Un nuevo día amanece,
hemos estado navegando toda la noche, aunque el sueño no nos haya permitido
percibir este caminar, son cinco días de gran intensidad, la vida del turista
es magnífica pero lleva consigo acarreado bastante sacrificio corporal e
incluso espiritual, pero tiene una gran recompensa, no es otra sino el
enriquecimiento cultural, la satisfacción personal de una cantidad de
experiencias en todos los aspectos, tanto materiales como humanos, que jamás
se podrían haber experimentado sino con la complacencia que da el vivir en los
lugares visitados.
Juntar los pies con el
suelo del camarote nada más despegar los párpados de los ojos, y echarle un vistazo al programa
del día es toda una misma cosa, siempre
nos saluda para que nos hagamos una idea
de lo que vamos a realizar en esta jornada.
Programa del día
El laberinto de subir y bajar escaleras, de recorrer todo el entresijo de nuestro navío para adentramos en el que se ha colocado a nuestro costado y nos impide salir directamente a la calle.
Mientras algunos han
conseguido alcanzar la rue, otros permanecemos en este recorrido donde se
mezclan las enormes cubiertas, con estrechas escaleras, pasillos y
comparaciones entre los dos cruceros que se están dando un abrazo juntando los flancos.
Pero hay que tomarse con
calma este trasiego, para conversar con los que nos acompañan e incluso hacerse
alguna foto apoyado en la barandilla del crucero hermano, para que quede
constancia de que hemos estado, aunque haya sido por espacio breve de tiempo, en
otro crucero diferente.
Dispuestos a caminar por
Bratislava, mientras unos contemplan el panorama, la alta torre que en la
lejanía se asoma por encima del bosque que la tiene recluida entre un cielo
casi despejado, con algunos velillos
blancos a modo de peines acicalando el cabello, el cielo también sabe
adecentarse desde que amanece para recibir al bello astro que pronto se
presentará.
Hay un compás de espera,
entre silencios y conversaciones, en
grupos o individualizadas hablando con el pensamiento y reteniendo un
nuevo paisaje, en la espera de nuevas sorpresas que se van sucediendo día tras
día.
Los guías planificando y
esperando la llegada de nuestro lazarillo local la señora Eva Sáriova.
Los demás con la
tranquilidad que da un nuevo día y unas nuevas perspectivas que irán llegando
en el transcurso de la mañana.
Algunos consultando el
plano de la ciudad que vamos a visitar y otros con el móvil, prestos en cada
instante a las exigencias prioritarias.
Hay quien da
recomendaciones para que no te agobies y el camino te sea más placentero, mucho cuidado donde pones el ojo y la cámara, son sugerencias del doctor.
El doctor aconseja
Después de estos instantes de relajación, de tomar el aire puro que desprende la arboleda y el que llega del río a través de la balaustrada por cuyas rendijas se filtra, llega nuestra esperada timonel.
Eva Sáriova, es una
señora cuya presencia muestra la jovialidad que lleva en el interior, cara
sonriente, mirada picarona, que se esconde tras unos vidrios enmarcados en un
moderno andamiaje, cabellera cubierta de nieve que se desliza hasta tocar el
cuello, con briznas alargadas de color gris, como las huellas que dejara
cualquier carruaje al pasar por un camino virgen cubierto de nieve, blusa
sacada de la piel de un leopardo, aunque ella de fiera no tiene nada, solo
desprende amabilidad, sonrisa a flor de piel, un sarcasmo, ironía y mordacidad
especial, haciendo brotar la hilaridad de los acompañantes en sus
intervenciones. Sus andares son parsimoniosos, casi desgarbados, portando la
pancarta guía como si fuera una carga pesada sobre su delicado hombro, cruz en
el caminar de su diario oficio, muy bien preparada y documentada sobre todo lo
que transmite con desparpajo y gracia a los que la siguen.
Eva Sáriova
Dos bolsas a ambos lados, pendientes de sus hombros la acompañan, son una buena carga que actúan de contrapeso en su parsimonioso andar, una buen fardo que ella sabe portar hábilmente, no sé si para que le sirvan de contrapeso en el caminar, un poco agalbanado por la rutina diaria de su profesión, o porque lleva en ellos todo el contenido de su sabiduría en documentos empastados. Desde que sus pensamientos convertidos en palabras comienzan a emitirse, se descubre su sentido del humor invitándonos a volver a nado si no encontramos el barco.
Eva se esfuerza en convencernos
de que el Danubio es Azul para los enamorados y si alguien no lo ve de este
color, no hay problema ella está dispuesta a buscarle un polaco o polaca para
que se enamore.
La belleza polaca
Comenta, que no veremos
apenas policías, pero eso sí, donde hay turistas nos vamos a encontrar con
ladrones, si en la mochila tenemos documentos, dinero, fotos de la amante,
tenemos aquí muchas jóvenes de Bulgaria, de Rumanía que parecen turistas, acostumbradas
a robar desde pequeñas, son unas verdaderas profesionales. Actúan en cadena,
van en grupo, una te da el empujón y te quita el bolso, se lo pasa a la
compañera, ésta a otra y al final te has quedado como se suele decir, “como el
gallo morón sin plumas y cacareando”.
