Cruz de mayo en Plaza Larga (Albayzín) Óleo sobre lienzo de José Medina Villalba. (2000) |
Hoy
día uno de mayo, se percibe por momentos, aunque aún no haya llegado el día 3,
cierto aire de la festividad que se aproxima. Hace días que, en el patio del
Centro de Día de la Plaza de los Campos, hay vestigios del montaje de la Cruz;
lo mismo está ocurriendo en las distintas Asociaciones de Vecinos de la
capital, bares, comercios en cuyos escaparates se instalan motivaciones
alusivas a la Santa Cruz.
"Un chavico pa la Santa Cruz"
Los niños de los barrios más típicos de Granada:
Albayzín, Realejo, Real de Cartuja, Avenida de Cervantes, Sagrario, ya están
preparando sus pequeñas cruces, para pedir “un chavico pa la Santa Cruz”. De
ahí viene una frase que, en otros tiempos, se hizo popular, “Granada es la
tierra del chavico”, moneda de aquella época, de pequeño valor.
La
festividad trata de dar un homenaje al símbolo más emblemático de la religión
cristiana.
La Emperatriz Elena en los Santos Lugares.
Yéndonos
a los orígenes históricos de esta
fiesta, la emperatriz Elena, madre de Constantino, en una peregrinación a los “Lugares
Santos” fue en busca de la Cruz donde murió Cristo; según se supone, después de
varias excavaciones, encontró tres cruces en el monte Gólgota, dos de ellas
eran de los ladrones y la tercera de Cristo. Para saber cuál de las tres
correspondía a Jesús, Elena decidió tocar, a una mujer mortalmente enferma, con
las tres cruces sucesivamente. Las dos primeras no le causaron ninguna
impresión, pero cuando fue tocada por la tercera Cruz, se puso de pie, curada
milagrosamente, de esta manera se dieron cuenta que la Santa Cruz había sido encontrada; desde
entonces el 3 de mayo se festeja el aniversario del descubrimiento de la Cruz
por la Emperatriz Elena. Estos festejos consistían, en la representación del
descubrimiento de la Cruz por la Emperatriz Elena, además de una misa, de
adornar la Cruz y de organizar bailes enfrente de la Cruz.
Granada
celebra, desde hace años, esta festividad, que en el trascurso del tiempo ha
ido tomando carices diferentes. En los años de mi infancia, allá por la década
de los cuarenta del siglo XX, la fiesta era sumamente familiar y de vecindad.
Cruz Blanca, en el barrio de S. Lázaro
Se
cree que en el año 1625 se montó en el barrio de San Lázaro una Cruz de
alabastro, delante de ella se celebraron festejos.
A
principio del siglo XX, en las corralas de vecinos, entre todos sus moradores,
aportando cada uno los elementos decorativos que podía, en medio del patio, se
levantaba la Cruz: cacharros de cobre, macetas de pilistras (aspidistras) y de geranios,
gitanillas, hortensias, mantones de manila, cacharros de cerámica, un altar
ricamente adornado sobre el que se montaba la Cruz, enriquecida con claveles
rojos traídos de Motril, candelería, mobiliario de la época, mecedora,
cantarera, botijos, jaula con canario, algún juguete de los niños, colchas,
pañuelos, tapices, mantillas de tul ricamente bordadas, muebles de taracea, o
de hierro forjado, candelabros, sillas, mesitas, hierba sobre el suelo,
mastranzo y manzanilla que al pisarlas perfumaban el ambiente dando la
impresión de encontrarse en el campo y todo aquello que pudiera decorar, sin
faltar los típicos elementos del pero con unas tijeras clavadas; todo se
engalana convirtiéndose en un escenario espectacular de adornos y flores como
si fuera un amplio jardín abierto a todos los visitantes.
Hay
un detalle que en Granada resulta peculiar y que no puede faltar en ninguna
Cruz. Delante de cada Cruz se suele colocar un pero con unas tijeras clavadas.
