jueves, 5 de septiembre de 2019

QUINTO DÍA POR EL DANUBIO. BUDAPEST. NAVEGACIÓN RECODO DEL DANUBIO


Existe un proverbio que dice: “no hay quinto malo”.
Este dicho correspondía a las corridas de toros en las que el ganadero colocaba al mejor toro de la corrida en el quinto lugar, cuando aún no se hacían los sorteos y era el propio ganadero el que colocaba el orden en el que habían de salir los toros al ruedo. 



A eso vamos, a nuestro quinto día por el Danubio cuando ya hemos sobrepasado el ecuador de nuestro viaje, y deseamos que sea, sino el mejor, uno tan bueno como los demás, porque todos los días que vivimos por el Danubio fueron sensacionales. 


                                                     El Danubio por Budapest

Nuestro ruedo es longitudinal, en lugar de albero color amarillo, es acuoso verde esmeralda, y nuestra corrida es apasionante vamos por el quinto día y en todos hemos conseguido los máximos trofeos: monumentos, paisajes, amistad, buenas comidas y diversión al máximo. 


                                              Uno de nuestros trofeos conseguidos, la amistad.

El programa  de este día nos da las pautas a seguir, después del desayuno dispondremos de tiempo libre para seguir descubriendo, algunas más de las muchas cosas interesantes que Budapest, como una gran cascada derrocha a raudales valores culturales y arquitectónicos. 


                                                    El programa del día 

        Los patitos, se deslizan por las aguas que contornean nuestra singladura se han acercado para darnos los buenos días, esperando en agradecimiento recibir alguna recompensa. 


                                                 Los patitos del Danubio

           Así es que nos lanzamos a la calle prestos como exploradores a descubrir sino un nuevo mundo, sí aquello de lo que nos habían informado que podíamos ver.
Salimos en grupo pero no vamos solos, somos unos “boy scout”, a los que antes de dejarnos acampar a nuestras anchas, nuestra inmejorable guía, como la mamá que quiere dejar volar a sus polluelos les informa detenidamente de las calles por las que nos debemos  orientar y los lugares más interesantes que podemos visitar. 



Durante nuestro caminar, vamos observando todo lo que va entrando por nuestra vista, y por supuesto por los ojos de la cámara, que al fin y al cabo será  el almacén que guarde los recuerdos, la mejor memoria enlatada que siempre estará dispuesta a abrirse, y dejarnos al descubierto lo que quizás ya habíamos olvidado. 



Un magnífico cancel, obra maestra de cerrajería artística, al que de tanto pasar la gente por delante ni se inmuta, pocos le suelen prestar atención. 



 Un niño encima de un pedestal, rodeado de una serie de asientos para que aquel que lo desee, pueda tranquilamente contemplar la belleza de un desnudo. 



La perfecta ordenación de los edificios, que delimitan las amplias calles, con estructuras de siglos pasados mirándose frente a frente, con aquellos que se presentan con aire de modernidad.


                                                      Calle Váci Utca

Caminamos por Váci Utca,  y algo con  intenso resplandor nos atrae, es circular reluce como si fuera una gigantesca moneda de oro,  como un enorme florín, está tirado en el suelo, es una joya  digna de admirar por los elementos decorativos que la componen, alrededor se puede leer, BUDAPESTI ELEKTROMOS MUVEK. 





El quinto distrito de Budapest (con el nombre del municipio del distrito: Budapest V Kerület ) es el corazón de la capital, en muchos aspectos el centro administrativo , oficial, comercial y turístico de Budapest y Hungría .



Todo está sumamente cuidado y hasta las farolas se han puesto sus bellos vestidos de faralaes con elegante cola verde, que cuelga a todo lo largo de su gentil cuerpo, con pinceladas de rojas flores que lo engalanan. 



Son las nueve y veinte de la mañana y las balconadas con sus antepechos de hierros forjados son pendientes que penden adornando las fachadas.



Váci Utca (Calle Váci) es la calle más importante de Budapest junto con la Avenida Andrassy. Esta calle peatonal forma parte del corazón turístico y comercial de Budapest. 


                                               Calle Váci Utca

         Durante la Edad Media el límite de Budapest lo marcaba su muralla, construida en lo que es hoy la calle Deák Ferenc Utca. La calle Váci llevaba a una de las puertas de la ciudad situada en lo que es hoy la plaza Vörösmarty. 


                                                         Calle Váci Utca

        La construcción de Váci Utca comenzó en el siglo XVIII y algunas de sus mansiones datan de esa época. No obstante, actualmente la mayor parte de los edificios que se conservan pertenecen a los siglos XIX y XX. 



El cambio generacional también se ha notado en los negocios. Antiguamente Váci Utca era frecuentada por los más apoderados de Budapest, mientras que hoy en día se ha llenado de centros comerciales, cadenas de moda, tiendas de recuerdos, hoteles, restaurantes y cafeterías. 


                                                         Váci Utca

El edificio más antiguo de Váci Utca, construido en 1805, se encuentra en el número trece de la calle.
Una calle con encanto.
Váci Utca es una de las calles comerciales más elegantes de Budapest, atractiva tanto de día con sus tiendas y cafeterías repletas de gente, como de noche, iluminando el paso de los peatones que deciden disfrutar de un agradable paseo nocturno. 


                                                        Calle Váci Utca

       Hemos recorrido la Calle Váci ahora estamos en la paralela la VI, nuestra guía nos señala el edifico donde se encuentra la mejor cafetería y patelería de Budapest y nos indica donde se encuentra el gran mercado.
 La calle se está enlosando y nuestro amigo y doctor hace una reflexión sobre la corrupción, en algún lugar que todos conocemos, a lo que corresponde nuestra guía reafirmándose que ese es el pan nuestro de cada día.







