martes, 28 de marzo de 2017

TRES AVEMARIANOS LUCEN SU ESPLENDOR DE SANTIDAD. (25-3-2017).



Comienza a lucir la estrella de nuestro Sistema Solar, asomando los primeros cabellos dorados de su rostro a través de la serpenteante línea que se dibuja en el cielo de Sierra Nevada, la silueta de los gigantescos y rocosos monstruos de la Naturaleza, que se apodan de los tres mil metros, abriéndose paso entre la neblina oscura de la noche en lo más alto del firmamento.


 Los vencejos de mi barrio, en el Realejo, suben y bajan, se entrecruzan entre sí, en una algarabía estruendosa que parece salirse de lo habitual, mientras en la cara opuesta de la blancura del enorme macizo con tintes y encajes dorados, portados desde las cálidas arenas del Sahara, en un lugar que suena a dulzura y agua, Aguadulce, se están preparando todos los aditamentos necesarios para una gran celebración.

                                       Palacio de Congresos de Granada

Las siete de la mañana, en la explanada del Palacio de Congresos  se encuentra el autocar, que será el portador de un número de pasajeros formado por personas allegadas a la Institución del Ave María: patronos, directores, profesores, miembros de la Junta Directiva de la A. A. A. del Colegio Seminario de Maestros del Ave María ,familiares y simpatizantes de la obra manjoniana.
Saludos, conversaciones y mensajes, sonidos de tonos de móviles, cada uno en su ritmo correspondiente…, y algún viandante tempranero ajeno a la improvisada movida que pregunta:
-¿A dónde van ustedes?
-¿Qué ocurre hoy para esta movilización?
De entre el tumulto una voz, con gran fuerza y virilidad responde:


-Señora hoy es un gran día para la religiosidad, para el cristianismo, para la diócesis granadina y almeriense y para las Escuelas del Ave María, se van a beatificar a ciento quince mártires que fueron vilmente asesinados y que dieron su vida por defender su Fe, entre ellos tres avemarianos, seguidores del Pensamiento de una gran figura que trajo a Granada el sistema pedagógico más innovador para la educación.

                                                 D. Andrés Manjón y Manjón

 Tres mártires colaboradores en la obra de D. Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, van a ser elevador a los altares.
-Oiga, ¿me puede decir quiénes son?

                                                 Segundo Arce Manjón
                                                 Juan Garrido Requena

-Con mucho gusto: Segundo Arce Manjón, director del Seminario  de Maestros del Ave María. Juan Garrido Requena, capellán y director de la Casa Madre del Ave María, y Juan Segura Rubira, director del Colegio del Ave María en Dehesa de la Villa en Madrid, los tres sacerdotes y asesinados de manera infame en una contienda fratricida que jamás debe volver.
- ¡Ya era hora de que se les devolviera públicamente la honra vilipendiada!
-¿Y de D. Andrés, de subirlo a los altares, que bien merecido lo tiene por su gran obra, por lo que hizo de redentor de la sociedad cultural y educacionalmente, ¿cuándo lo veremos en el podio que le corresponde?
-¡Señora, todo se andará, y llegará también su día!


La mañana fresca, pero los cuerpos calientes por la emoción interna de poder asistir a un evento de gran transcendencia para nuestras Escuelas del Ave María.


Los motores se pusieron en marcha, desfilando por la autovía, nos dirigimos al lugar de la cita entre comentarios silenciosos de un animado pasaje, mientras los diversos panoramas del recorrido se iban metiendo por las cristaleras del ómnibus,  al mismo tiempo que Pepe Zurita nos va colocando el distintivo de identificación.




Todos los pueblos de la costa granadina, desde Motril hasta llegar a Aguadulce, desfilan en un prolongado encadenamiento; brillan las techumbres de la huerta de Europa, de un mar de plásticos plateados, se van fundiendo con las estrellitas que saltan jubilosas entre la superficie ultramar en una límpida paleta acuosa. 

                                            Intercambios de saludos a la llegada.

Se intercambian los saludos entre los que se han desplazado con sus propios coches, y han llegado primero, mientras observamos desde la altura el “enjambre” de gente que se desplaza serpenteando por la ladera.



