(Comentario de Carlos López Delgado, (catedrático de Latín) a
la obra titulada “Escuelas del Ave María de Granada. 118 años de Historia.
Colonia de Valparaiso. (1889-2007).
Mi buen amigo Carlos López, pienso, que
hoy me contemplará desde el Cielo, se
sentirá satisfecho de mi blog y del comentario que hace al presentar la obra: “Escuelas
del Ave María…”.
Hablar
del Albayzín granadino, de los cármenes granadinos que rozan las orillas del
río Darro es algo que se presta a un estallido literario difícil de controlar.
Es fácil imaginar la primavera del Valparaiso sacromontano, es romántico pisar
los alrededores de la fuente del Avellano. Desde esa misma fuente se puede
contemplar cuánta belleza destila la colina de enfrente.
El viejo Sacromonte se engalana de
flores y de ruidos y de canciones infantiles. El alma se sobrecoge con sólo
contemplar el espectáculo de mil niños cantando “Ave María”.
El libro, querido lector, que tienes
en tus manos no es, sin embargo, producto de literatura sino de prolongada
reflexión. No es su autor un advenedizo a las Escuelas del Ave María sino todo
lo contrario. Pepe Medina ha escrito simplemente lo que ha vivido, porque entre
esas cuatro paredes – debería haber dicho “cuatro paraísos”- que ponen límites
a la obra de Andrés Manjón, vio la luz, nació para el Ave María. Y allí, entre
plegarias, ha pasado su vida… ¿Quién mejor que él para historiar cuanto ha
ocurrido en el jardín albaicinero? Allí vivieron sus padres, allí vivió él, allí
ejerció su profesión (su vocación) de maestro, y allí sigue dejando su vida.
Y para que los demás sepamos cuánto
ha vivido la obra de Manjón en Granada, ha escrito esta historia breve de 118
años, que no sólo es la historia de las Escuelas del Ave María (sobre todo, de
las Escuelas de la Casa Madre) sino que, de alguna manera y permítaseme el
atrevimiento, es la historia de Granada y de muchos granadinos que aparecen en
estas páginas.
Y ahora, cuando tantas obras aparecen con el prurito de
ecuanimidad y rigor y equilibrio, esta obra se presenta con el sambenito
–gracias a Dios- de apasionada, cariñosa, evocadora y con los ojos puestos en
el futuro; es la historia de una joven institución de más de cien años, y es la
historia de un hombre que la ha vivido. Por esta obra desfilan mártires,
santos, hombres luchadores, fracasos, conquistas, amor y lucha, milagros del
día. Y aunque algunos soñamos con ver a D. Andrés Manjón elevado a los altares,
no nos importa esperar a que las autoridades eclesiásticas tengan a bien
hacerlo. Nosotros no necesitamos milagros: estamos viendo día a día, hora a
hora, el milagro del Ave María, ese milagro al que nos lleva de la mano de Pepe
Medina.
Es una obra escrita sin pretensiones
literarias –ya lo he dicho antes- pero de cuando en cuando a Pepe Medina se le
desata el “daimón” artístico que tiene dentro y quiere transformar en murmullos
poéticos los vientos que recorren la Casa Madre; y hacer lágrimas cada mañana
de primavera de las gotas que el rocío ha dejado en los árboles del jardín de
Valparaiso. A duras penas logra recoger los caballos de la cuadriga de sus
sentimientos y luego, con el estremecimiento en el cuerpo, es capaz de
contarnos cómo se acaricia a un niño y cómo se le enseña “doctrina cristiana”
(por seguir usando la terminología de Manjón).
Yo un ignorante del tema pero un
entusiasta de la obra de Manjón he ayudado “pro virile parte” (en la medida de
mis fuerzas) a que la obra de Pepe Medina vea la Luz del día; yo que sé cuánto
cuesta dar a luz un libro tan interesante como el que ahora tenemos en nuestras
manos y en nuestra consideración. Ahora, en que se publican muchos libros
anodinos y sin gracia; ahora en que parece habernos invadido esa peste
anglosajona que proclama “publicar o morir”, ahora, que todo el mundo necesita
publicar engendros de ciencia para así
alcanzar no sé cuántos puntos para méritos en la carrera, ahora es un placer,
precisamente ahora, tener en las manos un libro tranquilo, que habla de
esfuerzo, de dedicación, de niños, de milagros con los que se cura el alma.
No es este un libro para leérselo de
un tirón; hay que saborearlo a tragos pequeños, tenerlo en la mente en dosis pequeñas y pensar qué habría sido de
aquellos niños del Sacromonte si aquel
día de Dios no hubiera pasado por su lado un pobre cura de Sargentes.
Contemplando hoy ese mundo con ojos
del S. XXI, no nos cansamos de dar gracias a Dios al ver que, con el milagro de
D. Andrés, aquellos niños harapientos, hambrientos, sucios y helados de frío
son hoy unas criaturas limpias, saciadas y vestidas, que ponen sus ojos
inocentes en la cara de su maestro como Pepe Medina, que ha dado la luz de su
alma para aliviar a tantas criaturas.
Yo que ahora ando perdido por los
bosques de la filología, he disfrutado de nostalgia y de recuerdos al leer esta
obra porque, sin levantar la voz, yo también me reconozco avemariano, aunque en
lo tocante a esta cuestión no soy digno de desatarle a Pepe Medina la correa de
su sandalia
Esta es una obra repleta de documentación.
Pero está más repleta de cariño y, desde luego, nadie me negará que está
escrita con el corazón y que, para esa pluma, no se necesita tintero.
Se nota el paso por la Escuela de arte de Granada. Seguramente conocio a Jesus Garcia Ligero.