Ahora caminamos hacia la Basílica, la tónica que se palpa es una mezcla de modernidad, en las construcciones con el lustre de antigüedad de otros. 









-¿Estamos en el otoño?
-¡No, hombre, no!, estamos a las puertas del verano. (Este viaje se hizo del 30 de junio al 7 de julio)
-Entonces, ¿cómo es que hay una hoja en el suelo?
Aquí la estética está a la orden del día y en cualquier alcantarillado, procuran poner algún símbolo significativo de la ciudad. 



Por el camino en dirección a la Catedral nos encontraríamos objetos curiosos, 



y alguna escultura cubista, mientras que la noria gigante se nos presenta a la vista queriendo seguir nuestros pasos, asomando su circular cuello a través de la arboleda. 





Ya  tenemos la Catedral casi al alcance de la mano, por lo menos de la vista y la sonrisa vuelve a la cara.



La Basílica de San Esteban, es un edificio religioso de culto católico, bajo el patrocinio del San Esteban I de Hungría. 




                                                        Basílica de San Esteban I de Hungría

La Basílica es la Catedral de Budapest y tal como su nombre indica, en 1931 le fue otorgado el título de "basílica menor” por el Papa Pío XI. 



Junto con el Parlamento de Budapest, son los dos edificios más altos de la ciudad (con 96 m), además del edificio religioso más grande del país, con capacidad para 8.500 personas.












Se comenzó a construir sobre el año 1851, concluyéndose 54 años después, en el año 1905, siendo consagrada ese mismo año. Los retrasos en las obras se debieron a que la cúpula tuvo que ser demolida en 1868 y reconstruida. El arquitecto principal fue el húngaro Miklós Ybl. 









Bajo el gran edificio, cuya fachada principal mira hacia el cercano Río Danubio, se tuvo que construir una cimentación de tres niveles, casi tan grande como la propia iglesia. 














                                                     Campanas de la Catedral

Fue construida bajo los cánones del estilo Neoclásico, con planta de cruz griega, de 87 m de largo por 55 m de ancho. La fachada principal se completa con dos torres gemelas a modo de campanarios; en la torre derecha se encuentra la campana más pesada (con nueve toneladas de peso) y grande de Hungría; la anterior, de 8 toneladas, fue fundida durante la II Guerra Mundial. 





Desde la cúpula se obtienen unas excelentes vistas panorámicas de Budapest; se accede a lo más alto en ascensores o por 364 escalones. 







En la capilla ubicada tras el ábside, se conserva la reliquia más importante de la cristiandad húngara: Santa Diestra, es decir, la mano momificada del rey Esteban I, primer rey de Hungría y santo.
El rey San Esteban I de Hungría (1000-1038) fue el cristianizador de los húngaros, su primer rey y fundador de Estado. Fue considerado una persona justa y piadosa, pero estricto en sus leyes y labor evangelizadora. 


                                                     San Esteban de Hungría

        La Santa Diestra fue honrada por cientos de miles y formó parte importante de las peregrinaciones húngaras durante la Edad Media hasta la invasión turca en el Siglo XVI. 



El 20 de agosto de 1987 el cardenal László Paskai, arzobispo de Esztergom santificó la capilla de la Santa Diestra en la basílica de San Esteban, y ahí colocaron la reliquia. Desde 1989 cada 20 de agosto se organiza una procesión encabezada por la reliquia de la Santa Diestra por Budapest. 


                                                  Santa diestra

Actualmente la Santa diestra, después de pasar por distintos lugares, se conserva en la Basílica de San Esteban en Budapest y puede ser vista por cualquier visitante. 



La basílica cuenta con una suntuosa decoración en su interior, con pinturas, placados de mármoles y jaspes, relieves y esculturas, completada a lo largo de los siglos XIX y XX. De entre las obras de arte, destacan las estatuas de Alajos Stróbl y la pintura de Gyula Benczúr, San Esteban pide la protección de la Virgen para el país



Gracias a su acústica, en su interior se pueden disfrutar de conciertos de órgano.



Un amplio encaje se extiende delante de la Catedral, hecho a mano a golpe de martillo en la fragua, igual  como se construyen en cualquier taller de tul albayzinero las mantillas, a golpe de aguja sobre el bastidor, que  lucen después las camareras en las  procesiones de la Semana Santa Andaluza. 


                                                      Bordadoras de mantillas en el Albayzín

        Es un encaje de colores, los hilos de tul los constituyen los adoquines, enchapado perfectamente colocado formando un bello encaje, el espejo donde los días de lluvia la Catedral deja su fachada reflejarse en el agua. 







El kijarat, (salida) nos indica que ha llegado la hora de salir, basta con empujarle un poco para que nos encontremos en el exterior. 



El quinteto de la amistad se siente satisfecho, se han colocado en el pódium donde la escalinata da acceso a la Catedral, para perpetuar en la historia de este viaje que ellos han disfrutado de todo el valor arquitectónico y artístico que se encierra dentro de este tesoro religioso. 





Existe una Obra de Misericordia, que consiste en enseñar al que no  sabe, y aquí tenemos a nuestra amiga dando información a una pareja que ha perdido el norte en Budapest, mientras otros ríen a mandíbula batiente.





Toda la belleza no se encuentra solamente dentro de la Basílica, el alma de esta Catedral también tiene su ornamentación externa que la enriquece, hay una artesanía hecha filigrana que la rodea en el exterior, los hierros retorcidos magistralmente hacen verdaderas composiciones artísticas, que no solo sirven para enriquecernos, sino también para hacer que descansen nuestros cuerpos, es un lujo poderse apoyar sobre una riqueza ornamental donde la estética grita la sublimidad de un lenguaje que no tiene sonidos.


