¿Con qué palabra más extraña va usted a comenzar
este archivo, señor escritor, que es lo
que pretende? Puede ser la interrogante
que surja en la mente de algún lector, pero no se asuste, que aunque en el
camino y largo recorrido que nos depara este archivo van a aparecer algunos
diablillos, algunos troles,
Un trol
que siempre fueron los enemigos de los dóciles y
amables nomos, será mucho más el gozo y el deleite que intento manifestarte si
tienes las energías suficientes para acompañarme en un viaje a Noruega.
Usted, mi querido amigo y lector, sabe perfectamente por donde voy, al usar como título esta palabra, máxime si ha tenido la grata y extraordinaria experiencia de haberlos visto, haber navegado por sus entrañas y haberte deleitado en sus paisajes y emocionantes sorpresas que al caminar por su entresijos te hayan ido deparando.
Esperando el momento de partir
Eran las seis de la mañana de un veintiséis de junio, cuando bajo una marquesina en Severo Ochoa, se escuchaba el rastreo de las ruedas de las maletas de coloridos diversos, en una mezcla de macutos y bolsos a las espaldas, y taxis que llegaban, uno tras otro, con los pasajeros dispuestos a la nueva aventura, una mezcolanza de rompecabezas de un amanecer, con cantos de jilgueros, luces de vehículos, y voces entrecortadas de saludos con una ilusión contenida, que en el trascurso de los días se irían haciendo realidad.
Van llegando los expedicionarios
No nos habíamos recuperado prácticamente del viaje a Rumanía cuando ahora nos íbamos a Noruega.
El caminar, del que lo hace llevando por calzado varias
yantas de goma, tenía marcada una meta llegar temprano al aeropuerto de Málaga
con todos los trámites que eso conlleva.
El `paisaje va lentamente despertando
Mientras el paisaje va lentamente despertando, las
gavillas de alpaca vestidas de amarillo mortecino esperan la recogida, las
siluetas de las montañas van dejando el gris de la nocturnidad para irse
vistiendo con el oro del sol que las acaricia y las gayumbas, aquellas que
pregonaban en tiempos pasados las mujeres:
Gayumbas asomaban sus cabecitas
-¡¡¡Niñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas, gayumbas para los jarros!!!, asomaban sus cabecitas al borde de la carretera.
Gayumbas
Mientras tanto, lo de siempre.
-¿Y qué es lo de siempre?
Pues, ¡qué va a ser!
- Ese es mi asiento, el veintinueve.
-¡Mire señora!, este es mi asiento.
-Yo fui la primera
en reservar plaza y ahora me mandan….
- Bueno, todo esto es lo normal, porque es raro el
viaje que no sucede el mismo tema.
Saludos de
Maite la jefa de viajes Barceló, con los deseos de un buen viaje.
Maite, jefa de viajes Barceló
Los trámites reglamentarios en el aeropuerto y esperando salir volando, con dirección a Oslo.
En la espera de embarcar
Metidos en el vientre de una enorme águila metálica contemplamos el paisaje, en la lejanía los gigantescos Mulhacén y Alcazaba, y toda una nación arropada con el color ocre de una sequedad que la invade, mientras daríamos paso al azul de un mar y el verde cetrino de otros nuevos paisajes.
Desde las alturas, somos los dominadores de aquellas
que se creían únicas en el espacio, algodonosas unas veces, y en otras
ocasiones como fantasmas que deambulan por el firmamento, otras como rebaños de
ovejas, sin pastor que las guíe, siluetas de costas y ríos serpenteantes como
culebrinas a modo de cintas que bordean y atraviesan campos, pueblos y
ciudades.
Rebaños de ovejas blancas
Ríos serpenteando como culebrinas
Son mapas cartográficos para consultas instantáneas, porque las hojas de este enorme volumen geográfico se suceden unas detrás de otras rápidamente.
Los azules se mezclan con los blancos
El ala de nuestro monstruo metálico siempre al alcance de nuestra vista, es nuestro compañero de viaje del exterior, porque en el interior vamos doscientos pasajeros, nos anima a seguir visualizando el paisaje, estamos llegando a nuestro destino, sobrevolamos Honefoss un pueblecito de Noruega cuyo río Begna forma las cataratas de Hone.
El ala de nuestro monstruo metálico siempre al alcance de nuestra vista, es nuestro compañero de viaje del exterior, porque en el interior vamos doscientos pasajeros, nos anima a seguir visualizando el paisaje, estamos llegando a nuestro destino, sobrevolamos Honefoss un pueblecito de Noruega cuyo río Begna forma las cataratas de Hone.
Cataratas de Hone en el Río Begna (Honefoss)
En un momento a nuestros pies Jevnaker, Feiring, Rahoit, Nannestad, mientras las nubes se quedan allá arriba y nosotros nos da la impresión de que nos vamos a tragar todo el verdor del bosque que tenemos a nuestros pies mientras vamos tomando pista, hemos llegado a nuestro destino.
Da la impresión que nos vamos a tragar todo el bosque
Aterrizaje perfecto en Oslo y comienzo de nuestra
nueva aventura.
Caminando en busca del la maleta
Como un carrusel girando de forma continua, avistamos a nuestra compañera la que nos va a acompañar, compinche inseparable de la que dependemos totalmente, porque porta todos nuestros útiles para estos nueve días.
-¿Mi maleta?
-Aquí la tienes.
Sufridora ella sola soportando en silencio y sin quejarse los traslados de un sitio para otro, la oscuridad de una bodega apretujada contra otras, recibiendo golpes sin compasión, aquellos que le suministran los encargados de sus traslados, pero siempre fiel servidora.
Estamos en Oslo, aunque te parezca mentira hemos
reducido cuatro horas de vuelo a los leves minutos que has tardado en llegar
hasta este punto de lectura.
El serpentín inclinado es la rueda que gira
continuamente mostrándonos los equipajes a modo de una pasarela de desfile
continuado, de modelos convertidos en valijas que cada pasajero va recogiendo.
Mateo, nuestro guía, nos saluda y va dando todas las
instrucciones con respecto al primer día, entre los consejos:
-No comprar agua, el agua del “alcalde” es la mejor. Pagar siempre con tarjeta aunque sea la más mínima compra, nos encontraremos muchas obras en las carreteras porque en Oslo se aprovecha el verano, para realizar este tipo de trabajos.
-No comprar agua, el agua del “alcalde” es la mejor. Pagar siempre con tarjeta aunque sea la más mínima compra, nos encontraremos muchas obras en las carreteras porque en Oslo se aprovecha el verano, para realizar este tipo de trabajos.
Trayecto desde el aeropuerto al hotel. Presentación del guía Mateo
El verde es el color predominante que vamos
observando en esa paleta enorme que nos muestra el paisaje, mezclado con
algunas leves pinceladas de ocre, mientras Mateo nos escenifica cómo es este
decorado: el sol se pone en este tiempo a las once y media, para dar paso a la
noche que no existe como tal, solo hay
luz, la tenebrosidad de la oscuridad hace honor a su ausencia, siempre nos vamos a
encontrar con claridad.
