La ciudad de las siete
colinas nos estaba esperando pero, ¿por dónde llegar a Roma?
Siempre se suele tomar
como recurso cuando te encuentras divagando sin saber qué dirección coger,
decir una frase hecha, “todos los caminos nos llevan a Roma”.
Pero surge la pregunta:
¿Qué camino es el que vamos a tomar nosotros?
Entremezclando a Antonio
Machado, y a Juan Manuel Serrat podríamos decir: “caminante no hay camino, se
hace camino al andar, todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar
haciendo caminos, caminos sobre el mar, yo amo los mundo sútiles, ingrávidos y
gentiles, como pompas de jabón, me gusta verlos pintarse de azul y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse…, nunca perseguí la gloria”.
Antonio Machado
Juan Manuel Serrat
Éste será nuestro camino
a seguir, volando por un cielo azul como miembros humanos integrantes de una
gigantesca ave mecánica, y desde las alturas contemplar la nimiedad de lo que
queda abajo mientras surcamos los espacios siderales.
Desde las alturas contemplar la nimiedad....
Nuestro grupo de viaje va llegando a Severo Ochoa, lugar donde comenzará la andadura, el
rodar de las maletas es la musiquilla que siempre acompaña en el inicio de lo
que será una nueva aventura, porque lo nuestro, ante todo, siempre será una aventura de andar y andar los caminos de la amistad.
Saludos, entre conocidos
de viajes anteriores, y el vientre de nuestro bus, va desayunando con los
equipajes que se van depositan en su metálico estómago.
(Quiero recordarte,
querido lector, que mis intenciones no son otras sino las de hacerte vivir con intensidad este acontecimiento, sino tuviste la oportunidad de efectuarlo con este grupo de gente
entusiasta, y si lo realizaste volver a revivirlo recordando momentos
de emoción y entusiasmo, y algún que otro de cansancio por el intenso camino recorrido)
Los saludos de Mayte, nuestra
amable jefa, van abriendo boca con la proclama sobre las orientaciones a seguir
para que todo transcurra durante estos cinco días con la máxima normalidad.
Toñi, conocida como “la
americana”, señora amable, cortés, elegante, pelo castaño, ojos
vivarachos, expresiones precisas, siempre dispuesta a colaborar y resolver cualquier situación
que necesite ayuda, consejo, o resolución de los problemas más complejos, allí
estará haciendo acto de presencia.
Toñi. "La americana"
Son las dos de la tarde,
de un veinticuatro de octubre, mes que
agoniza cuando caminamos en dirección a Málaga al encuentro con nuestro gigantesco
pájaro de metal que nos va a trasladar al ilustre país donde surgieron las
primeras manifestaciones del Renacimiento, Italia en el siglo XV o en el Quatrocento, como
suelen decir los italianos, y cuyo ombligo principal es el que durante cinco días
vamos a "patear".
Los aventureros de Roma
El que camina sobre el
asfalto de la autopista, calzado sobre yantas pisando fuerte, nos va dejando
diversas escenas bajo un Sol que viste el paisaje con esplendor.
Inmensos olivares se deslizan ante nuestra
mirada, elevaciones con leyendas de enamorados que se arrojaron desde la altura
de una Peña, para hacer honor al intenso amor, y sucesivas escenas durante el recorrido, hasta conseguir alcanzar la
morada del que nos va a trasladar.
La Peña de los enamorados
Aeropuerto de Málaga
Vendría después lo
rutinario, darle pasaporte a la maleta en la facturación, para hacerla desaparecer por la cinta mecánica, nervios aunque se
intentan disimular colocando en la batea todas tus pertenencias, para pasar por
el arco detector, y si el registro es más severo porque tienes incrustado
algún cuerpo extraño dentro de tu cuerpo, te ponen aparte como si fueras un "delicuente", prepárate porque son capaces de
dejarte en bolas.
-¡Hombre, no será para
tanto!
- ¿Qué no será para
tanto?
-Bueno, bueno….., ¡que
no será para tanto, dices!
