martes, 20 de diciembre de 2016

GULLIVER DISFRAZADO DE PAPA NOEL EN GRANADA

    

                     Al comenzar este relato, me pregunto lo siguiente: ¿la realidad que nos ha tocado vivir es un cuento, o por el contrario determinados cuentos, a veces, son realidad? ¿Tenemos que vivirla como una anécdota, como una aventura, como una narración?, o ¿simplemente con tal seriedad que nos tenga agobiados?, podría seguir haciéndome preguntas, pero con una mezcla de todas estas interrogantes citadas, podríamos hacer un cóctel que nos daría la respuesta oportuna.
                 
                                             Los niños del Colegio de San Ildefonso, cantan la lotería de Navidad 
              
              Ha llegado la Navidad, pero esta célebre fiesta que siempre se ha hecho realidad a partir del día en el que las ilusiones están esperando hacerse efectivas, cuando las voces de los niños del Colegio de San Ildefonso, devorando filas de alambres se van rellenando con bolitas pequeñas, que guardan encerradas la complacencia de todos los que esperan ver satisfechas plenamente sus angustias terrenales, para unos, y para otros, la vana satisfacción de engrosar, más y más,  las  arcas de la corrupción y de la riqueza.
              

         Estas voces se palpan en el ambiente, por doquiera se escucha el repetitivo sonsonete, ¡“cuatro mil quinientos cincuenta, cuatro millones de euros”!, la musicalidad de las bolitas al girar los bombos, chocando unas contra otras, e incluso, algunas, las de los premios gordos, resistiéndose a salir para tener más en vilo las ansias de los oyentes. 


        El salón de loterías, el Teatro Real, repleto de gentes, con sortilegios y supersticiones, vestidos con los más excéntricos, grotescos y pintorescos atuendos.
                

             Yo nunca creí en la lotería, aunque ciertamente a alguien le tiene que tocar, es como buscar una aguja en un pajar. Siempre se me inculcó, y lo he tenido como norma en mi vida, el eslogan siguiente: “no hay mejor lotería que el ahorro y la economía”.

         La Navidad, aquella que vivimos en nuestra infancia, los que ya hace años marcamos canas, en la superficie de nuestro caletre, o la brillantez refulgente de un cráneo, desprovisto de pelaje, es capaz de reflejar cualquier rayo solar que aterrice sobre ella, sabemos perfectamente que ésta tenía su preludio con el sonsonete musical de las bolas de la lotería.
               
                                            En octubre los supermercados ya están anunciando la Navidad
            
                ¡Cómo han cambiado los tiempos! La Navidad, o por lo menos los atuendos comerciales con los que ésta se viste, o la quiere vestir el consumismo, comienza en el mes de octubre, sí, ya en los primeros días, las instalaciones eléctricas que han de iluminar la ciudad se están montando, las estanterías de los supermercados se ven repletas de toda la variedad de dulces típicos…,¡cuántas tradiciones se están adulterando!
          
                                               Montando las instalaciones eléctricas de la Navidad 
              
                  Todo eso está muy bien pero a su debido tiempo, la Navidad además de todo lo dicho, debe ser otra cosa, que no voy a entrar a explicar, en profundidad, porque todos lo sabemos, solamente recordar, con unas ligeras pinceladas, algunas de las cosas que, arrancando en estos días, debemos tener presentes y fomentar durante todo el año.
                

               Avivar valores: la unión y dedicación a los demás, la generosidad, actitud positiva y alegre para sentirnos mejor con nosotros mismos y que los demás se sientan a gusto con nosotros, incrementar la solidaridad, la amistad... 
              -Pero bueno, ¿aterrizamos o no en el título del relato?
            -Vamos a ello.
                      -¿Qué Gulliver, de los cuentos, está en Granada?
                       -¿Pero en cual de ellos?
                       

                    - En el de Gulliver en el país de los liliputienses.
            Granada, nuestra ciudad, en cualquier época, derrocha por sus cuatro costados vida, que atrae a los foráneos y hace que los aborígenes le den con su participación más kalmar positivo.
                  