En cambio en
el invierno los días son oscuros, los paisajes nevados, el olor del humo de las
chimeneas y las casitas diseminadas por el paisaje con lucecitas en las
ventanas, muestran verdaderas estampas navideñas, todo se manifiesta en un
conjunto de escenas donde el calor humano es el principal protagonista.
Bergen en pleno invierno
Noruega es un país de poca población, que se haya
diseminada por su extenso territorio.
En el trayecto de treinta kilómetros hasta llegar al
hotel nos iríamos dejando atrás Jessheim, Klofta, Frogner, Skedsmokorset,
Nitelva, Skjetten, Lorenskog, mientras Mateo nos anuncia como va a ser el
programa que vamos a desarrollar en éste primer día.
Era un placer ir contemplando a través de la
vidriera que me separaba del exterior, la gama de colores que, como un film,
iban pasando delante de mis ojos.
Allí estaban los verdes oliva, esmeralda, mayo,
enebro, salvia, musgo, helecho…., y en determinados momentos surgían otros,
porque se mezclaba el amarillo de las praderas con el azul del cielo y aparecía
el verde más fantástico.
El gran Hotel Scandic Vulkan,
Hotel Scandic Vulkan
sería nuestro primer alojamiento,
y después de haber alimentado el espíritu con una ensalada de verdes, en el
recorrido paisajístico había que alimentar el cuerpo con un amplio bufett.
Hay que estar un poco
avispado para ir encontrado todo aquello que crees debe llevar un orden: la verdura,
la carne, el pescado, y a propósito de pescado, empezaría a aparecer el salmón
del que nos traeríamos un grato recuerdo durante los días que hemos pasado por
estas tierras, completamente llenas de luz, porque el resplandor y la claridad,
se van a hacer presentes durante las veinte y cuatro horas del día.
Pero no hemos venido con otro objetivo sino con el de
disfrutar de las ciudades y de los paisajes, así que prestos a salir
para patear un poco la ciudad, Oslo, la capital de Noruega, e ir haciendo el pre calentamiento
para la visita que le haremos al día siguiente.
Dispuesto a conocer Oslo, pero, ¿con la vaca? ¡No, hombre!
La tarde callejeando por Oslo.
Te empiezas a dar cuenta, mientras vas paseando que
estás en otro mundo, que allí existe otra forma de vivir: la perfecta
colocación de las bicicletas que están para que
los usuarios las utilicen
Respeto por las cosas puestas al servicio de la gente
correctamente, las viviendas parecen postales, de las que en más de una ocasión hemos utilizado para felicitar en otros tiempos, porque ahora el WhatsApp está a la orden del día, todo muy rápido, sí, pero muy lay.
Las viviendas parecen postales
La madera lamiendo las paredes en tiras verticales, tejados sumamente inclinados para soportar durante los largos inviernos, la pesada carga de la nieve, amplios ventanales, sin rejas carceleras, -una buena señal de respeto a los bienes ajenos- el verdor y el colorido de las flores presentes, en cada rincón convirtiendo las calles en jardines dentro de la ciudad y de cada una de las viviendas.
Las calles se convierten en jardines
Escasa circulación de vehículos y papás que se
permiten transportar a sus bebés en carritos
caseros que ponen una nota de color.
Hay un dorado especial en los eternos atardeceres,
el sol se ha abigarrado a las fachadas de los edificios, en un fuerte abrazo amoroso
de tal manera, que parece que se va a ir eternizando, y muriendo lentamente.
El sol abigarrado a los edificios, en un abrazo amoroso, no se quiere marchar
Hay lectores que se han eternizado leyendo en plena calle.
-¿Será esto una invitación a la lectura, o un monumento dedicado al lector?
No hay nada mejor que la lectura; la escultura en bronce, un homenaje muy bien merecido, y un gran tributo.
Nuestra guía, Mateo, el que nos va acompañar durante
estos nueve días, llegado a un lugar, se detiene y nos da unas pistas de lo que
podemos contemplar exteriormente para que nos vayamos familiarizando con la ciudad
porque, al día siguiente, la guía local nos lo mostrará con todo detalle.
Fue un paseo liviano, relajante y de observación
contemplando de primera tacada, la limpieza, el colorido de las innumerables
macetones repletos de toda clase de flores que inyectaban en el ánimo una
sensación enorme de placidez, máxime
cuando las damas eran un buen complemento humano a la floresta y al juego de
olas marinas que cubrían el suelo.
La cámara de nuestro Phone 8 Plus, con las ansias de captar todo lo que le sale
al encuentro, no para de disparar, con el estilo y la enorme calidad de los
fotogramas que nos va dejando.
El Parlamento, la Universidad, y el gran teatro,
no nos pasarían desapercibidos.
Primera ojeada a algunos de los edificios más importantes
Llegó la mañana y después de un desayuno, que a decir verdad, se sale de lo normal y nadie devora en los amaneceres los manjares en cantidad, de lo que en los bufes se nos manifiesta, pusimos nuestros pies en la calle, deseosos de conocer lo más importante de Oslo.
Sara, la guía local, nos va a dar toda la información de lo que vamos a ver esta mañana, mientras vamos caminando sentados en nuestros respectivos asientos, del autobús: Parlamento, Ayuntamiento, las dos bahías con sus edificios representativos, Palacio Real, la Universidad, el parque de Gustav Vigeland,
En el museo de Vigeland
que es el museo de las esculturas al aire libre, el más visitado de Noruega, percibiremos la grandeza de las obras que se encuentran allí, y el olor de los tilos que ahora aromatizan todo este escenario.
Museo de los Vikingos
El museo de la embarcaciones Vikingas, con sus tres
originales del siglo IX, rescatadas de las aguas puras y cristalinas del fiordo
de Oslo.
Museo de las embarcaciones Vikingas
Museo de las embarcaciones Vikingas
El Museo Folclórico, con una representación de las costumbres noruegas. Una iglesia de madera original del siglo XIII.
Caminamos hacia el fiordo de Oslo y vamos viendo los nuevos edificios que van surgiendo
algunos de ellos sin acabar.
El edificio Financiero de Oslo, llamado código de
barras por el aspecto que ofrece a la
vista.
En esta bahía se encuentra todo prácticamente en
construcción. Era el puerto más importante por donde se recibían todas las
mercancías. El proyecto de este gran fiordo, la idea principal es acercar
el fiordo a los ciudadanos, recuperar toda la bahía y que se convierta en el centro cultural de la ciudad.
Rascacielos, código de barras en Oslo
Rascacielos, código de barras en Oslo
La sede del ballet de la Ópera de Oslo, que tiene
varias particularidades, entre ellas los materiales empleados como el blanco
mármol traído de Carrara.
Sede del ballet de la Ópera de Oslo.
la gran Biblioteca Nacional y el Ayuntamiento donde se hace entrega del Novel de la Paz.
Biblioteca Nacional
Sede del ballet de la Ópera de Oslo.
la gran Biblioteca Nacional y el Ayuntamiento donde se hace entrega del Novel de la Paz.
Biblioteca Nacional
Hay una diferenciación entre el Oslo del Este con el del Oeste, ustedes se encuentran en un barrio típico, y pintoresco, junto al hotel bajando unas escaleras, podrán encontrar el edifico del mercado, junto al río, lo que fue años atrás sede de importantes fábricas.
