Arrabal del Albayzín
El arrabal del Albayzín, que también se puede escribir Albaicín, tiene un embrujo especial, que no es otro si la atracción misteriosa e irresistible que produce tanto en el que mora en ella como en el que la visita.
En los amaneceres, al alba, ya están las voces de bronce de los campanarios de sus iglesias despertando a
todo ser viviente, las palomas lanzan al viento sus vuelos en un revoloteo
dejando en el aire algunas de sus plumas, que aletean como mariposas buscando un sitio donde depositarse.
Las
dormidas de los gorriones que han pasado la noche cobijados bajo las ramas de
almeces, higueras y demás árboles de las huertas y cármenes, también emprenden
la levantada para comenzar su jornada en busca del alimento cotidiano.
Los
chicos macuto sobre espalda cargados de instrucción empaquetada, en dirección a
los diversos colegios que abundan en el barrio.
Las máquinas de café, de los diversos cafetines que hay en el barrio, dejan la esencia del olor a moca esparcido por el aire, sobre todo en esa plaza alargada, de ahí su nombre, destilando el humillo aromático que invita a calentar los estómagos.
El Albayzín lo constituyen sus gentes, ese bullicio que madruga, y le
da vida al barrio, el mercadillo y las voces que pregonan la mercancía diaria,
el señor que hace la rifa cotidiana, recorriendo las callejas con pasos de
velocidad endiablada, como el que quiere deshacerse pronto de la ristra de
números,
que intenta dejarlos en manos de los compradores, que se quejan de participar todos los días en la rifa y no verse recompensados, mientras un transistor deja en el aire las notas de una sinfonía, será el que pasará al final de la mañana a manos del afortunado.
Mercadillo en Plaza Larga
Los guiris se detienen y fotografían todo lo que se les presenta a
la vista, el olor inconfundible que sale de los hornos de pan, el aroma a sal y marisma del pescado fresco recién llegado de nuestros pueblos costeros marineros, con las
“pescaeras” todas lozanas con sus delantares blancos, más limpios que los
chorros del oro pregonando:
-¡Vamos niñas!,
¡Alegrad la cara no veis
como brillan, están que quieren salirse de la caja los boquerones y la
“pescá” de Amuñécar!
Los bares del Albayzín y sus tapas
Las deliciosas tapas de sus bares, que recrean el paladar junto a la charla amigable de una buena compañía, sus fiestas de la Cruz de Mayo, la romería de San Miguel, que aúnan a todo un barrio que se siente como una gran familia.
Deliciosas tapas
Cruz de Mayo en el Albayzín
La cháchara y el parloteo durante la compra con las vecinas en el mercaillo de Plaza Larga, después de dejar a los niños en el colegio, hablando siempre de los mismos temas:
-¡ Vecina, qué mala está "la via!
"Mi marío se ha quedao parao”, pero voy a echar la quiniela en el despacho de lotería del Berna.
Mi Manolico está con la alergia y se ahoga todas las noches, el cuchicheo de otras parientas que están al lado y sacan a relucir:
"Mi marío se ha quedao parao”, pero voy a echar la quiniela en el despacho de lotería del Berna.
Mi Manolico está con la alergia y se ahoga todas las noches, el cuchicheo de otras parientas que están al lado y sacan a relucir:
-¡Míralas no tienen donde caerse muertas, pero todos los días van su
“marío”, ella y los cinco niños a desayunar a Casa Pasteles, y tiene una buena deuda.
Cafetería, heladería Casa Pasteles
El hermanamiento de dos arrabales que se funden en uno, el Sacromonte se siente adosado como una parte viva del Albayzín, formando un conjunto cada uno con su idiosincrasia propia.
Barrio del Sacromonte
Todo evoluciona, todo con el transcurso del tiempo cambia, el Albayzín
de estos tiempos, ha tomado el rumbo que le marca cada periodo, desaparecieron
las casas de vecinos, con sus ventajas e inconvenientes, aparecieron nuevos
palacetes, gentes venidas de otros lugares hicieron su asiento en estas nuevas
construcciones, cármenes con inigualables vistas a la ciudad y a la Alhambra, se
transformaron en restaurantes donde se celebraban acontecimientos familiares,
empresariales y de todo tipo.
