilos: el renacentista, el mudéjar y el neoclásico.


                                                               Plaza de la Asunción

Conocida anteriormente como Plaza de Los Escribanos debido a que era aquí donde trabajaban los escribanos de la ciudad, a ciertas horas y en tenderetes.​ Esta ubicación es lógica teniendo en cuenta la proximidad del Cabildo, la antigua Casa de la Justicia y la calle de los Letrados. 




Pasaríamos a la Plaza del Arenal
La Plaza del Arenal se encuentra en el centro de Jerez de la Frontera. Hace siglos fue una musara andalusí para pasar a ser, después de la Reconquista, un escenario de duelos y batallas, tomando de ahí su nombre (arenarium, "lugar de batallas").


                       
                                                                        Plaza del Arenal

En la actualidad es la plaza principal de la ciudad. En ella se encuentra el monumento a caballo de Miguel Primo de Rivera, obra de Mariano Benlliure. Dispone de arbolado y andanas decorativas. 



Destacaron los "juegos de toros y cañas" y "lances a la gineta", de gran espectacularidad y competición debido principalmente a la rivalidad entre las familias de los Dávila y Villavicencio.
Y llegamos al emporio vinatero a las bodegas de Fundador Pedro Domech




                                                        Bodegas de Pedro Domech

   Continuador de una larga tradición vinatera que se remonta a 1730, la bodega es la continuidad a la labor de criar unos vinos de producción exclusivamente artesanal. Un Jerez de alta calidad para el que se emplean las antiguas y prestigiosas soleras de la familia Aranda, la bodega almacenista más antigua de Jerez, convirtiéndose así en una bodega artesanal del siglo XXI.

                                                           Caminando por la gigantesca bodega          
En esta bodega se puede conocer cómo se elaboran unos exquisitos vinos, brandies y vinagres. Y para tener un mayor conocimiento de cómo se elaboran estos caldos, en la visita se realiza una amplia y exhaustiva explicación por una guía con trazas totalmente inglesas, donde el vino es el protagonista junto a otras tradiciones como los toros, los caballos y el flamenco, tan inherentes a la historia del jerez. 




Una minuciosa explicación de todo el proceso que sufre el envejecimiento del jerez sometido a distintos cambios, biológico para un fino y una manzanilla, un amontillado a un proceso mixto y el oloroso a un oscilativo. 



                                                     El elegante estilo de los caballos jerezanos

Los visitantes pudimos degustar los productos de la firma a lo largo del recorrido que propone las instalaciones bodegueras, así como una pequeña demostración de lo que son los caballos jerezanos, luciendo su estilo peculiar. 





 A nivel personal, fue una gran experiencia y oportunidad, tanto para conocer la historia de esta empresa y su influencia sobre la gastronomía y enoturismo regional, como para contemplar sus centenarias instalaciones, degustar sus deliciosos vinos y conocer la tradición bodeguera de Fundador Pedro Domecq – Harveys – Terry. Desde aquí aprovecho para agradecer al equipo de la bodega por el buen trato y una visita memorable. 



Los enormes toneles perfectamente apilados como construcciones de unos  mecanos de madera dejando anchos paseos, donde se puede pisar el albero para que pasen los caballos, y estrechos pasillos donde los oscuros toneles se miran eternamente en conversaciones de envejecimiento y madurez  con palabras hechas de olores vinateros, hacen que nos observemos recíprocamente en un adiós silencioso.



Degustar, comprar, pasear y observar firmas en toneles serían momentos de un gran placer.







Uno que no lo ha probado  junto al cuadro de Velázquez “Los borrachos”, y todo un grupo quedarían plasmados en las cámaras, así como otros muchos momentos inolvidables mientras cada cual hace acopio de lo que le interesa.



Pedro Antonio de Alarcón dejaría su manifestación literaria en su visita a la bodega.
Pero, ¡señores!, el vino si no se acompaña con el buen yantar puede tener malas consecuencias, y nosotros no estábamos dispuestos a semejante desaguisado, nos esperaba el restaurante “La Venta la Paloma “.