Mercado
La guía con voz melódica, nos irá relatando los
diversos edificios por lo que vamos pasando tales como: el Nuevo Museo del arquitecto, Herreros, el
Palacio Real y el edificio de la Guardia Real,
Palacio Real de Oslo
el Edificio de la Resistencia Noruega, el Museo de Arte Contemporáneo que se encuentra en una isla llamada de “Los Ladrones”,
Museo de Arte Contemporáneo
el Castillo de Oslo que ha tenido distintas ocupaciones en el transcurso del tiempo, donde está el Mausoleo Real, el Museo de Arquitectura, el Parlamento Noruego,
Parlamento Noruego
constituido por ocho partidos políticos, predominando la derecha, el café centro de reunión de los literatos, poetas, artistas, donde hacía acto de presencia el pintor Edward Munch autor del cuadro “el Grito”.
Edward Munch
Palacio Real de Oslo
el Edificio de la Resistencia Noruega, el Museo de Arte Contemporáneo que se encuentra en una isla llamada de “Los Ladrones”,
Museo de Arte Contemporáneo
el Castillo de Oslo que ha tenido distintas ocupaciones en el transcurso del tiempo, donde está el Mausoleo Real, el Museo de Arquitectura, el Parlamento Noruego,
Parlamento Noruego
constituido por ocho partidos políticos, predominando la derecha, el café centro de reunión de los literatos, poetas, artistas, donde hacía acto de presencia el pintor Edward Munch autor del cuadro “el Grito”.
Edward Munch
Oslo es una ciudad verde, llueve continuamente durante todo el año. Hay prados, zonas verdes, parques en abundancia y un inmenso bosque, las dos terceras partes de Oslo son zonas verdes, sin embargo este año el césped amarillea hemos tenido temperaturas altas de hasta 25º en el mes de mayo.
Noruega es el país del agua, sin embargo los sistemas de riego no permiten realizar esta misión, porque no están preparados ya que no lo necesitan. Tenemos 343 lagos, el agua es extraordinaria, no compren agua, para beber. La temperatura media durante los meses de julio y agosto es de 22º. Durante este tiempo no hay noche, amanece a las cuatro menos cuarto.
En cambio en invierno, en diciembre el sol se oculta
a las tres y media, amanece a las nueve, la temperatura media es de menos 5º
llegando incluso hasta los menos 20º. La ciudad está completamente cubierta de
nieve.
Se practica mucho, el esquí de
fondo, por todos e incluso por personas mayores de ochenta años. Tenemos 2.500 km, para esquiar, debido a que
se hace de noche tan temprano, tenemos 500 km iluminados hasta las diez de la
noche, además de una estación de esquí.
El parque
de Vigeland, o Parque de las esculturas, probablemente el
parque más famoso de Noruega, es un área en el
interior del Frognerparken, situado al
oeste del centro de Oslo, capital del país.
Creado por el escultor noruego Gustav Vigeland entre
los años 1907 y 1942 por encargo del ayuntamiento de Oslo. Es una exposición
permanente de las esculturas de Vigeland de entre los años 1926 y 1942. El Parque de Vigeland ocupa una extensión de cerca
de 32 hectáreas. La superficie del parque se articula en cinco áreas sucesivas:
La mayor atracción del parque es el Monolito (“Monolitten”), que es un bloque único de granito que se alza sobre una plataforma octogonal escalonada, tiene 17 metros de altura, y está esculpido con 121 figuras humanas desnudas y entrelazadas.
En la vida, se pueden recibir muchas
sensaciones que te embelesen, te fascinen, y que te cautiven, pero hay que ir
allí y contemplar este maravilloso espectáculo de grandeza escultórica en plena
Naturaleza, para experimentar, y ver la realidad de un espectáculo petrificado
que tiene vida propia, que habla por sí solo, y nos va a mostrar la realidad,
en el caminar de la existencia, desde las raíces hasta la tumba.
La mañana era
espléndida, el sol daba más fuerza lumínica a aquel escenario, y queríamos
dialogar con todos los modelos hechos piedra o bronce, posando junto a ellos,
como mariposas saltábamos de un lugar para otro mirando y acariciando a todos
los que como moles gigantescas permanecen en un día eterno, que comenzó con el
primer modelado en el taller del autor, para quedar allí para siempre, mientras
Noruega continúe en este lugar y el mundo siga siendo lo que es.
Una alfombra de intenso verde acogía nuestras
pisadas mientras ante nuestros ojos se nos ofrecía en la distancia un
espectáculo de actores inmóviles, en una armonía donde jugaba el cielo, con
cortinas y encajes de nubes.
La rueda de la vida en lo alto de un
enorme pódium de mármol, haciendo el número más espectacular que podrían
realizar los mejores malabaristas del “Mayor Espectáculo del Mundo”.
Esta es la Rueda de la Vida
Esta es la Rueda de la Vida
Sara, nuestra guía,
figura esbelta, estilizada, melena lanzada al viento, rostro y piel curtidos por los aires durante nueve años
desentrañando, ante los visitantes, las excelencias de esta ciudad, gafas de
sol que impiden ver la belleza de sus ojos, vestido hecho en las vísperas de la
visita con las flores cogidas de los jardines, macuto a la espalda como buena
caminante, nos va a dar una visión de lo que vamos a disfrutar esta mañana,
sabe hablar poniéndole tal intensidad a sus exposiciones que no son solo palabras
las que hacen realidad lo que vemos, sino que lo escenifica como una buena
actriz con sus gestos y expresiones.
Sara no es una guía más, sabe lo que dice y como lo manifiesta.
Había en aquel caminar por el parque de Vigeland, una sensación
de emoción extraña que en aquellos momentos nos invadía, el cielo se había
cubierto de una tela blanquesina que entibiaba y nos permitía dirigir nuestra
mirada hacia un enorme obelisco que desde la lejanía nos presagiaba algo
extraño, sin saber qué era aquello en realidad.
Habíamos descendido, llaneado, y ahora nos tocaba ascender, todo
eran cábalas por saber qué contenía aquel gigante colocado como fiel centinela
del parque, que orgulloso se convertía en el jefe, centro y guardián, de aquel
enorme museo al aire libre.
El parque es vida: praderas verdes, bosque en el entorno,
floresta con variopinto colorido, abundancia de agua en fuentes y río,
musicalidad de aves que por allí revolotean.
Una pregunta surge en el aire.
-¿Cómo va a representar Vigeland, la vida?
-¿Cómo va a representar Vigeland, la vida?
Con esta enorme cantidad de esculturas donde la vida se
manifiesta, en sus diferentes etapas desde el origen hasta el final, así como las distintas
relaciones personales y familiares. Esculturas
realizadas en granito noruego traído desde la frontera cerca de aquí.
La belleza humana en plena desnudez, grupos de niños amontonados
pero no de cualquier manera, sino
siguiendo un orden, relaciones familiares de padres, hijos, esposos, la niñez,
la juventud, la madurez y la vejez de la existencia, todo perfectamente
colocado, siguiendo un orden preestablecido en la colocación.
Pero lo más sensacional es la columna monolítica que se erige, contra todo
viento y marea desafiando victoriosa el parque, en la que ciento veinte y un
cuerpos humanos se entrelazan, perfectamente ensamblados formando un cordón humano, que se dirige
hacia el infinito del Universo.