Un carmen del Albayzín convertido en restaurante
El Albayzín siempre será por más que corran aires nuevos, el barrio por
excelencia de Granada donde sus raíces fundamentales que le dan consistencia no
podrán cambiar jamás.
Este barrio por sublimidad inamovible, siempre se estará recreando en
su amada la Sultana Alhambra, en un enamoramiento de siglos que permanecerá en
amaneceres envueltos en el aire que les llega con la brisa del Valle de Valparaiso,
y el espejo níveo de Sierra Nevada, donde ambos diariamente lavan su semblante.
El Albayzín, la Alhambra y Sierra Nevada
En atardeceres de un tornasolado
color anaranjado, de un sol que se nos va a regañadientes, cuando se acuna
diariamente tras las Sierras de Almijara y Tejeda, para acariciar suavemente sus
rostros, como el mimo más tierno y maternal que una madre deposita cuando acuna a su hijo en su
camita.
Atardeceres en Granada
Ese embrujo especial de sus callejas retorcidas y estrechas que se enredan en un laberinto complicado de empedrados, de cal en las fachadas de sus casas, con balconadas repletas de claveles reventones, rojos, rosas, blancos, son piropos que se lanzan al aire unas balconadas a otras.
Balcones albaicinerpos
Pasear por el Albayzín es entrar en un arrabal por donde han pasado multitud de culturas que han dejado su huella, es convertirse en un cazador furtivo, sin miedo a ser sancionado, para ir cazando a disparo de cámara todo lo que le sale al paso.
Un paseo por sus entrañas a altas horas de la madrugada, cuando el
silencio lo arropa con edredón celeste bordado con un cielo de estrellas, por almohada una henchida y rebosante blanca luna, el parpadeo de sus farolas que vigilantes aguardan en
cada esquina, haciendo guiños a los enamorados embriagados de amor, de callejones estrechos exhalando el perfume cautivador, que surge de este frasco que encierra la fragancia de la floresta, descolgándose por los tapiales.
El perfume de sus cármenes se descuelga por las paredes
Los cipreses, higueras, acacias y palmeras, encarcelados en los
cármenes cerrados a cal y canto, asomándose por las vallas, con deseos de
alcanzar, unos el cielo, otros la calleja, para lograr la libertad y poder caminar
y disfrutar de los placeres de extramuros.
El Albayzín, no solo es un barrio, sino que es como una gran casona enclavada
en una de las tres colinas: Alhambra, Albayzín y Sacromonte. que como en Roma forman parte de la ciudad, es una
gran cascada de casas que van cayendo como el agua de una catarata, que vierte cal, empedrados de sus callejas, paraísos cerrados, lindeza de sus mujeres, romances y leyendas, pregones trasnochados del muecín en el alminar, y ahora redobles de campanas que hablan con lenguaje de letanías y liturgias, desde la planicie que la corona, hasta
venir a bañar sus pies en las agua doradas de un río que da oro.
Nocturno en el Albayzín. Carrera del Darro. (45X33). Óleo de José Medina Villalba.
Es el mejor Belén viviente del mundo, que posee todos los elementos
fundamentales que le dan vida a un portal que está durante todo el año expuesto
al disfrute de los que viven y se mueven en él, hasta los que siendo ajenos, en
cualquier momento, se pueden sentir actores participativos convirtiéndose en
pastores que pueden unirse a las comparsas que se dirigen al portal enclavado
en otra barriada con enjundia propia, donde los toques de las guitarras, los
bailes y cantes de sus zambras gitanas, le dan nombre propio.
En el Albayzín se han realizado las hazañas más encomiables que se hayan podido ejecutar, introducir un tren por el interior mismo de sus entrañas, para que los visitantes palpen, con el corazón en un membrete completamente encogido, como lame las paredes encaladas y a veces maltrechas con las caricias que dejan huella.
El trenecito del Albayzín en una de sus caricias a las paredes de sus callejas
Cómo el alimento pasa por el interior del intestino lamiendo sus paredes, pero no siempre se hace bien la digestión, y vienen los cólicos que nos hacen permanecer horas y horas evacuando, casi convertidos en líquido; nuestro trenecito también ha tenido sus tropiezos, sus cólicos metálicos, sembrando el terror con retorcidos retortijones en el semblante de los ocupantes.