                                                     Cerrajería artística digna de admirar

-Oiga, señor registrador de fotografías y vídeos, que nosotros no hemos hecho nada que rompa en el encanto de este lugar, solamente hemos querido palpar la joya hecha exquisita estética, y por eso nos hemos apoyado en el cancel. 



-Vale, vale, no se pongan ustedes así, solo era una pequeña objeción.





El cancel no se siente a gusto, hay algo que le está molestando, un elemento extraño de alguien que para entrar en la Basílica, se lo ha sacado de la boca donde lo estaba triturando, y se lo ha adosado a la estructura de hierro.
-¡Pobre baranda, no se merece este regalito! 



La Catedral también habla con lenguaje de bronce, una lengua que toca el paladar donde se encuentra encerrada, para dejar en el aire el sonido bronco de un tenor que suspira dando las horas. 


                                                     La Catedral habla con lenguaje de bronce

        En el silencio  que impone el atardecer, en ese  rumor de alas de mirlos que se ajetrean agitando alas buscando  las ramas de los árboles de mi placeta, para unirse al sueño que impone la oscuridad de la noche, en ese rellano donde descansa la espadaña de mi iglesia, coronada por las campanas agitando sus lenguas de bronce, con el sonido  triste y melancólico llorando por un querer que ha muerto dando la despedida en triste melancolía. 


                                  Campanas de la espadaña. Óleo (40X40). Autor.  José  Medina Villalba. 
                                                                      Iglesia de Santo Domíngo. Óleo 63X42. Autor. José Medina Villalba

        Cuando el astro comienza a despertar ellas anuncian alegres la hora del alba, y se agitan en algaradas de fiesta cuando salen en procesión la Reina que allí habita, o cuando hay que decir a los que vecinos que son las fiestas del barrio. 



Son sonidos lentos, sonidos que rasgan el alma, todos sabemos lo que dicen las campanas cuando hablan, porque su lenguaje es completamente inteligible, a veces se agitan en competencia entre ellas alterando con fuerza sus lenguas de bronce. 


                                      Las campanas de la Iglesia de Santo Domingo

Mis campanas, las campanas de mi barrio hablan todos los idiomas del mundo porque es el esperanto que toda la gente conoce y que se clava en el alma. 


                                                
Después de un rato de religiosidad, donde el espíritu no solo bebe lo que resuma el arte arquitectónico y escultórico, también existe un momento para el recogimiento y el misticismo, encendiendo una vela para dar gracias por un acontecimiento en la vida, suplicando la bondad del Todopoderoso para conseguir algo, o meditando el misterio de la vida. 







Seguimos  caminando, nuestro guía conductor que no solo sabe realizar operaciones de próstata y de todo lo relacionado con su especialidad, sino que maneja a la perfección su hilo conductor de navegar con precisión por una ciudad que pisa por primera vez.
Vamos dejando atrás una serie de cosas que captan nuestra atención, como el rodaje de un anuncio publicitario debajo de una carpa, cuyos guardianes y vigilantes no nos dejan que nos detengamos.







Vendrían después una serie de elementos de madera a modo de olas, para utilización del que por aquí camina, cada cual dándole la utilización que crea conveniente y algunos preguntándose ¿para qué servirán estos artilugios?







Al fondo ya se divisa nuestro nuevo objetivo, por encima de los edificios asoma la cabeza una de las torres de la sinagoga más grande que existe en Europa.  




                                               La gran Sinagoga de Budapest

Encontrarse durante el camino con algún personaje importante en la vida de Hungría no era extraño y  nos dimos de cara con el que fuera Emperador Carlos  IV. 



 Carlos I fue beatificado en Roma el 3 de octubre de 2004, por el papa Juan Pablo II. Las razones de esta beatificación se basan en las tentativas que Carlos hizo por promover la paz en 1917, apoyando la mediación del papa Benedicto XV, así como por sus virtudes cristianas. Según la semblanza publicada por la Santa Sede, el beato Carlos tuvo una gran devoción eucarística y se había comprometido a seguir las enseñanzas de Cristo en su vida privada y pública. También, según la misma fuente, adhirió a la enseñanza social de la Iglesia  las primeras medidas tomadas por él, en tanto como emperador-rey, fueron suprimir el tren de vida de la corte para poder ayudar a la gente más necesitada y adoptar las reformas sociales necesarias. 


                                                          Carlos I de Hungría

Entrar en una sinagoga,  de las dimensiones con la que nos enfrentamos solo se puede dar en Hungría, y allá, sin pensarlo dos veces, nos propusimos entrar para ver lo que da de sí un lugar religioso con todos los respetos que se merece. 









Una de las visitas que más me impactaron, junto con la del Parlamento, fue la de la Gran Sinagoga de Budapest , esta maravilla judía es la segunda más grande del mundo (precedida por la de Nueva York) y es realmente espectacular. 
Parece que está casi encajonada entre la confluencia de las calles Dohány, Karoli, Kiraly y Kerstez, por lo que no es  del todo fácil sacar una buena perspectiva suya. Sus medidas, para que nos hagamos una idea de las dimensiones: 53 metros de largo, 26 metros de ancho y capacidad para casi 3.000 personas, eso sí, con bancos separados hombres de mujeres. Curioso, ¿verdad?
Sobresalen sus dos torres de 43 metros de altura, coronadas por sendas cúpulas.
Situada en Pest, en la parte oriental del Danubio, la sinagoga se construyó entre 1854 y 1859. Durante la Segunda Guerra Mundial todo el barrio que la rodea se  transformó en el gueto judío, y posteriormente en campo de concentración. 





En su parte exterior podemos encontrar el cementerio judío; ahí se enterraron numerosos judíos que murieron de frío y hambre durante la guerra. 