Vigerand, la modeló en arcilla durante once meses, estuvieron
trabajando sobre este modelo catorce años, se terminó en el año 1943, año en el
que Vigeland, muere y no puede ver finalizada su obra.
-¿Qué representa este monolito?
Aquí juega un papel muy importante la imaginación de cada
espectador: erotismo, fertilidad, lucha por la supervivencia, la resurrección,
proyección hacia el más allá…
-Lector, ¿ tú qué opinas, sobre esta genialidad?
Había que seguir disfrutando de la belleza y el encanto de un
parque con unas connotaciones únicas, acompañados por el murmullo del agua, el
comentario de los visitantes siempre poniendo una nota de humor sobre el que
dispara cien veces por minuto su cámara, y que inquieta a todo el que se
encuentra su alrededor.
Se mezclan los colores como en un arco iris tendido en el suelo,
y el blanco reluce en las fuentes con sus chorros lanzaos al viento, como
flechas perforando el aire, para dar su último toque de despedida de un lugar
que jamás se hubiera querido abandonar.
-Oiga, ¿Pero qué es eso?
-¿No le basta con llevarse toda la belleza de este parque, que
ahora también se quiere llevar a la jefa del grupo?
-¡No, hombre!, no sea mal pensado es simplemente dejar constancia
de una mañana rodeada de belleza escultórica, acuífera, y paisajística y de
toda la lindeza y guapura de las féminas de nuestro grupo turístico
representado en Maite, la directora de Viajes Barceló.
Cargados de la emoción placentera de un comienzo turístico, que
en esos momentos, nos parecía iba a ser difícil superar, fuimos dejando atrás
la belleza de toda una Naturaleza, que se ha ido bordando en el tul de nuestra
mente, construyendo la mejor mantilla para lucirla en una tarde de toros, con
los colores de los jardines, de la fronda arbórea, el murmullo del agua en los
surtidores, las caricias del airecillo, y las notas musicales de algunas
avecillas.
Sara, nuestra guía, espera impaciente nuestra incorporación al
autobús, porque nos quedaba mucho recorrido programado y había que estar
prestos, aunque siempre algún que otro rezagado suelen dar la nota,
inevitable.
En el autobús los comentarios se dejan sentir entre bastidores,
mientras otros meditan e intentan digerir lo que acaban de percibir, por los
cinco sentidos y nuestra guía sigue abriendo boca sobre lo que se nos avecina;
hay sonrisas de todos los gustos la del doctor y Encarnita, la simpática Toñi
la americana y su acompañante, de las
damiselas Pilar e Isabel. Nuestra lazarillo
da instrucciones y amplia información a través de todo el recorrido.
El museo visto desde el exterior, no da idea de lo que se
encierra dentro, pero una vez que nuestra conductora toma de nuevo la palabra,
subida sobre un pódium improvisado, comprendemos que América no fue un Nuevo
Mundo, ni un Nuevo Descubrimiento, porque antes que Colón por allí estuvieron los
Vikingos. Sara le pone tal énfasis en su intervención, que sus palabras salen como los proyectiles de un disparador
automático, de tal manera que el gallillo no le favorece, y pide un salvavidas
que pronto le llega auxiliando la situación.
Dentro del museo, se sienten sensaciones diferentes a las de
cualquier otro, se van agrandando conforme la percepción de lo que allí hay
te va calando, por lo que percibes visualmente y por las explicaciones de Sara.
Tres barcos descubiertos en el fiordo de Oslo en unos
enterramientos que fueron utilizados para sus ritos funerarios, hace más de un
milenio, te hacen surgir preguntas que no tienen fácil contestación, ¿cómo hicieron
aquellas enormes travesías para llegar a América, o las influencias religiosas
en sus enterramientos?
La bóveda del museo es el de la quilla de un barco vikingo
invertida de tal manera, que se pueden ver los reforzamientos laterales e
incluso las oquedades, por donde las palas remeras agitarían el agua en sus
navegaciones, huecos que están representados en los ventanales, de tal manera que
te sientes navegando como un vikingo más, solamente faltó que nos hubieran dado
un casco con los que se les caracteriza para sentirnos uno más de este pueblo,
y percibir la emoción de estar navegando cuando contemplas y escuchas la
proyección sobre la historia y vida de estas gentes.
Son dignos de admirar sus útiles y enseres, cofres, las tallas
realizadas en un carro, lo que debió de ser una cuna, incluso escultura de
algún animal, para la proa de las embarcaciones.
Salimos, sino vestidos de vikingos, sí con la mente plagada de
unas vivencias que permanecerían, de momento, hasta que llegásemos al nuevo lugar de encuentro, pero aún siguen grabadas en nuestras mentes.
Salimos de los vikingos y marchamos hacia otro museo al aire libre
Salimos de los vikingos y marchamos hacia otro museo al aire libre
Siempre, por cualquier lugar, el colorido de las flores será uno
de nuestros principales acompañantes seductores, como la grata compañía de
nuestros guías.
Se nos iría anticipando, una vez en el autobús, el próximo museo
al aire libre, donde vamos a tener la oportunidad de contemplar una serie de
danzas características de las distintas regiones noruegas, y sobre todo la
música; para llegar a nuestro objetivo tendríamos que ascender a través de una
serie de casas de madera del siglo XIII.
Los del “gallinero”,
-perdón por la expresión- porque entre ellos estaba un servidor,
protestan porque el aire acondicionado que pueda hacer más agradable el paseo no llega,
adalid que saldría a la palestra en más de una ocasión.
Llegados al lugar, sudorosos por la cuestecita, pero
satisfechos por lo ya contemplado, se
nos ofrece a la vista un escenario donde nos encontramos integrados, por la
proximidad a los actores.
Cada cual busca el lugar
más apropiado para contemplar la representación, unos de pie con sombra, otros
de pie sin sombra, a pleno sol, que dejaba caer sus rayos sin compasión.
Siempre hay previsores que saben perfectamente, salvar estas situaciones estando sentados y a la sombra, aunque sea la de una simple sombrilla.
Siempre hay previsores que saben perfectamente, salvar estas situaciones estando sentados y a la sombra, aunque sea la de una simple sombrilla.
El lugar es ideal, en plena naturaleza, con un decorado de
bambalinas y candilejas, donde se mezclan la luz, el color, la sensibilidad de
unas bellas jovencitas, con vestidos y atuendos regionales, para ofrecernos a
través de un lenguaje ininteligible, las danzas típicas y trajes regionales típicos de algunas regiones de Noruega, que producen en los oyentes una
sensación de desconocimiento y oscurantismo absoluto, pero agradable para la vista y el oído.
Hay un silencio absoluto, solo se escucha el canto de la chica
que protagoniza la entonación a modo de un trovo, mientras el ritmo de los
zapatos se oye, como un instrumentos más en la madera, que hace de escenario, acompañados
por los movimientos, giros y demás cabriolas danzarinas.