Todo está medido al milímetro, pero ser conductor por las angosturas de las callejas albaicineras, no solo se necesita tener el carnet de conducir, sino ser un malabarista del volante; incautos guiados por las señalizaciones que hay a la entrada de la calleja, cometen el grave error de meterse en lo que aparentemente es factible y al final se convierte en un infierno, dejando que los "costillares" de los vehículos graben sobre las paredes la marca de sus flancos.
Un coche que se ha quedado atrapado en la estrechez de la calle
Ser albayzinero, es llevar adosado al cuerpo y a la sangre la esencia granadina, y una especial que le da este arrabal, donde dejaron su huella los diversos pueblos que hollaron por aquí.
El nativo del Albayzín tiene su idiosincrasia propia, sus señas de identidad, su forma de
expresarse e incluso su manera singular de hablar, es “granaíno” pero
situado a otra altura, estando dentro de
la ciudad pero en otro espacio y altura lo manifiesta cuando dice: “esta tarde
voy a bajar allá bajos”, para indicar que está en otra elevación y fuera del
centro de la urbe.
Hay incluso quien a ritmo de rap, ponen al alcance de todo el mundo la belleza, y los valores del barrio del Albayzín, como lo hace el llamado "El Niño del Albayzín".
El Niño del Albayzín
Hay incluso quien a ritmo de rap, ponen al alcance de todo el mundo la belleza, y los valores del barrio del Albayzín, como lo hace el llamado "El Niño del Albayzín".
El albayzinero es sencillo, honesto, honrado a carta cabal, trabajador y el humor continuamente le aflora a la boca con expresiones que son verdaderas metáforas, con un toque de gracejo, como por ejemplo, para decir sencillamente, “deja de hacer tal cosa porque puede que los resultados nos puedan causar un disgusto, él lo expresa de esta manera: “¡déjate de pollas no vayamos a pollas!”
La palabra polla no es una palabra soez ni irreverente, está tan metida en nuestro vocabulario y acervo cultural, que tendríamos que tener un poco de consideración con ella.
Plaza del Salvador
La palabra polla, el albayzinero, la utiliza con suma facilidad y frecuencia, la coloca en cualquier frase, ejemplos:
-“¿Ónde pollas vas?”
-“Cuidiao con la polla er tío”.
-“¡Qué pollas haces!
Pasa igual que la palabra malafollá refiriendose a la "singracia granaina".
La polla
En una conversación te puede meter la palabra polla, en el buen sentido de la palabra, varias veces.
El caso de un albaicinero que era ateo, pero a punto de morir le dijo a su mujer: "Niña llama al cura vayamos a pollas".
Un albaicinero fue al velatorio de un amigo y al darle las condolencias le dice: "¿Se te a muerto el papa? Cuidiao con la polla".
Dando las condolencias
Podría seguir poniendo más frases relacionadas con este órgano, locuciones muy comúnmente utilizadas por el albaicinero, pero pasemos a otras que también revelan su peculiaridad.
Como ésta podríamos citar otras:
-“alárgate aca la mama y le pide er pero”, en lugar de, llégate a casa de mamá y le pides el perol.
-“El otro día se presentó mi primo, er que vive en Madrid, me diho que le dio el avenate y se vino pa la romeía. Traducido al lenguaje normal sería: El otro día se presentó mi primo, el que vive en Madrid, me dijo que le dio el arrebato y se vino para la romería.
-¡Tengo una inritación que pa qué!
Las leyendas albaicineras están siempre en boca de los habitantes del
barrio, sobre todo en aquellas relacionadas con amoríos
secretos, pasando por fantasmas, duelos, tesoros escondidos, sultanas,
pasadizos ocultos, pajes que esperan la justicia del cielo….
Balcón en la Casa del señor del Castril, donde aparece la siguiente inscripción:
Esperándola del Cielo
Balcón en la Casa del señor del Castril, donde aparece la siguiente inscripción:
Esperándola del Cielo
En esos años de luchas espirituales, mediados del siglo XVI, Granada y especialmente el Albayzín, se podía comparar a una serena laguna que mostraba en su tersa superficie la copia fiel del cielo, en cuyo fondo dormía en un lecho de fango todas la impetuosidades y todos los odios absurdos de dos religiones.
En esa época y en ese ambiente se desarrolló el hecho que me contaba mi
padre cuando era niño.