Una vez repuesto de este
trago, y eso que no llevas nada prohibitivo que te pueda complicar la
existencia, colocados los zapatos, la
correa, el reloj…, y cuantos objetos tuviste que dejar en la oscura batea transportadora de tus pertenencias, viene la relajación y hasta el apetito se
te abre de par en par.
Hasta el apetito se te abre, una vez pasados los controles
La paz, la tranquilidad
y la bonanza hacen presa de tu cuerpo, da la sensación que has pasado el examen
final de tu vida.
-Hombre, ¡por Dios, no
será para tanto!
Aquí está la prueba.
Relajación absoluta, después de pasar los controles
Repuestas las fuerzas, y
con los ánimos dispuestos a introducirnos dentro del aéreo transportador,
caminamos con la satisfacción manifestada en los rostros.
Caminando hacia el avión
Acomodados en nuestros
asientos respectivos, colocados cual “sardinas en lata”, como los volúmenes de
una biblioteca perfectamente colocados en las respectivas estanterías,
observando las instrucciones de las azafatas que monótonamente de una forma
rutinaria explican cómo hay que colocarse la mascarillas, el salvavidas y demás
instrumentos en caso de accidente.
Mientras unos atienden
queriéndose poner mentalmente lo que las azafatas van demostrando, por la mente
de otros corre la idea de cómo sería posible hacer realidad tantas acciones, en
el caso de un accidente, por lo menos yo me lo preguntaba.
Cual corredor de unas olimpiadas puestos los
motores al máximo, nuestra gigantesca ave comienza a tomar velocidad, mientras
los motores rugen con la máxima intensidad, se eleva toda orgullosa y erguida lanzándose a conquistar el espacio
como una flecha de jabalina olímpica, buscando el cenit en la infinidad
espacial.
Todo es silencio dentro
del enorme habitáculo, solo se escucha el toque leve de un sonido, a modo de un timbre avisador, mientras nos
sentimos dominadores del espacio, atrás
se nos va quedando todo lo terrenal en
diminutos elementos, casas, coches, carreteras y nos sentimos flotando en un
mar de nubes, limpieza de cielo y triunfadores de los espacios estelares.
Allá abajo todo queda empequeñecido
Alguien me dejó caer un
delicioso cruasán relleno de queso y jamón york, quizás para quitarme el nudo
de la garganta, con otro rico nudo de sabor gustoso, mientras ascendíamos
buscado la ruta que muy bien conocen los que manejan los mandos, en una pequeña cabina llena de instrumentos de pilotaje, de controles de motor y navegación, por
senderos donde no existen las cunetas, ni hay semáforos que nos detengan, donde
la libertad es la mejor señal de
tráfico que existe.
Un rico cruasán me quitó el nudo de la garganta....
Un Sol que agonizaba iba
dejando su despedida en leves caricias sobre las alas, aferrándose de tal manera por no
querer marcharse, se traducía en una mezcla de colores amarillos y
rosas, fruto de una agonía lenta, mientras al fondo la blancura de la nieve era
la sábana con la que se cubría Sierra Nevada.
Allá abajo la noche
asomaba despacio, haciendo acto de presencia, como relevo para sustituir al día, con el cortinaje de la oscuridad como
colcha, que ha de transformar la blancura de las casas, y la línea costera con sus salientes cuchillos que se incrustaban en el mar.
Salientes cuchillos se incrustaban en el mar
El Sol se marchó pero
dejó la lamparita de la estela luminosa encendida para que la noche, ocupara sus dominios
tranquilamente.
Teníamos que recibir el
bautismo para entrar a formar parte del pueblo de Dios, donde reside el Centro
de la Cristiandad, y el agua de los cielos cayó pausadamente sobre nuestro
monstruo volador, impidiendo que pudiera captar lo que pasaba en el exterior,
hasta que la ruedas se deslizaron sobre una pista que nos
recibía completamente barnizada de agua, donde se reflejaban los objetos del
entorno que había salido a recibirnos. Mientras, las gotas de agua se
depositaban en la ventanita y nos saludaban, con un lenguaje acuoso
deslizándose a todo lo largo, en una jerga húmeda.
