jueves, 2 de abril de 2015

LANTEIRA CLAMA PASIÓN



En estos días hay un ambiente especial por pueblos y ciudades de todo el país, pero si nos circunscribimos a la parte meridional, a nuestra Andalucía: huele a incienso por doquier, sones de cornetas con sonidos que rasgan el cielo, candeleros y luminarias que guiñan entre los movimientos de los varales, tallas de tronos que deslumbran la vista con los destellos de los dorados que los cubren, bordados con  hilos de oro y plata  en regios mantos de Vírgenes, 

                                         Bordados de oro y plata en los mantos de las Vírgenes
                                         Magníficas tallas y dorados, en  los  tronos, que deslumbran la vista
                                           La mantilla realza la belleza de la mujer granadina
capas de mayordomos, con cetros en la mano, bamboleándose al viento que refresca el ambiente en los nocturnos granadinos, lujosas mantillas ricamente bordadas realzando la belleza de la mujer granadina, saetas lanzadas al viento de gargantas que emocionan en ayes que enervan el espíritu; se respira el aire puro de la primavera, incluso el chirriar de las cámaras de las ruedas de los coches, sobre la cera que los nazarenos han dejado a su paso, se convierte en un clamor incesante de lamentos de la Semana Santa.
                                                             Lanteira
En uno de esos rincones del Marquesado del Zenete, pueblo pequeño como diamante plateado a las faldas de Sierra Nevada, Lanteira brilla entre los corindones, zafiros y esmeraldas, entre cuyas piedras preciosas se destaca ésta, que puesta sobre su basamento de plata fue construida por orfebres que supieron escoger para tallarla el taller más privilegiado de la Naturaleza, haciendo salir a la vida, ésta que en otros tiempos se llamó Argenteira,

                                                 La princesa Himilce y Aníbal 
 donde la princesa Himilce esposa de Anibal tuvo sus minas que le daban ricas cantidades de plata. 

                                                          Lanteira
Argenteira, convertida en la actualidad en Lanteira, y dados los acontecimientos recientemente sucedidos, se ha hecho conocedora de todo el orbe, transformando su temple y ductilidad de plata en luminoso, radiante y brillante oro.

                         
                                  Granadinos en Lanteira, para asistir a la puesta en escena de la Pasión. 
La mañana resplandeciente, con un sol que presagia vestir el día con las mejores galas de luminosidad, invita a un grupo de granadinos, (de la capital) a deleitarse en este acontecimiento que, a través de estas líneas, va a trascender a los rincones más inhóspitos de la tierra.
                                            José Gómez Medina, Catedrático de Filosofía
José Gómez Medina, es el motor que ha hecho posible la asistencia al acontecimiento que vamos a presenciar y disfrutar, animando y entusiasmando a los grupos de granadinos que nos dirigimos al lugar de los hechos.

                                      La mente se recrea en el plano, que en la lejanía se vislumbra
Mientras las conversaciones en el interior del vehículo, que nos traslada , se van entremezclando con los asuntos más recientes de sucesos acaecidos, nuestros pasos se deslizan velozmente sobre el caminar que nos proporciona el calzado de las cuatro ruedas que nos transportan, la mente, sin dejar de estar presente en el lenguaje de la conversación, deja a través de la mirada recrearse en el decorado que en la lejanía se vislumbra, los cinco reyes de máxima  altitud: Veleta, Mulhacén, Alcazaba, Caballo y Picón de Jerez, cubiertos con el manto blanco de la nieve, constituyen el mejor decorado con el que se engalana el paisaje recreándonos el espíritu.


Llegados al lugar, se entrecruzan saludos, entre uno de los grupos, de "Equipos  de Nuestra Señora", con el  de los Medinas y sus respectivas esposas.

                              Los ramos de olivos bambolean por las calles del pueblo, después de la misa.
Ramos de olivos portados por la gente del lugar, que acaban de haber asistido a la misa del llamado “Domingo de Ramos”, bambolean en manos de los que lo portan para ir a ocupar lugares privilegiados en los mejores sitios de las diversas viviendas.
Saludos afectuosos a familiares con los que hacía mucho tiempo no había conectado, que en esos momentos se encargan de vender las entradas para el gran acontecimiento, la representación de la Pasión. 