Plaza de San Bartolomé
Plaza de San Bartolomé
A espaldas de la Iglesia de San Bartolomé, y en una plaza amplia, que aún existe, se mantuvo hasta hace cincuenta años cierta vieja casona de aspecto misterioso que conservaba un gran patio árabe, de taza primitiva con grandes arcos de herradura y un burdo pilar que vertía sus aguas en un estrecho canal de mármol.
La casa del Sacristán del Albayzín
Cierta superstición existía respecto al edificio que era conocido por la casa del sacristán del Albayzín debido a que en ella habitó el personaje de la leyenda.
Lucas se llamaba el sacristán de la época, guapo mozo de veinte años,
de sutil ingenio, en el que se vislumbraba toda la amargura de una niñez
huérfana de afectos; los bríos de su juventud le hacían estar sobrado de
alientos, simpático en exceso y de una osadía sin límites; de igual forma se encajaba la sotana que los arreos
guerreros, y con la misma desenvoltura manejaba el hisopo que la pesada tizona
de grandes y curvos gavilanes, respetado, temido y querido era en el barrio por
los ancianos y las mozas porque protegía a aquellos y acariciaba a estas, y
temido por los moriscos y por los bravucones, pues siempre salían mal parados,
mediante la oportuna intervención de Lucas en cuantos lances surgían. Así,
pues, su fama de valiente y caritativo se extendió por toda Granada, desde el
“Mentidero” hasta la "Calle Larga”.
Lucas el sacristán
Lucas el sacristán
Bajo la protección del cura de San Cristóbal que quería al joven como a un hijo, vivía Lucas y sostenía a su madre, inválida, cobijados ambos en cierta casa de vecindad de la Plaza de San Bartolomé.
Inés
Próxima al templo vivía una bella morisca, conversa llamada Inés a la cual educaba el párroco en las normas de nuestra religión procurando al mismo tiempo que su protegido no oliese su pista cuando iba visitarla, ignorante el buen clérigo, que Lucas no solo sabía este misterio, sino que con su habilidad y gentileza pronto se ganó la simpatía y el cariño de la paloma, quien al poco tiempo no tenía otro pensamiento que el del travieso sacristán y éste a su vez cada día más prendado de la joven, y viendo la imposibilidad de poderla hacer su esposa, por millares de inconvenientes, se fue poco a poco, alargando en su cerebro, como punzante espina, la idea atrevida de robarla.
Lucas e Inés
Oscura estaba la noche, fuerte viento barría las calles, presagiando la tormenta que desde la tarde estaba amenazando; de vez en vez grandes y espantosas gotas caían sobre la tierra, que brillaba a la luz azulada del relámpago.
Oscura estaba la noche
Rato hacía que la campana de la colegiata del Salvador dio el toque de queda, y todas las puertas y ventanas de los edificios del Albayzín hallábanse herméticamente cerrados. A pesar de ello, en una tasca instalada en un viejo caserón de la calle de Fátima aún se veía brillar la luz por su entornada puerta, oyéndose en su interior ruidos de risas y de voces.
En el momento que nos ocupa, entre un ruido infernal capaz de atraer todas
las rondas, se abrió con chirrioso estrépito la puerta de la taberna y, como
lanzado de ella salió nuestro sacristán, quien, con pasos vacilantes tomó calle
arriba, más bien impulsado por el viento que por su propio esfuerzo. En tal
estado cruzó por la calle del Agua hasta la de San Bartolomé, y,
Calle del Agua
esquivando su vivienda, llegó hasta la casa de Inés, se apoyó en el quicio del amplio portalón, y, no pudiendo sostenerse, dobláronse sus piernas y quedó sentado en el escalón de entrada.
Calle del Agua
esquivando su vivienda, llegó hasta la casa de Inés, se apoyó en el quicio del amplio portalón, y, no pudiendo sostenerse, dobláronse sus piernas y quedó sentado en el escalón de entrada.
Ágil se levanta, y con firme paso rodea la casa, penetrando en ella por
cierto postigo desusado, saliendo a poco acompañado de la amada.
La noche sigue oscura y tenebrosa, silva el aire en las encrucijadas,
ciegan los relámpagos, y los truenos desgarran el espacio con espantoso
tableteo, furiosa y torrencial cae la lluvia, llora Inés sin fuerzas para
caminar, y el sacristán conmovido y loco, la toma en sus brazos y trata de
refugiarse en el pórtico de un edificio gigantesco, es el Salvador, la
tempestad arrecia, un trueno horrible hace sonar las campanas del templo y el
seductor tiembla de miedo y de frío.