Las gotas nos saludaban deslizándose por la ventanita
Sabíamos que Roma
entraba en huelga general, pero ignorábamos que se hubiese anticipado, y esa fue la gran sorpresa. Había que coger las maletas, y prestos
después de caminar un rato, por largos pasillos, cintas movibles, escaleras mecánicas, creo que esto debe estar hecho ex profeso para
desentumecer las piernas después de tres horas de vuelo, llegamos a la cinta
que vomita los equipajes.
Largas caminatas desde el avión hasta la recogida de los equipajes
Las miradas fijas
en una cinta transportadora que nos tenía que devolver nuestras valijas, y
por más que la observábamos permanecía completamente quieta.
Esperando el arribar de aquellas que no querían aparecer.
Aquello había que
tomárselo con calma y un poco de filosofía barata.
-¡Para qué mosquearse ni
irritarse!
Habíamos llegado para pasarlo bien, por lo tanto era necesario tomárselo con buen
humor.
La paciencia era el arma que había que usar
Mientras unos seguían
esperando la bienvenida de sus maletas, otros obstaron por buscar un lugar
donde reposar y tomárselo con paciencia y cierta socarronería.
Un poco de cachondeo ante la situación
Otros, en corrillos
contaban sus aventuras y desventuras, mandaban mensajes, hablaban por
teléfono comunicando a los familiares la llegada, algunos soplaban intensamente para
dejar escapar los malos pensamientos en repulsa a la situación, o se miraba el
reloj para ver como transcurría el tiempo, media hora, una hora…., sin
vestigios de ninguna clase.
Había quien daba sus
lógicas explicaciones como calmante balsámico ante un grupo que sonreía con la novedosa noticia.
- Se esperaban las maletas con un regalo especial y éste era
el motivo de la tardanza.
- “¿Será una rosa, será un
clavel, o será la Roma envuelta en un plateado papel?”
Alguien del grupo anunció, las maletas llegan con un regalo.
- Hubo quien dijo: "como
calmante para entretener y distraer un poco no está mal, pero eso que te has inventado no te lo crees ni tú".
Carcajadas sonoras ante el anuncio
Otros se reían a
mandíbula batiente.
La risa como remedio ante la situación
Los ánimos desesperados
crecían por momentos.
Nada de nada, aquella
cinta no se movía.
De pronto.
- ¡Albricias!
Una maleta comenzó a
asomar la cabecita, aquello parecía un gran presagio, pero por poco tiempo
porque pronto se detuvo de nuevo.
¡Albricias! La primera maleta asoma la cabeza
Finalmente todos
victoriosos caminábamos como si no hubiera pasado nada en dirección al autobús,
bajo una lluvia para trasladarnos al hotel.
Las maletas por un lado
en un pequeño vehículo y nosotros por otro en el autobús.
Roma nos recibía con una
torrencial lluvia, las calles brillaban con la intensidad que les daba la luminotecnia
de las farolas, eran un verdadero espejo de cristal, que ponía a nuestros pies como señal de agasajo en el recibimiento, los edificios adornados por el color
rojo de los pilotos traseros de los coches, dejando largas colas
arrastrándose sobre la calzada, como los flecos de los tules de seda plagados de lentejuelas de las coristas en el baile de una Compañía de Varietés, todo se mecía al
ritmo que le marcaba el limpia parabrisas que no dejaba de moverse.
La noche se mezclaba con
la magia de un castillo acuoso de fuegos artificiales, donde el agua jugaba con los
focos en las alturas desparramándose, y produciendo bengalas de colores de líquido centelleante, mientras Alberto, nuestro guía nos iría diciendo el nombre de los monumentos
por dónde íbamos pasando.
El agua jugaba con los focos en las alturas produciendo bengalas de colores
Todo era una fiesta de
colores, que jugaba con el agua, con los edificios mezclados en un ruedo de
sensaciones, que me hacían vivir situaciones nunca vistas desde el lugar en el
que me encontraba.
Pararíamos en la Plaza
de la República donde se encuentra la Fuente de las Náyades, y desde allí
arrastrando maletas y paraguas nos trasladaríamos al hotel al que deseábamos
llegar a toda prisa, eran ya las diez y media de la noche.