Caminamos por una amplia
acera al borde del Danubio, un inmenso puente se divisaba con sus férreas
tirantas, enormes hilos de acero que lo mantienen en el aire, y tras él
desperdigados una serie de rascacielos, que intentaban tocar el firmamento pero
sin lograrlo. Todos creaban sombras buscando quitarle protagonismo a un manso
enorme canal de agua, que por más que se empeñen los que se sumergen en él
quieran arrebatarle, sin lograrlo.
-¿Grabando? -Me dice la guía-.
-Algo.
-Algo sí, todo no. (Responde)
Estas palabras
pronunciadas con cierta amabilidad, eran el permiso que Eva me concedía para
poder continuar realizando mi trabajo.
Una ciudad en completa
ebullición los ruidos ensordecedores, los timbres agudos de los rojos tranvías que se desplazan a velocidades
vertiginosas, y los pasos donde los
semáforos trabajan también de forma rápida pasando sin contemplaciones del
verde al rojo y viceversa, hay que andar prestos sino quieres tener un grave
problema.
Caminamos por Staré
Mesto, el adoquinado que pisan nuestras plantas es perfecto haciendo un
verdadero juego de encaje, le da a la calle un cierto aire que sin querer atrae
nuestra mirada, una cuadrícula tendida en el suelo formando círculos a modo de
ondas que se van abriendo, de la misma manera cuando se lanza una piedra sobre
la superficie quieta del agua de una laguna.
Una enorme columna se alza ante nuestra
mirada, la llamada Holy Trinity Column, monumento erigido para conmemorar el
final de la plaga de la peste, en el siglo XVIII que acabó con el treinta por
ciento de la población, para agradecer a
Dios la finalización de la enfermedad.
Holy Trinity Column
Esta bonita columna, se encuentra al final de la caminata que comienza frente a la ópera y termina al pie de la subida al castillo, o a la catedral.
Eva, como un floreciente ramo de rosas, se
coloca a la cabeza para dar las explicaciones oportunas de los sitios a los que
nos vamos a dirigir, el Barrio Viejo, la Ópera y la festividad del día en el
que nos encontramos, la celebración de los Santos Patronos de Bratislava.
El 5 de julio se conmemora la llegada de los
apóstoles eslavos San Cirilo y San Metodio al territorio de la antigua Gran
Moravia. En Bratislava, el Día de los Patronos de Europa está muy estrechamente
relacionado con otra fiesta nacional, el Día de los Eslovacos residentes en el
Extranjero.
San Cirilo y San Metodio
Como tal día los
comercios están cerrados salvo los de souvenir.
Desde donde nos encontramos podemos observar una escultura moderna, en
un lugar donde en otros tiempos existió una sinagoga que fue derruía para
construir el puente, y al fondo la vista de la catedral.
Mientras caminamos vamos
contemplando las fachadas de los edificios cargados de sabor antiguo con
cerrajería artísticas en sus balconadas y esculturas en las fachadas que causan
admiración cuando nos vamos fijando en ellas.
Catedral de San Martín.
Situada entre la zona
vieja de la ciudad y el Castillo,
la Catedral de San Martín,
ha sido escenario de las ceremonias de coronación de algunos soberanos húngaros
entre los años 1563 y 1830 y, sin duda, es el edificio religioso más importante
de Bratislava.
La Catedral de San Martín
Sobre la torre principal
de 83 metros de altura se aprecia el pasado Real del templo. Desde 1848 está
rematada con una corona dorada apoyada sobre un cojín, que rememora los años en
los que Bratislava era una ciudad perteneciente a Hungría y se la conocía como Pozsony .
Corona Real en lo alto de la Catedral
En sus inicios la
catedral era una simple parroquia. Sus orígenes se remontan al año 1100 y
durante el transcurso de los siglos venideros el edificio fue sucesivamente
ampliado y remodelado.
El interior del
edificio, decorado con coloridas vidrieras, es seguramente más interesante que
su exterior como las tumbas de algunos nobles húngaros que se encuentran dentro
del templo.
Interior dela Catedral de San Matín
Nos detenemos delante de un edificio cuya fachada es digna de admirar.
Edificio que fue una
Farmacia barroca desde 1727 en otro tiempo. Ahora es una colección privada.
Es bueno detenerse a admirar la fachada y ver sus detalles y esculturas de principios del S. XX, con influencias renacentistas construido por Rudolf Alder en 1904.
Las estatuas que flanquean la entrada son del escultor Aljoz Rigele.
Es bueno detenerse a admirar la fachada y ver sus detalles y esculturas de principios del S. XX, con influencias renacentistas construido por Rudolf Alder en 1904.
Las estatuas que flanquean la entrada son del escultor Aljoz Rigele.
Antes de que llegara el
comunismo aquí en Eslovaquia se hablaban tres idiomas, por lo que en la fachada
de esta farmacia se puede ver el nombre de Salvador en los tres idiomas, alemán,
húngaro y eslovaco. Cuando entró el comunismo nos obligaron a hablar el idioma
ruso.