                                  Torcuato Cabrerizo Gámez, Elisa María Cabrerizo Medina y Juanito Pérez Medina 
                                                                Toñi Medina Gámez
                                                 María Gómez Arraez y esposo
Torcuato Cabrerizo Gámez, (en alguna ocasión hizo de centurión) marido de mi prima Maruja Medina y su hija la doctora en Medicina Legal, Elisa María Cabrerizo Medina, Toñi Medina Gámez hija de mi primo Torcuato Medina (en otras representaciones en el pasado hizo de sayón) y la lanteirana madrileña, navegadora en Facebook,  María Gómez Arraez y esposo.  

                                                       Posada del Altozano

La Posada del Altozano sería el lugar donde repostaríamos, para alimentar nuestros cuerpos, y adquirir las fuerzas suficientes que nos habrían de permitir después, recrear nuestros espíritus con la contemplación de la obra escenificada.


                                           Vistas desde la terraza de la Posada del Altozano
La Posada, desde cuyas terrazas las vistas son impresionantes, alberga en su interior  un ambiente acogedor que se disfruta mientras se saborea el rico arroz caldoso, (me trajo a la mente aquel que, siendo niño, hacía mi madre, cuyos orígenes eran de esta tierra) las migas alpujarreñas, la ensalada con pimientos del terreno, y el rico requesón con carne de membrillo, todo regado con los caldos propios del terreno, si a todo esto le unimos la atmósfera que envuelve el lugar,


                                             En interior del comedor de la Posada
con la estructura de sus muros y columnas hechos con pizarra del terreno, artesonados de madera cuyas vigas resuman  olor a los  castaños de donde proceden y que abundan por estos lares, elementos de labranza e incluso alguna máquina de coser en desuso, un enorme espejo a modo de ventana, todo esto lo hace más acogedor.

                         José Medina Villalba, va tomando anotaciones que le servirán de materia para este archivo.
Mientras voy tomando anotaciones sobre lo que después va a constituir la materia prima para desarrollar este archivo, el camarero con actitud servicial, queriendo cumplimentar las peticiones de los comensales, que lo tienen agobiado, y no cesan de hacerle pedidos, dirige algunos elogios al que calla y escribe, “la única persona caballerosa que hay aquí es este señor, -señalándome- que no ha musitado palabra y que elegantemente vestido, escribe”.

                                               Cristián, el camarero gentil, pero abrumado
Nuestro camarero, Cristián, con un gersey rojo, marcado con el anagrama de la Posada del Altozano, con actitud ceremoniosa y remilgada, crea en el ambiente, ante esta frase, un aire jocoso que se presta al cachondeo, dando una pincelada de humor al momento.


Copas en alto los brindis hacen chocar los vidrios, que suenan al unísono, como señal de amistad entre los presentes constituidos en parejas, por parte de los Medinas: José Gómez Medina y Pilar Correal Isla,  Pepito y Yolanda, Juanito y Soledad, Conchita y Pepe.
Del lado del grupo de "Equipos Nuestra Señora”: Olivia y Pepe, Antonio y Vicenta, Julio y Conchi.  Hay que adjuntar a Inma, señora agregada al grupo.
Con los estómagos repletos, presto a digerir las cuatro horas de Pasión, nos encontramos en el enorme anfiteatro de butacas que cubren toda la plaza del pueblo.

Pasión, por la que vamos a contemplar y pasión que vamos a soportar, por el riguroso sol de justicia que cae sobre todos los cuerpos que se han “atornillado” en los asientos.

                              Hay que cubrirse la cabeza, aunque sea con la chaqueta, ante un sol de justicia
No tener sombrero que proteja las cabezas, es un pecado de “lesa humanidad” y los que carecen de él intentan protegerse con lo que tienen a su alcance.

                                     Intervención de la Delegada de Cultura, Dª Ana Gámez
En los preliminares intervinieron: La Delegada de Cultura, Dª Ana Gámez que puso en relieve el valor literario del libreto realizado en verso, animando para que estas representaciones, que constituyen un lujo artístico, no se demoren tanto en el tiempo, aludiendo a los  cuatro años desde la última representación.