El Palacio de Congresos lo tenemos allá abajo, un gentío enorme, lo podemos contemplar, se encuentran a la entrada, mientras Paloma, la profesora encargada de Pastoral, obtiene la información de uno de los muchos organizadores, con peto rojo, que nos indica la trayectoria a seguir.



Periódicos del día se despliegan entre las manos para comunicar en primera plana la noticia del amanecer; habla la Voz de Almería. 115 almerienses, serán hoy beatificados en "Roquetas". Todo preparado para un día histórico.


De forma ordenada más de ocho mil personas desplazadas de los pueblos de Las Alpujarras, de la capital de Granada, y de diversas provincias españolas se van colocando en los sitios previamente asignados.


Es una movida ordenada, un bullicio tranquilo organizado que, poco a poco, se va acomodando. En una enorme coctelera humana nos vamos a encontrar toda clase de personajes, tanto masculinos como femeninos: vestimentas conventuales desde las que conservan los hábitos del pasado, como las que visten de paisano con un simple cruz en el pecho, hasta los anacoretas y ermitaños, sayón largo color gris, de los frailes franciscanos de la Cruz Blanca que lucen en sus pecheras respectivas.


 Grupos de la etnia gitana, ellas con sus pañuelos de lunares de colores, y los varones con sus pañoletas violetas abrazadas a sus cuellos, pañuelos rojos ceñidos a las gargantas, caras que transmiten las sonrisas de sus rostros, gentes con las piel curtida por el sol, y las manos al estrecharlas dejan la huella de la dureza de la tierra que labran, cámaras de televisión con su ojo rojo preparado para captar toda clase de movimientos, dos enormes pantallas que van a presentar distintas escenas en tamaño gigantesco, 

 Una gran coral acompañada de un grupo musical actuó durante toda la ceremonia

para no perder el más mínimo detalle de todo lo que en el desarrollo de la ceremonia vaya ocurriendo; sonidos de instrumentos de cuerda, que se afinan y un gran coro, vestimenta roja, se prepara para dejar las más bellas canciones acompañadas por el sonido de los instrumentos, a través de un equipo que convertirá el lugar en el auditorio más sensacional.


El Palacio de Congresos a modo de una gran nave industrial, está preparado para toda clase de eventos, ya sean religiosos, como de exposiciones de todo tipo, enorme techo sustentado por una gran estructura de hierro, y asientos interinos que fácilmente se pueden quitar y poner, según las exigencias que motiven lo que se vaya a celebrar.


En el estrado principal se encuentra una imagen de la Virgen del Mar, una gran figura del Cristo Crucificado, el altar donde se celebrará el ceremonial de beatificación, un enorme paño que cubre una gran litografía de los mártires y a la derecha el podio donde se colocará el relicario.
Se nos entrega un librito que será el guía literario que nos acompañará durante toda la ceremonia, donde encontramos los  resúmenes biográficos de cada uno  de los mártires, además de un minucioso seguimiento.



Los móviles y cámaras fotográficas se deslizan captando escenas de todo tipo, el recuerdo del lugar con todas las circunstancias que se están desarrollando, o la presencia activa del momento.
Se va pidiendo a través de los altavoces, las últimas instrucciones para comenzar el acto.



Con el rezo del Santo Rosario, se inició la celebración, intercalando entre cada Misterio, la vida y trayectoria de algunos de los mártires que se van a beatificar.



Uno de ellos, representante del pueblo gitano, fue Emilia Fernández Rodríguez. De etnia gitana, vive una vida normal, con la alegría característica de su pueblo, su educación familiar. Sus padres le enseñaron el arte de hacer canastos que después vende para subsistir, en medio de una gran pobreza. 


Su arte en este trabajo le da el sobrenombre de Emilia la canastera. Su esposo se negó ir al frente para combatir, y ambos fueron detenidos con el agravante de que se encontraba embarazada. En la cárcel pidió a sus compañeras que le enseñaran el catecismo, a rezar, a descubrir a su Padre Dios. Recibe proposiciones para delatar a su catequista con promesas de ser atendida mejor, pero ella se niega. La jefa de prisión sin tener en cuenta su avanzado estado de gestación la recluyó en una celda dejándola aislada y abandonada. 