Plaza de la República
La lluvia era tal, que enmascaraba las figuras de los llegados a Roma
Había que caminar unos
quinientos metros por la avenida llamada, Vía Nazionale.
El agua marcaba la senda
a seguir, enmascarando la figura de los recién llegados a Roma, los charcos, algunos de aspecto lechoso, nos obligaban a vadearlos produciendo cierta incomodidad.
Caminando hacia el hotel
Vía Nazionale
Via Nazionale es
una calle de Roma, que conduce desde la Plaza de la República hasta Plaza
Venecia, llegando hasta el Largo Magnanapoli. En su recorrido atraviesa
los rioni de Castro Pretorio y Monti. (Rioni, es una
subdivisión administrativa oficial)
Estampa antigua de la Avenida Nazionale
La urbanización de esta zona fue por tanto el
objeto de la primera convención urbanística aprobada en Roma tras la unificación
italiana.
Estado actual de la Vía Nazionale
La primera parte de la
actual Vía Nazionale, urbanizada por de Merode, se llamó "Strada
Nuova Pia".
Vía Nazionale
Desde el proyecto
inicial, la Via Nazionale se pensó como una arteria muy amplia, necesaria para
unir rápido y lo más recto posible la estación central de la capital con
el Tíber, además la urbanización intensiva de los Prati di
Castello, prevista desde 1873. Esta intención se puso en práctica
en 1886, con la decisión de un segundo trazado amplio entre Plaza Venecia y el río, que se convirtió en el Corso Vittorio Emanuele II.
A lo largo de la nueva
calle se edificaron, en las últimas tres décadas del siglo XIX, grandes
hoteles en la parte inicial, la Iglesia de San Pablo intramuros, 1880,
primera iglesia cristiana no católica construida en Roma tras la unificación
italiana.
Iglesia de San Pablo intramuros
Inmuebles residenciales
destinados a la nueva burguesía de la capital, y también edificios públicos
como el Palacio del Esposizioni (1883),
Palacio Esposizioni
El Teatro
Eliseo (1900).
Teatro Eliseo
o el Palacio Koch, Sede de la Banca de
Italia (1892).
Palacio Koch, Sede de la Banca Italiana
Llegados al hotel, la
cena nos estaba esperando, el salón comedor amplio y esmeradamente servido por
unos camareros escogidos, seguramente, en relación con la altura en la que se
encuentran los techos.
De entrada, no nos
esperábamos menos, la comida nacional de Italia, unos ricos macarrones, así nos parecieron por lo menos por el
apetito que portábamos a esas horas, seguidos de un compuesto de verdura muy
bien presentado.
La cena de la primera noche
Una empanada de carne, y un rico pastel de
postre, ésta fue nuestra cena.
Desde aquí el
agradecimiento del grupo, por el detalle de tenernos preparada la cena a estas
horas, cosa que no es normal, tomarse una cena calentita a esas horas, reconforta el cuerpo y engrandece el espíritu.
Para finalizar este
primer día, vendría el gran problema de la odisea, que más que eso fue un "odiosea", la que me esperaba cuando me dieron la habitación 515.
Llegado a la planta quinta
ascendido en un ascensor de pequeñas dimensiones, me puse a buscar la susodicha
habitación 515, me encontré con un laberinto de pasillos de vueltas y revueltas,
que no tienen que ver nada con la novela de Carlos Ruiz Zafón, titulada “El
Laberinto de los Espíritus).
Siempre terminaba en la
514, y la que me correspondía se había esfumado por arte de magia. Después de
un buen rato de idas y venidas de vueltas y revueltas como el que está jugando
al escondite, la pude encontrar. Te dejo este vídeo para que someramente
compruebes, querido lector, la realidad de los hechos.
Un sueño reparador
después de un día de viaje, sería el final de éste primer día de viaje a Roma.
(En los próximos días
continuaremos con las siguientes jornadas, tratadas individualmente )
José Medina
Villalba.