Los trajes típicos fueron presentados por otra de las jovencitas del grupo con gran soltura en sus expresiones, un grupo de infantiles que presenciaban el espectáculo eran los únicos que entendían lo que surgía de la boca de aquella chica, porque los demás estábamos in albis, con respecto al idioma pero no al lenguaje universal del canto y de la danza.
Los trajes típicos fueron presentados por otra de las jovencitas del grupo con gran soltura en sus expresiones, un grupo de infantiles que presenciaban el espectáculo eran los únicos que entendían lo que surgía de la boca de aquella chica, porque los demás estábamos in albis, con respecto al idioma pero no al lenguaje universal del canto y de la danza.
Los parvulitos desfilan acompañados por sus profesoras,
hay sonrisas de agradecimiento por parte de las “actrices”, y recuerdos fotográficos.
hay sonrisas de agradecimiento por parte de las “actrices”, y recuerdos fotográficos.
Sara se encargaría de explicarnos con toda claridad el tejido,
bordado a mano, valor de los trajes que suelen tener en cada región las mujeres
para lucirlos en las fiestas, y en los momentos más significativos de sus
lugares de residencia.
Mientras el caballo pace, nos vamos engullendo otro alimento que
no es sino la contemplación del entorno, viviendas de madera típicas con
tejados cubiertos del oro de una hierba que debía de estar verde pero que, por
la falta de lluvia la ha tornado en un amarillo que intenta desaparecer, por el
verde que comienza a resurgir.
Los tejados cubiertos de amarillo
Los tejados cubiertos de amarillo
Bajo un suelo terroso, plagado de sombras, verdaderos quisasoles, con alguna alternancia del terreno en
subidas y bajadas, donde ya se iba apreciando el peso del cuerpo al caminar, debido a una temperatura que se iba elevando.
Nos esperaba, entre tanta
construcción de madera, una iglesia que sería el motivo principal para seguir
hablando de las aportaciones que trajeron los vikingos cuando llegaron a
Noruega.
Pero,
-¿Qué trajeron los vikingos?
Cosas muy importantes: el alfabeto latino, la Religión Católica,
después vendría la reforma y se convertirían en luteranas.
Esta iglesia no siempre ha estado aquí, la trasladaron a
petición del rey porque la iban a destruir para hacer una en piedra, el rey
pagó todos los gastos y se colocó en este lugar. Se reconstruyó con algunos
aditamentos nuevos en madera de pino en el siglo XIX.
Si el parque de Vigeland, nos había dejado anonadados, con su
naturaleza plena, cumplimentada con piedra tomando forma humana, ahora no lo
sería menos este otro, donde habló la danza, la vestimenta regional, la madera
hecha obra artística en la arquitectura, el Sol patinando visiblemente sobre
nuestros cuerpos, el rico follaje del bosque que gentilmente nos prestó sus
sombras, la emoción interior de todos los presentes, que se manifestaba a pesar
del cansancio en las expresiones que emanaban de cada uno de nosotros.
Para terminar este recorrido sentados al borde de una fuente, cuya
musicalidad, se unía a la que se percibía en el ambiente, no solo refrescaba el
estado mental, sino el sediento que
clamaba en mi cuerpo.
Un carro inmóvil, pero cargado de floresta nos aportaba toda la
vegetación que se encerraba en aquel entorno, junto a él nuestras damiselas
percibían el perfume que se desprendía para mejor engalanar aquel lugar.
Nuestro portador mecánico a combustible petrolífero nos esperaba,
había que seguir llenando de lugares, nuestros ánimos, no sé si ya plenamente
saturados, o con capacidad para albergar más belleza e historia.
Sara nos va a informar, mientras nos dirigimos al Ayuntamiento,
del puerto marítimo y de las embarcaciones que hay, algunas de madera al estilo
de las de los vikingos, de los edificios dedicados a las finanzas, empresas de inversión,
lugar de corbatas, una forma de indicar los personajes que se desenvuelven por
estos edificios, pasaríamos donde está ubicado el Museo Nacional, zona de
teatros, de restaurantes…
Hemos llegado al Ayuntamiento, desde el momento que entramos en el fiordo ya estamos contemplando la silueta de este edificio, que no es del agrado de todo el mundo.
Es un proyecto del siglo XX, la construcción es de los años
treinta y no se terminó hasta los años cincuenta, debido a la segunda guerra
mundial, el estilo es funcionalista, muy de moda en los años veinte y treinta,
constituido por dos enormes torres en
una de ellas un grandioso reloj con un carrillón de treinta y ocho campanas, y
luego este gran cubo donde nos encontramos a la entrada que es el de las
grandes celebraciones. Si observamos hay una serie de contrastes que pueden dar
complacencia a toda clase de gustos.
El Ayuntamiento
El Ayuntamiento
Nada más entrar, en el interior, se percibe los contrastes que
existen de lo que hemos visto desde que llegamos.
Nos encontramos en la Gran Sala de las Ceremonias, siempre que
hay un gran evento, ya sea cultural o deportivo, se hace un acto
inaugural en este salón.
Dos veces al año la celebración de la entrega de las nuevas
nacionalidades, de todos aquellos que viven en Oslo y han solicitado la
nacionalidad noruega, ceremonia con mucho empaque, y gran sabor de
familiaridad.
Todos los fines de semana del mes de mayo confirmaciones civiles,
bodas como la que en estos momentos hemos podido observar, pero sobre todo lo
más conocido la entrega del Nobel de la Paz, cada diez de diciembre.
-¿Por qué todos los nobel se entregan en Estocolmo, Suecia, y aquí solo el de la Paz?
Alfred Nobel era Sueco, un inventor con cantidad de patentes
alrededor de 350, lo que le hizo tener una fortuna enorme, no tuvo sucesor y dejó
toda su fortuna para personas y organizaciones que se dedicaran a
investigaciones en diferentes campos: Física y Química, -él era químico-Literatura, Medicina, Economía, y luego el de la Paz que busca la fraternidad
entre los pueblos y la extinción de los ejércitos.
Lo único que dejó escrito en su testamento fue que el Parlamento de Noruega fuese el responsable de la elección del Nobel de la Paz. Aunque Noruega y Suecia eran independientes, sin embargo Noruega había resuelto determinados conflictos, por lo que creyó conveniente que fuera esta nación la que se encargara del Premio del Nobel de la Paz.
Alfred Nobel
Lo único que dejó escrito en su testamento fue que el Parlamento de Noruega fuese el responsable de la elección del Nobel de la Paz. Aunque Noruega y Suecia eran independientes, sin embargo Noruega había resuelto determinados conflictos, por lo que creyó conveniente que fuera esta nación la que se encargara del Premio del Nobel de la Paz.
Alfred Nobel
El Premio Nobel de la Paz es entregado anualmente por el Comité Nobel Noruego «a la
persona que ha hecho el mejor trabajo o la mayor cantidad de contribuciones
para la fraternidad entre las naciones, la supresión o reducción de ejércitos
así como la participación y promoción de congresos de paz y derechos humanos en
el año inmediatamente anterior». Es uno de los cinco Premios Nobel especificados en el testamento de Alfred Nobel (1895); su muerte ocurrió al año siguiente), y entregados por
aportaciones sobresalientes hechas en los campos de la química, física, literatura, paz y fisiología o medicina.