  El Árbol de la Vida, una estructura plateada que simula un sauce llorón y que en cada hoja lleva escrito el nombre de un judío asesinado durante el Holocausto. 










                                                              El árbol de la Vida


 Es muy particular que el cementerio se encuentre junto a la sinagoga porque al contrario que en otras culturas, en el judaísmo nunca se entierran a sus miembros en las proximidades de sus templos. 











El monumento dedicado a Justo de las Naciones. Tras la constitución del Estado de Israel, esta expresión también designa de manera oficial a un programa de reconocimiento y distinción aprobado mediante una ley de 1953 por el  Parlamento israelí. 



 Desarrollado a partir de 1963 por el Yad Vashem, Institución creada para honrar a las víctimas y los héroes del Holocausto, con el objeto de rendir el máximo honor a aquellas personas que, sin ser de confesión o ascendencia judía, prestaron ayuda de manera altruista y singular a las víctimas, por su condición de judíos, de la persecución emprendida por el régimen nacionalsocialista del Tercer Reich alemán y otros afines en Europa con anterioridad y durante la Segunda Guerra Mundial. 










Interior de la Sinagoga de Budapest
La sinagoga contiene elementos poco típicos del estilo judío como un órgano o una cúpula morisca. Destacan las columnas de hierro fundido en la parte de mujeres. 







El interior es francamente impresionante, una imagen  vale más que mil palabras.





Cuando pasas al interior, si eres hombre y no llevas gorro, te entregan una kipá de cartón, como una especie de cono de papel para cubrirte la coronilla. En una de sus tres naves se encuentra el órgano, y también un arca donde se conservan antiguas torás que fueron rescatadas milagrosamente durante el Holocausto. 



También se contiene en la sinagoga el Museo Judío, que cuenta la historia de esta religión en Hungría a través de sus reliquias. 















Cuando se sale de la Sinagoga Dohány, se percibe algo que invade el sentimiento, una sensación de paz por un lado en la forma en la que se imparte la vida religiosa, y por otra un pesar al comprobar los daños que se le infringieron a este pueblo judío. 









La mañana sigue avanzando y nosotros con ella.
-¿Hacia dónde caminamos ahora?
Nuestro especialista en orientaciones y en buscar el próximo objetivo, apoyado en la esquina de la calle, consulta su GPS, pronto daría las pautas a seguir, y prestos todos, siguiendo sus pasos firmes, sabiendo el terreno que pisa, seguimos en pos de de las huellas que nos va marcando.







Arany subido en el podio delante del Museo Nacional, sentado tranquilamente para la eternidad, nos hace dirigir la mirada hacia él y la gran fachada del museo, pero nada más que esto porque el tiempo apremia y hay que seguir caminando, solo se nos permiten unas palabras.  



                                                          Arany János

Frente al edificio del Museo hay una estatua, erigida sobre un gran pedestal del poeta del siglo XIX János Arany (1817-1882). El monumento fue construido por Alájos Stróbl en 1893, destaca por su gran realismo y detalles. 







-¿Y ahora qué hacemos, para dónde tiramos? 



-En aquella dirección dice el otro doctor. 



-Espera Antonio, vamos a ver lo que dice el GPS, no nos precipitemos que aquí un paso mal dado nos puede costar perder la mañana, hay que aprovecharla y sacarle el máximo partido. 



-Adelante dice Mari, no hay que perder un minuto, ahí lo tenemos.


                                                 Ahí lo tenemos dice Mari

Ante nuestros ojos el gran Mercado de Budapest. 





-Vamos. 
-¿Qué esperamos?, allí nos aguardan muchas cosas que ver, probar y comprar.



-Mucho cuidado doctor que en un mercado de esta grandiosidad nos podemos arruinar.
-¡Qué va amigo, tranquilo! 



Cuando a finales del siglo XIX en Europa se experimentó una «fiebre de construcción de mercados», el Gran Mercado de Budapest era uno de muchos, pero hoy es conocido como «la despensa» de la ciudad está entre los mejores de Europa y es un verdadero punto de peregrinaje para los turistas. 







Situado en el centro de la ciudad, junto a uno de los puentes más bellos de la capital, el Libertad, el Mercado Central o Gran Salón del Mercado de Budapest fue diseñado por el arquitecto húngaro Samu Pecz en el ecléctico estilo «historicista» de la época.





 Un  mercado con gran sabor e historia. 





Fue inaugurado en 1897 en medio de la urbe, que vivía entonces un auge de crecimiento y construcción, en una época en la que aparecieron otros importantes edificios, como el majestuoso Parlamento o el emblemático Bastión de los Pescadores, en el Castillo Real. Y entre ellos destaca el de Nagycsarnok que, con su colorido techo, decorado con baldosas de pirogranito de la famosa fábrica húngara de cerámica Zsolnay, forma parte del circuito «obligatorio» de los visitantes de la ciudad.









Hasta los más altos dignatarios que han viajado al país lo han admirado paseando entre los puestos, como el emperador austro-húngaro Francisco José I poco después de la inauguración, y también la princesa Diana de Gales en la década de 1990. 


                                               El Emperador Francisco José I
                                                Diana de Gales

Desde la típica páprika húngara hasta un entrecot curado de Uruguay, pasando por el jamón ibérico, todo se consigue hoy en «la despensa de Budapest», que, con una superficie útil de 22.000 metros cuadrados repartidos en tres pisos sobre una base de 11.000 metros cuadrados, es el cuarto lugar más visitado por los turistas. 





«¡Bellísimo!», exclaman unos granadinos al ser preguntados acerca de su impresión y afirman que hemos pasado más de una hora entre los puestos. 









En verano el número de visitantes llega hasta los 25.000 diarios, de los cuales un 65 por ciento son turistas, mientras que en invierno es de 10.000, un 90 por ciento residentes locales. 