Amigo Pepe: Es cierto que todos los caminos llevan a Roma,pero tampoco es menos cierto que todos los caminos parten del Albayzin, como fuente primaria de todos los acontecimientos que merezcan la pena ser contados; si alguien lo duda,que repase tus comentarios sobre los anteriores viajes y quedará convencido de lo que afirmo. Hay un corto verso de Antonio Machado, que dice así:
ResponderEliminarHe andado muchos caminos,
He abierto muchas veredas,
He navegado en cien mares
y atracado en cien riberas.
He podido observar algunas compañeras de otros viajes ya realizados y disfrutados,os deseo lo mejor para este que acabáis de iniciar.Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros. Saluda al Arco de Trajano y las termas de Caracalla.
Encarna Segovia Fernández. Que bonito todo, mil gracias por hacernos ver a través de tus ojos lugares tan maravillosos, disfruta junto a todos los demás de tan bonito viaje. Un fuerte abrazo amigo Pepe.
ResponderEliminarEncarni López Osuna. Bonitas fotos de Roma un viaje maravilloso.
ResponderEliminarRosi Muñoz. Una preciosa Ciudad don José, estuve el año pasado y se necesitan 7 vidas para ver esas hermosa Ciudad como es Roma, que disfrute mucho, besos amigo.
ResponderEliminarAntonia Fernandez Pelaez. Querido amigo Pepe, cuánto me he reído con el relato detallado de nuestra llegada a Roma. Eres genial describiendo nuestras andanzas y haces que volvamos a recodar con nitidez todo lo vívido.
ResponderEliminarToca ahora esperar el segundo día. Un fuerte abrazo.
José Medina Villalba. Gracias, querida amiga, me pondré a hacer los deberes para el segundo día lo más pronto que pueda, dejaré el paraguas en el hotel porque creo que el tiempo va a mejorar y ¡¡¡¡manos a la obra!!!!
ResponderEliminarAmparo Mora Montes. Querido amigo, ha sido grande mi interés en recordar el primer día de nuestro viaje a Roma que no he podido dejar de leerlo para mañana. Muchas peripecias ocurrieron ese día, la interminable cola para el control, las esperas de todo tipo y hasta el bocadillo que parece caído del cielo y que describes con tu prosa poética para tener un recuerdo inolvidable. Un abrazo
ResponderEliminarQuerida amiga Amparo, hemos comenzado de nuevo la aventura del viaje a la Ciudad Eterna, ya volvimos de ella, pero ha llegado el momento de volver a recordar aquellos cinco días, una aventura de las muchas que estamos viviendo en estos tiempos, cada una con sus situaciones diferentes, emociones, anécdotas y peripecias que han quedado en las mentes de cada aventurero, pero no está mal recordar, porque la mente a veces es olvidadiza y los recuerdos se van disipando poco a poco en la neblina del tiempo.He aquí que me he puesto a teclear el ordenador, nuevo bolígrafo moderno para escribir y plasmar aquello que vivimos, enriqueciéndolo lo más posible con fotos y vídeos, de tal manera que nos volvamos a sentir partícipes de esta aventura, una aventura más en el curriculum del atardecer de nuestro paso en este viaje por este Valle de riqueza inconmensurable en todos los aspectos. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
EliminarMaria Del Carmen Prades Pérez "...la noche se mezclaba con la magia de un castillo acuoso de fuegos artificiales, donde el agua jugaba con los focos en las alturas desparramándose, y produciendo bengalas de colores de líquido centelleante..."
ResponderEliminarQué preciosidad amigo. Lo estoy viendo con tu bella descripción, fotos y vídeos..
Nuevamente iré con vosotros y mi fantasía....
Gracias amigo José.
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Querida amiga, Maria Del Carmen Prades Pérez, cuando a través de tus palabras hechas letras, me vuelves a recordar aquellos momentos cuando marchábamos bajo una lluvia intensa, en busca del reposo de un día ajetreado, vuelven a renacer en mi interior esos momentos agradables de una Roma que te recibe, con los laureles de una corona hecha de bengalas de colores y engarces de agua. Es un placer contar con una compañera que viaja saboreando los placeres de una Ciudad Eterna. Tienes el asiento reservado para el segundo día. Un abrazo.