¿Cuál es el significado de este hecho?
"Es bonita, pero si le hubiesen puesto...
No
es un motivo supersticioso para espantar los malos espíritus. A las manzanas,
en Granada, les llamamos pero, por eso se coloca encima del pero unas tijeras
que intentan cortar los peros o defectos que se le puedan poner a la Cruz, de
todos los visitantes que se acercan para verla y de esta manera cortar las
críticas. Así se evita el posible comentario: “Es bonita, pero si le hubiesen
puesto…, pero si…”
Granada
es una ciudad donde han abundado y lo siguen haciendo numerosas Cruces, que se
construyeron cada una de ellas con un motivo o historia especial. En el siglo
XVII, en el monte Ilipulitano (donde se encuentra la Abadía del Sacro Monte)
por diversos gremios y familias devotas, con motivo del descubrimientos de los
libros plúmbeos, el monte se llenó de cruces donde hubo 1200, actualmente sólo
quedan cuatro.
En
el 1633 la orden del Convento de S. Francisco, “La Vía Sacra de la Orden
Tercera de dicho Convento”, establecieron a través de todo el Camino del Sacro
Monte catorce cruces, con algunas capillas, con motivos alusivos a la Pasión de
Cristo, para realizar todos los viernes del año y solemnemente el Viernes
Santo, el llamado Vía Crucis.
Ermita del Santo Sepulcro, término del Vía Crucis.Óleo sobre lienzo de José Medina Villalba.
Las
cruces han desaparecido, salvo la que correspondía al último paso, situada al
pie de la Abadía delante de la ermita del Santo Sepulcro.
Capilla de las Angustias, al comienzo del Vía Crucis del Sacro Monte, en el Peso de la Harina.
El
recorrido se iniciaba en el Peso de la Harina, al comienzo del Camino del Sacro
Monte, allí estaba la Capilla de las Angustias, con el paso del tiempo dejó de
ser capilla y en la década de los cuarenta, del pasado siglo XX, fue el puesto
de chucherías de los niños del barrio, regentado por una anciana llamada María
Jesús, que vivía en una habitación situada en la parte alta de la capilla. Allí
compraba, de niño, el “palodul”, las barras de tracto, los cigarros de
matalauva, el bazoca “chicle americano” “los mixtos de crujio”, los petardos,
los raspaos de hielo…
Una
de las capillas que, se ha conservado hasta los tiempos actuales, se encuentra
junto a la sala de fiestas “El Camborio”, capilla que con mucho mimo cuidaba
del mantenimiento “Trini la del Mondejar”, recientemente fallecida. Aún sigue
otra pequeñita, situada al comienzo de las siete cuestas que llevan a la Abadía
del Sacro Monte.
Ángel y Julio, los "Gemelos de Granada" hijos de Trini.
La
ermita del Cristo de la Cana, según información muy pormenorizada de Ángel
Rubio Linares, (Los Gemelos de Granada) hijo de Trini, tiene sus orígenes allá
por el año 1780.
Vía Crucis del Sacro Monte. Cruz de Puente Quebrada.
Los habitantes de los pueblos de Beas y Huetor
Santillán, venían a la ciudad por este Camino, llamado: Camino de Beas,
desembocando en el Camino del Sacro Monte. Tres hermanos, ascendientes de mi
familia, se vinieron de Beas y se establecieron en este barrio emblemático, (nos
enorgullecemos de pertenecer a las familias más antiguas del barrio) barrio de
huertas, algunas cuevas con ascendencia de la época de los Alarifes, maestros
albañiles de la época de los moriscos.
Había
un fielato donde estuvo mi “abuelo frasquito”, (comenta Ángel Rubio) donde
había que pagar una especie de arancel o contribución, para entrar con
productos para vender.
Vía Crucis del Sacro Monte.