-¡Qué no mujer, que es eso es carísimo!,  en "Graná" te lo vas a encontrar hasta más barato. 
Se escucha decir a uno de los que forman parte del grupo de viaje. 


Renovado en la década de los 90, el imponente edificio de ladrillos y estructura interior de acero ha conservado hasta hoy su función original: sigue siendo uno de los lugares preferidos por muchos budapestinos para adquirir los ingredientes más variados. 







Toda la gama de alimentos básicos se ofrece en la planta baja, donde se centra la mayoría de los 300 puestos, organizados en bloques temáticos: carne, verdura, lácteos... «La demanda para poder conseguir un puesto en el mercado es enorme y casi imposible», entre otros requisitos, se exige una alta calidad de los productos. 





 Seis mercados gastronómicos donde se nos hace la boca agua.
Para los bolsillos más modestos está la llamada «línea pobre» de puestos de precios más bajos, situada a la izquierda tras entrar por el portón principal, mientras que al otro lado, en la «zona rica», se encuentran los productos más exóticos y caros. 





En el primer piso se sitúan las tiendas de regalos, incluidas las de artesanía, y los restaurantes, que ofrecen platos típicos como «gulyás», «lángos» (tartas fritas) o chorizos fritos, acompañados generalmente con un «pálinka» (aguardiente). 



Pero un alto disfrute de esta bebida no es aconsejable ante el riesgo de sufrir mareos, ya que la base del edificio es inclinada. Hay una diferencia de 1,6 metros entre los dos extremos del mercado, que originalmente hacía más fácil llevar los productos desde el lado más cercano al río Danubio, a donde llegaba la mercancía, en bajada hasta los puestos. 



En 2013, el Nagycsarnok fue elegido el mercado más bello de Europa en una votación organizada por la cadena de televisión CNN Internacional. 





Después de contemplar tanta riqueza gastronómica, y de toda clase de enseres, de vestimenta,  decoración, y recuerdos para llevar, en el futuro nos traerá a la memoria, unas horas en el mercado de Budapest, sacando  la huella que se nos ha quedado grabada en la mente.  
La contradicción a todo lo vivido surge al salir al exterior.
_¿Qué es aquel bulto tirado en la calle?
-¡No me lo puedo creer!
En una ciudad, de gran transcendencia y riqueza en medio de una de las vías más importantes de Budapest, entre el barullo de la circulación y de tanta riqueza artística, la miseria humana se arrastra por los suelos, suplicando unas monedas para poder seguir subsistiendo.  


                                                       ¡No me lo puedo creer!

Alguien es objeto de la mirada de los transeúntes, alguien se arrastra cual reptil humano suplicando caridad, pero como en la parábola del “Buen Samaritano”, parece que no existe alma enmascarada en cuerpo terrícola que se apiade del que suplica misericordia. 



Allí yacen en el suelo delante del cuerpo el bastón que ayuda a caminar al desvalido y el vaso de cartón que espera la moneda. 



Existen situaciones en la vida de cada uno, que te hacen reflexionar y meditar, sobre todo cuando contemplas el dolor arrastrándose por el suelo como una babosa que asquea, como el más repugnante de los reptiles, como el gusano que solapadamente medra sobre la hoja podrida, o como el caimán escondido en la maleza esperando dar el zarpazo para arrebatarte la vida. 



Todos, todos escondemos el bulto, sino todos una gran mayoría, somos tan cretinos que miramos hacia otro lado cuando pasamos al lado de la miseria, no queremos contagiarnos de la “lepra”, de las inmundicias del que vive míseramente. 


                                             La indiferencia ante la miseria humana


El llanto escondido y sin sonido de aquel mendigo, llanto que no rueda por las mejillas, llanto que no llega a caer en el asfalto, pero sí llanto que clama al cielo, me hizo reflexionar que para vivir no necesitamos tener un mundo plagado de riquezas, mis lágrimas no eran gotas de lamentos que se perciben en el exterior,  sino secreción triste que rodaba por mi pensamiento. 



Los que duermen bajo sábanas de periódicos y cajas de cartón, despojos de las tiendas, con anuncios de letras apenas poco legibles, que no necesitan su lectura porque es la voz que clama desesperadamente la ayuda, allí se hermanan  la dicha y el padecer, cuando pasa una señora, abrigo de bisón, bien perfumada, en contraste con el hedor que desprende el menesteroso pordiosero.



Diligentes nuestros pasos volviendo la vista atrás, contemplando donde la pobreza y la miseria se han situado a la puerta de la abundancia, vamos caminando hacia nuestro anclado barco de recreo.



-¡Vamos, reportero, que la hora se nos echa encima!, es el canto con una sola estrofa, de dos elegantes y encantadoras señoras que me animan  aligerar la marcha.  


                                            ¡Vamos, que la hora se nos echa encima!

De esta guisa anclamos sobre otro, que está fondeado aferrado al borde del muelle, para de nuevo mientras nos regodeamos en su intestino continuar rumbo hacia otro destino Bratislava.



Llegó la tarde, una tarde donde imperaría la relajación, la conversación, la amistad, y una serie de actividades a bordo.
  Escuchar las palabras de nuestras guía, con elegancia, paseando lentamente, contorneando su cuerpo, dejando las palabras en el aire, y la visión de los oyentes prendados  de los leves movimientos de su cuerpo, sería el comienzo de vísperas de un crepúsculo que empalmaría con una noche de plenitud de fiesta,  derroche de euforia, alegría y vehemencia, jolgorio que sería el interruptor que daría fin a una intensa jornada.  