Las notas de humor las
va poniendo Eva en el trayecto, cuando uno del grupo le pregunta sobre el
salario medio de los trabajadores, ella contesta, con cierta sorna.
-¡Parece que usted me
quiere amargar la mañana!
Sobre la corona que está en el Parlamento de
Budapest, su peso y tamaño está hecha para un rey bien cabezón.
La carcajadas
continuaban mientas caminábamos, las frases de socarronería e hilaridad, salían
continuamente de la boca de Eva Sáriova.
Sigue comentando: fuimos esclavos del pueblo húngaro, los
húngaros un pueblo guerrero entraron y nos dominaron, pero el idioma húngaro y
el eslovaco no se parecen en nada.
-El eslovaco es un idioma
muy fácil "todos los niños lo hablan".
Alguien del grupo comenta, "en España también lo hacen los pequeños", así se sucedían uno tras otros la agudezas chirigoteras de una guía especial, no solo dominaba el tema sino que sabía perfectamente captar la atención de los que la acompañábamos, haciendo que las carcajadas fluyeran con la misma facilidad con la que el agua surge a borbotones de una alcantarilla, un día de gota fría con toda la red obstruida.
Alguien del grupo comenta, "en España también lo hacen los pequeños", así se sucedían uno tras otros la agudezas chirigoteras de una guía especial, no solo dominaba el tema sino que sabía perfectamente captar la atención de los que la acompañábamos, haciendo que las carcajadas fluyeran con la misma facilidad con la que el agua surge a borbotones de una alcantarilla, un día de gota fría con toda la red obstruida.
Nos habla de la
educación y de la enseñanza, en Eslovaquia la enseñanza pública es gratuita incluso
la universitaria, si el alumno no aprueba puede seguir estudiando, pero pagando, "si
antes los padres no lo matan”.
La figura de Mozart
también saldría a relucir por sus actuaciones en palacio, una placa
conmemorativa da testimonio de sus actuaciones aquí en Bratislava.
La forma de enriquecerse los empresarios de
aquella época prestándole dinero a los reyes, cuando no se los podían devolver
se compensaban con tierras, bosques, castillos, palacios y así se hicieron ricos.
Mozart
Mozart
En Bratislava el sueldo
medio es de mil seiscientos euros, hay pobres con familia a su cargo, y también
hay pobres ricos.
Si alguno de ustedes se
quiere ir con el otro grupo no tengo ningún inconveniente pero después me
cuentan los iba diciendo el guía. (Nuevas carcajadas)
Estamos a setenta
kilómetros de Viena solamente una hora de viaje, en barco se tarda más, hay que
ir contra corriente y el Danubio tiene sus curvas, esclusa que hay que salvar y esto alarga el
tiempo.
Valiéndose de las
fotografías de un manual nos muestra las del castillo y su historia.
El castillo de Bratislava se sitúa
en el centro histórico de la ciudad del mismo nombre, la capital
de Eslovaquia.
El castillo se empezó a
construir en el siglo X, en lo alto de una colina rocosa, en una posición
dominante sobre el río Danubio. Desde él se ofrece una excelente vista de
Bratislava. Actualmente el castillo alberga el Museo Nacional Eslovaco.
Dentro de los límites del castillo se encuentra también el edificio que alberga
actualmente la residencia oficial del Presidente de la República Eslovaca.
Por aquí estuvieron hace
años los reyes de España Juan Carlos I y la Reina Sofía. Hubo reunión, en otra ocasión, de los primeros
ministros de la Unión Europea
Para nuestra Eva Sáriova,
que sabe perfectamente mezclar la historia con la hilaridad, las cuatro torres
del castillo son las cuatro patas de una mesa boca arriba (nuevas carcajadas)
-"Tenemos que ponernos un
poco al lado de la calzada porque viene un peatón con cuatro ruedas, a ver si
tiene permiso o es guapo".(carcajadas)
Por el camino que
conduce al castillo nos encontraremos coronas tiradas por el suelo símbolo de
la realeza que fue coronada en el castillo, algunos creyeron que eran de oro e
intentaron arrancarlas.
Actualmente el castillo se utiliza para las
exposiciones del departamento de historia del Museo Nacional Eslovaco. Los
habitantes y visitantes de Bratislava aprovechan el espacio del área del
castillo para pasear, con posibilidad de tener bonitas vistas del centro de la
ciudad histórica, del Danubio y parte de la ciudad. El castillo de
Bratislava fue por su indiscutible aporte histórico-arquitectónico, uno de los
primeros monumentos históricos en Eslovaquia, declarado en 1961 monumento
nacional cultural número uno.
Como el profe que guía a sus alumnos en un
paseo Eva con energía nos manda girar a la derecha para salir de esta
“habitación sin luz”.
Seguimos caminando, nuestra simpática guía con sus andares de balanceo siempre con el “báculo” sobre el hombro, cómo
el minero que porta el pico de sus sufrimientos en el trabajo.
Una
enorme piedra, entre grises y negros me sirve de apoyo para seguir metido en
una vorágine de carcajadas que animan la mañana.