El cura, Joaquín Caler López, en sus palabras manifestó, espero que hoy nos emocionemos ante este emotivo acto y recordando la gran fe de aquellos que por primera vez, en el año 1888, la representaron y los que hoy nos encontramos aquí reunidos, unos con fe y otros sin ella, sepamos disfrutarla.
(Quiero hacer alusión, en este momento, cómo mi padre Torcuato Medina Baena, en algún momento, siendo yo niño, me recordaba su intervención en esta obra, años atrás, junto con su hermano Bernabé, que encarnaron los papeles  de Pedro y de Judas).

                                            D. Ginés García Beltrán, obispo de Guadix-Baza
D. Ginés Ramón García Beltrán, Obispo de Guadix-Baza, animó para que mostrásemos más lo que nos une que lo que nos separa, es una buena oportunidad para sumar, me congratulo con esta representación y os animo para que se siga haciendo, os felicito a todos los que intervenís y los que vais a disfrutar de la actuación.

                                     Juan Cascales recibe del obispo, una placa conmemorativa
Juan Cascales, que ha intervenido en más de una ocasión en este drama, a pesar de sus dificultades físicas para caminar, subió al escenario y recitó, ante el asombro de los presentes, con una mente clarividente y prodigiosa, a pesar de su edad, algunos pasajes bíblicos; fue un pequeño homenaje a este personaje que recibió una placa conmemorativa.
Comienza la función, se descorre el enorme cortinaje, que a los teloneros, durante todo el desarrollo les fue una pesadilla continua, por la enorme pesadez y envergadura.
Hay que reseñar la sencillez de los decorados que se adaptaron perfectamente a las distintas escenas.

                                                        La Samaritana
Un amplio campo con algunas montañas al fondo, salpicado de encimas semejando a un paraje de Palestina da entrada en escena a la Samaritana.

                                             En el pozo de Jacob en Sicar con la Samaritana
Junto al pozo de Jacob en Sicar, Jesús cansado de caminar desde Judea a Galilea le pide de beber a una samaritana que se acerca a sacar agua del pozo.
Dame de beber.
¿Cómo tú siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?
Jesús le respondió:
Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.
¿Dónde tienes esa agua viva?
El que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás.

                                    La Samaritana se despojó de sus lujos y pidió a Jesús la bendición
Después de un largo diálogo, perfectamente recitado en una métrica poética, aquella mujer pecadora reconoció en Jesús al Salvador, se desprendió de sus lujos y vestidos y se convirtió.
Las escenas de los niños que los discípulos quieren impedir que no molesten a Jesús.
“Dejad que los niños se acerquen a mí porque de ellos es el Reino de los Cielos”.

                                            Primer encuentro de Jesús con María Magdalena
Ante la pregunta del joven que le dice al Señor: ¿Qué tengo que hacer para entrar en el Reino de los Cielos
“Ve y vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás tesoro en el Cielo.
Porque os digo que más fácil le será a un camello pasar por el ojo de una aguja que al rico entrar en el Reino de Dios”.


Mientras estos diálogos, llenos de un lirismo poético especial, recitados por las personas llanas del pueblo, se van desarrollando, el reloj del campanario de la iglesia se une con unos toques rítmicos, aumentando la emoción del momento, resuenan en el silencio que en estos instantes invade al público, son las cinco de la tarde.

                                El público soporta estoicamente el sol que cae sobre la plaza. del pueblo
Igual ocurre con María Magdalena, una meretriz que al reconocer la bondad del Señor riega sus pies con perfume los seca con sus cabellos y se convierte, siguiendo a Jesús.

Algunas personas han querido elevarse a las alturas para casi, como en un éxtasis de aproximación al cielo poder, en estas circunstancias,  liberarse del riguroso calor, contemplar el desarrollo desde otros espacios.


                                        Jesús se despide de su madre y recibe la bendición
Jesús se despide de su madre, ella sabe el futuro que le espera y le pide que desista y no vaya, más Él, sabiendo cual es el cometido que tiene que cumplir le dice: “he venido a este mundo a cumplir una misión, la que me ha encomendado mi Padre y tengo que ejecutarla”. Puesto de rodillas recibe la bendición y se despide de ella que, con todo el dolor de su alma, se retira de la escena.

                                        Simón prepara la mesa donde se celebrará la Última Cena
Manda a sus discípulos a casa de Simón para que prepare el lugar donde va a celebrar la última cena y al mismo tiempo que les traiga un pollino.