                                                 Restaurante la Venta de la Paloma

 Allí nos esperaba una buena ensalada con una mariscada, que empleando el argot popular “no se la saltaba un galgo”, más una fritura de pescado con su postre correspondiente, la animada y enfervorizada conversación  de los comensales, con el aditamento de la española americanizada Toñi, todo un lujo, que tendría un final apoteósico  con la Salve a la Paloma del Rocío, algo desafinado, pero que no faltarían lo ardientes olés de los improvisados cantores, y los vivas y cantes del dueño que cerraron el emocionante acto. 







                Todo esto y más en la Venta La Paloma

Había que seguir mojándose, la lluvia no daba tregua alguna y nos esperaba impaciente para seguir refrescando nuestros cuerpos, pero se nos presentaba un dilema que caía  sobre los responsables  del grupo.





-¿Continuamos para El Puerto de Santa María, tal como está el panorama? La respuesta, muy acertada y con buen criterio  fue la de suspender la excursión, al Puerto, la climatología de agua y viento era mucho mayor allí. 



Una tarde en el hotel que sirvió estupendamente de descanso para seguir tomando energías para el domingo día en que concluiríamos nuestro paso triunfal por los Pueblos Blancos.
La mañana nos saludaba con negros nubarrones amenazantes de lluvia, tenía que ser así para que no fallara el pronóstico climatológico que formaba parte del programa.
Mientras se acopla  la gente en el autobús para continuar la gira del último día, me dirigí al gran monumento dedicado a  la carroza y a los caballos, para llevármelos plasmados en mi cámara e incluso poder hacer una pequeña apología a este grandioso monumento.





El Monumento al Enganche de Jerez de la Frontera es una importante obra escultórica que se encuentra situada en la emblemática plaza del Mamelón, uno de los espacios abiertos más bellos y representativos de esta ciudad.
Se trata de un conjunto escultórico de grandes dimensiones, en el que además del propio enganche o coche de caballos aparece también dos personajes más a lomos de un caballo.
Realizado en bronce, cuenta con un peso de unas seis toneladas, y de un tamaño casi real.
Es ésta una obra que se debe al escultor Eduardo Soriano, y que representa al tipo de coche de caballos conocido con el nombre de "Gran Break a la calesera".



El Break es un carruaje que consta de cuatro grandes ruedas, alto pescante y un doble asiento en la zona posterior; va tirado por cuatro o por cinco caballos, dos en tronco y los demás en potencia haciendo de guías.
Tradicionalmente fue éste el medio de transporte más característico de los que se usaban para ir a la feria por la clase pudiente, y precisamente esta plaza del Mamelón el lugar desde donde salían los carruajes que se alquilaban para ir hasta ella.
Así, el monumento rememora aquellos primeros años de la hoy famosa Feria del Caballo, en el mismo sitio donde antiguamente los coches de caballos esperaban a su clientela.



Se ubica en un espacio en alto sobre una pequeña zona ajardinada, en uno de los extremos de la citada plaza y junto a la calle Sevilla, al pie de un amplio estanque artificial que aparece alimentado por numerosos surtidores.
Los negros nubarrones nos acompañaban y el campo clamando ayuda, porque se ahogaba por el exceso de agua, servía de magnífica palangana para que se lavaran la cara las que flotaban en el aire jerezano, desesperadamente por descargarse de nuevo.


                                             El campo se ahogaba por exceso de agua

        Rafael Alberti el gran poeta gaditano subido  en su pódium nos deja una mirada y junto a ella uno de sus versos dedicados a esta bendita tierra y al caballo jerezano de doma.



De frente o de perfil,
quiebros volando
blancos, puros y grandes,
inocentes rasgos de luz
divinos y crecientes.
Ciega y loca armonía golpeando,
sois los altos caballos inmortales,
hijos del Sol y espumas musicales.
Quien no los ve y haciendo extasía
a vuestro rítmico paso
vuestra pura perfecta nitidez
vuestras anchuras,
vuestro sentido de la Geometría.
sois las medidas
exaltadas luces que brotan
de los campos andaluces.