-¿Un cuento de hadas, lo que nos narraría nuestra guía, para comenzar la tarde?
- No, pero sí de los amores y desamores en Palacio, de las aventuras de la que fuera emperatriz Sissi, y una serie de anécdotas que mantuvieron la atención del auditorio durante un buen rato.
Francisco José se enamoró de Isabel cuando la vio tan mona, tan jovencita aunque estaba predestinado para casarse con la hermana; Isabel no estaba preparada para ser la emperatriz de uno de los imperios más grandes de Europa. 


                                                             Sissi
 Durante un año la estuvieron preparando en  todo el protocolo que exige la Corte, sus relaciones con su suegra anduvieron entre dos aguas, se complicó más cuando Sissi quiso meterse en la política, lo que le obligó a conocer y practicar varios idiomas, incluso el húngaro, idioma sumamente complicado. 


                                                         Isabel de Austria

        Entre los varios amantes que tuvo Sissi, porque tuvo varios, el que más suena es el Conde Andrássy, entre ellos hubo una gran amistad. 



                                                           El Conde Andrássy

       Los matrimonios en aquella época eran matrimonios de conveniencia, por lo que no estaba mal visto el que la realeza tuviera uno o varios amantes, e incluso era normal en las fiestas de palacio invitar a los amantes, aunque no se sentaran en la misma mesa. 
                                                   Sissi y Ludwig II eran amantes

        Se utilizaba bastante el lenguaje del abanico y cuando una dama quería romper la relación con su amante tiraba el abanico al suelo y si éste lo recogía y se lo entregaba la relación había quedado terminado. 

La entrada de Sissi en Palacio no empezó desde el primer día muy bien, Sissi le había quitado el novio a la hermana y ella misma reconoce que el día de su boda fue el peor de su vida, ya que se da cuenta de la gran responsabilidad que se le venía encima. 


                                                   Boda de Sissi y Francisco José

Desde el principio se dedica a tener relación con el pueblo visita hospitales y adquiere entre la gente el título de “Reina de Corazones”. 



Sissi empeñada en ser una Emperatriz perfecta comenzó a cuidar su cuerpo, solo comía carne cruda triturada, sangre, pescado a la plancha y alguna cosita más. Esto repercutió enormemente en su físico se le empezaron a caer los dientes.


                                                 Sissi a la edad de dieciséis años

       Isabel de Baviera fue una mujer rebelde, obsesionada por la belleza, cuya vida estuvo marcada por la tragedia. 



       El 10 de septiembre de 1898, un anarquista italiano la asesinó clavándole un finísimo estilete en el corazón. 


                                                    Asesinato de Sissi
     
        Rebelde frente al protocolo, ante el conservadurismo, con unos ideales románticos y alejados de los conceptos de la época, y una vida que evolucionó desde la libertad que supone crecer en medio de la naturaleza, al luto y al negro de los asesinatos y la tragedia. Así fue la vida de lsabel de Baviera, más conocida como Sissi, la emperatriz de Austria, cuya vida -y leyenda- se ha convertido en un tema recurrente y atractivo para el cine, con las películas interpretadas por Romy Schneider, la literatura e incluso las series de televisión. 





¿Le robó el novio a su hermana?
Isabel nació en la ciudad de Múnich en 1837. Su padre era Maximiliano  duque en Baviera, y procedía de una rama menor de la Casa de Wittelsbach; su madre, Ludovica de Baviera, era hija del rey Maximiliano I de Baviera y, por tanto, princesa real de Baviera. Sissi y sus hermanos crecieron en un castillo, donde apreció a disfrutar de los entresijos de la naturaleza y la vida sencilla, lejos de los lujos vida urbana.



A los 16 años, Isabel acompañó a su madre y a Elena, su hermana mayor, a quien apodaban Nené, en un viaje a la residencia de verano de la Familia Real de Austria. Allí les esperaba Francisco José, emperador de Austria, en un encuentro que estaba organizado para que Elena y su primo, porque Francisco José era hijo de Sofía, hermana de Ludovica, se comprometiesen. 

                                                       Elena, hermana de Isabel

       Sin embargo, el emperador no se enamoró de Elena, sino que no pudo mirar a nadie que no fuese Sissi. Incluso Sofía, la madre de Francisco José, también quedó prendada de su sobrina y futura nuera, tal y como reflejó en su diario: "¡Pero qué mona es! Se la ve fresca como a una almendra cuando se abre. Tiene los ojos dulces y hermosos, y sus labios parecen fresas". 


                                                 Sissi a la edad de dieciséis años

Todos se dieron cuenta del romance que ahí acababa de nacer y al día siguiente, su madre, Ludovica, le preguntó a Isabel si se veía capaz de "amar al emperador". Ella, con lágrimas en los ojos, asustada por el vértigo de la situación, respondió que haría todo lo posible para lograrlo. Durante toda su vida, Francisco José amó con locura y admiración a la mujer rebelde, culta e ilustrada. 



       Sissi desembarcó en la corte de Viena tras casarse con el emperador de Austria, en un mundo conservador, lujoso, en un Imperio convaleciente; y eso, según los historiadores, fue el inicio de la transformación de su alma rebelde en un ser ensimismado en el ideal de belleza, la alimentación -algunos la colocan como la precursora de enfermedades como la anorexia y la bulimia- y en la alergia a la vida pública. 



      Tuvieron cuatro hijos: Sofía Federica, que murió a los dos años aquejada de tifus, Gisela, Rodolfo, el heredero de la Corona; y María Valeria; y su matrimonio con Francisco José fue complicado, especialmente por las intromisiones de su suegra, Sofía, que quiso desde el primer momento influir en la educación de sus nietos. La muerte de su primogénita fue el inicio de una depresión que de ahí en adelante oscurecería la vida de Sissi. 