ResponderEliminarJesús García Ligero, gran amigo, dicharachero, extrovertido, gran artista y un genial profesional, al que me unió durante muchos años una amistad sincera y comprometida. Se ha sentido su pérdida como un aldabonazo al arte y a la maestría de realizar la belleza y plasmarla en tres dimensiones, "la escultura".
ResponderEliminarSigue vivo en la diversidad de obras que se encuentran expandidas por diversos lugares, tanto en el acervo religioso, Cristos, santos, como en monumentos institucionales.
Quede, en estas modestas palabras, un recuerdo a este gran escultor, Jesús García Ligero, mi amigo. Mi agradecimiento a Paco Nievas Nievas, por haber traído en estos momentos, un recuerdo a Jesús. Saludos
El azar, o mi padre, me han traído hasta aquí. Es un orgullo leer estas palabras que le has dedicado. Muchísimas gracias y enhorabuena por tu blog. Un abrazo desde Melilla. Jesús García-Ligero Puerta.
ResponderEliminarA veces, no siempre, los sueños se hacen realidad, mi gran amigo Jesús García Ligero, el que siempre permanece en mi pensamiento y en más de una ocasión lo tengo como referente en mis conversaciones, esta noche, al abrir el ordenador, mi alma se ha iluminado y la satisfacción interior que me ha embargado ha sido incalculable. Me ha llegado uno de los mejores mensajes que he recibido, a través de su hijo Jesús.
EliminarAmigo Jesús, aunque ha pasado mucho tiempo que no nos hemos visto te recuerdo allí en el taller de tu padre preparando aquel magnífico llamador para una de las cofradías granadinas.
Mi agradecimiento más sincero salido de lo más íntimo del corazón por este rayo de luz que me has mandado. Tengo el pleno convencimiento que la magnífica pedagogía que viste y practicaste con tu padre y el derroche, sin límites de simpatía, que expandía, la estarás vertiendo en tu alumnado en tus clase en esa ciudad de Melilla.
Deseo que algún día podamos encontrarnos para rememorar tiempos pasados.
Es cierto que a veces el azar nos hace encontrarnos en la distancia, te agradezco tu mensaje y si te apetece te puedas convertir en un seguidor, de los muchos que tengo por todo el mundo, de mi blog. Un abrazo muy fuerte de este tu amigo, esperando a partir de ahora poder tener una relación más asidua y comentarios de cómo te va profesionalmente por esos lares al otro lado del Mediterráneo. José Medina Villalba.
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EliminarLa sorpresa ha sido mutua. Ver tu blog me trajo muchos recuerdos compartidos junto a mi padre tanto en el estudio como en la escuela. Si te apetece ver aquellas enseñanzas adquiridas te invito a visitar mi blog, bastante menos prolífico que el tuyo, ya que a esto de las nuevas tecnologías le dedico poco tiempo. Su título es garcialigeroescultura.blogspot.com.es donde simplemente cuelgo fotos de mis obras. Sin duda te iré siguiendo por estos lares. Un abrazo y disculpa por el lío que me he hecho al intentar subir el comentario.
EliminarHola Jesús, este saludo quiero trasmitirlo doblemente al hijo y al padre que desde arriba se estará alegrando de nuestro triple encuentro.
EliminarSiempre se dijo que de tal palo tal astilla y la verdad que la astilla y no esperaba menos, me ha dejado anonadado. Leído tu comentario rápidamente abrí el enlace de tu blog y me he deleitado en tu obra escultórica y si me lo permites, encuentro reminiscencias en algunas de las que le vi a tu padre.
No te preocupes por haber repetido el comunicado, porque a mí me han ocurrido éstas y otras muchas variopintas cosas con esto de las redes sociales y la mecánica de estos aparatos llamados ordenadores, pero bueno esto es el calentamiento de cabeza que tenemos con los nuevos medios sociales.
Te agradezco que nos podamos mantener en contacto y que sigas mi blog como yo haré, a partir de ahora, con el tuyo.
Casualmente ayer me encontré con Pepe Castro Vílchez, que por cierto se ha quedado viudo, y le comenté el encuentro nuestro a través del correo electrónico, me manifestó que aunque personalmente no había tenido contactos contigo, sin embargo a través de Barranco, profesor de la Facultad de Bellas Artes, siempre estuviste catalogado en esta Facultad como un magnífico alumno, no solo por tu quehacer artístico sino por tu personalidad, valores y comportamientos en relación con los alumnos y profesorado.
La escultura desde que dejé la Escuela de Artes y Oficios donde junto a tu padre y otros magníficos maestros aprendí mucho,he hecho muy poca obra, ya que requiere local y espacio, sin embargo no ha ocurrido lo mismo con la pintura, tengo mi estudio en la casa y mis trabajos pictóricos han crecido enormemente, hasta el extremo que mi mujer dice donde voy a meter tantos cuadros.
Expuse en el 2002, noventa y dos obras entre esculturas, pinturas y murales cerámicos en las salas de la Caja Rural.
Todos los años hacemos una colectiva en mi Colegio, al que sigo ligado a pesar de llevar varios años jubilado.
Mi otra afición es escribir, habrás observado que todos mis archivos van acompañados de textos literarios, algunos de ellos han sido premiados en concursos literarios.
Mi obra pedagógica, compuesta de dos volúmenes la puedes encontrar en alguno de mis primeros archivos, se titula: ESCUELAS DEL AVE MARIA 118 AÑOS DE HISTORIA. COLONIA DE VALPARAISO. (1889-2007). Un abrazo.
un alumno orgulloso de ese centro y su profesorado no tiene mas que palabras de elogio y agradecimiento y felicito a D.Jose por la edicion de estos libros que me dan a conocer mas detalladamente la historia de esa escuela
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