Sobre un jergón de esparto sin ninguna atención médica tirada en el suelo, dio a luz una niña. Su catequista la bautiza con el nombre de Ángeles en un momento oportuno. Murió a los cuatro días, sin denunciar a su catequista, es capaz de morir antes que traicionar la fe sencilla y viva que allí en la cárcel había encontrado. Por eso se moría en la España bárbara de aquellos años.

                                                  Segundo Arce Manjón

Nuestros tres beatos Avemarianos: Segundo Arce Manjón, sobrino de D. Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María. Nació en Ayoluengo, provincia y diócesis de Burgos, el 1 de junio de 1880. El 28 de mayo de 1904 fue ordenado sacerdote. 

                    En la fila de  profesores, el segundo por la derecha con un bastón, es Segundo Arce Manjón                              
Director del Seminario de Maestros del Ave María y gran colaborador con el fundador en su obra, fue martirizado el 31 de agosto de 1936 en el Pozo de la Lagarta, del municipio de Tabernas, provincia de Almería. Sus restos reposan en la cripta de la Abadía del Sacro Monte, en Granada.


                                                Abadía del Sacro Monte.

Juan Garrido Requena. Nació en Alcontar, provincia y diócesis de Almería, el 3 de mayo de 1864. El 19 de septiembre de 1896 fue ordenado sacerdote. Era capellán de las “Escuelas del Ave María” de Granada, cuando fue martirizado el 30 de agosto de 1936 en el pasaje del Barranco del Chisme, del municipio de Enix, provincia de Almería.

                                                   Pozo de la Lagarta

Los dos beatos citados les cogió acompañando a los Obispos y directores de las Escuelas del Ave María, Manuel Medina Olmos y Diego Ventaja Milán iniciando el Proceso de Beatificación del Fundador de las Escuelas del Ave María, D. Andrés Manjón y Manjón.

                                                Manuel Medina Olmos

Hacía poco se había iniciado el llamado Alzamiento Nacional, cuando dijeron de marcharse a sus respectivas diócesis, Guadix y Almería; fueron aconsejados por los maestros y por los dos beatos que señalamos hoy, para que no lo hicieran, la respuesta fue: “El pastor tiene que estar con sus ovejas”.  

                                                  Diego Ventaja Milán

Manuel Medina Olmos y Diego Ventaja Milán, fueron acompañados por Juan Garrido Requena y Segundo Arce Manjón, hechos prisioneros y como ellos vilmente asesinados.


                                                      Belinchón

El tercer beato avemariano de hoy, Juan Segura Rubira, nació en Purchena, provincia y diócesis de Almería, el 21 de septiembre de 1881. El 10 de junio de 1922 fue ordenado sacerdote. Era director de las “Escuelas del Ave María “ en Madrid cuando fue martirizado el 26 de agosto de 1936 en Belinchón, provincia de Cuenca.
(En la contraportada del periódico ABC 26-3-2017, viene un reportaje titulado: Emilia “la canastera” y la memoria histórica).


El color más protector de todos, el blanco, que aporta paz y alivia las sensación de desesperación y de shock emocional, que ayuda a limpiar y aclarar las emociones, los pensamientos y el espíritu, da su entrada; 




por el pasillo central va desfilando el clero, sacerdotes, obispos y el representante del Papa Francisco, el Cardenal de la Santa Iglesia Romana Angelo Amato, Prefecto de la Consagración para la Causa de los Santos, precedidos por la cruz, y la Palabra de Dios llevada en alto, mientras el cámara de la televisión, Canal 23, en estos momentos está  llevando las imágenes a infinidad de seguidores en los distintos lugares del orbe.



La resonancia de del coro acompañado por la música convierten el espacio en un lugar de emoción que impregna los sentimientos de las ocho mil almas presentes.
El obispo de Almería, Adolfo González Montes hace la lectura de la carta de la súplica al Papa Francisco, para la inscripción de estos Venerables Siervos de Dios entre los fieles beatificados por la Iglesia.

                                                Adolfo González Montes

El velo que cubría la gigantografía que representaba a los que recibieron el martirio se descubrió para dar paso a la publicación de la beatificación.

                                     El tapiz rojo cubre la gigantografía

Se hace la lectura de la carta de información a los diocesanos sobre la próxima beatificación de los mártires de Almería, mártires que padecieron la muerte por amor a Cristo y al Evangelio, todo el seguimiento que se ha realizado y el pormenorizado estudio de la Causa y su examen.