La voz de Eva es enérgica y repetitiva como el
sargento que manda a los soldados con poderío.
-¡ Vamos, vamos, vamos!
- A la derecha, a la derecha!
Aquí democráticamente se hace lo que mando yo.
-Estuvimos cuarenta años a la izquierda.
¡Yaaa estaaá bieeeen!
-Ahora toca a la derecha.
Seguimos caminando y escuchado con cierta
ironía, y otras con cierta nostalgia cómo Bratislava fue destruida por la
guerra, en 1809 Napoleón quiso apoderarse de Bratislaba y destruyó muchas casas.
Napoleón
Napoleón
El alcalde de aquella época era generoso quiso
ayudar a la gente y les liberó de pagar impuestos, la picaresca también tuvo
lugar en aquellos que no tenían casa.
Hace referencia al salario medio en bruto del
que hay que descontar, asistencia sanitaria, Seguridad Social para cuando nos
jubilamos.
Nuestra Eva, gesticula con la cara de tal
manera, haciendo determinados mohines como el que quiere infundir un poco de
envidia al que la escucha, o de júbilo porque está próxima a la participación
de esa fiesta jubilar con sus sesenta y dos años, con el pelo rubio y con la euforia
de una quinceañera, sin mover el cuerpo hace un baile con el rostro.
Seguimos con el logotipo que remarca
continuamente, y es que la izquierda parece haberla marcado para toda la vida,
con los desastres que originó.
A la
derecha tenemos la mejor cafetería de Bratislava, y con ritintín, dejó caer.
¡La más barata!
Donde es toda una ostentación tomarse un café con una
tarta y bebida, rodeado de todo un lujo con porcelana antigua y decorados de
vestidos de época.
-La Reina María Teresa sale a relucir, reinó durante
cuarenta años, tuvo dieciséis hijos con un solo marido. ¡Que se sepa!
La Albertina es un museo del centro de Viena. Alberga una de las más extensas colecciones gráficas del mundo con aproximadamente 65 000 dibujos y cerca de un millón de grabados, tanto antiguos como modernos. Sobresalen sus riquísimos fondos de Alberto Durero, de los cuales una selección se expuso en el Museo del Prado en 2005.
Museo Albertina
La base de este museo se originó aquí.
La institución debe su nombre a Alberto de
Sajonia-Teschen (1738-1822), quien la fundó con su colección.
Museo Albertina
Museo Albertina
María Teresa cuando la tenían que hacer reina húngara, vino a Bratislava a presentarse a los condes y los condes húngaros muy orgullosos dijeron:
-Una mujer va a venir aquí a darnos órdenes, no
la vamos a obedecer, vamos a hacer una revolución, y ella muy sabia vino como
una mujer, como una madre con el pequeñito Jorge en las manos, pidiéndole ayuda
a los caballeros.
-¿Cómo terminó la cosa?
Gritando.
El paseo lento, la mirada despierta captando
todas las escenas que iban surgiendo y el olfato presto a degustar los olores
que se filtraban a través de un aire que nos cobijaba, saboreando las palabras
mascadas por Eva, entre sonrisas dejando
paso a la risotada, llegamos a la Plaza Mayor de Bratislava.
Antiguamente era el lugar del mercado principal
de la ciudad y el lugar de las celebraciones importantes pero también
de ejecuciones. Hoy es el sitio de conciertos al aire libre, espectáculos,
mercadillos artesanos y otros eventos. Esta plaza también es el lugar donde
ponen el mercadillo navideño y el árbol de Navidad todos los años.
La fuente de Maximilian II está situada enfrente de la cafetería Roland. La fuente está decorada con la estatua de
Maximilian II, como Roland – patrón de las ciudades medievales- y con
niños con peces en las manos aunque no siempre era así.
En esta plaza está la estatua de un guardia,
era el guardia del mercado. Se encuentra enfrente de la embajada de Francia es la estatua
de un soldado del ejército de Napoleón. Napoleón pasó con sus tropas dos veces
por Bratislava.
Soldado de los ejércitos de Napoleón
Soldado de los ejércitos de Napoleón
En esta plaza vimos diferentes edificios con distintos estilos. Uno de los edificios que están situados en la Plaza Mayor
es el antiguo Ayuntamiento.
Otro edificio importante es la Casa Verde, que
está situada en la esquina de la Plaza Mayor donde se junta la calle Zelená con
la calle Sedlárska. Además en los edificios que están situados en la plaza, están las sedes de las embajadas- de Francia, Japón y Grecia. En el edificio
donde se encuentra la embajada de Grecia está el famoso café Mayer.
Mientas nos recreamos en aquella enorme plaza,
mirando a la fuente y a los niños que se acercan para jugar con sus barquitos
de papel sobre el agua, cuantos recuerdos afloran de aquellos años de mi infancia, de mi juventud y de toda una vida.
