viernes, 26 de junio de 2015

ES MOMENTO DE DARNOS LAS GRACIAS. CURSO 2014-2015



Después de una etapa más en el quehacer educativo, realizando la labor en el sector que le corresponde, los patios del Colegio del Ave María, Casa Madre, acogen, en una tarde-noche, a un gran número de personas, para en hermandad, dar por finalizado un capítulo más.


El ambiente que se respira, nada más entrar, es de fiesta, pero de una fiesta familiar de los profesionales de la enseñanza del Ave María de sus distintas “Colonias”, porque siempre se les ha llamado así a las diversas  Escuelas Avemarianas que circundan a la ciudad, e incluso se encuentran en pueblos importantes como Motril y Albolote.


Las señoras y señoritas elegantemente vestidas, y no digamos otro tanto de los caballeros, mientras saborean los aperitivos que portan en bandejas el personal que las sirve, se saludan, hacen sus comentarios, se hacen presentaciones y la fraternidad se va poco a poco estrechando e incrementando, mientras llega el momento de pasar al refrigerio.


Los surtidores de la fuente  central del patio superior, con el murmullo del agua de sus chorros, son un elemento más para cumplimentar este ambiente que, una noche más, se viene repitiendo año tras año.

                                                      D. Andrés Manjón y Manjón
Me viene a la memoria, en esta tarde, las dos figuras más importantes, que sin ser de esta ciudad, lo dieron todo por las clases más necesitadas, nuestro don Andrés Manjón y San Juan de Dios.

                                                           San Juan de Dios
                             Lugar actual donde se encontraba el Convento de la Victoria, de Mínimos Franciscanos. (2015)
Un poco de historia. En este lugar, en el que nos encontramos, estuvo el Convento de la Victoria de Mínimos Franciscanos, fundado en 1509, desparecido en el año 1871, pocos años después se dio paso al Seminario de Maestros del Ave María, fundado por D. Andrés Manjón.


                                Fotografía del año 1853. el nº 1 indica el lugar del Convento de la Victoria. 
                                                           Nº 2 Carmen de los Humanes. Nº 3. Carmen de Salazar. Nº 4. Entrada por el Sacromonte
                                                            al Carmen de Zapata. Nº 5 Carmen de Zapata. Nº 6. Entra al Carmen de los Humanes
Cuando Juan de Dios muere, en el año 1550, sus restos se trajeron a este lugar, donde se encontraba el citado convento y permanecieron aquí hasta 1664, para ser trasladados, primero a la Iglesia del Hospital de San Juan de Dios, y posteriormente a la Basílica que lleva su nombre en cuyo camarín reposan definitivamente.
Parece como si el tiempo, aunque separados por bastantes años, quisiera darnos el gran mensaje de dos personajes que estuvieron en el mismo lugar, dos figuras que lo dieron todo por remediar las necesidades corporales y espirituales de los granadinos.

                           Dos fotografías para la historia. En el año 1920 éste era el escenario donde celebramos la cena final 
                                                    de curso 2015.

Las escaleras que enlazan el patio superior con el inferior son la unión, por donde la concurrencia tranquilamente va bajando para acoplarse en los sitios asignados.


Es impresionante contemplar las largas mesas en perfecta alineación, cubiertas con el blanco de sus manteles, el colorido de las flores que, de tramo en tramo, las adornan, una tribuna al fondo, donde se encuentran los representantes de la Entidad: miembros del Patronato de las Escuelas del Ave María, Directores Generales, Académico y Económico.


Daba la impresión de un enorme escenario, con un gran decorado de fondo, la sultana Alhambra que lucía majestuosamente sus galas de terciopelo,  el busto de D. Andrés Manjón presidiendo el Acto, y una gran pantalla, donde van apareciendo distintas escenas con pasajes y motivos avemarianos.
Por instantes, el silencio se hace ante la llamada, por los altavoces, del Director Académico D. Leandro García Reche, que va  a hacer la presentación del Acto de la Cena convivencia fin de curso 2014-2015.