                                               Se comienza a fraguar la entrega de Jesús
Mientras tanto se comienza a fraguar el negocio de la entrega de Jesús entre Judas, los escribas y fariseos.

                                           La gente lo recibe en Jerusalén con palmas y olivos
Jesús entra triunfante entre palmas y olivos en Jerusalén, la gente lo aclamaba diciendo: Bendito el que viene en nombre del Señor.

                                                              El Sanedrín
Anás y Caifás sumos sacerdotes del Sanedrín son en cierto modo los responsables de haber llevado a la muerte a Jesús.

                                                               Simón recibe a Jesús en su casa
Jesús es recibido por Simón en su casa preparada para las ofrendas de la Pascua Judía.
Julio Illesca encarnando el papel de Anás y Juan Corral el de Caifás supieron poner  a ambos personajes todo el calor, coraje y odio que el momento requería.

                                            Anás y Caifás, encarnados en Julio Illesca y Juan Corral
 El vestuario, dentro de la sencillez con la que se ha celebrado la función, estaba perfectamente acoplado a los diversos personajes. Los dos sacerdotes con largas túnicas de color marrón, cabeza cubierta terminando en una especie de cofia que los identificaba perfectamente con la época.
Lo acusan de escándalo, de impostor, de haber levantado al pueblo con sus pláticas y supuestos milagros, con acreditarse ser Dios, haber traicionado la Ley de Moisés, ha venido a sustituir al César, de ser el rey de los judíos…., a cada una de estas expresiones alusivas a Jesús, la ira salía con evidencia clara a ambos de sus fauces  y la manifestaban con un grito seco y trepidante dando un fuerte golpe sobre la mesa, acompañado de ¡Muera! yo lo acentúo en negrita queriendo trasladar al lector  la ira con que lo manifestaban. “A Dios hay que darle lo que es de Dios y al César lo que es del César. ¡Muera! ¡Crucificado debe ser!”

                                                     Pedro al final se deja lavar los pies                    
         Los doce apóstoles sentados alrededor de una larga mesa, teniendo Jesús a la derecha a Pedro, y a Juan, el discípulo amado, a la izquierda, levantándose, y ceñiéndose la toalla al cuerpo, se dirige a Pedro como jefe o cabeza de los demás y le indica que le va a lavar los pies; Pedro se resiste, más Jesús le responde: “si no te lavare no tendrás parte conmigo”. (La música sacra que acompaña a esta escena le da un realce especial). 
                                          Judas Iscariote se muestra déspota y no acepta el abrazo de Jesús
       Después de ir lavando los pies a cada uno de ellos les da, en son de paz, un abrazo, solamente Judas, el traidor, comienza a demostrar con su comportamiento la clase de mala persona que es; renuncia bruscamente a ser abrazado por Jesús, y durante toda la comida se manifiesta inquieto, molestando a los demás compañeros.
Jesús declara, “uno de vosotros me entregará al enemigo”. Pedro manifiesta: “estoy preparado para dar la vida por ti”. Jesús le responde: “En verdad, en verdad te digo, antes que cante el gallo, esta noche, me negarás tres veces”; dirigiéndose a Judas, “lo que haz de hacer hazlo pronto”.


                                                                     Bendijo el pan y se lo dio a comer a sus discípulos: esto es mi Cuerpo
       Cogiendo el pan, después de bendecirlo se lo dio a comer a sus discípulos, “esto es mi Cuerpo”. Lo mismo hizo con la jarra de vino, “esta es mi Sangre”, y  fue depositándolo en cada una de las copas.


Dio las últimas recomendaciones a los apóstoles, “llevad mi mensaje por todo el mundo”.



     Después de un descanso la función continuó con la oración en el Huerto de los Olivos.

     Cae abatido, posó rostro en tierra, “Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero que no sea como yo quiero, sino como quieres Tu”.


     Un ángel con un cáliz en la mano apareció para consolarle.
Buscó apoyarse en la compañía de sus amigos íntimos  pero, por tres veces, se los encontró durmiendo.


Llegan los soldados del Sanedrín y una inmensa muchedumbre alertada por los sacerdotes; Judas, que había convenido en señalar con un beso al que tenían que prender, se adelantó.



Pedro intenta defender a su Maestro, sacando la espada, dio un corte a Malco, uno de la comitiva, cortándole una oreja, Jesús le reprende, “vuelve la espada a su vaina, porque el que a hierro mata a hierro muere”.