En estos momentos de estupor una sombra se desliza junto a él
llamándole. Es el sacerdote, un helor de muerte corre por las venas de Lucas, y
el cabello se le eriza.
El cura le agarra de un brazo, al par que, lleno de furor le grita:
-¿Donde vas desdichado?
-¡Soltadme!
-No.
-¡Deja a mi hija, seductor!
Y en completo estado de locura e irresponsabilidad, descargó con su puñal tan fuerte golpe sobre el pecho del anciano que éste cayó a tierra, exclamando con voz agonizante:
Lucas, ya fuera de sí, instintivamente cogió su preciosa carga y,
huyendo, se precipitó por la Cuesta del Chapiz, convertido por la tormenta en
torrente caudaloso. Intentó cruzar el débil puentecillo que separaba el molino,
que existía sobre el muro del río Darro, para coger tierra firme, pero sus pies
resbalaron, sumergiéndose en la corriente.
Durante aquella agonía indescriptible se apercibió que Inés se le
escapaba de sus manos y, como una aparición celestial, se iba elevando. Quiso
alzar los brazos e invocarla pero una negra e infernal figura lo cogió airado
de los cabellos, sepultándolo en el cenagoso y turbulento abismo de las aguas.
Entumecido y temblando se despierta el sacristán, asombrándose de verse
a las puertas de su amada.
El sol iluminaba las blancas fachadas de las casas, y unas flores
cayeron a sus pies, a la par que la fresca y riente voz de Inés le saludaba.
Aún no había dado unos pasos cuando se presentó el sacerdote, dispuesto
a reprenderle por su liviana conducta. Lucas se abrazó a su protector y
besándole y anegado en llanto, con verdadero arrepentimiento, le confesó su
horrible pesadilla.
La Cartuja de Granada
Lucas, fraile la Cartuja
La Cartuja de Granada
Lucas, fraile la Cartuja
Varios días después Lucas había desaparecido de la iglesia, con gran estupefacción de sus vecinos, que al preguntar al cura respondía:
-¡Preguntad por él en los frailes de cartuja, que faltaba uno.
Respecto a Inés, cierta mañana una banderita izada en la airosa torre
de Santa Isabel la Real, y los melancólicos sonidos de los esquilines,
anunciaron a los habitantes del Albayzín que la morisca había dejado el mundo
para entregarse al Amado de todos los Amores, con el nombre de Sor María de las
Angustias.
José
Medina Villalba.
Maravillosa y amena, tu forma de hacernos vivir el Albaycin, sus gentes, sus calles y sus hogares. Un abrazo amigo!
ResponderEliminarPrecioso documento. Gracias jose.
ResponderEliminarYa me llegó la revista. Magnifica como siempre.
Gracias de nuevo y felicidad en este año
Bonito relato, muy bien ambientado y con personajes y situaciones muy adecuadas al barrio del Albaicín. Enhorabuena.
ResponderEliminarFrancisco González Martínez ¡¡¡ EXCELENTE, JOSÉ !!!
ResponderEliminarFrancisca Pérez Negro 👏👍🤗☃️🎼MARAVILLOSO
ResponderEliminarDori Bernal Lopez, cierto un regalo ....precioso e interesante
ResponderEliminarSusana Álvarez. Precioso relato feliz año y que siga deleitando muchos años con estos recuerdos tan entrañables
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Gracias, Susana, la bella y encantadora peluquera de la Calle San Juan de los Reyes. Feliz año. Un abrazo.
ResponderEliminarMariavictoria Alvarez Gálvez. Muy bonito el barrio del Albaicín , buenos recuerdos tengo de él . Hice las prácticas de Magisterio ahí , en el CEIP Gómez Moreno , un año maravilloso .
ResponderEliminarMaria Dolores Johansson. Muy, muy interesante, muchas gracias, ni pollas ni ná
ResponderEliminarMaria Isabel Mora Montes. Me gustó mucho el comienzo , poètico con fotos preciosas.... la forma de hablar del barrio , si es así , no me gusta nada. Lo habría suprimido.