Yo os quisiera cantar
aunque quisiera ir infundiéndoos
las savias del jinete
que dulce y sabiamente os compromete
que el alma a la música os trajera
y nada más, caballos que en el viento
bailaréis en mi solo pensamiento.



En el puerto de Santa María no hicimos escala porque ya estaba programado la tarde anterior, que no se pudo  realizar, pero sí nos saludaron las bodegas Osborne con su famoso toro, el monumento al poeta Rafael Alberti y el caudaloso Rio Guadalete, en el que esta mañana se bañaban los tímidos rayos del Sol  a hurtadillas, y abriéndose paso entre los oscuros y tenebrosos cerrazones como murallas infranqueables se cernían sobre nosotros.


                                              Los rayos del sol se bañaban tímidamente en el río Guadalete

        Las Salinas de Valdelagrama con sus albas pirámides erigidas en monumento y el Polígono de los Tres Caminos, con su mayestático molino de viento, se van quedando atrás hasta que llegamos a Vejer de la Frontera.




                                               Monumentos dedicados a las salinas y al molino de viento

Vejer de la Frontera nos dejó impresionados por su increíble belleza y el encanto de sus callejuelas. Este pueblo blanco de Cádiz inspira y despierta la imaginación de cualquier persona.
A medida que íbamos subiendo con el coche por las empinadas calles, dejábamos atrás el verde paisaje andaluz a mediados de marzo, y empezábamos a divisar el pequeño pueblo de Vejer de la Frontera. Son muchos los que aseguran que es el “pueblo blanco” más bonito de toda Andalucía. Podría ser la musa de muchos escritores que han dejado atrás su natal Inglaterra o Irlanda y han hecho su hogar en las colinas del sur de España. En realidad, ahora que lo pienso, no estoy seguro de cuántas personas realmente han hecho esto … pero tras haber visitado Vejer, puedo asegurar que la idea suena como un plan fantástico.


                                                      Vejer de la Frontera

Vejer de la Frontera, en la provincia de Cádiz, ha existido durante siglos. Fue el hogar de fenicios, cartagineses y romanos. En el año 711 los visigodos perdieron el control de la ciudad ante los musulmanes, que la ocuparon hasta el siglo XIII cuando fue conquistada por Fernando el Católico. Este pequeño pueblo a orillas del río Barbate sorprendentemente no está invadido por los turistas, y es tan histórico como hermoso.



El primer instinto cuando llegas a Vejer de la Frontera es pasear, meterte entre las casas blancas y sus callejones estrechos y dejarte impresionar por sus magníficas vistas. ¡No te pararemos! Es de hecho lo que deberías hacer. Pero una vez que hayas llenado ese hueco de tu imaginación con las pintorescas estampas de este pequeño pueblo de Andalucía, todavía tendrás más cosas por ver.


                                               Las blancas callejas de Vejer de la Frontera

-¿Pero qué?, podrías estar preguntándote. Vamos con una lista de los lugares que no debes perderte en Vejer de la Frontera.
Nuestra guía luciendo su melena de color al viento nos da una extensa explicación de la desaparecida Laguna de la Janda de una enorme extensión nueve kilómetros de largo por cuatro de ancho.



Aquí comenzó la dominación árabe con la famosa batalla del Guadalete contra los Visigodos.
El viento había tomado posesión de nuestra primera estancia y no fue obstáculo para conocer la Laguna de la Janda, la Batalla del Rio Guadalete y la famosa batalla, en un cauce donde hubo sangre a raudales y quedó para la posterioridad como el Río del Olvido.
Las vistas desde este lugar son sensacionales con el molino al fondo cerrando este maravilloso decorado.