Buenas noches, Sr. Presidente del Patronato de la Fundación Ave María de Granada, Sres. Patronos, profesorado en general, personal complementario, personal de administración y servicios, amigos todos del Ave María. Bienvenidos a este acto de fin de curso que se ha visto alterado en su fecha de realización por los motivos que todos conocen. Pero lo verdaderamente importante es el reencuentro de todo el personal del Ave María para compartir y celebrar la finalización del curso y poder saludarnos previo a las merecidas vacaciones estivales. En este caso, intervendrá el Presidente del Patronato y tras su discurso, se hará entrega de unas placas de carácter institucional en reconocimiento a varios proyectos que vienen desarrollándose en el Ave María y que han sido seleccionados por su importancia en el seno de nuestra comunidad educativa.


Toma la palabra, en representación del Patronato de la Fundación del Ave María, su Presidente D. Emilio Atienza.
Final de curso 2014/15
Es momento de darnos las gracias


Srs. Patronos y Directores Generales del Ave María, directivos, antiguos y actuales profesores de los centros, familiares y amigos.


Me dirijo a todos vosotros en nombre del Patronato de la Fundación del Ave María.
El año escolar se acaba. El periodo que comenzó en septiembre pasado toca a su fin. Durante este intervalo de tiempo hemos visto como crecían, en todos los sentidos, nuestros alumnos. Éstos ya no son los mismos de hace 10 meses. Los colegios han aportado su granito de arena y, sobre todo, el trabajo que habéis hecho los profesores con ellos durante todo el año.


Todos sabemos por experiencia lo difícil que es educar. Respetar la personalidad de los alumnos mientras ponemos límites y normas, para sacar lo mejor de sus virtudes y minimizar sus defectos, enseñarles los valores que creemos fundamentales, darles un ejemplo con impronta, porque la educación es en gran medida ejemplo y coherencia en los responsables de educar… Realmente todos sabemos que la educación es más complicada de lo que creíamos en un principio y sobre todo de lo que creen amplios sectores de la sociedad.


Por eso nos parece justo agradeceros a vosotros, los profesores, ahora que acaba el curso, el trabajo que habéis hecho día a día. Es cierto que es vuestro trabajo pero acaso ¿a cada uno de vosotros no os agrada que vuestro director y compañeros de Departamento y Centro, o el mismo Patronato tengan gestos, por mínimos que sean, de reconocimiento explícito al trabajo realizado que, además, en muchos casos ha supuesto  esfuerzo, ilusiones, tiempo y dedicación, en beneficio de los alumnos, del Centro y de la Institución? Seguro que tan necesarios reconocimientos han sucedido y sucederán en estos días, por lo pronto, en nombre del Patronato os transmito el nuestro.


Otro curso más que se nos va casi sin darnos cuenta. Esta noche es un momento de serena alegría, probablemente compartáis proyectos para este verano con compañeros y amigos, pero al mismo tiempo son días de cierta melancolía por las despedidas, aunque sean un “hasta luego”… También en estos días los alumnos se despiden de vosotros, hasta el curso que viene o quizás para siempre porque no volverán a vuestras clases. Vosotros, sus profesores les dais los últimos consejos para el verano o para la vida y os despedís de sus familias. Unos se van, otros se quedan…, otra lección de vida.


Mención especial merecen los profesores que después de una larga andadura llegan al rellano de la prejubilación o a la jubilación: es el caso de Domingo Coca y Juan García, permitidnos que en nombre de cuantos componemos la Institución os felicitemos en este momento de pasar página al Libro de vuestras vidas, cerrando un capítulo de entrega a la labor docente y después de una larga y fructífera etapa en la dirección y administración del Centro de Albolote, sólo ver el Centro es el mejor balance de vuestra magnífica gestión, motivo de legítimo orgullo. 

                                                             D. Domingo Coca Cruz
                                                           D. Juan García Jiménez
Gracias por vuestro gran trabajo, por los muchas horas de sacrificio y entrega al Centro. Igual agradecimiento para las también profesoras Luisa Carrión Pérez, Ana  María Camacho Sentí y Conchita Megías Navarro, por sus años de dedicación a sus alumnos en el Ave María.
                                                              Dª Luisa Carrión Pérez
                                                         Dª Conchita Megías Navarro


                                                        Dª Ana Camacho Sentí
Para todos ellos me consta, los sinsabores han estado compensados por las frases de gratitud de sus alumnos y familias, por el apoyo de sus compañeros o el reconocimiento de todos vosotros. En este momento no puedo dejar de recordar la generosa figura de D. José Montero deseándole una pronta recuperación.