                                                            Rodolfo, 
                                                               Gisela
     
        Sissi tenía una gran amistad con su primo hermano Luis de Baviera, se iban por la parte trasera del palacio a una casita y tomaban cocaína cosa que estaba bien vista entre la realeza, no entre la gente del pueblo.

                                                             María Vetsera

       -La muerte de su hijo: ¿suicidio o complot?
     Pero Sofía Federica no fue la única hija que perdió Isabel. En 1889, el príncipe Rodolfo, a los 30 años, inestable psicológicamente después de una formación militar muy dura y estricta, convenció a su amante, la joven baronesa María Vetsera, para que se quitasen la vida. El acontecimiento se conoce con el nombre de 'crimen de Mayerling', el refugio de caza donde tuvo lugar la tragedia.


                                                             La Tragedia de Mayerling
       
       "No he podido resistir al amor". 126 años después de que María Vetsera se suicidase junto a su amante Rodolfo de Habsburgo en 1889, se encontraron sus cartas de despedida en una caja fuerte de un banco austriaco. 
       Considerado como uno de los más románticos del siglo XIX, el doble suicido de Rodolfo de Habsburgo, hijo del emperador Francisco José de Austria, y de su joven amante la baronesa María Vetsera, el 28 de junio de 1889, en el refugio de caza imperial de Mayerling, cerca de Viena, inspiró innumerables películas, novelas y obras de teatro. 
              
                                                  María Vetsera, amante hasta la muerte

        Pero a excepción de una nota de despedida escrita por Rodolfo a su esposa Estefanía, ninguna carta original había sido conservada. 


                                              Carta de despedida de Rodolfo a Estefanía

        Un reciente inventario de los fondos del banco privado Schoellerbank, que fue revelado, dio a conocer sin embargo un portafolios de cuero, depositado en 1926, y que contiene fotografías así como tres cartas de despedida manuscritas por María Vetsera.
"Querida madre/Perdona lo que hago/No he podido resistir al amor/De acuerdo con Él, quiero ser enterrada a su lado en el cementerio de Alland/Soy más feliz en muerte que en vida", escribió la joven en una carta a su madre. 

                                              Rodolfo y Vetsera

       El contexto exacto del suicidio con pistola del príncipe heredero austriaco y de su amante no se conoce totalmente, y la hipótesis de un doble asesinato fue considerada durante mucho tiempo. 


                                                  Vetsera y Rodoldo

       Según algunos investigadores, Rodolfo de Habsburgo, de aspiraciones liberales, se sentía ahogado por su entorno y por su matrimonio, se volvió adicto a la morfina y padecía sífilis. 


                                                                   Rodolfo

      María Vetsera sólo tenía 17 años en el momento de su muerte al lado de su amante, 13 años mayor que ella y a quien conoció unos meses antes. 

                                                             Vetsera

        No obstante, la teoría de que el heredero se quitó la vida sigue siendo la más creíble, ya que existe una carta de despedida escrita supuestamente por él mismo donde explicaba que "solo la muerte puede salvar mi dignidad" tras ser acusado de conspirar contra su padre. 



       El fallecimiento de su hijo acentuó la depresión de Sissi, que se aisló del mundo en un palacio de verano en Corfú (Grecia) construido para ella. A partir de ahí el negro del luto fue el color que inundó su vida, que acabó también de forma trágica, con un asesinato. 



      En 1898, mientras paseaba por el lago Lemán de Ginebra, Isabel se topó con un hombre. Un encontronazo brusco, que la empujó al suelo. Ligeramente aturdida, consiguió reemprender su camino, hasta que cayó mareada minutos más tarde. Cuando le desabrocharon el vestido para que pudiese respirar mejor, un reguero de sangre brotaba del pecho, justo a la altura del corazón: el hombre, un anarquista italiano de nombre Luigi Lucheni que sería condenado posteriormente a cadena perpetua, le había clavado un finísimo estilete en el miocardio. 



Sissi murió ese mismo día, y con ella se fue una mujer alérgica a las concepciones del siglo XIX, una emperatriz que quería ser libre y cuya vida se convirtió en una maldición tras llegar a palacio. 


                                                       Luigi Lucheni

         -El Danubio Azul.
- ¿Es cierto que no es azul?
-Vamos a ver si solo es verde esmeralda, como hasta ahora nos has contado, señor escritor, y que solo es azul para los enamorados.
-Pues querido lector, que hasta ahora me estás siguiendo en el viaje, aquella tarde era tan espectacular y emocionante con toda la historia de Sissi, que todos los asistentes estábamos enamorados.
-¿Pero de qué?
-Pues, unos de lo que se nos contaba, otros del estado de ánimo, otros de la amistad que  crecía por momentos, otros de la esposa, otros de la persona querida que se había quedado en España, el caso es que todos sorprendidos estábamos contemplando la realidad de un Danubio Azul. 



                                                      Las cámaras son testigos de que el Danubio  
                                                                                              esa tarde era azul

Pero la tarde continuaba sin dar tregua, todo lo hasta ahora presenciado en estos días ha tenido su  encanto, incluso yo me atrevería a decir, un sabor dulce especial, porque los sabores no solo se perciben a través de las papilas gustativas, sino a través del paladar del alma que sabe de sentimientos.
La jefa de cocina del crucero nos va a enseñar cómo se confecciona un postre austriaco, llamado kaiserschmarren. Si estás interesado en confeccinarlo, aquí te dejo el recetario y la explicación con todo detalle. 










La tarde, aquella tarde de relajación pero al mismo tiempo de tanta intensidad que estábamos viviendo y compartiendo, se transmitía sin que nos diéramos cuenta al exterior, aditamentos fundamentales de calor intenso que sazonaba y al mismo tiempo se cocía haciendo crecer el afecto y la amistad. 