                       He salido a la calle, la nocturnidad se ha apropiado de tal manera que más que de noche parece de día, pero de un día que luce las mejores galas de brillantes y refulgentes luminarias, haciendo verdaderos encajes abigarrados, barrocos, que penden como banderas al viento iluminando el centro y sus principales bulevares, calles y avenidas.
              


           Los árboles, desnudos prácticamente, sin ropaje por las hojas caídas,  alfombrando las calles, antes que pasen los que cumplen el oficio de retirarlas, se adornan con luminarias, como las cuentas de un rosario de nácar con reflejos irisados que cuelgan de sus ramas totalmente desvestidas.
            
                                                        Fuente de las Batallas
              
                 Conforme me voy acercando a Puerta Real, donde el agua juega sus mejores papeles, chorros saltarines rodean el monumento de una fuente que se llama de las Batallas, fuente de piedra con robustos pedestales que se entrecruzan formando pequeños arcos mixtilíneos, los vetustos del lugar, dicen que el nombre le viene, porque en épocas pasadas era el sitio donde se reunían los ejércitos para pasar revista, a las unidades militares se les llamaba “batallas”, de ahí el nombre.
               

               Sin embargo, siempre, valiéndome de mi fantasía, de esa fantasía que todos tenemos en nuestro interior, creí que el nombre proviene por ese entramado de chorros de agua, que a modo de proyectiles se lanzan hacia el cielo y otros en explosiones acuíferas forman espumas, como la nube de polvo que se origina al lanzar un obús, total una verdadera  batalla acuífera.
            


             Puerta Real, esa gran plaza, centro de citas, de reuniones, de manifestaciones, de espectáculos públicos, de columpios ecológicos, de casetas que se manifiestan repletas de tortas de la Virgen, de frutos del tiempo de otoño, de dulces elaborados con las manos santas de las monjas de los conventos granadinos, de libros de toda clase, de regalos, 



       de olores a perfumes y de los más variados y variopintos obsequios, para agasajar en estas fiestas, se viste y desnuda diariamente según la época. En esta noche observo que hay algo especial, algo que se sale de lo cotidiano, que sorprende al numeroso público que por allí deambula.
                   Un enorme gigantón de varios metros de altitud, se encuentra rodeado por numeroso público, llevándose en sus cámaras y móviles la figura enorme de este sensacional gigante, vestido de rojo portando un enorme saco a las espaldas y acompañado de un montón de grandes cajas de regalos.



                Los allí presentes están viendo al más grande de los Papa Noel que se han podido crear, y que ha venido a traer los regalos para aquellos niños, jóvenes, adultos y ancianos, que se hayan portado bien.  
             


                    
                Me he acercado, lo he contemplado he intentado, como otros hacen, a través de la magia de la técnica moderna meterlo dentro de mi Phone House, y mi imaginación de pronto, entrando en una especie de sopor navideño, me ha trasladado a la Granada invadida por un Gulliver en el país de los enanos.
                   Sí, es cierto, aquel gigantón que después de un naufragio desembarcó en la isla de los liliputienses, para salvarlos de sus enemigos, hoy ha aterrizado en Puerta Real para traernos el bienestar que Gulliver les aportó a los enanos de aquella isla llamada Liliput.
              

             Los liliputienses ataron en la arena de la playa a nuestro héroe mientras éste agotado después del naufragio dormía, con el paso de las horas comprobaron que aquel gigantón podría ser la solución de sus problemas, como realmente sucedió.
            

              Todos los víveres que el pueblo liliputiense consumía durante un año, Gulliver devoraba en un santiamén; un garbanzo que para ellos era como un melón para él era un pequeño granito de sémola, para calmarle la sed trajeron barriles de vino que eran del tamaño de un dedal.
                       Gulliver agradecido les preguntó cuáles eran sus problemas, el más importante las desavenencias con sus vecinos y las guerras que con estos sostenían.
                           