                  El Cardenal Angelo Amato lee en latín, la carta apostólica de la beatificación de los mártires.

Esta causa tiene el contexto de “la beatificación de los mártires, estímulo para el testimonio y la evangelización. Se trata, en efecto, de un acontecimiento que ha de fortalecer el vestigio de la fe que los cristianos de hoy estamos llamados a dar en el contexto de la sociedad de nuestros días.


El representante de esta celebración, el cardenal Angelo Amato, da lectura a la carta apostólica en la que Su Santidad inscribe en el libro de los beatos a los 115 venerables siervos de Dios que dieron la vida en defensa de la fe.
Un largo y sonoro aplauso cerraría este momento mientras por el pasillo central desfilaban, camino del presbiterio, una representación de las reliquias de los nuevos beatos.


Fue un momento de emoción indescriptible, el coro y la asamblea canta  “Testigos de Cristo”. (Himno a los mártires de Almería del siglo XX)



El obispo de Almería dio las gracias al santo padre.
“Eminencia:
La Iglesia de Dios que peregrina en Almería da gracias al sucesor del apóstol Pedro, Su Santidad el Papa Francisco, por la beatificación de estos 115 mártires que derramaron su sangre en defensa de la fe.


La celebración de la Eucaristía, vendría después con la Liturgia de la Palabra, el Evangelio, la Liturgia eucarística.
El obispo de Almería :

                                              El obispo de Almería

“Que Él nos transforme en ofrenda permanente
 para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José, los apóstoles,
el beato José y sus compañeros,
los mártires de Almería,
los demás mártires, y todos los santos,
por cuya intersección
confiamos obtener siempre tu ayuda”.

                                                                            Francisco Javier Matínez Fernández

El arzobispo de Granada  Francisco Javier Martínez Fernández:
"Te pedimos, Padre,
Que esta víctima de reconciliación
Traiga la paz y la salvación del mundo…."

                                  Puntos de encuentro para comulgar

La bandera del Vaticano hecha sobrilla, con sus colores blanco y amarillo, comenzó a desfilar colocándose en distintos lugares como puntos de encuentro para facilitar la recepción de la Eucaristía.
Con la bendición del representante del santo padre se dio por finalizada esta gran ceremonia.
El Sr. Angelo Amato se fue despidiendo a su paso por el pasillo central de los que se encontraban más cercanos, mientras el resto de forma ordenada íbamos caminando hacia la salida.

                                        El Cardenal Angelo Amato, se despide de la gente.

Había que subir la pendiente que nos separaba del lugar donde se encontraba el autobús, mientras los pasos por la rampa escalonada, se mezclaban con las conversaciones de los congresistas, celebrando los diversos momentos de este evento que ha marcado un hito en la historia de la Iglesia.


Camino hacia Roquetas del Mar, para completar el alimento espiritual ya satisfecho, con el corporal en un restaurante, con una comida enriquecida por el parloteo animoso del grupo de setenta personas avemarianas que conservarán, con bastante cariño, todo lo vivido durante esta espléndida mañana primaveral.



D. Eloy, el fotógrafo que sabe captar los mejores momentos, y en el sitio exacto, dejó impreso el grupo enmarcado entre las palmeras y un cielo azul intenso fundido con el ultramar de las aguas del mar.


El Presidente del Patronato, una vez terminada la comida, se dirige a los asistentes para darles las gracias por la participación en este acto que se identifica con nuestras señas. 

                                        Palabras de agradecimiento de D. Emilio Atienza Rivero 

Sentados en la terraza del restaurante, D. Emilio Atienza Rivero, Presidente del Patronato, como entrevistado, D. José Zurita Fernández, actuando de cámara y D. José Medina Villalba con entrevistador, cerrando como broche final este día, con la satisfacción plena de tener como abanderados otros tres nuevos beatos: Segundo Arce Manjón, Juan Garrido Requena, Juan Segura Rubira que con los dos anteriores Manuel Medina Olmos, Diego Ventaja Milán, forman una hornada de santidad, cerramos la página de este libro, llamado: “Memoria Histórica de las Escuelas del Ave María”, a través de este vídeo.


                                                    José Medina Villalba.

                               REPORTAJE DE FOTOS Y VÍDEOS
















































































                                                       José Medina Villalba