La
ermita del Cristo de la Cana es propiedad de mi familia, mi madre Trini, ha
pagado la contribución, a través del tiempo, y se ha encargado del
mantenimiento; tenía siempre una mariposa (lámpara de aceite) encendida. Hubo
un intento, por parte de la Abadía, de quitarle a mi madre la ermita, ella
recurrió al arzobispo que le dio la razón, ganándose el respeto de los
canónigos del Sacro Monte; después del fallecimiento de mi madre, nosotros
seguimos la tradición encendiéndole velas. En la puerta de esta ermita había
una cruz de piedra, como otras que componían el Vía Crucis. Todas fueron
desapareciendo, cuando se fue asfaltando el Camino.
Cruz del Señor de los Favores en el Campo del Príncipe.
Otra
Cruz famosa es la del Campo del Príncipe, llamada del Señor de los Favores,
donde acude la gente los viernes, a pedir amparo y protección al Cristo que hay
allí, de ahí el nombre de “Cristo de los Favores”.
A las tres de la tarde del Viernes Santo, y
dentro del silencio que impone el toque del cornetín, la multitud que acude
allí pide tres favores, la tradición dice, que uno de ellos se cumple dentro
del año.
Hubo
una Cruz famosa en el barrio de S. Lázaro, “La Cruz Blanca” situada donde se
encuentra la zona del Clínico, Hotel
Luz, en la Avenida de Calvo Sotelo, actualmente de la Constitución.
Esta
barriada, formada por casitas de una sola planta, tenía delante un campo o
placeta donde los jóvenes jugaban al fútbol, colindando con la Avenida, por
donde pasaba el tranvía que iba a los pueblos de la Vega granadina.
La Emperatriz Isabel de Portugal
Delante
de esta Cruz ocurrió el suceso histórico siguiente:
La
emperatriz Isabel de Portugal, esposa del rey Carlos I, una de las bellezas más
significativas de la época, murió muy joven a la edad de 36 años. El duque de
Gandía, muy relacionado con la Casa Real, donde llegó a ser “gran privado del
emperador” y después Caballerizo Mayor de la Emperatriz Isabel de Portugal.
Muerta Isabel, el 1 de mayo de 1539, es trasladada a Granada para ser enterrada
en la Capilla Real. El traslado duró varios días, bajo un sol de justicia por
los llanos de la Mancha, hasta llegar a la ciudad.
Momento en el que se descubrió el féretro.
El
féretro se colocó en el campo del barrio de S. Lázaro, delante de la Cruz,
donde se habían congregado las autoridades junto a una gran multitud, allí el
duque de Gandía, que platónicamente estuvo enamorado de la emperatriz, tuvo que
certificar la veracidad del cadáver; tal fue el hedor y descomposición y tal la
impresión que le causó que desde entonces todos los años la recordó en su
diario, por considerarla la fecha de su conversión:
El duque de Gandía
Por la emperatriz que murió tal día
como hoy. Por lo que el Señor obró en mí por su muerte. Por los años que hoy se
cumplen de mi conversión. Francisco de Borja.
He traído el cuerpo de nuestra señora
en rigurosa custodia desde Toledo a Granada, pero jurar que es ella misma, cuya
belleza tanto me admiraba, ni me atrevo. Sí, lo juro (reconocerla), pero juro
también no más servir a señor que se me pueda morir.
Francisco de Borja.
Dejó
la vida mundana desposeyéndose de todos los títulos ingresando en la Compañía
de Jesús donde llegó a ser Padre General de toda la Orden.
Otra
Cruz, desaparecida, situada a la entrada de la Carretera de la Sierra al final
de la Bomba, con connotaciones de tipo
político, la Cruz de los Caídos.
Cruz de la Rauda. Antiguo cementerio árabe.
La
Cruz de la Rauda en el Albayzín, al pie de la ermita de S. Miguel, situada en
un antiguo cementerio árabe.
Placeta de la Cruz de Piedra.
La
Cruz de Piedra, al final de la Calle de S. Luis, en la placeta del mismo
nombre.