                                                         D. José Montero Vives
En el Patronato somos conscientes de la notable carga de esfuerzo de estos años y quede constancia de nuestro agradecimiento por haberlo mantenido un año más, unas veces para acreditaros suficientemente en idiomas, otros para actualizaros en seminarios, jornadas, programas de calidad, por vuestros proyectos de innovación pedagógica, en muchos casos de verdadero interés, muchos trabajando con generosidad en la preparación de enseñanzas digitales para incorporarnos en breve a la formación a distancia (on-line), también resaltamos otras actividades que están resultando un verdadero acierto para la proyección social de la Institución, como la Carrera y Fondo Solidario, 

Colonias o el Coro de Encarnación Rodríguez, que tan buenos momentos nos ha proporcionado este año, el más reciente en el Manuel de Falla con motivo del 125 aniversario de la Institución, actividades que han venido a sumarse a las tradicionales. No podemos olvidar los reconocimientos a muchos de nuestros alumnos con premios y distinciones comunitarias y nacionales. Todo esto lo habéis conseguido sin descuidar el trabajo diario de clase. Nada habría sido posible sin vuestra dedicación, que os agradecemos, reconocemos y reconoceremos, sencillamente porque debe ser así para mantener e ir más allá en el crecimiento y proyección del Ave María.


Es mucho lo trabajado y también lo conseguido, pero hay que perseverar en el esfuerzo para rentabilizar los importantes recursos humanos y materiales de la Institución y éste es el gran reto que está abordando el Patronato, proceso en el que no vamos más rápido de lo que quisiéramos porque asuntos insidiosos nos están distrayendo de los objetivos, pero también os digo que la parte de estructura de gestión, control y transparencia en funcionamiento está permitiendo, que esa distracción forzada no influya en el discurrir diario de la Institución. Son muchos y de gran calado los proyectos que aguardan y que llegado el momento compartiremos con vosotros, porque seréis vosotros los que al final tendréis que desarrollarlos, y por tanto debéis tener la absoluta seguridad que vuestras opiniones e iniciativas serán valoradas debidamente. 



Sólo os pido confianza, no fe ciega, no, esto nunca, pero si confianza en un Patronato que tiene como objetivos absolutamente prioritarios: la educación, los alumnos, sus profesores y la mejora de los centros; con vuestro apoyo haremos que la obra de D. Andrés Manjón responda a las demandas de hoy. No os quede la menor duda. También quiero animar a los jóvenes profesores que se vienen incorporando a los claustros con buenos resultados, no puede ser de otra manera, porque su selección se ha basado en su currícula y sus valores personales contrastados, acordes con los que mandara el fundador. Razón por la que por encima de todo debemos pretender la calidad profesional, ética, intelectual y de conducta en la condición humana para desempeñar la docencia y cualquier otra tarea en el Ave María, en suma, incorporar a los mejores en el más amplio sentido de la expresión.


Antes de terminar, quiero referirme a dos logros de estos últimos cursos especialmente rememorables: la certificación de calidad de los niveles 400 y 300 para San Cristóbal y Casa Madre. Ambos han obtenido el reconocimiento externo, por parte de una entidad certificadora de la Calidad Europea. Esto además de ser un diploma, para poner en la entrada junto a otros méritos y ofertas educativas, o con las orlas de los antiguos alumnos, y salir en la prensa… ¿Qué significa? Intentaré explicaros en breves palabras como lo analiza el Patronato: La mayoría de los claustros, se están esforzando por realizar sus tareas de la mejor manera posible, y por ello, respaldamos un sistema de afianzamiento, de autoevaluación, de análisis de lo que hacemos, con el fin de no conformarnos con los buenos resultados obtenidos, sino de seguir profundizando en cada una de las tareas a realizar. 

Ahora bien, esto no quiere decir que hasta el momento de la certificación no tuviésemos calidad en dichos centros o no la tienen los que no han podido afrontarla. Por supuesto que sí. No ha sido más que un reconocimiento externo a vuestra labor, insisto en ese VUESTRA, de la que tanto nos enorgullecemos, porque todos compartimos los éxitos y esfuerzos de cada Centro y de sus profesores como nuestro, como debe ser en una comunidad avemariana.