              Cientos de barcos armados vinieron a atacar a los liliputienses, pero Gulliver metido en el mar de un puñado los destruyó salvando al pueblo.
              En ese sopor fascinante, de una alocada imaginación, que en estos momentos me tiene trasladado a ese mundo de fantasía, me imagino a nuestro gigantón, Papa Noel, como el Gulliver que ha aterrizado, por unos días, en nuestra ciudad como salvador de los peligros que nos acechan, y de los numerosos problemas urgentes que agobian al pueblo granadino.
                        

                Que conste, me dice, no he venido a suplantar a los tres Magos vestidos de rojo, verde y azul que se encuentran cercanos.
       Le he preguntado cual es su misión en estas fiestas navideñas, y mirando de soslayo al enorme bulto que cuelga de sus espaldas, y el conjunto de cajas que hay a su lado, me ha animado para que les eche una ojeada. 
             

             -¿Traerá la solución en ese enorme saco que porta sobre sus espaldas?                    


                    En una misteriosa conversación de miradas recíprocas, me anima para que vaya abriendo cada uno de los enormes paquetes, donde dice traer los remedios a nuestras problemáticas.
                    

         En letras gigantescas sobre los enormes abarrotes, se puede comprobar el contenido de cada uno.
                  Voy leyendo detenidamente cada uno de ellos, en cuyo interior viene la solución de los problemas más acuciantes que nos tienen en vilo a los granadinos.
            

            El paquete del Ave que no termina por llegar.
          

            El paquete del tranvía por la ciudad, que permanece encerrado y sin arrancar en las cocheras de Albolote.
         

               El problema de los desagradables grafitis, que manchan, desaforadamente las fachadas de los principales monumentos de la ciudad, dando una sensación desagradable en los barrios más visitados para los que vienen a vernos, tal ocurre en el barrio del Albayzín, Realejo, Centro... 
                  

                El fardo del agobio de numerosas familias que sufren la opresión de la falta de trabajo.
       

             Tráfico. La ciudad se ha quedado pequeña para tanto coche y las colas de tráfico son el pan nuestro de cada día. Nuestro Gulliver trae la solución con una segunda circunvalación y opciones alternativas y eficaces al vehículo privado.
          

                    Autobuses. Mala organización de las líneas.
          

                    Ruido. Las obras y sobre todo el tráfico nos han dejado sordos.
          

                Al famoso botellón aún no se le ha encontrado una alternativa para la juventud.
        

                Limpieza, el centro de la ciudad aceptable, ¿pero y los barrios?, falta limpieza en las calles secundarias.
       

                Aparcamientos, no hay espacios suficientes, se necesitan parkings periféricos y autobuses de conducción al centro.
        

              Zonas verdes. Es una de las reivindicaciones más solicitadas, tenemos pocos parques para asueto de los niños.
        



              Viviendas. Más y con precios más asequibles.
        

                Inmigración. Una buena regulación y equilibrio entre los que entran con una situación reglada.
       

              Seguridad, la delincuencia en algunos barrios atenta contra la seguridad de los vecinos y da una mala imagen de la ciudad.
                   He ido abriendo, uno a uno, todos los paquetes, he leído la soluciones reales que aporta, pero en todos hay un asterisco que me remite a pie de página, donde indica que todo esto tiene solución, siempre que se cuente con el beneplácito de la cabeza que rige la autonomía andaluza cuya sede se encuentra en Sevilla.
        

                 ¡Autonomía, para la “Muy noble, muy leal, nombrada grande, celebérrima, y heroica ciudad de Granada! Orla que rodea al escudo de la ciudad, símbolo institucional, distintivo de la ciudad, que figura en el interior de la bandera, concedido por la reina Isabel II, en 1843.
               

               Nuestro gigantesco Papa Noel, ha dejado el mensaje, vaya a Puerta Real, y compruébelo con sus propios ojos, pero no se descuide que viene con los esquís puestos y pronto, contemplando desde este lugar nuestra Sierra Nevada, plena de nieve, está deseando volar hacia aqueste emplazamiento, añorando los paisajes del Polo Norte, donde tiene su residencia oficial todo el año, y disfrutar de unos días de la blanca cellisca que cubre el macizo más alto de la Península.
                   