                                               Vejer de la Frontera
Vejer de la Frontera es una ciudad amurallada. Las murallas, de unos dos metros de grosor, se han conservado bastante bien, zigzagueando alrededor de la ciudad y protegiéndola de posibles enemigos. Existen cuatro entradas: El Arco de la Segur, el Arco de Sancho IV, el Arco de la Villa y el Arco de Puerta Cerrada. Asimismo, también existen numerosas torres a las que puedes subir para obtener espectaculares vistas del pueblo y del valle sobre el que se posa. Nosotros subimos a la Torre del Mayorazgo que se encuentra en la esquina de una casa del siglo XVIII conocida como “Casa del Mayorazgo”. Es una casa típicamente andaluza, con un soleado patio decorado con radiantes flores, que permite ver el cristalino cielo azul. Tras subir los escalones de piedra, llegarás a la parte de arriba donde tendrás unas merecidas vistas.





En la Plaza del Ayuntamiento, recibimos las explicaciones correspondientes, a pesar de que el viento era nuestro aliado. 



Pasaríamos al monumento dedicado a la mujer vejariana, la cobijada, entre el contraste de negrura de su vestimenta y el albor del decorado de fondo que le acompaña.



-¿Una mosca en un vaso de leche? Una comparación algo burda, pero con cierto sentido humor hecho realidad.



La cobijada era una mujer que, antiguamente, en ciertos pueblos de la provincia de Cádiz (principalmente en Vejer de la Frontera, donde cerca de la judería de esta localidad existe una estatua en su honor) se cubre parte del rostro con el manto, de color negro, de tal manera que la única parte de su cuerpo visible era uno de sus ojos. Se cree que era una tradición de origen castellano.


                                                               El mirador de la cobijada

La cobijada o traje de manto y saya es el traje típico de Vejer de la Frontera. Su origen es castellano, entre los siglos XVI y XVII, aunque por su composición parece que mantiene alguna reminiscencia islámica. Estaba compuesto por unas enaguas blancas con tiras bordadas, blusa adornada con encajes, cuya composición dependía de la posición económica y social de la portadora, una saya negra sujeta a la cintura, a la cual le sobresalía el encaje bordado de las enaguas y un manto negro fruncido con una flor de seda, que cubría a la mujer completamente, excepto el ojo derecho que quedaba al descubierto, y que sin duda la envolvía en un halo de misterio.




La Plaza de España se remonta al siglo XVI. Fue originalmente diseñada para poder ver las corridas de toros, aunque en 1955 se construyó una fuente en el centro de la misma; cubierta de preciosos azulejos pintados a mano al estilo de Sevilla. 


                                                 La Plaza de España

La fuente te cautivará inmediatamente, porque hace de la plaza un lugar que realmente merece la pena visitar.



 El Castillo de Vejer de la Frontera data de los siglos X-XI y merece la pena ser visitado por su valor histórico. Se encuentra en el punto más alto del pueblo y está clasificado como “castillo menor” ya que solo dispone de una entrada. El ojo de la cerradura, típico de la arquitectura morisca, se abre a un patio que estoy seguro que os hará viajar en el tiempo. Dicho esto, tenemos que admitir que nos sentimos un poco decepcionados al no poder visitarlo, ya que hoy es una casa privada. Supongo que el castillo tendrá que vivir en nuestra imaginación.


                                                   El Castillo de Vejer 

El Convento de los Concepcionistas.
Este convento data del año 1522 y es hoy la casa del Museo de las Tradiciones y Costumbres de Vejer. Si te sientes intrigado por aprender más sobre la cultura de Vejer, éste es un lugar genial para empezar. Si además estás buscando un punto perfecto para una foto de Vejer, deberías hacer una parada en este convento, pues el Arco de las Monjas enmarca una preciosa postal de las casas blancas y el cielo azul de Vejer. 


                                                                   Arco de las Monjas

        Conforman algunas de las más típicas calles del pueblo y, cuando nosotros lo visitamos, las calles estaban vacías, permitiendo imaginar cómo sería Vejer siglos atrás. Por aquí podrás perderte entre los estrechos callejones que serpentean justo detrás de la muralla de la ciudad.  Hay arcos, balcones con flores y callejuelas sacadas de un cuento. Es en lugares como éste donde yace el verdadero romance de Andalucía.