Cuantas fuentes hay en tantas plazas, y cada una con su propia
vida y su propia historia. Porque una plaza sin
fuente es como un día sin Sol, es igual que una bella moza a la que le falta la sonrisa, y esa
gracia especial de la estirpe “granaina” sin la alegría en la cara, es un
jardín sin flores, o un prado con la hierba mustia, por eso todas las plazas
tienen su fuente, algunas pequeñitas otras grandiosas, pero todas con el júbilo
de su lenguaje hecho chorros de agua que hablan por sí solos.
La grandiosa Fuente de Trevi
La grandiosa Fuente de Trevi
La de mi barrio se enorgullece de tener en sus
entrañas todos los días, desde que amanece, a la Sultana Alhambra, lavándose la
cara en el agua de mi fuente; por las noches, cuando todo el mundo duerme, la
he visto bajarse a hurtadillas por las veredas del bosque, encogerse y meterse
en la fuente, porque a la gran musa le gusta bañarse y beber de los caños de la fontana,
mientras los chorros se derraman de una taza a otra, para caer hechos un collar de perlas, en el remanso de su base, con un sonido que adormece.
Si las palabras tienen música, la fuente
también la posee, la del sonido del agua que salta jubilosa por las alturas
queriendo comerse el cielo, pero éste está muy alto, llorando cae lastimeramente sobre
su base para perderse en otros mundos, ese río Darro que en la angostura del valle la
espera.
El Sol, en los atardeceres, cuando se va
escondiendo lentamente detrás de la veleta de la torre de la Iglesia de San
Pedro, en un clamor doloroso que ahoga, se aferra al hierro para no marcharse
dejando el último sollozo sobre la piedra de la fuente, como un gusano que se
arrastra, se deja caer en el agua abrazando la silueta de otra que ha bajado
para quedarse toda la noche. Todo se convierte en un collar de lágrimas de
cristal.
Contraluz en el Paseo de los Tristes. Óleo (58X53). José Medina Villalba
Contraluz en el Paseo de los Tristes. Óleo (58X53). José Medina Villalba
-¡Ay!, mi fuente, en donde eché mis barquitos de papel cuando era niño y cuando fui mozuelo, más de una tarde la esperaba escondido detrás de la fuente. Aquella chiquilla, de aquella calle que como un dardo se clava en el Paseo de los Tristes, donde la luz de la farola de la esquina alumbra como la de un candil, solo brillaba la luz de su rostro.
De cuerpo gentil caminaba como el vuelo de una mariposa, pelo negro azabache recogido en un moño, ojos vivarachos y picarones, talle elegante. Cuando doblaba la esquina de la calle era como una visión de ensueño que flotaba en una nube de luz espectral. Fueron aquellos amores platónicos que nunca fructificaron porque entre los altos picos de la Sierra y el mar hay mucha diferencia, eso ocurría en la diferencia del tiempo entre los dos, pero yo a pesar de todo la quería.
Hoy aún la sigo viendo, bonita, pero casada, ¡cuánto hubiera dado por tenerla a mi lado!
Alguien me tocó en el hombre para decirme:
-¿Qué te pasa?
-¡Vamos!, seguimos caminando por Bratislava.
Antes de abandonar la Gran Plaza que me ha dejado
sumido en un letargo de recuerdos, en la esquina donde todos los días se
retuerce buscando la soledad de la caída del día, un personaje con chistera en
mano, traje a la medida en consonancia con el sombrero, compostura de solemnidad nos saluda, y nos invita
a entrar en el Café Mayer, donde la elegancia y la buena repostería son la
mejor tarjeta de presentación.
Había que dejar constancia en el imaginario
cliché de la cámara la foto característica, cada cual adoptando la postura más
sugestiva e insinuante.
Una chistera fue pasando de cabeza en cabeza,
mientras cambiábamos impresiones este cronista y la simpática Eva.
La calle es amplia, el enlosado facilita el
deslizamiento de las zapatillas, los edificios modernos, el lujo de las
fachadas atractivo, nunca sospechábamos
que nos íbamos a encontrar al alcantarillero más famoso del mundo, saliendo de
una cloaca,todo reluciente, más negro que Chorrojumo, el famoso Rey de
los gitanos, con su casco bien colocado en la cabeza, brillando como un ascua
de fuego, mano sobre mano, no sabemos si es que está esperando que alguien le
eche una susodicha mano para salir, o que observa impaciente viendo pasar a la
cantidad de turista que se lo llevan en sus cámaras.
Le llamamos el mirón porque le gusta mirar a
las chicas que llevan minifalda
Pero para asombro nuestro no es nada de eso,
sino el talismán que atrae, ya que es el que reparte suerte a mansalva a todo
aquél que se digna tocarle el casco; a mi, dice Eva, me trajo quince premios de
la lotería, dicho esto una avalancha de manos, cual huracán ardiente, le cayeron sobre su cabeza al pobre obrero de los vertederos subterráneos.
A las mujeres
que le toquen la nariz les da potestad para cambiar de marido.
-¿Tú le has tocado la nariz ?
La contestación de Eva fue locuaz y rápida.
-Más vale malo conocido, que bueno por conocer.
-¿Te fijaste bien, compañero?
-¿Cual de las dos piezas sagradas brillaba más, el casco o la nariz?