       Aquel que con tanta intensidad brilla y nos da calor durante el día, en el ocaso sentía envidia y no se quería marchar para dejarse caer en la cuna de la noche, y se agarraba fuertemente a las cortinas del salón donde nos encontrábamos, para disfrutar de aquella fiesta de charla, pastel y música.


                                                 El Sol sentía envidia y no se quería marchar

Más todo había sido un comienzo, el preludio de lo que a continuación se cernía sin que nos diéramos cuenta, era como estar comiéndose un rico hojaldre, paladeando el sabor de los primeros mordiscos, cuando antes de seguir  para  enriquecer nuestro gusto,  ha llegado otro nuevo exquisito manjar.  
El salón por momentos se quedó en silencio, las miradas se dirigieron a un lugar donde una señora días pasados, ya nos había abierto el apetito cuando le escuchamos dejando en el espacio que nos rodeaba, la voz maravillosa de una canción que a todos nos dejó completamente asombrados.
Como una gran estrella del cante, majestuosa y elegante, blusa blanca  de encaje ajustada al busto, falda que se agitaba al ritmo de la canción, con suaves y parsimoniosos movimientos, acompañados por los de las aguas azules  que corrían enamoradas de la canción, y del distinguido cuerpo, bello rostro, cabello rubio y flequillo bamboleándose sobre la frente, nuestra gentil dama al alimón, cantaba con Luciano que animaba al público a aplaudir. 



“No sé porqué te quiero, será que tengo alma de bolero, tú siempre buscas lo que no tengo, te busco en todos y no te encuentro, digo tu nombre cuando no debo.
No sé porqué te quiero, si voy a tientas tú vas sin freno, te me apareces en los espejos, como una sombra de cuerpo entero, yo me pellizco y no me lo creo”…..


Un aplauso cerrado acompañado de algunos “bravos”, fueron el telón que ultimó una faceta más de la tarde, junto con la potente voz de nuestro tenor. 




Había que preparar bien el estómago con una cena que soportara generosamente lo que la noche seguiría trayéndonos a colación. 






                                                         La cena de aquella noche.

Nuestro gigante, jefe de los guías de esta hornada, escucha atentamente la conversación de los doctores que aún siguen con el tema de las esclusas, mientras que en la mesa las damas en amena conversación esperan la llegada de los alimentos.  





Siempre presente la sonrisa de Teresa, nuestra orientadora, pendiente de todos los actos y acontecimientos, preocupada por cada uno de los que participamos en este crucero. 


                                          La amabilidad y sonrisa de Tere, siempre pendiente de todos

La noche continuaba y los sucesos que a todos nos sorprenderían.
Se levanta de nuevo el telón del escenario para presentar una nueva obra, en esta serie de representaciones que durante todo el atardecerse han ido sucediendo.
El argumento ingenioso y muy bien representado por actores que fueron elegidos libremente entre el público, supieron cumplir a la perfección el papel que se les encomendó. 

Argumento de la representació:
El rey le dijo a su cochero que preparara la carroza y los caballos porque la reina quería dar un paseo, durante el trayecto uno de los caballos comenzó a cocear porque se le había clavado un pincho, después de solucionado el problema volvieron a palacio y el cochero devolvió los caballos a las cuadras.



Un argumento tan simple estuvo lleno de hilaridad, porque cada vez que el narrador decía el nombre de cada uno de los personajes, tenían que levantarse y hacer el papel encomendado. Todos cumplieron a la perfección su labor. 



Nuestro cochero con su buen humor, chistera bien colocada y su “arre, arre”, pronunciado con un énfasis especial, cada vez que lo decía, una cascada de  carcajadas salían de las bocas de los espectadores.  
Otro tanto ocurría con el relincho de los caballos, podían darle lecciones a las mejores caballerías, la elegancia con la que la reina simulaba echarse la melena hacia atrás, el rey con voz autoritaria y demás actores, todo un compendio de perfección y bien hacer,  fueron la admiración de los presentes,


                                            Nuestro cochero, con chistera y su "arre, arre".

e hizo que las carcajadas se sucedieran una detrás de otra. Las palabras en este momento huelgan, los  vídeo te harán ver la realidad. 




El espectáculo continuaba, el barman hizo  una demostración con dos botellas , haciéndolas  volar y girar por los aires como si fuera una noria  sin conexión entre los dos elementos, pasándolas por delante, por detrás y haciendo toda clase de malabarismo que nos dejaron a todos asombrados,  sin que ninguna cayera al suelo.   






Nuestra cantante saldría de nuevo a escena para conseguir deleitarnos con una nueva canción que sería la admiración de todos.
“Toda la vida estaría contigo, no me importa en qué forma, ni como ni cuando, pero junto a ti”…. 







A continuación, comenzaría otro gran espectáculo, quiero recordarte, querido lector, que en uno de los días anterior se suscitó una escena al salir por la mañana del crucero, una embarazada clamaba ante todos los presentes su estado, y esta noche se va a celebrar el acto nupcial donde de nuevo va aparecer nuestra embarazada, creándole un grave problema al novio, al que parece ser le quieren cargar “el muerto”. 





Entre discusiones, carreras, dimes y diretes, sin saber si el culpable de aquel embarazo era el novio.
-¿Sabes de quién era  el espermatozoide, que originara este desaguisado? 


-Los vídeos te lo aclararán. 







Todo terminaría felizmente aclarándose quien fue el embarazador que embarazó a la novia  y finalmente  el baile comenzó a funcionar.  








Éste sería el epílogo de un día donde se ha mezclado, el buen hacer de la mañana pateando Budapest por libre, y una serie de actos por la tarde dentro del crucero que hicieron las delicias de todos. 
Y vamos a por el sexto día. 
















                                  José Medina Villalba.