Iglesia del Divino Salvador.



Esta iglesia se encuentra en la parte de arriba del pueblo, cerca del Castillo. Aparte de tener unas bonitas vistas del pueblo, la iglesia es única al estar construida encima de una antigua Mezquita. Puedes ver la construcción mudéjar unida con el estilo gótico de cuando la iglesia fue construida en el siglo XVI. 



Siguiendo la muralla, el pozo del agua y la placa dedicada Juan Relinque campesino que se sublevó cuando un noble quiso quitarle el privilegio que Sancho IV les había concedido de cultivar el campo durante cuatro años sin tener que pagar ningún tributo a la corona.  




Ante tanto resplandor de cal cubriendo las fachadas y limpieza de las calles no tenemos más remedio que descubrirnos. 



Durante el siglo XIV, Vejer fue conocida por sus molinos de viento. Seguramente tengas referencia de los molinos de viento gracias a las aventuras de Don Quijote luchando contra “sus gigantes” en La Mancha. Estos molinos de viento fueron construidos para moler la harina en el barrio de San Miguel. Eran movidos con la ayuda del agua, dado que en Vejer los vientos no eran tan fuertes como en la Mancha. Ahora se han preservado como parte de la historia de este pueblo.



Muralla y más muralla, escaleras sobre escaleras y un recuerdo al toro embolao, con una placa dedicatoria.
La puerta dedicada a Sancho IV con una original escultura y retorno al punto de partida. 

Puerta de Sancho IV

De nuevo el verdor de la arboleda contrastando con los pellizquitos sobre el paisaje de las casitas desperdigadas jugando con las enormes acumulaciones de agua de una charca que quiere resucitar del destierro a la Laguna de la Janda desaparecida, mientras el típico molino se yergue como gran señor en lo alto de la colina diciendo:
-¡Aquí estoy rigiendo mis destinos y todos a mis pies rindiéndome pleitesía!



Bajamos el telón de estas secuencias escenográficas tomadas y vividas en uno de los pueblos más bellos de esta serie, mientras desciende el telón lentamente es el momento para captar el triunvirato formado por el naranjo como alimento, la farola  luz que  nos guía, y al fondo el señorío del molino.



 Tomando el autobús nos dirigimos a nuestro último destino, Cádiz.
Las nubes nos siguen, acompañando hermanadas a un sol que quiere conseguir su amistad, y a nosotros nos parece oportuno que la despedida de este gran paseo de tres día por los llamados Pueblos Blancos, sea realidad.
- Querido lector ¿sabes lo que es un hostión?
-Pues no es lo que se piensas, sino eres de Cádiz, porque aquí en la tacita de plata su significado es totalmente distinto, abre el vídeo y lo descubrirás además de una magnifica descripción para entrar en Cádiz. 



A estas alturas y para no cansarte más, querido  lector, vamos a ir recorriendo Cádiz a través de vídeos  y fotografías, para que sea el postre final de este viaje de tres días por tierras en plenitud de cultura y belleza.




                                                            La Catedral de Cádiz

La Catedral sacaría a relucir a dos ilustres personajes allí enterrados Manuel de Falla hijo adoptivo de Granada y José María Pemán, los dos gaditanos. 



                                                                   Manuel de Falla

Cádiz universal, libre y humano
A fuerza de divino;
pacífico  artesano
al estilo oriental, verdoso y fino
en la gracia sencilla de tus tiendas;
Cádiz, todo florido de balcones,
de minaretes laicos sin santones
y de calles angostas sin leyenda. (José María Pemán)


                                                                     José María Pemán

        Pasaríamos por delante de la Iglesia barroca de Santiago, la Plaza del General Topete conocida como la de las Flores, la zona comercial  y la descripción de las casas miradores con sus balconadas de cerrajería artística y la Calle Ancha. 