Con el apoyo y colaboración de todos, con todos y entre todos, se intenta cada día, cada momento, mejorar la labor educadora, que en los centros con internado es de 24 horas, en las que no se puede bajar la guardia ni un minuto, porque la educación es también ejemplo. En este esfuerzo continuo, nos preguntamos con frecuencia, cómo están saliendo las cosas, qué hacemos en todos los actos relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje, cómo llevamos las relaciones humanas entre los componentes de la comunidad escolar, cual es el grado de satisfacción de las personas (recordar por un momento las encuestas que vamos realizando…), qué tan positivos son los resultados globales obtenidos, incluidos los decisivos de selectividad… Y todo esto es muy difícil de evaluar, pero debemos pretender como resultado la satisfacción de familias, alumnos, profesores, y personal de administración y servicios. En los resultados estamos todos reflejados, cada uno desde su responsabilidad administrativa, organizativa, o docente. Todo, absolutamente todo, son factores que conducen a la imagen de los Centros ante la sociedad.

                                             Aula de Naturaleza. Huerto Escolar en Casa Madre Ese reconocimiento externo, esa certificación, es una valoración de la forma de realizar nuestro trabajo: educar y educarnos también nosotros.
Ahora mismo, seguro que más de uno de vosotros está pensando en situaciones que han ocurrido, que no son de “mucha calidad”, y que en momentos determinados nos han llevado a preguntarnos, con algo de ironía: ¿Es esto calidad? Aún en este caso, me atrevería a deciros que sí. Pues esta interrogante, es fruto de analizar lo que deberíamos estar haciendo y no hacemos. Tal planteamiento es ya un punto de mejora, que si se lleva por los cauces de comunicación adecuados y la actitud correcta, aportará nuevas visiones y seguro que seremos capaces de poner los medios para que todo salga mejor.
                                                          Colegio del Ave María San Cristóbal
                                                       Ave María, Casa Madre
 Y en eso consiste el modelo EFQM, en la mejora continua, en no conformarnos con los buenos resultados, en ser conscientes de que toda nuestra actividad y, por tanto, que cada una de las cosas que hacemos, se puede mejorar. Sin crearnos por ello insatisfacción porque aún no se ha conseguido, sino para que en cada momento, avancemos, con ganas de mejorar en todos los aspectos, y nos consta vuestra voluntad en este sentido.
                                             Colegios del Ave María de Quinta Alegre y San Isidro
                                                    Colegio del Ave María La Esparraguera. Motril
                                                          Colegio del Ave María de Albolote
                                                      Colegio del Ave María de Vistillas Alegres
                                                       Colegio del Ave María. El Varadero. Motril
No quiero cansaros más; pero sí terminar con lo que me preguntaba al inicio. ¿Discurso de despedida? No, es un hasta luego. No hay despedida, nos veremos de nuevo en las Jornadas de septiembre con ilusiones renovadas, pero mientras sería bueno que cada uno sintiera la satisfacción de que durante unos meses ha estado haciendo crecer a nuestros alumnos y a nuestros centros, que todos vosotros desde vuestra responsabilidad, habéis trabajado para mejorar y engrandecer el Ave María.

                                                      El poeta Gabriel Celaya
Permitidme concluir compartiendo con vosotros la trascendencia que Gabriel Celaya adjudicaba a la educación y que conocéis sobradamente:
Educar es lo mismo que poner motor a una barca:
Hay que medir, pesar, equilibrar…
Y poner todo en marcha.
Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma
Un poco de marino
Un poco de pirata
Un poco de poeta
Y kilo y medio de paciencia concentrada
Pero es consolador soñar mientas uno trabaja,
Que esa barca, ese niño,
Irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
Llevará nuestra carga de palabras
Hacia puertos distantes
Hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
Esté durmiendo nuestra propia barca
En barcos nuevos seguirá
Nuestra bandera enarbolada

Gracias por vuestra atención.