Jesús es llevado de nuevo a los sacerdotes que lo remiten a Herodes para que lo juzgue y lo condene a muerte.
Mientras el reloj de la torre del pueblo hace resonar, en el silencio de la plaza, las siete de la tarde coincidiendo con el canto del gallo, se cumple la promesa de Jesús a Pedro, cuando lo defendía de palabra en la Última Cena.
“Pedro antes de que cante el gallo has de negarme tres veces”.

                                                  Pedro siente el dolor, al escuchar el canto del gallo
Esto ocurría en el patio del palacio de Caifás; el jefe de los sacerdotes buscando motivos para condenarle decía: “Este hombre dijo que es capaz de destruir el templo de Dios, y de construirlo en tres días”.
Jesús no contestó. De nuevo le preguntó, “¿eres tú el Hijo de Dios?” Tú lo has dicho y te voy a decir más, dentro de poco tiempo, ustedes verán cuando yo, el Hijo del hombre, venga en las nubes del cielo con el poder y la autoridad que me da Dios Todopoderoso”.
“¡Ha insultado a Dios, y ustedes mismos lo han oído! ¡Ya no necesitamos más pruebas!”
“¡Qué muera!” Contestaron todos.

                                                     María Magdalena con la mujer de Poncio Pilatos
                                           María Magdalena, Poncio Pilatos y Claudia Prócula su mujer
María Magdalena visitó a la mujer de Poncio Pilatos y la convenció para que interviniera en defensa de Jesús y evitara la muerte de una persona justa e inocente, ésta así lo hizo y Pilatos para quitarse este enorme problema y enterado que era galileo lo mandó a Herodes Antipas.


                                      Judas desesperado  arrojó los denarios a los sacerdotes y se quitó la vida
Mientras ocurrían estos hechos, Judas el que había entregado a Jesús por 30 monedas de plata, viendo como pedían la muerte del Maestro, arrepentido fue en busca de los sacerdotes, les arrojó la bolsa del dinero, viendo que la causa estaba perdida, porque éstos no le hicieron caso, desesperado se quitó la vida ahorcándose.

                                             Juan Antonio Cabrerizo Medina, en el papel del Centurión

En el monólogo que sostiene el Centurión, jefe de la guardia pretoriana, manifiesta su inquietud ante la trama que se está montando alrededor de la persona a la que quieren condenar, vislumbrando su inocencia.
Herodes viendo a Jesús se alegró mucho, porque hacía tiempo deseaba verle; porque había oído muchas cosas de él y esperaba verle alguna señal. Le hizo muchas preguntas pero él nada le respondió.
Lo tomó por necio y loco, mandó le pusieran una túnica blanca y una caña y se lo devolvió a Pilatos.


                                                          Pilatos mandó azotarlo
Pilatos hizo todo lo indecible por salvarle, mientras la chusma pedía a gritos su muerte, mandó azotarlo, le pusieron una corana de espinas, le escupieron y se mofaron, lo mostró en esta actitud a la muchedumbre que seguía pidiendo su muerte. ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
                                  Todo fue inútil por salvarlo, los sacerdotes y el pueblo pedían su muerte. ¡Crucifícale!
Intentó cambiarlo por Barrabás, ladrón pendenciero, que estaba en la cárcel, al que podría canjearlo por Jesús. Todo fue inútil.

                                            ¡Soy inocente en la muere de este Justo! Y se lavó las manos
Pilatos quiso justificarse lavándose las manos, y lo entregó a la turba que pronto le cargaron con el madero.


Con la cruz a cuestas, camino del Calvario, las fuerzas le flaqueaba y los sacerdotes temían que no llegara a su término, pidieron que alguien le ayudara y se ofreció Simón Cirineo.
                                                      Encuentro con La Verónica

El realismo con  los que se desarrollaron estas últimas escenas fue ¡tan impresionante! tanto en las diversas caídas, como en el monólogo de la Verónica que se acercó a enjugarle el rostro dejándole plasmado su figura en el lienzo.


La madre de Jesús no había aparecido en escena hasta este momento, las palabras que sostuvo con su hijo fueron interpretadas con una fuerza, ternura, sentimientos de dolor maternal, con una genialidad tal, que tengo la completa seguridad de que a todos los que presenciamos esta exégesis se nos pusieron los bellos de punta, ¡como escarpias!