El Convento de los Frailes Franciscanos desempeñó un gran papel cuando las tropas francesas quisieron ocupar Cádiz y lanzaban desde los barcos, situados a dos kilómetros de distancia las bombas, cada vez que caían al mar tocaban la campana, y los gaditanos les hacían un corte de mangas.



                                                      Convento de los Franciscanos

Con las metrallas de las bombas las gaditanas se hacían rulos para elaborarse tirabuzones.
Con las bombas que tiran
los fanfarrones
se hace las gaditanas
tirabuzones
que las hembras cabales
en esta tierra
cuando nacen ya vienen
pidiendo guerra
¡Guerra! ¡Guerra!



El monumento a la Pepa, la Constitución de 1812 pondría el broche final a esta gira.


                                                          Monumento a la Constitución de 1812

El monumento a la Constitución de 1812 es un monumento conmemorativo de España que conmemora el centenario de la Constitución de 1812 ubicado en la gaditana Plaza de España.
También conocido como monumento a las Cortes, fue un proyecto de Modesto López Otero, como arquitecto, y Aniceto Marinas (1866-1953), como escultor. Fue realizado en 1912 y contiene varias alegorías de la Guerra, la Paz, la Agricultura y la Industria, junto con relieves alusivos a la resistencia gaditana durante la Guerra de la Independencia.
A sus lados se muestran las figuras alegóricas de la Agricultura a la izquierda y la derecha de la ciudadanía. Las columnas con figuras femeninas—comúnmente llamadas cariátides—que sirven de sustento a la pieza que representa el Código Constitucional de 1812 rematan al conjunto con un gran sentido de aparatosidad escenográfica de tipo palaciego y solemne. Todo esto se integra a los jardines de la Plaza de España y también se integra con su forma y estructura mediante su color.



Llegó el momento de marchar, pero no definitivamente porque nuevas salidas nos esperan, volvemos cargados de agua, líquido sumamente necesario, deseado por todos.
Un cielo azul intenso pintado con manchas vaporosas de nubes algodonosas, entre un blanco enguatado y un negro intenso, formando un conjunto aborregado de ovejas volátiles, mientras una luz limpia flotaba en el aire, una luz líquida, tenue y digna de ser embotellada,  de sol enfurecido intentaba despejarlas.


La lluvia de este día había pintado Cádiz con un azul eléctrico que solo se saborea en determinados días de invierno en Andalucía. La primavera intentaba salir de la cuna.
Había un espejismo especial en las aguas del mar y desde el autocar todos, ávidos por llevarnos en nuestras cámaras y en nuestros corazones, queriendo robar un trocito de esta Tacita de Plata repleta de sal y salero nos precipitábamos por las ventanillas.



Sin embargo la mochila de nuestro ser, además,  viene cargada de cultura, los ojos abarrotados de bellos paisajes, de monumentos arquitectónicos, de historia y de leyendas, pero sobre todo de un vínculo extraordinario de amistad, hecho realidad  por todos los asistentes.
Sirva este archivo de recuerdo a los que tuvimos el placer de hacer realidad esta gira, y para conocimiento de los que no la han podido realizar. 
                                          
                                              José Medina Villalba

                                       REPORTAJE FOTOGRÁFICO


  

  

  






  


  
  

  
  
  

  


  









   
  

    
  
     
  
   

    

  
  
  

     
  
  

   

  
    
    

  




  

  


  
   
    











  


  

  




    
  
  



  


    
    






   

  

   



  




  


  
  
  

    







    


  
       




  
  



 


 
































































































 



 




















                   Adiós a los Pueblos Blancos con el broche de oro en la Tacita de Plata Cádiz.
                                                       
                                                                   José Medina Villalba





8 comentarios:

  1. Amigo Pepe: Menú completo, desayuno, almuerzo, merienda y cena. Que barbaridad de recorrido y de contenido, del 711 año de la invasión al 1812 año de la constitución,"La Pepa" porque se firmó el día de San José, antes fiesta y ahora un día más. No se por donde iniciar el comentario, ni a que tema del recorrido prestarle mi atención, habrá que hacer un trato al estilo de Jerez, como lo describe D. José María Peman y Pemartin, al que tuve el honor de conocer y conversar en más de una ocasión.
    Y Empieza el trato.
    Pinta un garabato
    La vara de "El Colí". Se apoya en el anca.
    Saca su pañuelo-verde y raya blanca-
    lo dobla, lo guarda sacando la punta,
    tose,escupe, pisa,se para y pregunta:
    ? Cuanto das por ella , Currito Duran¿
    De los setecientos no paso un real:
    Es gacha y rendida sobre el .menudillo.
    ?Tienes mal la vista¿- la tengo cabal.
    ?No es buena la jaca¿ para un organillo.
    ? Lo dice la envidia¿
    La formalidá
    ? Estas ya pintón¿
    Tengo hiperclorhidria.
    Pues ve a Lanjarón...
    Volvamos a la ruta de los bandoleros, montado en una Jaca Alazana, con botas camperas, traje corto, sombrero Rondeño, espuelas de plata, una larga faca incrustada en la faja, manta de Grazalema y una copa de aguardiente, no se de que partía formaba parte, si la del Estepeño el Pernales, muerto en 1907 a los veintiocho años, que en los años ochenta todavía vivía una hija suya en el pueblo Sevillano de El Rubio, le apodaban la Pernala, la del pasos largos de El Burgo, el tragabuches, de Arcos de la Frontera, o José María el Tempranillo, muerto o mejor dicho asesinado en un cortijo hoy hotel y restaurante cerca del pueblo de Alameda, próximo a Antequera, que conozco por haber asistido a alguna celebración familiar, cuando ya el bandolero estaba incorporado a la vida civil, perdonado y colaborando con la autoridad.
    El trabuco o Arcabuz que utilizaban cargado de postas y metralla para sus atracos y fechorías, hoy en este brillante e histórico recorrido, a ido cargado del perfume de la historia, con aroma de lo que la sierra produce, tomillo, romero, lavanda, y agradable compañía.
    En Grazalema hay una fabrica de licores que nunca había conocido, como licor de algarrobo, de arrayán, de higo chumbo, hasta siete distintos y extraños sabores.
    La visita que habéis realizado al pueblo de Arcos, en el que el guía os ha contado la rivalidad existente en esas dos magnificas Iglesias, en una de las visitas que realicé con un matrimonio amigo, el párroco de una de ellas nos contó que las dos iglesias tenían el cuerpo del mismo santo, fruto de sendas visitas a Roma.
    He podido comprobar como lo in apacible del tiempo no ha hecho decaer el animo del grupo, que ha soportado estoicamente y a pie firme, como el Viti en sus buenos tiempos. Supongo que la visita a las bodegas de Jerez y el Puerto , os haya permitido elevar la moral y no a palo seco, sino con buenos tropezones,el Recorrido bastante largo y completo, lleno de Historia, cultura,naturaleza y senderismo, ha servido para templar el cuerpo y el alma, entre dos derrotas históricas la del guadalete y la de trafalgar, pero Andalucía sigue viva, acogedora, envidiada, visitada, incomprendida, soñadora y trabajadora, cuna y cruce de culturas, que le dan su peculiar y vital carácter. Mi enhorabuena a estos viajeros románticos del siglo XXI y a este incansable Pepe Medina, ejemplo de vocación literaria y experto comunicador. Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros.

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  2. Comentario de Amparo Mora Montes.
    Querido amigo: Estoy convencida que, dadas las circunstancias ambientales, no es menester subir y bajar cuestas o escaleras, pasar frío, aguantar la lluvia ..... sabiendo que vas a recoger el viaje de tres días a los Pueblos Blancos en un espléndido reportaje donde nos reflejas el aspecto cultural, histórico, arquitectónico, de naturaleza, etc de esos pueblos con multitud de fotos y un texto con tanto detalle y tan brillante. Además acompañas el relato con los vídeos que recogen las explicaciones de los guías que os acompañaron. No puede ser mas completo.
    Te felicito por el esfuerzo y el entusiasmo que muestras para recoger tan extenso contenido.
    Gracias Pepe. Un abrazo

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  3. Lamento no saber corregir el error de a ido, en lugar de ha ido.