ResponderEliminarJosé Medina Villalba. Gracias, estimada amiga Maria Isabel Mora Montes por el análisis morfológico que realizas en tu comentario. El léxico linguístico en determinados casos tiene que ser respetado, máxime cuando previamente se ha aclarado el significado de determinadas palabras. Tampoco entender que es el común denominador de un lenguaje llano, que introduce determinadas palabras sin intencionalidad lividinosa, ( polla es el nombre común que se utiliza para nombrar a un ave que pone huevos, equivalente a gallina) ni que sea el sistema que se tenga que estar usando continuamente en una conversación, ni que todo albaicinero la utilice continuamente, es una forma más, de las muchas que existen, en el aspecto jocoso del pueblo andaluz. Respeto tu opinión y te la agradezco, pero no hay que suprimir aquello que no es nada más que una pincelada de humor. Saludos afectuosos.
ResponderEliminarMaria Isabel Mora Montes. José Medina Villalba Es que me ha gustado mucho tu relato y soy granadina y un poco me apena que se hable tan mal en una ciudad y un barrio con tanto embrujo
EliminarJosé Medina Villalba. No te preocupes querida amiga María Isabel, no es la forma de hablar, en términos generales, de los habitantes del Albayzín, son pinceladas de humor que surgen de vez en cuando, y que como andaluces y granadinos que somos nos aparece esa vena de humor que llevamos, en la sangre, así que no te tienes que apenar por lo que simplemente es la ironía y la chispa albayzinera. Saludos afectuosos.
EliminarMaria Isabel Mora Montes. Te comentaba que tus relatos me gustan mucho por la poesía e imaginación que le pones. También tus cuadros; te admiro por lo polifacètico que eres. Un saludo.
Eliminar
ResponderEliminarReynaldo
Muy interesante sobre nuestro Albayzín.
Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarJesús Fernandez
11:25 (hace 7 horas)
para mí
Amigo Pepe, como un niño pequeño he abierto tu regalo
de Reyes con la mayor prontitud y me ha encantado; es
precioso y además, qué bien juegas con la "polla" tan granaína.
Como siempre, gracias y un abrazo,
Jesús
ResponderEliminarMaricarmen Torres Huertas
Me ha encantado su regalo de Reyes, lo sumo con todo ilusión y cariño a mis regalos de 2019 de sus Magestades.
Un vez mas hemos saboreado su amado Albaicin . Sus calificativos me han hecho oler, vivir y sentir ese barrio de nuestra tierra única y entrañable.
Esas plazas, costumbres, lugares, Leyendas,vocabulario y un sin fin de cosas mas , las cuales vienen recogidas en el maravilloso video del niño del Albaicin que a su vez nos recuerda que al regalo no le falta de ná.
Espero que haya tenido unos buenos Reyes , a sus lectores ya nos lo ha hecho.
Un fuerte abrazo
Maricarmen Torres Huertas.
ResponderEliminarMe ha encantado su regalo de Reyes.
Con todo mi cariño y respeto lo sumo a los regalos que me han traido sus Magestades en el 2019
Una vez mas pone de manifiesto su amor por su querido Albaicin.
He sentido , olido, vivido, saboreado sus calles, costumbres , leyenda y hasta bailado al son de ese maravilloso video del niño del Albaicin ,es que a este regalo no le falta de naá .
No olvide que REGALO es cada vez que usted publica en su Blogs.
Un fuerte abrazo y muchisimas gracias
ResponderEliminarMARIA AMPARO MORA MONTES.
Querido amigo: Gracias por tu regalo de Reyes. He tardado en contestar por diversas ciircunstancias.
El Albayzín tiene embrujo porque seduce, fascina, encanta ... y con tu prosa poética evocas tanto los amaneceres como el sonar de las campanas, los gorriones y las palomas, el comienzo mañanero de la actividad del lugar... .Todo sale de tu pluma de una forma que implica al lector.
NNo olvidas los maravillosos atardeceres "un sol que se acuna diariamente tras las Sierras de Almijara y Tejeda"... Ni el embrujo de sus callejas repletas de flores, ni sus leyendas, ni la idiosincracia del albaycinero en su manera de hablar usando metáforas con toda naturalidad en alusión a las gallinitas jóvenes que aún no se han estrenado poniendo huevos.
Muy curiosa la leyenda del sacristán y la morisca. En fin, muy ameno y bonito tu relato, muy bien ambientado en el Albayzín que tan bien conoces. Un abrazo
ResponderEliminarEmilio Ramos Salas.