                                                         María quiere seguir a su hijo
                                                 La madre de Jesús tiene que ser consolada
Una madre dolorosa que quiere seguir con su amado y que tiene que ser consolada por las buenas mujeres que le acompañan.
Después de una pausa, los teloneros haciendo los últimos esfuerzos por correr las pesadas cortinas que les habían dado la tarde, dieron  paso a los momentos más solemnes y emotivos de la representación.


La crucifixión. El crepúsculo vespertino había caído, el sol nos había dejado y, en un pueblo que se encuentra a una altitud  de 1250 metros, el calor del día dejó paso a un fresco que hacía temblar los cuerpos.


La escena: Un Cristo semidesnudo, clavado en una cruz, con el cuerpo amoratado, cortejado por dos cruces con dos bandidos a ambos lados.

                                                   Los soldados se juegan a los dados las ropas
 Unos soldados que se juegan a los dados las ropas del ajusticiado, un Cristo que perdona, que clama que le calmen la sed, 

                                                              ¡Tengo sed!


                                  Impresionante, el monólogo de María, la madre de Jesús, dirigiéndose a su hijo.
entre risas de la perfidia que le rodea y una madre en un largo monólogo ¡impresionante! que igualaría a la mejor artista profesional que lo realizase. 



                                       La muerte desgarró el momento.



Llegamos al descendimiento y de nuevo María, la madre, con su hijo en el suelo hace vibrar de emoción a un público que, a pesar del fresco que reina, siente como su cuerpo invadido por el entusiasmo y la emoción del momento denota  escalofríos que se propagan de los pies a la cabeza.


Puso rúbrica de oro a este final el momento de la llegada del ángel y la salida triunfante de Jesús resucitado del sepulcro; 




                                       La emoción que me embargaba, me hizo ver a Jesús flotando en el aire.
no sé  si fue el cansancio de una jornada intensa de cuatro horas, o la emoción que me embargaba, me pareció ver a Jesús levantándose del sepulcro como si flotara en el espacio.

Con un aplauso, que duró varios minutos, y la salida a escena de todos los actores terminó esta magnífica jornada que permanecerá para siempre en el recuerdo más profundo de mi existencia.
Mi felicitación más efusiva a todos los actores, por el magnífico papel desarrollado, por la cantidad de horas de trabajo y ensayos que conlleva, y a todos los que han  colaborado y han hecho posible la realidad de este evento.
Un elogio especial y mi más cordial congratulación a la directora de la obra, Encarnación Corral Baena, cuya labor suele pasar en el anonimato. ¡Enhorabuena!
Quede este recuerdo para la posterioridad archivado en la "nube de los internautas".


                                               José Medina Villalba

5 comentarios:

  1. Nos parece extraordinario como has descrito el maravilloso dia que compartimos con vosotros en ese entrañable pueblo que es para toda nuestra familia. Seguro que nuestros padres compartieron desde lo mas alto estas emociones y sensaciones que todos experimentamos. Gracias por todo lo que nos aportas.

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    1. Era para mí un deber dejar testimonio escrito de este acontecimiento que muy de tarde en tarde se viene celebrando. En el año 1969 presencié esta representación y tenía sumo interés en participar, como espectador, para dejar certificado expreso de su realización. Disfrutamos mucho por la puesta en escena y sobre todo por la convivencia familiar en todos los momentos del día.
      "No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
      En ese día se conjuntaron las dos cosas, la comida, abundante y jocosa en algún momento, Cristián el camarero, puso su nota de humor, que corresponde a la parte primera de la frase anterior, y la obra escenificada a la segunda. Gracias por vuestro comentario que permanecerá para siempre, no sólo en la letra escrita, sino en el corazón de vuestro primo que os tiene en gran estima y valoración. Un fuerte abrazo. José Medina Villalba.