               Pensando que habrá muchos lectores que no van a tener la oportunidad de darse un paseo por el centro de ciudad porque se encontrarán lejos, en diversos puntos del orbe terrestre, he salido de mi "morada", a traerme en mi cámara el resplandor que brilla por cualquier lugar del centro,


       para que me acompañen durante unos minutos, y traigan a su mente recuerdos del pasado, cuando en otras navidades las pasaban por aquí, y para los que aún no han venido a Granada, pero que están deseando hacerlo, puedan contemplar como brilla la ciudad en estas fiestas.
                   

             Hace frío, la noche está gélida, y aunque el termómetro de Puerta Real marca diez grados, sin embargo el airecillo que baja de Sierra Nevada hace que la temperatura se note aún más baja.
            

                 No hay mucha gente, la frialdad del ambiente no hace muy apetecible pasear, sin embargo, esto no impide que los Reyes Magos electrificados con multitud de colores y el gigantón del Papa Noel que a distancia los contempla, vean como chicos y mayores, se los llevan en sus instantáneas.
                     
              

                    La musicalidad acuosa de los chorros de la Fuente de las Batallas, es la melodía rítmica que amortigua la brisa gélida de la caída de la tarde, los vendedores de globos con sus múltiples colores




      ponen una nota de pigmentación, con una gama diversa de colores que decoran y engalanan el lugar.


                                   Los vendedores de castañas, a la entrada de la famosa Carrera de la Virgen, se calientan junto a la lumbre de un improvisado hornillón de leña, mientras las castañas se "mueren de risa", esperando que algún improvisado comprador se las quiera llevar calentitas en el cucurucho de papel.


   
                   Entre tanta nota de colores, de resplandor fosforescente de millares de bombillas, de musicalidad de agua, de brisa nocturna que corta el cutis, pone un apunte de humor en la fachada del Teatro Isabel la Católica, el humorista  alpujarreño Martín Morales.



               Si Real es esta Puerta, habría que ponerle la corona que luciera sobre su cabeza la diadema, como gigantesca aureola, que la  acreditara como tal reina,



           y cortejándola, el símbolo de la ciudad representado en el granado, indicativo a la entrada de Reyes Católicos.
             

                     Dicen que es un árbol de Navidad, el que ocupa el centro de Bibrambla, la verdad, que yo diría, que más que un arbusto, es un maravilloso cono policromado, irisado, 



         que hace lucir con más fuerza la fuente de los gigantones, que arrojan por sus fauces chorros de agua que enfrían un poco más la frigidez de la noche.
                   


                 Los pastorcillos de silicona coloreada, colocados en las bateas de las casetas esperan que, algunos de los escasos viandantes, se los lleven a los portalicos, que están terminando de construir en los diversos rincones de sus hogares.
                  El que en otros tiempos fuera Conventos de Carmelitas, transformado en el regidor de la ciudad, en una plaza abigarrada de muchedumbre escuchando todos los días 2 de enero, las voces que conmemoraran la Toma de la Ciudad por los Reyes Católicos.



                         -¡Granada, Granada, Granada!
                         - ¡Qué!
                         -¡ Por los ínclitos Reyes Católicos, Dª Isabel Primera de Catilla y D. Fernando V el de Aragón....
                              





                Esta Plaza llamada del Carmen rodeada de  magnolios, como centinelas perfectamente alineados y luciendo sus mejores galas luminarias, hacen guardia delante del Ayuntamiento.
                     
           
                       Las Capitulaciones de Santa Fe en manos de Cristóbal Colón, al pie del trono de Isabel la Católica, pasan desapercibidos, porque en estas fiestas, quedan en un segundo plano, a estas horas, 




      la luminosidad de la Gran Vía y Reyes Católicos, centelleantes  y resplandecientes los tienen escondidos entre las bambalinas de este excelso escenario.
                        



              Regreso a mi hogar, situado en uno de los barrios de más abolengo, el Realejo, una estrella, aquella que condujo a los Magos de Oriente, me indica, por si embriagado de tanta belleza, hubiese perdido el norte, el lugar donde se encuentra mi mansión.   
                 Con el deseo ferviente de que tengáis una ¡Feliz Navidad! y el año 2017, 
        que está comenzando a dejar el cordón umbilical del tiempo que lo tiene retenido, salga a la palestra, se os vean cumplidos todos vuestros deseos.