El mejor regalo que tu me puedes hacer para Reyes tu relato literario y visual de ese espacio comúnene el que vivimos algún tiempo y del que guardamos tan gratos recuerdos GRACIAS
Maria Del Carmen Prades Pérez.
ResponderEliminarQué preciosidad. Cómo escribes José Medina Villalba!!!
Albayzín, la Alhambra y Sierra Nevada
"...En atardeceres de un tornasolado color anaranjado, de un sol que se nos va a regañadientes, cuando se acuna diariamente tras las Sierras de Almijara y Tejeda, para acariciar suavemente sus rostros, como el mimo más tierno y maternal que una madre deposita cuando acuna a su hijo en su camita.."
Felicidades y muchas gracias por tu descripción del Albayzin. Como me pasa siempre que te leo, me pareció estar allí...y qué fotos!!
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Maria Isabel Mora Montes.
ResponderEliminarMaria Del Carmen Prades Pérez Esa descripción es preciosa , efectivamente. Su autor es un poeta.
Maria Rueda. Maravilloso el relato he disfrutado mucho con su lectura , gracias por compartir tu creación literaria ...
ResponderEliminarAntonia Fernandez Pelaez. Me ha encantado leerlo. Tu narrativa es tan florida e imaginativa que se convierte en un bello paseo literario. Gracias por compartir lo que escribes.
ResponderEliminarCarlos Benitez Villodres
ResponderEliminar13 ene. 2019 20:07 (hace 4 horas)
para mí
Querido Pepe:
Vaya regalazo que nos hiciste por Reyes. Es genial tu texto, al que titulaste EL EMBRUJO DEL ALBAYZÍN". Fue para mí una alegría inmensa recibir tu precioso ensayo, sobre este típico barrio granadino, el cual leí y releí con sumo interés y delectación.
Recibe, pues, mi gratitud más entusiasta y luminosa por remitirme el ya mencionado texto, una joya en prosa-poética con una hondura, exquisitez y calidad líricas que impresionan.
Narración la tuya de ancho aliento, de belleza derramada, muy auténtica, muy sincera, brotada del oleaje de la vida y por él bañada. Tus palabras tienen una intensidad expresiva en constante ascensión, una belleza que sorprende, que atrae, un sincronismo sinfónico absolutamente cálido y penetrante y una tensión textual que proporciona al lector los estímulos vitales en sus esencias y matizaciones para seguir caminando.
En este paseo por el Albayzín, haces mención al pescaíto fresco de las plazas de la Costa Tropical, a las Cruces de Mayo de este pintoresco barrio es especial la que hace en Plaza Larga, a los Cármenes albaicineros, ya que pocos, al atardecer en Granada y, por consiguiente, en el Albayzín. En mi libro CANTO A GRANADA, está la siguiente frase: "El cuadro más maravilloso por Dios pintado, único en el mundo, es el que lleva por título UN ATARDECER EN GRANADA". Las calles estrechísimas, la Plaza de San Bartolomé, el Mirador de San Nicolás, Plaza Larga y la calle Agua, la Iglesia de San Salvador, la Cuesta del Chapiz, donde se encuentra la Casa Madre de las Escuelas del Ave María. Además, ilustras tanta belleza narrativa con fotografías y óleos de tu autoría, y videos.
Tu labor narrativa, amigo mío, dejará su impronta en el lector de hoy y de mañana.
A continuación, te transcribo dos poemas de mi autoría que están incluidos en mi libro MI GRANADA, 2016:
ALBAYZÍN
Universo enjoyado por estrellas
que endulzan las angustias y la sangre
del corazón que nace de la luz más valiosa,
manantial de bajeles y destinos
colmados de galaxias que entre ellas se fecundan.
Tu origen es un sueño de siglos que se agita
en el seno de ideas ensambladas
con las curvas y planos de diamantes
enredados en besos e ilusiones,
que envuelven, con asombro, mis conciertos
allá donde frutecen los signos de la vida.
En tus calles palpitan las pupilas de soles
que procrean repiques de esperanza
y sonatas que hallan el camino
de la más luminosa floración,
como expresión y aliento del espíritu.
Siempre mis pies ansiosos hollaron tus entrañas
en medio de esas noches sin apoyos,
donde la imagen cósmica del mundo
se apaga ante el ciclón insomne que se expande
por los aires insólitos de nuevos horizontes.
