Día 28 de mayo de 2003, suena el
despertador, son la siete y media de la mañana, tengo una cita con un grupo de
alumnos de la Universidad que están ansiosos de conocer uno de los rincones más
emblemáticos de Granada.
Huele a Corpus Christi, las calles se
están engalanando con los tradicionales toldos que han de cubrir la carrera por donde ha de
pasar el Santísimo; por doquiera que marches se percibe ese ambiente especial
de fiesta; algunos trasnochadores regresan del ferial después de haber pasado
la noche entre farolillos, sevillanas, tapeo, chocolate y churros, se conoce
que no tienen una jornada que cumplir. Los empleados de la limpieza, con sus
mangueras de riego, van dejando el asfalto como un espejo; los vencejos
revolotean, por el cielo de la ciudad, en vuelos vertiginosos, como heraldos
que se unen a estos días solemnes; todo se está preparando para la solemnidad
de Jueves, la gran fiesta.
Son las ocho y media de la mañana en
el viejo reloj de la Audiencia, el “papamóvil”, como le llaman la gente del
barrio del bajo Albayzín, me deja un asiento para hacerme el camino más cómodo
y agradable; veo pasar a la gente del barrio que se dirige a cumplir con la
tarea cotidiana, mamás que acompañan a sus pequeños, con macutos cargados de libros,
chicos y chicas que aceleran sus pasos y pienso han de ser mis interlocutores a
los que voy a guiar esta mañana; voy ensimismado en mis pensamientos, a mis oídos
llega el rumor de las aguas del Río Darro, medito sobre lo que voy a comunicar,
traigo a mi memoria sucesos del pasado que voy a trasmitir, cómo lo he de
realizar para que, en un espacio de tres horas, mis acompañantes se sientan
motivados y disfruten de lo que van a ver.
Río Darro. Acuarela de José Medina Villalba
Antonio, el conductor del cochecito,
tiene la gentileza de llevarme hasta casi la puerta del Colegio.
Cuesta del Chapiz. Óleo sobre lienzo de José Medina Villalba.
Las nueve de la mañana, la hora en
punto de la cita, en la puerta de la Escuela se encuentran dispersos en
pequeños y grandes grupos los alumnos de Educación Primaria de Grado de
Magisterio cursos 1º B y 1ºC; llegan los profesores, Dñª Isabel Rodríguez y D.
David Caballero, del Centro de Magisterio de la Inmaculada, coordinadores del
Departamento de Pedagogía y propulsores de esta visita.
El Colegio abre sus puertas de par en
par y la comitiva se pone en marcha. La mañana es espléndida, el sol acaricia
los rostros juveniles, el cielo brilla con un azul intenso y el espectáculo se
abre ante los ojos expectantes de los visitantes. Para la mayoría este lugar
les era totalmente desconocido, por lo que observo el destello vibrante en las
miradas que, por momentos, quieren grabar todo lo que ven.
Les doy la bienvenida, teniendo como
decorado de fondo la sultana Alhambra y exhalando el perfume que trasmiten los
rosales que tienen a sus espaldas; van percibiendo toda la trayectoria del
fundador desde su aldea en Sargentes de la Lora (Burgos), su familia, escuela,
maestro, estudiante en el Seminario, licenciado y catedrático en Derecho
Canónico.
La llegada a la Universidad de
Granada, sacerdote y canónico en la Abadía del Sacro Monte. El encuentro con la
“maestra migas” y el nacimiento de estas Escuelas en el barrio más pobre e inhóspito.
La compra de los cármenes y la
belleza que encierra esta vivienda típica del barrio del Albayzín, (Remito al
lector al archivo publicado el 22 de enero de 2013, titulado: Los cármenes del
Albayzín en Granada, en mi blogg: granadaluzcoloryliteratura).
Caminando por este Colegio, que tiene
unas características especiales, los sentimientos de poesía que se perciben en
cualquier rincón, así como las vistas desde los distintos planos, van
estimulando y haciendo el recorrido cada vez más interesante.
Visita a la unidad de párvulos donde
la profesora la señorita doña María José González les explicó detenidamente la
marcha que diariamente sigue con sus alumnos.
Las diez y media de la mañana, los
poyetes de la clase, al aire libre, del maestro D. Enrique Amaya dan un
descanso y los pilares fundamentales en los que se basa la pedagogía manjoniana
afloran, con una atención intensa por parte de todos. (Remito al archivo
publicado el 19 de abril, granadaluzcoloryliteratura, con el título: Visita
pedagógica a las Escuelas del Ave María. Casa Madre. Granada).
Los asistentes dan buena cuenta de las
tortas de la cueva de las chucherías regentada por Marí. Es un alivio para el
espíritu y para el cuerpo. Anécdotas ante “la cueva de la burra” y lecciones
prácticas en el mapa en relieve, círculos de la Gramática y los distintos
gráficos, ideados por Manjón, para la enseñanza de las distintas materias.
Con las obras artísticas de la
capilla y la visita a las habitaciones del fundador, se dio por terminada la
visita.
Un recuerdo de esta estancia, por el
numeroso grupo universitario, quedó plasmado por la pluma de la profesora doña
Isabel en el libro de Visitas.
Felicito a estos alumnos por el correcto
comportamiento e interés que han prestado a todas mis explicaciones, y la
colaboración en el desarrollo de las lecciones prácticas donde han participado,
deseándoles un futuro halagüeño en esta maravillosa profesión de la Educación.
Sirva este archivo como recuerdo, a esta mañana primaveral, en la Casa Madre de
las Escuelas del Ave María, e invito a todos-as para que plasmen sus comentarios e impresiones
sacadas en esta jornada, en esta página del blogg; siempre será para este guía
pedagógico, una señal y un recuerdo de todos vosotros y vosotras. Gracias.
Sirva esta serie de fotos, como recuerdo de vuestra visita.
José Medina Villalba.