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  4. Maria Del Carmen Prades Pérez Magnífico reportaje.
    Igual que en otros anteriores, me he sentido una vez más
    como una viajera en
    este precioso paseo
    por los pueblos blancos.
    ...
    Enormes y gigantescos plataneros desmochados guardan la alineación perfecta con los muñones de los brazos alzados al cielo, esperando que llegue el esplendor del florecimiento, para explotar en un alarde de fuegos primaverales lanzando la realidad de sus vidas convertidas en nuevos brazos y multitud de ramas con sus hojas correspondientes...

    Qué linda descripción.
    Muchas gracias amigo!!!

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  5. Mari Carmen Molina Amigo Pepe. Acabo de leer tu archivo dedicado a los Pueblos Blancos, la verdad no se que decirte, creo que todos los que te seguimos coincidimos en lo mismo, nos transportas al lugar en el que te encuentras y te acompañamos en tu recorrido, además lo documentas tan bien que siempre descubrimos nuevas cosas y aprendemos mucho. No me queda nada más que darte la enhorabuena y que sigas escribiendo ya que siempre nos quedamos con ganas de más. Un abrazo.

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  6. José Medina Villalba. Estimada amiga Mari Carmen Molina, si has tenido la paciencia de leer mi extenso archivo, no te ha cansado, y por supuesto creo que no te habrá llovido, que esa es una gran ventaja de disfrutar de un recorrido sin haber sufrido detrimento alguno, como el que nos produjo la cantidad de agua que recibidos, y además, según pones de manifiesto te has sentido cómoda participando del viaje por los Pueblos Blancos, para mi es una gran satisfacción. Te agradezco enormemente tu comentario y que sigas participando con tus seguimientos y aportaciones en mi blog. Con tu permiso traslado a los comentarios del archivo en mi blog tu comentario. Un abrazo.

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  7. Comentario de Juan Sánchez Ocaña.
    Querido Pepe: Me admira tu capacidad de trabajo. Estos archivos, ricos en información, abundantes en ilustraciones, con gracia y estilo literario, con dominio de la técnica informática, con temática tan variada, son fruto de tu segunda juventud y de tu sensibilidad. Me alegra y me estimula. Por ello me permito preguntarte para que me recomiendes un tutorial. Quiero enviar algunos power point que, al ser muy pesados, no puedo hacerlo por correo. Tu envías tus archivos a través de enlaces. Quisiera que me dijeras - si es que ello es posible- en unas líneas qué pasos habría que dar, - sin muchos detalles para no cansarte- para encarrilarme hacia esta técnica que yo intentaría completar con mis ejercicios complementarios. Tal vez te pido un favor de ignorante porque la cosa es más complicada. Dime unas palabras y con ello me conformo. Enhorabuena por tus trabajos. Sé que estoy preguntando a un maestro polifacético. Un abrazo. Juan

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  8. Comentario de Jesús Fernández Bedmar.
    Amigo Pepe, realmente es fantástica tu descripción de las nubes camino de

    Grazalema; no es fácil superar tu saber climatológico; lo hacer con un

    conocimiento y una gracia difícil de superar. Realmente insuperable.

    Y si nos metemos en Vejer, Jerez..., son estupendas tus consideraciones;

    he tenido que dedicarles un par de días porque hay que saborearlas.

    Vuelvo a lo mismo, eres un magnífico descriptor y narrador.

    ¿Ya me gustará coincidir contigo en algún viaje!. Mira por donde,

    a Rumanía vamos en diferentes viajes, pero me gustaría tanto ir contigo...



    Otra cosa: estoy corrigiendo las pruebas de la Editorial de mi libro

    "Cuestiones disputadas"; ya lo verás.



    Un abrazo grande y que sigas con ese buenísimo ánimo.

    Jesús

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