-Las dos por igual, amigo mío.
-Saca tú las consecuencias.
-Saca tú las consecuencias.
El camino lo seguíamos haciendo en palabras de
Antonio Machado, conforme íbamos andando, y la historia de Eslovaquia cuando se
une con Checoslovaquia, vuelve a surgir hasta llegar al palacio de la Ópera, frente al hotel más antiguo, de
Bratislava, por aquí pasaron grandes personalidades entre ellas Julio Verne,
Franklin....
Nuestra guía, llegado el momento, se despide de
nosotros deseándonos que disfrutemos de la estancia y un feliz regreso.
Eva, con su simpatía especial dejó una huella,
una marca peculiar en todos los que la acompañamos esa mañana, fue nuestra
guía, pero al mismo tiempo, con su simpatía única y personal dejando caer de
vez en cuando una píldora de humor, "como el que no hace la cosa", arrancó la
carcajada espontánea de los que la seguíamos.
Había que subir al castillo, era condición “sine
qua non”, que no es ni más ni menos, la condición
necesaria y esencial de carácter obligatorio, por lo menos para aquellos que
quieran adelgazar caminando a pie, o para los más cómodos utilizando el
trenecito que te lleva hasta las alturas.
El gusano formado por diversos compartimentos que constituyen su cuerpo, cabalgaba como hábil rocinante trotón, sabio conocedor del camino a seguir.
El gusano formado por diversos compartimentos que constituyen su cuerpo, cabalgaba como hábil rocinante trotón, sabio conocedor del camino a seguir.
El castillo
de Bratislava se sitúa en el centro histórico de la ciudad
del mismo nombre, la capital de Eslovaquia.
El castillo se empezó a construir en el siglo
X, en lo alto de una colina rocosa, en una posición dominante sobre el río
Danubio. Desde él se ofrece una excelente vista de Bratislava. Actualmente el
castillo alberga el Museo Nacional Eslovaco. Dentro de los límites del
castillo se encuentra también el edificio que alberga actualmente la residencia
oficial del Presidente de la República Eslovaca. Sus cuatro torres laterales
están consideradas como el símbolo de la ciudad.
El tren tiene previsto su lugar exacto de aparcamiento, pero no a las puertas del castillo así que, hubo que caminar para llegar a las alturas y quedara claro que la fortaleza está verdaderamente en la cúspide.
Actualmente el castillo se utiliza para las
exposiciones del departamento de Historia del Museo Nacional Eslovaco.
Los
habitantes y visitantes de Bratislava aprovechan el espacio del área del
castillo para pasear, con posibilidad de tener bonitas vistas del centro de la
ciudad histórica, del Danubio y parte de la ciudad.
La vista que desde allí se observa es
sensacional, una panorámica del Danubio con sus puentes que son fortaleza
sobre las aguas.
El río
camina lentamente buscando otro lugar, el puente siempre le está dando la
despedida, el río es a la vez vida y muerte, vida en su caminar, muerte al
llegar al mar, el puente siempre se
queda fuerte ante la vida y la muerte. Todos tenemos en nuestras vidas algo de
puente y algo de río, puente porque nos sentimos fuertes en la juventud, sin
pensar nunca en que algún día nos moverán, y río porque al final, éste nuestro
río de la vida, tendrá su expiración.
El castillo de Bratislava fue por su
indiscutible aporte histórico-arquitectónico, uno de los primeros monumentos
históricos en Eslovaquia, declarado en 1961 monumento nacional cultural número
uno.
Descenderíamos de nuevo cabalgando, dando
saltitos sobre nuestra estrecha silla de montar, contemplado fachadas con
empaque de años pasados, maderas en puertas con retoques de talla, cristaleras
en enormes ventanales donde se mira continuamente el cielo, y a veces
edificios, los de enfrente, que se asoman para cuchichear entrando en los secretos
de sus vecinos.
El paseo hacia el crucero es tranquilo,
parsimonioso, contemplando y recreándonos en lo que nos rodea, pasar por debajo
de una mole enorme de hierros y hormigo impresiona, el gigante y el minúsculo enano ante esta
grandiosidad, allá arriba quedaba el castillo, el muro de contención del paseo
con sus ventanitas abiertas para que todos lo que caminen por allí pueda regocijarse en las aguas del río.
Un cielo claro de cristal con pinceladas de
nubes en fuga, como plumas de aves que pasaron y las dejaron flotando en el
aire, pinceles delicias de cualquier pintor que quisiera pintar la fantasía de
los pensamientos.
Tenemos varios puentes en nuestro caminar por
la vida, nos sentimos fuertes en el puente de la juventud, dominadores, reyes
de todo lo que nos rodea, el puente de nuestra infancia se nos iba quedando
atrás, un día volvimos la vista y ¡qué pena! No lo volvimos a ver más.
Llegamos a nuestro destino, el navío nos esperaba
escondido detrás de otro, parecía que le daba vergüenza de estar en
primera línea y se abrigada al lado de uno de superlujo, había que atravesar las
entrañas del primero, entre subidas y bajadas
para llegar a nuestro naviero.