Tal y como señala el testamento, el premio lo administra el Comité Nobel Noruego y lo entrega un comité de cinco personas elegidas por el Parlamento Noruego. El primer Premio Nobel de la Paz se entregó en 1901 a Frédéric Passy y Jean Henri Dunant. Cada beneficiario recibe una medalla, un diploma y un premio monetario cuyo valor varía con el paso del tiempo. Ese año, Passy y Dunant compartieron un galardón de 150 782 SEK, lo cual equivaldría a 7 731 004 SEK en diciembre del 2008.
Passy y Dunat
En 2008, Martti Ahtisaari, de Finlandia, recibió el premio junto con una condecoración de 10 000 000 SEK (un poco más de 1 millón EUR, o 1,4 millones USD). El Premio de la Paz se presenta el 10 de diciembre de cada año, aniversario de la muerte de Nobel, en Oslo (Noruega), en presencia del rey. Cabe señalar que éste es el único Premio Nobel que no se entrega en Estocolmo (Suecia).
Martti Ahtisaari
Tal y como señala el testamento, el premio lo administra el Comité Nobel Noruego y lo entrega un comité de cinco personas elegidas por el Parlamento Noruego. El primer Premio Nobel de la Paz se entregó en 1901 a Frédéric Passy y Jean Henri Dunant. Cada beneficiario recibe una medalla, un diploma y un premio monetario cuyo valor varía con el paso del tiempo. Ese año, Passy y Dunant compartieron un galardón de 150 782 SEK, lo cual equivaldría a 7 731 004 SEK en diciembre del 2008.
Passy y Dunat
En 2008, Martti Ahtisaari, de Finlandia, recibió el premio junto con una condecoración de 10 000 000 SEK (un poco más de 1 millón EUR, o 1,4 millones USD). El Premio de la Paz se presenta el 10 de diciembre de cada año, aniversario de la muerte de Nobel, en Oslo (Noruega), en presencia del rey. Cabe señalar que éste es el único Premio Nobel que no se entrega en Estocolmo (Suecia).
Martti Ahtisaari
El Premio Nobel de la Paz se considera el más controvertido de los Premios Nobel; muchos de sus acreedores han sido muy criticados. Mahatma Gandhi jamás ganó el premio, a pesar de haber sido candidato hasta en cinco ocasiones diferentes.
Tras su asesinato en 1948, el comité consideró galardonardo de manera póstuma; sin embargo, finalmente determinó retener el laurel de ese año con la explicación de que «no había ningún candidato vivo que fuera adecuado». En 1961, Dag Hammarskjöld,
Dag Hammarskjöld
quien falleció después de su candidatura y varios meses antes del anuncio, se convirtió en el único receptor en haber sido reconocido póstumamente; a partir de ello, se modificaron los estatutos para evitar cualquier premio póstumo futuro. En 1973, Lê Ðức Thọ declinó el premio, debido a que «él no estaba en una posición para aceptar el galardón, y mencionó la situación en Vietnam como su razón primordial».
Le Dúc Tho
Por otra parte, Linus Pauling, laureado en 1962, es a la fecha la única persona en haber sido galardonada con dos Premios Nobel individuales: había recibido el Premio Nobel de Química en 1954. A su vez, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha obtenido el premio en tres ocasiones (1917, 1944 y 1963), mientras que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ha ganado la distinción en dos (1954 y 1981).1
Un total de dieciséis mujeres han sido reconocidas con dicha condecoración, más que en cualquier otro Premio Nobel, en 2014 se condecoró a Malala Yousafzai, activista paquistaní de 17 años, siendo la galardonada más joven de los premios Nobel en todas sus categorías.
Malala Yousafrai
Hasta la actualidad, el Premio Nobel de la Paz ha sido entregado a 104 personas y 23 organizaciones. Por otra parte, en un total de 19 años no se ha otorgado, lo que supera la cantidad de veces que cualquier otro premio de la misma organización no ha sido entregado.
¿Qué es lo que nos llama más la atención de todo lo que vemos
indudablemente la decoración. Al fondo tenemos ese gran óleo que se dice que es
el mayor que existe en Europa en donde
están representados muchos detalles de la cultura noruega.
Al fondo está la caridad, institución que está para ayudar a
todos los ciudadanos. En parte de abajo una familia con un niño, la importancia
de las nuevas generaciones, a la derecha un filósofo y un músico a la izquierda
la importancia de la cultura para la vida.
Nos trasladamos ahora al
mural que hay a la subida de la escalera, en el que está representado el santo
patrón de la ciudad San Hallvard, se lo van a encontrar en muchos lugares de la
ciudad, incluso en las tapaderas de las alcantarillas, con las tres flechas en la mano y la
piedra de molino en la otra, se encuentra en las banderas donde está el escudo
de la ciudad y el santo.
Es un santo del siglo XI cuando Noruega comienza a ser católica
dice la leyenda que Hallvard estaba navegando un día por el fiordo y vio a una
mujer en peligro, a la mujer la estaban persiguiendo tres hombres, intentó
ayudarla pero los hombres lo apresaron, cuando se dieron cuenta quien era
Hallvard le ataron una rueda de molino y lo arrojaron al agua, pero flotó junto
con la rueda.
Sirgu I el cruzado, cuando volvió de las Cruzadas le construyó una Catedral que desapareció en aquella ciudad al otro lado del fiordo, ardió en el siglo XVII.
Sirgu I el cruzado, cuando volvió de las Cruzadas le construyó una Catedral que desapareció en aquella ciudad al otro lado del fiordo, ardió en el siglo XVII.
El otro fresco es de la época posterior a la Segunda Guerra
Mundial, corresponde a la ocupación, llamado friso de la ocupación, todo
con motivos relacionados con la misma.
El techo de madera pintado en el que estuvieron trabajando hasta
un día antes de la inauguración, 15 de mayo de 1950.
La campana tiene un eslogan grabado en relieve que dice:
Navigare necesse est, vivere non est necesse que corresponde a la traducción,
es necesario navegar, no vivir.
Había que dejar constancia de que nuestros viajeros habían
estado allí, en julio de 2018, y una pose del grupo a la salida dejo, para la posterioridad, la
imagen de los expedicionarios.
Después del almuerzo en un céntrico restaurante, la
tarde quedó libre para poder visitar, cada cual, a su libre albedrío, el Palacio Real, El teatro de la Ópera, el
Museo Nacional, la Catedral.
Entrada al restaurante para el almuerzo
Entrada al restaurante para el almuerzo
El Palacio Real es la residencia de los reyes de Noruega en Oslo. Fue construido en el siglo XIX, entre 1823 y 1848, con planta en forma de C, donde el lado central es más ancho y contiene un cuerpo central saliente hacia ambos lados. Es obra del arquitecto Hans Linstow, quien lo proyectó para Carlos XIV Juan de Suecia, rey de Suecia y Noruega, que tras alcanzar el poder en 1818 quiso construirse un palacio en Oslo.
El edificio, de tres alturas, incluye una capilla y un salón de
baile. Posee una habitación llamada Sala de los Pájaros que
posee pinturas de aves en las paredes. Tras la independencia de Noruega en 1905 el palacio, que no había sido demasiado utilizado
por los reyes suecos, pasó a ser patrimonio de la casa real noruega, que
actualmente lo utiliza como lugar de trabajo y no de residencia.