                                                     
                                                        José Medina Villalba

            INSTANTÁNEAS TOMADAS A "BOTE PRONTO"




































































                                               José Medina Villalba

4 comentarios:

  1. Amigo Pepe: Dicen que las palomas mensajeras, se orientan porque en la punta del pico, tienen magnetita y en su ojo derecho, si se lo tapan pierde la orientación, lo que quiere decir que su sentido de orientación está regido en un solo hemisferio del cerebro. Pues si a ti te llevaran al otro lado del hemisferio terrenal, tu nunca perderías el norte, con los dos ojos tapados, las manos esposadas y una traba en los pies, ya encontrarías el modo y la manera de regresar a tu rincón; no se que utilizarías, si sería el perfume de las chopéras, la temperatura del terreno, el ruido de las aguas, el viento de la sierra, el olor de las flores del magnólio, la verdad es que no lo sé, pero de lo que si estoy seguro es que encontrarías sin tardanza ni problemas, la ruta a seguir, para llegar al lugar que te vio nacer, crecer, querer, amar y desear, no tengo la menor duda, el contenido de la información que tu cerebro almacena, sortearía cualquier impedimento que pudiera surgir en el corto o largo recorrido, que te separara de tu Albayzin.
    LLevas razón cuando dices, que están anticipando mucho las celebraciones, y no me extrañaría que dentro de pocos días ya estemos oyendo los ensayos de las bandas de música para semana santa. No hace mucho en octubre, en la Axarquía Malagueña, unos jóvenes que habían formado un Belén, iban recorriendo los cortijos de los alrededores de uno de los pueblos, pidiendo aguinaldos durante el mes de Octubre, el dueño de la finca sentado a la sombra de un algarrobo, con el sombrero calado asta las orejas, mirando de soslayo a los visitantes, con voz reposada y el animo tranquilo, les preguntó, ?este Belén es referente a pascua? los interpelados le respondieron, si, el contestó, pues tempranillo a maurao.
    El paseo vespertino que me has dado por la Granada de mis sueño juveniles, por la fuente de las batallas con sus chorros congelados, los puestos de las figuras de los Belenes en plaza nueva, los puestos de las perdices, las zambombas, los alegres transeúntes por las céntricas calles y el blanco vapor de la respiración de los caminantes,me has retrasado sesenta años el reloj de mi existencia, para rememorar aquellas felices y entrañables fiestas, que con tanto gozo, esperanza e ilusión disfrutamos. Gracias amigo Pepe por traerme a mi casa los recuerdos de una época nunca olvidada, que tu has actualizado, con la brillante exposición que de los acontecimientos granadinos acostumbras a relatar.A las palomas mensajeras, acostumbran a pintarle las alas con brillantes colores para distinguirlas de la competencia; tu amigo Pepe tu las tienes pintadas del blanco eterno del Mulhacen, inconfundible e irrepetible.Gracias y un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros.

