LA GRAN GALA DEL AÑO
DEL GÉNERO CHICO A LA
TRADICIÓN VIENESA
La noche azul caía sobre
Granada, el Sol a regañadientes intentaba despedirse lentamente agarrándose con
fuerza al varal de la cuna del horizonte dejando su voz de color expandirse por
el firmamento, con pigmentaciones que hablaban un lenguaje de vidriera acristalada; pinceladas efímeras, manos extensas y alargadas que intentaban asirse a la mirada de los que extasiados las
contemplábamos, lazos rojos, rosados, amarillos, anaranjados que nos
encandilaban, y los arrebatábamos dejándolos prendidos en nuestras inquietas, nerviosas, y ávidas cámaras, que hurtaban lo que ante nuestra presencia nos deslumbraba.
-¡Aquí, aquí!, se oyó
decir a una señorita completamente emocionada indicándole a su acompañante,
para que dejara plasmada la belleza de una despedida del Sol, con la no menos
de su figura entre los palmerales de los jardines del Auditorio Manuel de
Falla.
La ciudad intentaba dormirse cubriéndose con el manto de la oscuridad, luciérnagas que no
quieren ser arrebatadas por el sueño, lucesitas deambulando por acá y por acullá,
edificios que se espabilan guiñando ojos en ventanales, un gigantesco pino
artificial que se empequeñece en la distancia, y el contorno de una Sierra
Nevada que se ondulaba acariciada por los suaves tonos que se iban apagando.
Uno de las grandes
sultanes que emerge en la colina como vigía en el altozano, haciendo guardia y
mirando continuamente a la ciudad en Sierra Nevada y su Poniente la Vega, grandiosa
puerta por donde todos los días, el Sol, actor principal de esta comedia diaria, se marcha haciendo mutis por el foro.
El Hotel Alhambra Palas, el que construyera Julio Quesada Cañaveral, Duque de San Pedro de Galatino, esta
noche resplandecía cual faro hacia el que se dirigían las miradas de los que
habíamos venido a participar en la Gran Gala de Año Nuevo.
El Duque de San Pedro de Galatino
El Duque de San Pedro de Galatino
Había una claridad
especial que se refleja en el brillo de las hojas de los magnolios, en el
resplandor verde de los pinos que se unía al agonizante que se iba difuminado en
el lejano horizonte, era un espectáculo de lujo a estas horas preludio del
concierto, toda aquello hacía retraerse a la gente para entrar en el Auditorio, donde iba a desarrollarse música de gran calidad, más en el exterior también había otra música
especial, que se percibía por la vista, dirigida bajo la batuta de un magnífico
director, la avidez del espectador por captar todo un conjunto de elementos naturales, en los
que cada uno tocaba en silencio el instrumento que le correspondía.
La orquesta del bosque
nos daba los primeros compases, primicias de un concierto, escuchando desde la
balconada las notas bien afinadas en un “La” natural, en el pentagrama de la
escala musical.
El concierto de la Naturaleza
El concierto de la Naturaleza
Conjunto filarmónico de aves colocadas en sus ramas revoloteando y saltando de unas a otras, jilgueros amarillos verdaderos violines lanzando al aire cadencias en una noche fría, pero al mismo tiempo templada sinfónicamente, se cernía entre murmullos de conversaciones ininteligibles. La mirla verdadero fagot con su sonido bronco se unía a este concierto, mientras un cucú desorientado era un redoble de tambor con su repetitivo soniquete, una lechuza dejaba un sonido de melancolía, violonchelo susurro de nostalgia añorada, constituyendo todo una obertura preliminar antesala de lo que nos aguardaba.
El concierto musical de la Naturaleza
Un pavo real sacando pecho todo enseñoreado, se acercó desde el Carmen de los Mártires, próximo a este lugar, el arpa más brillante que pudo tener este conjunto musical, al que se le unió un gallo protestón, con su kikirikí, llegado de la Antequeruela, donde aún se mantienen congelados en el aire las notas musicales de un piano tocado por unos dedos delgados y ágiles, en el encantamiento del “Amor brujo”.
El concierto nos espera, hay que dejar el exterior para acomodarse cada cual en el sitio correspondiente.
Caras expectantes
comentando el programa y su gran contenido que nos iban a embargar
completamente durante un espacio de dos horas
.
.
Los aplausos acogen a
los jóvenes intérpretes y a su director, se presentan en un escenario donde se
encuentran situados en su orden correspondiente, todos los atriles portadores de
las partituras que se han de interpretar.