Algún grito se alzaba y me decía que cómo estando en Oslo te ibas a
marchar sin ver el famoso cuadro de Munch. No era de mi interés, pero allí me
encontré otros cuadros, muy interesantes.
La
Galería Nacional fue la primera galería
estatal que compró una obra de Munch, Noche en Niza, en 1891.
Noche en Niza
Hoy, el museo alberga una importante colección de pinturas de los años de juventud de Munch y de sus obras hasta 1920. El museo tiene una sala dedicada sólo a Munch, que acoge algunas de sus obras maestras como Pubertad (1894-95), Cenizas (1895), La vida (1899), y la versión más conocida del El Grito de 1893.
En la Galería Nacional pudimos ver también las obras de Munch en relación a otros artistas noruegos del mismo periodo. En la sala contigua las pinturas del mentor de Munch, Christian Krohg.
Noche en Niza
Hoy, el museo alberga una importante colección de pinturas de los años de juventud de Munch y de sus obras hasta 1920. El museo tiene una sala dedicada sólo a Munch, que acoge algunas de sus obras maestras como Pubertad (1894-95), Cenizas (1895), La vida (1899), y la versión más conocida del El Grito de 1893.
En la Galería Nacional pudimos ver también las obras de Munch en relación a otros artistas noruegos del mismo periodo. En la sala contigua las pinturas del mentor de Munch, Christian Krohg.
La fortaleza
de Akershus (en noruego: Akershus
festning) es un complejo de edificaciones militares ubicado en Oslo, Noruega,
y situado estratégicamente junto al fiordo de Oslo. Fue erigida en
la Edad Media como un castillo real, que servía también de
sede para los representantes del rey.
En el siglo XVII fue modificado en estilo renacentista y rodeado de una fortaleza con bastiones. El complejo, de más de 700 años, ha sobrevivido a varios asedios, pero nunca ha sido conquistado por la fuerza por un ejército extranjero. Actualmente sirve como cuartel general, escuela de oficiales y espacio de alojamiento. Una parte de la fortaleza se utilizó durante un tiempo como cárcel y zona de trabajos forzados para reclusos durante el siglo XIX.
En el siglo XVII fue modificado en estilo renacentista y rodeado de una fortaleza con bastiones. El complejo, de más de 700 años, ha sobrevivido a varios asedios, pero nunca ha sido conquistado por la fuerza por un ejército extranjero. Actualmente sirve como cuartel general, escuela de oficiales y espacio de alojamiento. Una parte de la fortaleza se utilizó durante un tiempo como cárcel y zona de trabajos forzados para reclusos durante el siglo XIX.
La fortaleza
toma su nombre de la granja Aker, que poseía los terrenos donde se asentó el
castillo medieval. El nombre es una palabra compuesta de Akr (campo
cultivado) y hus (casa, castillo). La fortaleza le ha dado
nombre a la provincia de Akershus, aunque no se encuentra dentro de los
límites de ésta.
Aún tiene
funciones militares, y su protección corre a cargo de la Guardia de Su Majestad
el Rey (Hans Majestet Kongens Garde). También alberga la fortaleza el
Museo Noruego de la Defensa, el Museo de la Resistencia y los ministerios de
Defensa y de Medio Ambiente.
La Catedral.
La mañana
había sido espléndida pero también era suntuoso el cansancio que se cernía
sobre mi cuerpo, así es que decidí volver al hotel y descansar para tomar
energías y fuerzas para la jornada siguiente, esa misma determinación tomaron
mis amigos el doctor Pepe Álvarez y Encarnita su mujer.
Por el camino
de regreso nos dimos de cara, bueno, es un decir, con la Catedral.
Abunda por doquier el colorido de las flores, que son un
elemento más de decoración callejera.
Con sorpresa nuestra bandera de España, y los clásicos churros de unos españoles que han ido a dejar patente la patria, y el regusto del tipismo culinario, en la masa de roquillas de harina y aceite flotando en una enorme sartén humeante, disparadas a punta de embudo mecánico, para después remojarse en una taza de chocolate, dejando acreditado en Noruega, lo que es el tejeringo español.
La churrería de Manolo Spanich Churros
Con sorpresa nuestra bandera de España, y los clásicos churros de unos españoles que han ido a dejar patente la patria, y el regusto del tipismo culinario, en la masa de roquillas de harina y aceite flotando en una enorme sartén humeante, disparadas a punta de embudo mecánico, para después remojarse en una taza de chocolate, dejando acreditado en Noruega, lo que es el tejeringo español.
La churrería de Manolo Spanich Churros
La Catedral de Oslo (en noruego, Oslo domkirke), históricamente conocida como Iglesia de Nuestro Salvador (Vår Frelsers kirke), es la catedral de la diócesis luterana del mismo nombre, perteneciente a la Iglesia de Noruega, y la catedral nacional de Noruega. Fue consagrada en 1697.
El edificio
Es un templo barroco de planta de cruz latina construido
de ladrillo. Tiene una sola torre cuadrada en el centro de su extremo
occidental, rematada en una cúpula axial de bronce de tres
cuerpos.
En la parte baja de la torre hay un relieve escultórico de inicios del siglo XII, presuntamente procedente de la catedral medieval de San Hallvard, la primera catedral de Oslo.
De la también desaparecida catedral de la Trinidad son las cinco campanas de la torre, así como varias lápidas del cementerio.
En la parte baja de la torre hay un relieve escultórico de inicios del siglo XII, presuntamente procedente de la catedral medieval de San Hallvard, la primera catedral de Oslo.
De la también desaparecida catedral de la Trinidad son las cinco campanas de la torre, así como varias lápidas del cementerio.
La sacristía, originalmente una sala capitular, es la
parte más auténtica de la catedral, lo mismo que el retablo barroco,
el púlpito y la pila bautismal. En
la capilla oriental, erigida en la década de 1950,
hay vitrales franceses, uno de ellos dedicados a la princesa
heredera Marta de Noruega (fallecida en 1954).
El reloj de la torre data de 1718 y es el más antiguo de
todas las iglesias de Noruega.
En el cementerio, actualmente un jardín, están sepultados
algunos miembros de familias acaudaladas. Ahí se halla el sarcófago de
decoración más suntuosa que haya existido en Noruega.
La cripta, descontinuada como tal, funciona actualmente
como sala de conferencias, conciertos o exposiciones, y cafetería.
Las flores con sus bellos vestidos de colores nos irían
acompañando en nuestro regreso, así como la ejemplaridad en el uso y perfecta
colocación de las bicicletas al servicio de los ciudadanos, un buen ejemplo
para algunos de nuestros compatriotas que han confundido la educación y
caballerosidad, con el mal uso de lo que se pone al servicio de la
comunidad.
Después de una buena siesta, las piernas pedían darse un paseo
por los alrededores del hotel, en una tarde donde flotaban en el aire los
balones de fútbol de un Campeonato Mundial, sobre una gigantesca pantalla con
espectadores cómodamente sentados al aire libre, percibiendo el olfato de unas
hamburguesas, que se doraban en una parrilla próxima. Había que bajar, no sé
cuántas escaleras, para descender a aquel foso, y poder contemplar el espectáculo.