La
Cruz del Campo de los Mártires, en el paseo donde está dicho carmen en la
Alhambra.
Cruz del Campo de los Mártires.
He
comentado al principio que esta fiesta, a través del tiempo, ha ido tomando diferentes
formas de celebrarse.
Recuerdo,
en mi infancia, la Cruz que se conmemoraba en la Cuesta del Chapiz, en la
“vaquería de Joseico” “Los Cogolludos”, en cuyo patio, familiarmente, se
montaba una Cruz donde por la noche y solamente ese día, se bebía sangría y al
son de la música de una gramola, o de un acordeón, se bailaban pasodobles. Era
la familia y las amistades del barrio las que compartían esta festividad.
Hubo
un periodo de tiempo, durante el cual, esta fiesta perdió actividad y apenas si
se celebraba.
Recientemente,
el Ayuntamiento volvió a darle impulso y sacarla del letargo. Se montaron
numerosas Cruces en los barrios, Plaza del Ayuntamiento, Comunidades, bares, comercios…,
pero el resurgir fue de un resultado decepcionante, se montaron barras para
vender bebidas delante de las cruces; algunas de ellas la Cruz no tenía ninguna
belleza, pobres en todos los aspectos, lo importante era la venta del alcohol;
como consecuencia la ciudad entera se convirtió en un verdadero y bochornoso
escenario de vomiteras, botellas rotas, orines que discurrían por todos sitios,
bolsas de basura, un verdadero desastre ante los ojos de propios y extraños. La
fiesta duraba tres días, inaguantables a los oídos de los vecinos donde se
montaba una Cruz, decibelios lanzados por las bocas de los altavoces, que
ponían los nervios a flor de piel.
Todo
se mezclaba, vestidos de faralaes, caballistas con bellas señoritas a la grupa,
pero todo se enmascaraba por la suciedad que abundaba por todos sitios.
Finalmente
hace unos pocos años, el Ayuntamiento eliminó este vergonzoso y humillante espectáculo
buscando de nuevo la belleza y encanto de lo que debe ser esta festividad.
Parece que se ha conseguido, eliminando barras de bebidas y admitiendo
solamente aquellas cruces que estéticamente merece la pena sean visitadas y
restringiendo los días.
Después
de haber hecho un recorrido por algunas de las numerosas cruces de nuestra
ciudad y haber disfrutado del encanto y
gusto estético en su construcción, vamos a presentar la Cruz de mayo de este
año 2013.
Cruz de la Plaza del Padre Suarez
Primer detalle de esta Cruz
Segundo detalle de esta Cruz
Tercer detalle de esta Cruz
Cruz del Restaurante Chikito en el Campillo.
Cruz en la Plaza de Mariana Pineda.
Cruz del Centro de Día de la Plaza de los Campos.
Cruz del Campo del Príncipe
Primer detalle de esta Cruz.
Segundo detalle de esta Cruz.
Tercer detalle de esta Cruz.
Segunda Cruz en el Campo del Príncipe.
Cruz de la Asociación de la Prensa.
Cruz en el patio del Ayuntamiento de Granada.
Cruz de la Plaza de Bibarrambla.
Cruz de la Plaza de la Seda. Tercer premio de patios
Cruz del escaparate de Cáritas, en la Plaza de la Trinidad.
Cruz de Plaza Larga. Primer premio
Primer detalle de la Cruz
Segundo detalle de la Cruz.
Tercer detalle de esta Cruz.
Cuarto detalle de esta Cruz.
Quinto detalle, "Conchi la carnicera", colaboradora en la confección
de la Cruz
Segundo detalle de esta Cruz
Cruz de la Calle Zafra. Segundo premio de patios.
Primer detalle de esta Cruz.
Segundo detalle de esta Cruz.
Primer detalle de esta Cruz.
Cuarto detalle de esta Cruz Cruz del Camarín de la Virgen del Rosario . Primer premio de patios
Detalle de esta Cruz
Detalle de esta Cruz
José Medina Villalba
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