Descorrería la cortina para dar comienzo al espectáculo,
el preludio de uno de los mayores éxitos de Chueca, "Agua, azucarillos y aguardiente", obra
que el propio autor clasificó como «pasillo veraniego» y que así consta en la
partitura.
Ricardo J. Espigares
Carrillo, con la batuta en la mano, supo hacer alardes de una elegancia
especial dirigiendo a los setenta y cinco componentes de la orquesta,
moviéndose al ritmo que marcaban las composiciones, elevando las manos para
tomar vuelo, agachándose para bajar la
intensidad, bailando, gesticulando de un lado para otro dirigiéndose a cada
lugar según le correspondía la intensidad o fuerza participativa de cada grupo
de instrumentos, ya fueran de viento, cuerda o percusión, soberbio y magistral
en todo momento, mereció los aplausos de un público enfervorecido.
A pesar del ir y venir
de modas musicales, todos, hasta los más jóvenes, especialmente en las Fiestas
del Pilar, hemos oído en alguna ocasión aquello de “Grandes para los reveses, luchando tercos y rudos, somos los
aragoneses, gigantes y cabezudos” o “P’al Pilar sale lo mejor, los gigantes y la procesión”.
Vendría después Romanza
de Pilar. “Esta es tu carta” magníficamente interpretada por la soprano Rocío
Faus.
Luisa Fernanda es una zarzuela, comedia lírica en tres
actos, de Federico Moreno Torroba y libreto de Federico
Romero Sarachaga y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde. Fue estrenada
en el Teatro Calderón de Madrid el 26 de marzo de 1932.
Era la cuarta zarzuela de Torroba, y su primer gran éxito. La acción de esta
zarzuela comienza en la ciudad de Madrid, durante el reinado de Isabel
II, en los momentos previos a la revolución de 1868, y acaba en una
casa extremeña tras el destronamiento de Isabel II con La Gloriosa.
“En mi tierra extremeña”,
a dúo entre Pablo Gálvez y Rocío Faus. Romanza de Vidal- “Lucha la fe por el
triunfo”.
La Revoltosa es un sainete lírico de un acto, con
libreto de José López Silva y Carlos Fernández Shaw, y música
compuesta por el maestro Ruperto Chapí. Fue representada por primera vez
el 25 de noviembre de 1897 en el teatro Apolo de Madrid.
Considerada junto
con La verbena de la Paloma como
una de las obras cumbre del género chico, es una de las piezas fundamentales en
donde se aprecia la maestría del libreto y de la música.
El libreto es un fiel
reflejo de los ambientes vecinales de finales del siglo XIX, haciendo un fiel
retrato de tipos y situaciones, debido a dos grandes expertos libretistas, José
López Silva y Carlos Ferández Shaw, que trasladan a la escena todo el sentir y
la realidad del Madrid de esos años.
La música es uno de los
elementos más valorados de este sainete. Ruperto Chapí crea una verdadera obra
sinfónica y popular que cautiva desde las primeras notas de su preludio,
creando una partitura en la que lo culto y lo popular se dan la mano como
nunca.
Para terminar esta
primera parte vendría el intermedio dedicado a “La Boda de Luis Alonso”.
La acción tiene lugar en
Cádiz, donde está a punto de celebrarse la boda del maestro de baile más famoso
de la ciudad, Luis Alonso, que se casa con una mujer mucho más joven que él. El
bailarín siente celos de Gabrié, el ex de María Jesús, lo que provoca que
Gabrié les gaste una pesada broma en la boda gritando que hay una estampida de
toros. Los invitados y el propio Luis Alonso salen huyendo. Gabrié y María
Jesús se quedan así solos y él la reprocha que se case con alguien tan viejo.
Llegaría el descanso y
con él los comentarios propios de un disfrute polifónico, por la gran calidad
musical e interpretaciones de las dos voces artísticas.
Con Poeta y aldeano en su obertura de F. von SUPPE, daría comienzo la segunda parte.
Opereta en tres actos
de Franz von Suppé (1819-1895), estrenada en Viena el año 1846. A la pequeña
posada de una aldea campestre ha llegado el poeta Fernando Rümer, que en la
descansada paz del lugar espera encontrar consuelo por el reciente
abandono de su amante.
Se encapricha de la
graciosa Lina, hija del posadero, que le parece dispuesta a olvidar a su
novio, Conrado, un joven aldeano del país. Pero entre tanto Herminia, la amante
del poeta, arrepentida y deseosa de reconquistar su amor, ha seguido sus huellas,
acompañada de un anciano noble que aspira a su mano y por su amor la sigue
fatigosamente. Herminia, una vez ha encontrado a Fernando, no tarda en
reconciliarse con él, con gran desesperación del viejo enamorado.