Mathallen Oslo, lo que en tiempos pasados fue un lugar donde
el lenguaje que se empleaba, y al mismo tiempo se escuchaba era el ruido de la
maquinaria industrial, hoy día, solo se oye y se percibe el rico olor de los
productos comestibles que allí se expenden, los puedes saborear en el mismo
lugar, sentado tranquilamente, o te los puedes llevar a casa.
Me habían celebrado el lugar, así es que penetré en el interior
y pude comprobar, lo que no es una novedad, aquí en Granada, el Mercado de San
Agustín, a menor escala, se ha convertido
desde no hace mucho tiempo en una mezcla de puesto de venta de todo tipo, como
siempre hubo, junto con los mini bares para degustar con una cervecita, los productos que allí se
expenden.
La jornada turística del primer día había sido de satisfacción
plena para el estado anímico, no tanto para el corporal que sentía la huella que marca el no haber encontrado mucho descanso, ni estar
preparados físicamente para lo que días posteriores vendría a colación; pero
llegan esos instantes en que nos relajamos totalmente, y tenemos la oportunidad
de cambiar las sensaciones del día, con los compañeros, mientras degustábamos una cena sentados
junto a una larga mesa con un tablero de gruesa madera,
eligiendo tu propia comida; manjares, estratégicamente situados en diversos lugares, que te están llamando la atención cuando vas pasando por delante de ellos.
eligiendo tu propia comida; manjares, estratégicamente situados en diversos lugares, que te están llamando la atención cuando vas pasando por delante de ellos.
A veces no has captado que están allí esperándote para que los
devores, pero al contemplarlos en el compañero que se encuentra a tu lado, es
suficiente para que se te despierte la curiosidad y preguntes.
-¿Es cierto que en Oslo no existe la oscuridad de la noche?
Había que comprobarlo, e intentar al mismo tiempo hacer la
digestión de una opulenta cena, a la que normalmente nuestro organismo no está
acostumbrado.
Eran las once de la noche y después de bajar la interminable
escalinata decidimos, junto a dos compañeras de viaje, dar un paseo por la ribera del río Akelselva.
Un enorme botellón era el primer centinela que prestaba guardia
antes de atravesar el puente por cuyas entrañas corre el río, mientras
quedaban atrás los sonidos furibundos de los que aún presenciaban, a través de
la gigantesca pantalla, los mundiales de fútbol.
Espectadores de los mundiales de fútbol
Espectadores de los mundiales de fútbol
En la tranquilidad de la noche se escucha el murmullo del agua, con reflejos de una luz diurna que se bañaba en la placidez de un fluido que, en aquellos instantes parecía un espejo.
Nuestros pasos comenzaron a caminar por el sendero, Pepe Pérez
Urda y familia, grandes descubridores de las bellezas ocultas, regresaban ya y
nos animaron a continuar.
Sobre las cristaleras del gigantesco rascacielos de diecisiete
plantas donde la vista se pierde y la cima besa el cielo, la luz se peina para
irse a dormir y entrar en una noche que siempre será día.
Aquel paseo por la ribera del río fue como asistir a un
concierto de música sinfónica, donde los diversos instrumentos de madera estaban representados en los arboles del bosque
que rodeaban el sendero, se inclinaban para beber el agua que fluía en
ocasiones lentamente,
los instrumentos de viento como podrían ser el fagot, o el fliscornio, están en el aire suave a modo de brisa que nos acariciaba,
los de cuerda, como los violines estaban, en la musicalidad de los jilgueros que por allí revoloteaban,
los timbales y platillos como más estruendosos, estaban en las cascadas, que producían una fuerte sonoridad.
El director que armonizaba todo aquel conjunto sinfónico con su batuta en ristre estaba en una luz continua que armonizaba todo el conjunto.
El preludio del concierto acuífero sereno y tranquilo se va a ir acrecentando con los sonidos más fuertes que van a ir “in creschendo” hasta llegar al culmen de la cascada, una catarata que si ahora está toda refulgente dando rienda suelta a su voz atronadora, cuando llega el invierno se quedará toda estática como una gran masa de hielo.
los instrumentos de viento como podrían ser el fagot, o el fliscornio, están en el aire suave a modo de brisa que nos acariciaba,
los de cuerda, como los violines estaban, en la musicalidad de los jilgueros que por allí revoloteaban,
los timbales y platillos como más estruendosos, estaban en las cascadas, que producían una fuerte sonoridad.
El director que armonizaba todo aquel conjunto sinfónico con su batuta en ristre estaba en una luz continua que armonizaba todo el conjunto.
El preludio del concierto acuífero sereno y tranquilo se va a ir acrecentando con los sonidos más fuertes que van a ir “in creschendo” hasta llegar al culmen de la cascada, una catarata que si ahora está toda refulgente dando rienda suelta a su voz atronadora, cuando llega el invierno se quedará toda estática como una gran masa de hielo.
Acompañaba todo este lujo de emociones un sendero de madera,
cómodo para caminar y la diversidad de puentes que enlazaban una parte del
camino con la opuestas,
para mayor deleite al encontrarte encima del agua y poder contemplar los juegos de fantasía que realizan la luz, con el fluido formado un rosetón de colores,
donde se mezclan los violetas con los rosas, los verdes con los celestes, mientras entre los ramajes de la arboleda se asoma a hurtadillas las luces anaranjadas de los edificios que quieren participar del espectáculo.
para mayor deleite al encontrarte encima del agua y poder contemplar los juegos de fantasía que realizan la luz, con el fluido formado un rosetón de colores,
donde se mezclan los violetas con los rosas, los verdes con los celestes, mientras entre los ramajes de la arboleda se asoma a hurtadillas las luces anaranjadas de los edificios que quieren participar del espectáculo.
Hay figuras de piedra que algún escultor enamorado dejó en el
agua para que participaran de este espectáculo junto al río, la naturaleza
brinda sobre todo al atardecer, un crepúsculo que nunca termina porque se
funde con el despertar del día, constituyendo una unidad única.
Quiso estar más cerca de las esculturas
Quiso estar más cerca de las esculturas
Dos damiselas se apoyan en la baranda del puente de los enamorados, donde la presencia de los que se aman dejan constancia en aquello que cierra corazones, el candado, el mejor símbolo del amor férreo, que no se abre mientras no lo hace la llave de la desunión.
Esperábamos las oscuras sábanas de la noche, que llegaran, pero
estas no hicieron acto de presencia, solo la luminosidad de un día eterno, y la
vuelta al hotel acompañados por la música de una naturaleza perenne y los
colores de artificio que se iban turnando al pasar por el puente.
Todo había quedado desierto, los espectadores, habían dejado de contemplar la diversión futbolística, la calle estaba solitaria, solo tres personas volvían
al hotel henchidas y repletas de un paradisíaco lugar, para seguir soñando con
los recuerdos vividos hoy y pensando en los acontecimientos del día siguiente.
(Si este primer capítulo, dedicado a Noruega, ha sido de tu
agrado, intentaré relatar cómo fueron los siguientes días, en próximos
episodios que irán saliendo paulatinamente, porque cada día lleva su tiempo).
José Medina Villalba