A mis ríos enlazo, con ternura,
tu realidad y tu belleza angélica,
mientras el pensamiento del viajero
se adentra por las huellas indelebles
de tu quehacer frondoso de victorias.
Cada día convocas en tus venas
a las gemas que vibran ante tu propia luz.
Ellas escribirán en la savia del mundo
la gloria que transita en busca de ese cántico
victorioso que nunca se detiene.
Seguimos en contacto. Hasta pronto. Siempre a tu disposición. Recibe un fuerte abrazo empapado de afecto y amistad, de admiración y agradecimiento de tu incondicional amigo,
Carlos Benítez Villodres
Málaga
LAZA LARGA
ResponderEliminar(Corazón del Albayzín)
En el centro de un bosque de deseos
resplandece, soñándote, esta plaza,
crisol donde se incuban las conquistas
del hombre que confirma su pasado de oro.
De ella tomo el hechizo, forjador de violetas
y de rosas que nunca palidecen,
para sentir su cielo en los pensiles,
donde se transparentan credos y silogismos.
Es, en su perfección, un cántico de alas,
libres y solidarias, que refulge,
como voces de paz, desde las altas cimas
hasta los fondos ciegos de los mares.
Quien anduvo por ella…, conoce el sentimiento
que surge a cada instante de sus astros
abiertos a la tierra siempre pródiga,
al canto del futuro sin palabras distantes.
Ante su enorme potencial de júbilo
y de beldad, mis pasos se detienen
para fertilizar mi mente y sus anhelos
con la luz que transmite al hombre y a la vida.
Aquí, en el corazón del Albayzín,
desnudo el mediodía de mi psique.
Aquí, en el corazón del Albayzín,
sueño con alboradas de esperanzas,
con pueblos que resuelven sus negras ecuaciones,
con peregrinos, escritores líricos,
que siembran su bondad y sus jazmines
en los deseos de cualquier viajero.
Seguimos en contacto. Hasta pronto. Siempre a tu disposición. Recibe un fuerte abrazo empapado de afecto y amistad, de admiración y agradecimiento de tu incondicional amigo,
Carlos Benítez Villodres
Málaga
Amigo Pepe:Acabo de aterrizar en Sevilla desde Málaga y he podido ver leer y disfrutar con los 27 comentarios, ya publicados en este tu reciente Blog. Por supuesto esto ha ocurrido después de leer el interesante recorrido por el barrio, mejor dicho, por tu barrio de los sueños, en el que están impresas por todas sus callejuelas las huellas de tus zapatos y las huellas de las cubiertas de tus tres marías, las vespas de los tres colores.
ResponderEliminarEse comienzo con las palomas mensajeras de tus relatos, repartiendo por los aires el placer de volar sobre su acotado e irrepetible mundo, EL ALBAYZIN, poco importa que el cupón de la rifa te toque o no te toque, ya estas premiado por vivir y disfrutar de su entorno.
Este jueves pasado, cuando fui a la reunión del colegio, estuve haciendo un corto recorrido desde San Cristóbal a la Iglesia del Salvador y me encontré con uno de los hermanos del peluquero que había un poco mas arriba del Carmen de la Victoria,y me contó algo sobre sus hermanos. dejé el coche en el colegio cuando abrieron las pilónas y ya por la tarde cuando subía la cuesta del chapiz, la subí sin descansar ayudado por el beneficioso y puro aire que como un resorte me empujaba hacia el más bello valle, el del paraíso. Lamento sobre manera que el sueño, que no pesadilla del enamorado sacristán Lucas y de su amada, creo sin dudarlo correspondida Ines, no fueran una realidad, porque el barrio de los enamorados, el de las callejuelas,el de las promesas eternas, con farolas o sin farolas, vuelan y permanecen como las hojas de otoño bamboleando por los aires,sin querer aterrizar en el suelo, para no perder su encanto ni sus ilusiones.Ay de los miles de cipreses del Albayzin que como el mástil de las banderas, son el primer reclamo o llamada de atención del visitante, declamando a viva voz " ESTA UD. EN UN LUGAR ESPECIAL, MUY ESPECIAL " CASI IRREPETIBLE, Un fuerte abrazo para ti y otro para Lucas allá donde esté, no menciono a Ines porque era algo celoso.