Seguiría Danzas húngaras
números 5 y 6 de J. BRAHMS
Johannes Brahms, es un
grupo de veintiuna alegres danzas, basadas su mayoría en temas húngaros,
compuestas en 1869.
Las danzas 11, 14 y 16 son originales. Duran entre uno y cuatro minutos. Brahms
originalmente las compuso para piano a cuatro manos, y luego arregló diez
de ellas para piano solo, y algunas otras para orquesta. Quizás la más conocida es la «Danza Húngara n°5».
De todas las Danzas húngaras se han hecho
innumerables versiones clásicas, acústicas, con nuevas tecnologías. En ellas se
encuentran algunas de las piezas más populares del compositor. Además, las
danzas húngaras influenciaron a muchos compositores clásicos en la composición
de sus obras, en especial a Antonín Dvořák, claramente apreciable en su
serie de Danzas eslavas.
El Danubio Azul. Tocar
este río es hacer que mi mente vuelva a recordar las delicias de unos días en
el Crucero Esmeralda.
El crucero Esmeralda, una más entre las verdes
esmeraldas de sus aguas, verde azulado, azul para los enamorados, verde para
los embelesados de la Naturaleza, que es otra forma grande de amar en un río
llamado Danubio, va navegando deslizándose, unas veces lento, otras velozmente,
sobre la superficie sedosa que parece inamovible, da la impresión que lo que se
mueve es el paisaje que le rodea,
el espejo continuo donde el crucero se maquilla y acicala con halagos, va sin temor confiado cumpliendo su destino, la hélice da el impulso el capitán le marca su camino. Cielo y agua esponja de cristal, agua y cielo para finalizar.
el espejo continuo donde el crucero se maquilla y acicala con halagos, va sin temor confiado cumpliendo su destino, la hélice da el impulso el capitán le marca su camino. Cielo y agua esponja de cristal, agua y cielo para finalizar.
Este concierto que pasará
a los Anales del Libro de Oro de Juventudes Musicales, convertiría el Auditorio al completo, en otro instrumento más de
percusión que se uniría al resto de instrumentos con sus palmas perfectamente acopladas, bajo la dirección de la batuta del maestro y
director, era el regalo como bis al programa con la
famosa Marcha Radetzki.
El concierto ha marcado
un hito, no solo por la parte que le corresponde al organizador Juventudes
Musicales, sino a los que tuvimos la suerte de alimentarnos de él.
La noche no fue una más,
sino una de tantas donde el duende de la ciudad de Granada se había introducido
en el cuerpo de los asistentes, se
palpaba en el regocijo externo y en la sensación de placidez interior.
Las radiaciones
musicales que habían comenzado en un atardecer con la batuta de un concierto
vespertino, donde los jilgueros, afinaban entre las palmeras de los jardines de
la Antequeruela, se despedían con otra sinfonía, el brillo dorado de la cúpula
del Hotel Palas, las luciérnagas que pululaban en la lejanía, aplausos de la
ciudad en el trasfondo, el velo que cubría a las palmeras para no quitarle
brillantes y sobre todo la emoción interna y el disfrute de todo lo que en
esta noche, preludio de entrada al 2020 se había disfrutado.
José Medina
Villalba
Amigo Pepe, Amigo Pepe, Amigo Pepe,el primero en un La natural, el segundo,en un Do de Pecho,y el tercero ya sin control. Creo por la foto que te he visto,no solo risueño, sino muy alegre y entonado:Da la impresión que con anterioridad al comienzo del concierto, habías pasado por el pozo donde se servían, el agua, el azucarillo y el aguardiente. Los trinos armoniosos de los pájaros que habitan el bosque de la Sultana Alhambra, te habían puesto en situación.
ResponderEliminarConocía tus profundos conocimientos en tantas actividades artísticas, literarias y culturales,pero desconocía tu brillante faceta como critico musical. Estoy seguro que la estampida del toro de la boda de Luis Alonso,ni te alteraste, permaneciste a pie firme,sin cambiar de sitio,como Manolete. los pies juntos y el cuerpo recto,estoico sin inmutarte. Lo tuyo no es un "Paseillo veraniego" como el del maestro Chueca; lo tuyo es un Maratón, más propio de ese grupo granadino, "Juventudes musicales" movido por la Hélice de un crucero, que con fuerza y voluntad,controla, manda y dirige el rumbo, con GPS o con el dedo mojado para ver de donde procede el viento.No corta el mar, sino vuela mi velero bergantin. Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros, desde tierra firme y algunos sobresaltos.