Nos esperaba el jefe de los guías en el salón del
crucero, ese gigantón que sabe utilizar el lenguaje propio para tener a un
pasaje no solamente al día de todo lo que se va desarrollando, sino al mismo
tiempo con un sabor agradable en el cuerpo por su amabilidad, saber estar
aclarando, resolviendo situaciones, programando, y haciendo los días del pasaje
lo más agradables posible.
Estando ya el horizonte aún un poco lejano,
pero al alcance de la vista, que nos somete a una doble dualidad, la del deseo
de regresar a casa, o la de querer seguir navegando, era necesario informar
sobre el trozo de tarta naviera que nos quedaba por consumir.
Un análisis de lo realizado, sobre todo
enfocado a visitas de ciudades y todo lo que encierran, y por otra parte ir
procurando una especie de “colchón de descanso” a partir de ahora para volver a
casa sosegados, con actividades que nos
lo proporcionen.
El análisis de lo que es la felicidad y la forma
de conseguirla, la cena esta noche con el capitán para la presentación de la
tripulación, y la cena de gala que será mañana, así como un
detallado recorrido sobre la partida con respecto a cómo colocar las maletas,
cintas de colores que hay que ponerles y lugar donde se han de depositar,
traslado al aeropuerto, etc.
La comida del almuerzo, refrescaría ideas y
aclararía estómagos.
La tarde se presenta con una variedad de
actividades, siempre acompañadas por la musicalidad de un piano bien tecleado
por un experto músico.
Una exhibición de manualidades para construir
utilizando toallas, diversos elementos decorativos: centros de mesa, cisnes,
canastas, animales, caras, flores.
El Sol, cansado en su recorrido diario, dejaba
sobre las nubes que navegaban por el firmamento en competencia con el río, un suave
halo de colores que acariciaba las aguas ataviándolas de un celeste, en tanto
que el cielo se teñía de plomo.
Tras las cortinas se vislumbraban las siluetas
de los pasajeros que contemplaban la intriga entre el astro, las nubes, el
agua, el crucero y los que se nos cruzaban como larguísimo gusanos con
múltiples ojos, que tardaban un rato en pasar.
En el interior, el animador de turno sometía a
un grupo que intentaban demostrar sus conocimientos en la rama del saber, a un
juego donde la historia y sus personajes eran los protagonistas principales.
-No sé si a estas alturas querido lector
recuerdas el problema que se suscitó, días anteriores entre algunos pasajeros,
con respecto al funcionamiento de las esclusas, no había consenso cuando navegábamos río abajo
y ahora que lo hacemos al contrario subiendo, hemos podido comprobar como el gigantesco
cangilón se va llenando de agua para ir elevando, como si fuera un ascensor al
barco, hasta alcanzar el nivel superior.
Llegó la hora solemne de la noche y con ella la
gala de la presentación de la tripulación con el capitán al mando.
El salón había cambiado de escenario, las damas
elegantemente vestidas, donde la diversidad del colorido de sus relucientes
trajes, hacían brillar con más intensidad la belleza de las señoras, los
caballeros bien trajeados denotaban que aquella noche se despegaba de las
anteriores, el champán acompañado de canapés elegantemente servidos, hacían
elevar las copas para brindar.
-¡Va por ustedes!
Como si hubiera que realizar la faena de una
gran corrida.
Y corrida la hubo.
-¡Claro que la hubo!
Entre la presentación de toda la tripulación, cena, baile, música y concurso de danza entre las parejas participantes, hicieron de la noche una velada inolvidable.
José Medina Villalba
-¡Claro que la hubo!
Entre la presentación de toda la tripulación, cena, baile, música y concurso de danza entre las parejas participantes, hicieron de la noche una velada inolvidable.
José Medina Villalba
José Medina
Villalba
Amparo Mora Montes. Tantas explicaciones desde el puente con sus tirantes que es lo primero que se ve, la Holy Trinity Column, los edificios, la catedral de S. Martín, las fuentes, las esculturas callejeras hasta su hermoso castillo dominando la ciudad sin olvidar la historia de Eslovaquia.
ResponderEliminarNo puedo obviar tus consideraciones en el castillo sobre la vida y la muerte ante la visión del Río y el puente, donde vuelcas tu prosa poética y las reflexiones sobre nuestro caminar por la vida. Son muy reales y emotivas.
Agradezco tu trabajo que me ha permitido conocer Bratislava y te felicito por ello. Un abrazo
EliminarAmparo Mora Montes. Querido amigo Pepe, termino de conocer Bratislava sin pisar su suelo, sentada cómodamente en un sillón. Qué derroche de detalles, tantas fotos y tantos vídeos.
José Medina Villalba. Gracias Amparo.
EliminarJosé Medina Villalba.
