martes, 8 de enero de 2013

PINTURA MEDIEVAL REALIZADA AL TEMPLE DE CENNINI


 
Cennini, artista italiano célebre por su obra, “El libro del arte”, es un manual de gran utilidad en el campo de la restauración de obras de arte, sobre todo de la época medieval, por la información tan detallada que aporta sobre la composición y factura de obras de este periodo.

La primera obra, que hoy presento, se ha basado en códices medievales que tratan asuntos de trovadores, amores, músicos, pájaros….

Esta pintura es la llamada del temple al huevo. Los colores que tendremos que obtener han de semejarse, en lo posible, a la pintura de la época medieval, pintura que recuerda el paso del tiempo y porta la firma del pasado, pintura mate a través de los óxidos para después darle la luminosidad con el barniz protector.

El proceso seguido ha tenido en cuenta los pasos siguientes:

1º.- Mezclar la yema de huevo con agua.

2º.- Este preparado se une a los distintos óxidos colorantes que vamos a emplear.

3º.- Pintado el cuadro se le da un barniz de goma laca, que además de darle luminosidad le va a servir de protección.

4º.- Presionando con los dedos, sobre el lienzo pintado, lo iremos craquelando. (El craquelado es un proceso de deterioro de las pinturas antiguas por el cual, aparecen grietas en la representación llegando incluso a desprenderse capas completas de pintura). Al presionar con los dedos este agrietamiento lo obtenemos artificialmente.

5º.- Finalmente envejecemos el lienzo dándole una pátina “amábile” (agradable).

Entendemos por pátina el debilitamiento del color que se produce por el paso del tiempo en algunos objetos, especialmente en las pinturas, o que se obtiene artificialmente como adorno, como ha ocurrido en este caso.

 

El cuadro representa el romanticismo amoroso de un caballero con su dama, personajes de la época medieval, que se arropan cariñosamente en tiernos requiebros, transmitiendo esos sentimientos a sus caballos que se unen en una aureola completa.

Al fondo de la pintura podemos observar la sultana Alhambra, teniendo por peineta a la Torre de la Vela, que va a actuar como vigía, junto con el pico del Veleta, contemplando la escena; se complementa el ambiente con el clásico pájaro de cetrería.

La base del cuadro tiene cuatro granadas que, metafóricamente, sonríen. El cuadro, con forma trapezoide, cubre todo el frontal de una chimenea. (2 X 2 X 1 X 0,50).

En el libro, que hay en la base, se puede leer la siguiente poesía:

Se comienza la obra haciendo el dibujo y dando los
primeros toques de color.
 
Los sones de la Vela            

son cantos de nana

que mecen la cuna

donde duerme Granada.

Rasgueos de guitarras

Y cantos de zambras

desde el Albayzín

le acompañan.

Mientras las estrellas

se asoman a sus ventanas

para llevar el compás.


La obra en su última fase.
Darro y Genil centinelas        

con sus brazos de plata

arropan su sueño

con el manto blanco

de Sierra Nevada.

Así todos los días

Se duerme Granada.

Cubierto con una pátina "amábile". (Agradable)

 
Obra terminada.
Detalle de la obra. Libro, en la base del cuadro, donde figura la poesía.
 
Detalle de la obra. Dos granadas, en cada esquina, sonríen a los personajes.
 
                                                                         
La obra ocupa su lugar de honor
en el frontal de la chimenea dando doble calor
al ambiente. Antonio y María, mis nietos, sonríen satisfechos.

                                             Detalle de la obra. Se puede observar el craquelado
                                                                     Detalle de la obra

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