Isabel Yuste Reverte. José como escribes !!!!!!
ResponderEliminarCarlos Ignacio. Buenos días y digo buenos porque no se me ocurre mejor manera de iniciarlo que con tu delicado verbo que convierte un atardecer en un mágico cuento y un concierto en un vals bailado entre músicos y su espectante público.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, maestro.
José Medina Villalba. Gracias, amigo Carlos, por tu comentario. Igualmente feliz fin de semana.
ResponderEliminarAmparo Mora Montes. Magnifica descripción de la puesta de sol desde los jardines del Auditorio Manuel de Falla acompañada por el filarmónica concierto de la Naturaleza ejecutado por las aves que buscan cobijo donde pasar la noche
ResponderEliminarRealizas una perfecta exposición del concierto donde en la primera parte los fragmentos de zarzuelas tan conocidos nos entusiasmaron y ahora permites, con los videos, volverlos a escuchar. Además, haces una síntesis muy interesante del argumento de cada zarzuela.
Amparo Mora Montes La segunda parte, igualmente magnifica y el final con Danubio Azul, fue enloquecedor.Mis felicitaciones a los organizadores de este concierto de Año Nuevo y a D. José Medina que ha realizado este estupendo reportaje. Muchas
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Desde el Auditorio Manuel de Falla, se lanzan las fanfarrias para clamar con su sonido en un canto de alabanza a Granada. Decir Granada, es nombrar uno de los frutos más bellos que penden de una rama formada por dos colinas donde se asienta como una gran reina, la Sabika y el Cerro de San Miguel, directores de una gran orquesta que dirigen todo un concierto perenne, donde los instrumentos se unen al unísono para interpretar una de las partituras más grandiosa, que se ha compuesto, las cuerdas de las guitarras en las zambras del Sacromonte, el sonido acuífero de las aguas de sus dos ríos, Darro y Genil, el silbido del viento en las noches tenebrosas en las retorcidas callejas del Albayzín, como los mejores sonidos de los instrumentos de viento, o el de percusión en el ajetreo continuo de sus habitantes. Granada es una hermosa fruta cuyos granos son los rubíes rojos de sus monumentos, que saboreamos continuamente en la poesía que se percibe por cualquier rincón, es fruto inagotable de una polifonía que no cesa , es el concierto pleno que comienza con la florecida aurora como preludio, y finaliza con sus atardeceres desde cualquier mirador que se contemple. Granada es la belleza, la gracia y el salero de sus mujeres, que deslumbran con su porte y elegancia en sus comportamientos y andares. Gracias a doña Amparo Mora Montes por su comedido y espléndido comentario.
ResponderEliminarMaria Del Carmen Prades Pérez "... Granada es una hermosa fruta cuyos granos son los rubíes rojos de sus monumentos, que saboreamos continuamente en la poesía que se percibe por cualquier rincón, es fruto inagotable de una polifonía que no cesa..."
ResponderEliminarYo no he leído, hasta hoy, unas palabras más
bellas que éstas,
acerca de nuestra maravillosa Granada.
Felicidades querido amigo José.
Tus palabras son brillantes preciosos que adornan a nuestra bella ciudad...
José Medina Villalba. Querida amiga María Del Carmen Prades Pérez, tus palabras expresadas con tal delicadeza literaria, son un grano más de esta granada que nunca se le pudo poner mejor nombre que el de Granada, para que abanderara a la ciudad con el mayor número de atractivos en todos los aspectos monumentales, de naturaleza y por su puesto del glamur de nuestras gentes. Tu comentario un rubí de los muchos que se encuentran en nuestra bella ciudad, son frases que han llegado para engrandecer la riqueza monumental que nos inunda. Mi agradecimiento más profundo por esa poesía tuya, nunca se pudo decir tanto en tan pocas palabras como has expresado en tu comentario, no por mi texto, sino por el significado que encierran glosando en ellas a Granada. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarIsabel Laborde. Es una delicia para el espíritu leer su descripción con unas imágenes tan bien logradas. Saludos de una granaína en Puerto Rico
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Un saludo especial llevado desde Granada hasta Puerto Rico, a través de una suave brisa de amistad. El apellido Laborde también forma parte de mi familia. Gracias amiga Isabel por tu comentario. Un abrazo.
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