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    1. Amigo Pepe:
      Siento comenzar este panfleto, decepcionándote con respecto a esa hipérbólica figura con la que me tratas al tener la capacidad de poder regresar, como una paloma mensajera, al lugar que me vio nacer, pero ha ocurrido que esta columba, a la que le atribuyes tantas magníficas cualidades, a la que le he colocado en ese pico de magnetita, capaz de atraer metales fuertes como el hierro y el acero, hoy ha fracasado y después de estar un buen rato escribiendo el mensaje, ha vuelto medio llorosa porque, de pronto, sin saber cómo se le ha perdido.
      Quizás yo haya tenido la culpa al escribir el comunicado en un simple pergamino y no en una plancha imantada que por las propiedades que, según tu, posee la magnetita de atracción, no se le habría caído.
      Así es que de nuevo me coloco delante del teclado para enviarte un nuevo mensaje y ahora no fiándome de mi paloma mensajera te lo haré llegar a través de este correo electrónico.
      Detecto perfectamente que eres un perfecto columbinista conocedor de este género y que posiblemente tuviste, en tiempos pasados, un palomar repleto de palomas mensajeras, pichones , torcaces, zuritas, tórtolas y que aún hoy día lo sigues conservando en tu caletre, donde mantienes mensajes secretos que solamente saben tus mensajeras y tu, y que no has querido desvelar, por tu sencillez y humildad, pues algunos de estos mensajes fueron los principales prototipos de los éxitos que se consiguieron en la Segunda Guerra Mundial.
      Pero tiempo al tiempo, algún día recibirás los laureles que te corresponden por tales hazañas y que yo, ya, en este momento, con ellos te condecoro.
      Hoy día, en la actualidad sigues teniendo un gran palomar repleto de magníficas mensajeras representadas en la capacidad de tus comunicados escritos, tales como: narraciones, descripciones, ensayos, tratados costumbristas, filosóficos, de pensamiento, poéticos..., creo que lo tienes extraordinariamente repleto y siempre podrá aparecer, por esa capacidad imaginativa que posees, alguna nueva paloma mensajera.
      Hablando de palomas, quien mejor que nuestro buen amigo, al que a partir de ahora, si os parece bien, a él y a ti, lo vamos a bautizar con el seudónimo real de "El veterinario", nos puede dar una buena lección sobre palomas, porque yo creo que tiene, además de sus perros, cerdos, burros y demás "combustibles" que le dan de comer, un buen palomar, aunque sea sustancialmente fantasmagórico.
      El consumismo, que es la vorágine en la que se encuentra sumergida la sociedad, es la causante de que todo haya cambiado, siempre añoraremos las navidades de nuestra infancia, con menos luminotecnias, zarandajas, variedad de turrones, y de toda clase de dulces, pero había menos falsedad, menos hipocresía y por supuesto más familiaridad e intimidad.
      Me satisface que aunque haya sido por breves momentos te haya trasladado a la Navidad de otros tiempos, de la que disfrutamos en aquella Granada de los carámbanos en las fuentes de Plaza Nueva y de las Batallas y de nuestro querido Colegio, al que había que romper el cristal del hielo de la fuente del patio de arriba, para poderle arrancar unas gotas de agua y quitarnos el pesado sueño juvenil que a las siete de la mañana nos embargaba.
      Esta paloma a la que le has pintado las alas del eterno blanco del Mulhacén, en un rápido vuelo haciendo unas cabrioladas en el aire, se las devuelve a esa otra mensajera que lo mismo está en Sevilla, en Málaga o en Granada o en los confines del universo, porque no tiene miedo a volar, pintadas con el azul intenso del Mar Mediterráneo, el azahar de los naranjos de Triana, y el sonido de la Campana de la Vela que, a altas horas de la noche, escuchabas desde las camarillas en tu época de estudiante.
      Pongo en marcha el correo y ahora estoy seguro que llegará.
      ¡FELIZ NAVIDAD PARA TI Y TODOS TUS SERES QUERIDOS!
      Un fuerte abrazo. Pepe Medina.

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  2. Amigo Pepe que agradable paseo he dado en la imaginacion contigo!.Mi hija de 3 añitos dice que no le vale,quiere ver al giganton,veras cuando vea a Papa Noel,voy a necesitar la loteria.Sin duda pronto la llevare a Puerta Real,mas esta noche le contare un viaje de Gulliver.FELIZ NAVIDAD¡¡¡ tu amigo curaperros y burros(Como el sevillano...)

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  3. Amigo José María:
    Espero y deseo que la ilusión que has inculcado en la inocencia de tu bello retoño, se vea aumentada al contemplar el gigantón, pues con tus capacidades de comunicación, como lo vienes demostrando en nuestras reuniones, habrás conseguido que la imaginación que se tiene a esa edad, se vea plenamente recompensada.
    No te va a hacer falta ninguna lotería, pues te ha tocado el premio gordo, con tener a esta linda niña, que aunque no la conozco, debe tener la misma simpatía y gracejo heredado de su padre.
    FELIZ NAVIDAD, PARA TI Y TODOS TUS SERES QUERIDOS.
    Un fuerte abrazo. Pepe Medina.

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