A continuación se hará entrega de los reconocimientos correspondientes al curso 2014-15.
El Patronato de las Escuelas del Ave María, se manifiesta convencido de la necesidad de que todo el personal se desarrolle tanto en lo profesional como en lo humano, fomentando la capacidad de trabajo en equipo, y que todas las personas se sientan valoradas, sobre todo cuando existe constancia de la actitud favorable para asumir la Misión y Visión de esta Institución, y del compromiso para dar el máximo de sus capacidades en el desempeño de sus funciones.


Por ello, este Patronato quiere establecer una política de reconocimientos entre el profesorado y personal de la Institución, que ponga en relieve la participación e implicación de las personas en la vida de los Centros y en el desarrollo de Proyectos de carácter institucional.
Son muchas las personas merecedoras de estas distinciones, y se han tenido que seleccionar, en este caso, aplazando otras, -igualmente importantes por su dimensión institucional-, para ser entregadas en próximas ediciones por no agotar todas en este curso.

También aclarar que son muchas las personas que intervienen en algunos de los proyectos que se van a nombrar y sería complicado que todas estas personas subieran a recoger la placa, por lo que se nombrará a una sola persona en representación de todo el grupo que participa en el proyecto.


En su última sesión celebrada el día 15 del presente, el Patronato decidió conceder los siguientes reconocimientos correspondientes al curso 2014-15:



                                                              Dª Adelina Gutiérrez Carmona
1.     Por el lema “Yo soy porque somos”; por su empeño en dignificar la vida de los niños y de sus familias pertenecientes a nuestras Escuelas, que en esta situación de crisis económica y social vienen sufriendo graves carencias, se concede una placa de reconocimiento al Fondo Solidario Avemariano. Recoge la placa, en representación del grupo de personas de cada centro que hacen posible este proyecto, Adelina Gutiérrez Carmona. Entrega el Premio el Presidente del Patronato, D. Emilio Atienza Rivero.

                                                           D. David Navarro Guiérrez
2.     Formando parte del Fondo Solidario Avemariano, se ha consolidado entre nosotros a través de sus dos ediciones la Carrera Solidaria Andrés Manjón. Por la repercusión social y el éxito alcanzado, por el gran esfuerzo desplegado para su desarrollo, se concede una placa de reconocimiento a la Carrera Solidaria Avemariana. Recoge el premio el coordinador de la carrera solidaria D. David Navarro Gutiérrez. Entrega el premio D. Manuel Sola García.



                                                           D. Enrique Alonso Guardia
3.     Por su larga trayectoria como actividad complementaria con el alumnado de las Escuelas del Ave María, y por su objetivo de educar el ocio y el tiempo libre mediante el juego, desarrollando los valores humanos y cristianos, compartiendo y disfrutando de la vida en grupo, se concede una placa de reconocimiento a las Colonias Avemarianas. Recoge la placa el coordinador de las colonias D. Enrique Alonso Guardia. Entrega el reconocimiento D. Antonio Almendros Gallego.

                                                                   D. Domingo Coca Cruz
4.     Por toda una vida, llena de entrega y dedicación como director del Colegio Ave María Albolote y su contribución a la proyección de este Centro y a la difusión de la Pedagogía de Andrés Manjón, se concede Medalla de Honor a D. Domingo Coca Cruz. Hace entrega de la medalla D. Andrés López Osuna, y D. Antonio Mazuecos Moraga a D. Francisco Centurión García, aunque su jubilación se produjo el curso pasado, el Patronato quiere manifestar la misma muestra de agradecimiento.


Todas las entregas fueron rubricadas con el aplauso de los asistentes.
Entre conversaciones amigables fue trascurriendo la cena, y al final las copas de champán se lanzaron al aire con el choque de los vidrios, que llevaban aparejado la entrega de todo un año escolar, los deseos de un buen descanso vacacional merecido y las ilusiones para el próximo curso.


La noche continuaría, en el patio de arriba, alrededor de una barra libre, con el murmullo del  agua de la fuente y una música de fondo que no dejaba de sonar, mientras los últimos vestigios se van retirando esperando que pase un nuevo curso para un nuevo encuentro.




Feliz verano para todos.




                                                José Medina Villalba


                                      REPORTAJE FOTOGRÁFICO















































































































































                                            José Medina Villalba