ResponderEliminarQuerida amiga Amparo Mora Montes, tus comentarios, son un apéndice más que había que agregar al archivo dedicado a Bratislava, porque simplemente con leerlos son el anticipo a lo que después describo en mis extensas redacciones, que a decir verdad, no son tan amplias porque siempre se escapan detalles importantes que hay que eliminar por no cansar demasiado a los lectores. Lo podríamos catalogar, si se tratara del guión hecho realidad en una película, el tráiler o avanzadilla de lo que después se ha de leer.Tú eres una asidua lectora y seguidora de mis textos literarios,tus comentarios son una inyección de ánimo para seguir escribiendo,por lo que me siento sumamente complacido. Te agradezco el espacio que dedicas a mis trabajos, restándoselo a tu preciado tiempo y a las numerosas ocupaciones que durante el día puedas tener.Un abrazo.
ResponderEliminarMatilde Folgoso.
Viajar por esos lugares que tuve la suerte de visitar veo el entusiasmo que penetra en todos los acompañantes y recordando lo vivido, me hace ser feliz leyendo y la buena descripción que canta sus letras...dad ganas de volver a retomar el maravilloso lugar donde han ido todos juntos, y eso es muy bonito Señor. Gracias por poder acceder a sus buenas letras. Un Saludo!
Gracias, Matilde por tu comentario. Un abrazo.
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ResponderEliminarAntonia Fernandez Pelaez.
Hola Pepe, después de llegar de la apertura de JM, he leído el sexto día del Danubio y me ha dado mucha envidia sana. Lamento no haber ido, pero me he recreado con tus relatos y descripciones imaginándome que estaba con vosotros. Un abrazo y hasta mañana.
José Medina Villalba. Gracias Toñi por tu comentario. Un abrazo
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ResponderEliminarEncarni López Osuna. Amigo Pepe después de esos comentarios que te hacen tan maravilloso enhorabuena por todo y por todo lo que pone y revivir de nuevo ese bonito viaje
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Gracias Encarni, por tu comentario. Sé que siempre estás esperando que salga un texto literario dedicado a ese fabuloso viaje del Danubio. La verdad, me gustaría sacarlos con más rapidez pero son otros tantos compromisos los que surgen que me hace inviable el poder sacarlos con más celeridad, pero no te preocupes que verán la luz porque ese es mi interés, ya solamente quedan dos días, y el último fue prácticamente de regreso. Un abrazo.
Amigo Adán: Que maravilla poder escribir democráticamente lo que te da la gana,que por cierto es brillante,las palabras van surgiendo a raudales, por arte de birlibirloque de una chistera, como la gota fría, pero con mas temperatura, con ese calor que tu le pones a todo lo que haces; claro, juegas con ventaja,por que tu hablas español desde que eras un niño. Cuando intercambies Email con la ampulosa Eva Salúdala de mi parte. He disfrutado mucho oyendo a Rocío Jurado cerrando el acto,cantar la corría terminó, pero si te soy sincero,no se como terminó la corría. Un fuerte abrazo de tu escudero, con lanza en ristre, adarga antigua y galgo corredor.
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ResponderEliminarNieves Rodríguez Jiménez Buenas tardes. Bellos lugares, y veo también, que estás en plena forma. Me alegro mucho , amigo mío. Un abrazo.
Mari Carmen Molina. Amigo Pepe,acabo de leer el sexto día por el Danubio,me ha encantado aunque yo no he hecho el viaje físicamente, conforme he ido leyendo y viendo los vídeos parecía que iba en el grupo,al llegar a la descripción que haces sobre las fuentes,al ser del Paseo de los Tristes, de nuestro barrio, he sentido nostalgia he vuelto a mi niñez y a mi juventud, afloran muchos recuerdos. La reflexión que haces sobre la vida y la muerte cuando estás delante del río con el puente,maravillosa. Enhorabuena, esperamos seguir disfrutando de todo lo que escribes. Un abrazo.
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Estimada amiga Mari Carmen Molina, he viajado con bastante gente por el Danubio, han sido unos días en los que las expresiones orales que se pudieran decir, siempre se van a quedar cortas, he intentado llevar a mis lectores y seguidores, entre los que te encuentras tú, como una ferviente y simpatizante adepta a mis escritos, para que sientan algunas sensaciones de las que hemos disfrutado los que hemos participado en el viaje. Los que me han seguido vía on line, y tú eres una de ellos, me hacen sentir el calor de su grata compañía, si a esto le añadimos tus expresiones de que te has sentido una viajera más, disfrutando de las buenas sensaciones y placeres de esta travesía, para mi es una gran satisfacción. Simplemente te puedo decir que si algún día te decides a hacer un crucero elije uno fluvial, es todo un placer. Mi agradecimiento a tu comentario y sigue viajando aunque sea on line, tu compañía me es sumamente grata. Un abrazo.
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ResponderEliminarAntonia Barroso Gracia. Que maravilla!!!
Felicidades José, y sigue disfrutando!!!
Chari C Alonso Que hermoso víaje!!
ResponderEliminarAntonia Fernandez Pelaez. Hola Pepe, después de llegar de la apertura de JM, he leído el sexto día del Danubio y me ha dado mucha envidia sana. Lamento no haber ido, pero me he recreado con tus relatos y descripciones imaginándome que estaba con vosotros. Un abrazo y hasta mañana.
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Gracias Toñi por tu comentario. Un abrazo
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