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  2. El relato de la inolvidable jornada que pasamos en Lanteira con motivo de la asistencia a la representación de la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, ha sido magníficamente recogido en este escrito.
    Sabía que tu asistencia no pasaría desapercibida; desde que salimos de Granada y a lo largo de toda la jornada, mostrabas una actitud muy diferente a la de los restantes miembros del grupo. La motivación de quienes nos desplazamos evidentemente era plural, había mezcla de deseos de encuentro con familiares y amigos, de curiosidad por descubrir, conocer, descansar y gozar de la armónica sinfonía paisajística de este bello rincón de Sierra Nevada, de su gastronomía y tradiciones, como es la escenificación de la Pasión del Señor por actores no profesionales en la que intervinieron un centenar de personas del pueblo.
    Pero en ti se apreciaba algo más, desde que unos días antes acordamos desplazarnos, en el viaje y durante la estancia; en todo momento expresabas una gran capacidad de sorpresa y una observación tan sutil en detalles que escapaban a la percepción de la mayoría de los que te acompañamos. Mostrabas la actitud propia del científico social, que protagonizó B. Malinowski en las Islas Trobiand, y que ha descrito en su obra “Los argonautas del Pacífico occidental”, la del “observador participante” que se involucra participando como uno más en la vida de lo observado, pero manteniendo la distancia para después reproducir con objetividad el objeto de la investigación. De ahí que mantuvieras siempre una conversación siempre interrogativa sobre imágenes instantáneas, u otras que el recuerdo te proporcionaba; te retirabas disimuladamente para tomar anotaciones; y no dejaste de captar el momento en instantáneas fotográficas. Todo ello hacía presagiar el trabajo de campo propio de un etnógrafo, como así ha sucedido en el magnífico engranaje de los contenidos y vivencias más relevantes de este inolvidable Domingo de Ramos de 2015, con el que nos has sorprendido y que, con la generosidad que siempre te acompaña, nos lo ofreces en tu blog, en un lenguaje sencillo pero culto, y con excelentes destellos literarios, y que será siempre un referente para el recuerdo de este evento.
    Durante ese día tuve a lo largo de toda la jornada un pensamiento reiterativo, físicamente imposible, pero la libertad de la imaginación me hizo vivenciar cómo el beato D. Manuel Medina Olmos, en otros tiempos Director del Colegio “Ave María”, nos acompañaba, por ser familia, por ser lanteirano y porque no dejó de asistir a las representaciones de la Pasión que tuvieron lugar en su época.
    José Gómez Medina

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  3. Estimado primo Pepe:
    En primer lugar mi agradecimiento más profundo por tu excelente y emotivo comentario al archivo de LA PASIÓN.
    Las correcciones que me indicas, y a las que correspondo, están realizadas.
    Sería muy interesante y le daría una mayor prestancia y enriquecimiento al texto literario, poder cumplimentarlo con algunos diálogos originales de los que se pusieron en escena, en boca de los actores, máxime cuando se trata de pasajes que tienen sus orígenes en siglos pasados.
    Como tu muy bien relatas mis pretensiones eran múltiples, pero todas girando en torno a un eje principal: LA PASIÓN.
    Como gran filósofo y psicólogo que eres, que sabes captar perfectamente las actitudes, movimientos y reacciones de los que te rodean, pusiste, ese día, tu "ojo clínico" en mi persona y no se te escapó el más leve movimiento; Sherlock Holmes, no lo habría hecho mejor en sus pesquisas de descubridor e investigador, te felicito.
    No he leído "Los Argonautas del Pacífico Occidental", pero se me ha despertado el interés e intentaré darle una pasada detenida por mi mente.
    En mis escritos, siempre me propongo mantener vivo el interés del lector y a ser posible introducirlo en el escenario de la trama literaria, convirtiéndolo en un actor más de aquello que estoy relatando; procuro adjuntarle al pasaje bastante fotografía relacionada con la exposición con el fin de mantener vivo el interés sobre lo que se lee.
    No pretendía, como objetivo único, ser un ethnos grapho, para inmiscuirme en las costumbres y tradiciones de mi gente de Lanteira, pero el tema lo requería y no hice nada más que lo que suelo realizar en mis trabajos de campo, como método de investigación sobre el terreno, y el asunto a tratar lo requería.
    He querido dar a conocer a los cinco Continentes, ya que tengo seguidores en todas las partes del mundo, que hay un pueblo maravilloso, aparte de sus estructuras y construcciones propias de la zona, llamado Lanteira, constituido por unas gentes que lo enorgullecen, situado al pie de Sierra Nevada, blanqueada casi durante todo el año, por el maná prodigioso que le proporciona la maestría del Creador.
    También viajó, ese día, por mi pensamiento la figura de D. Manuel Medina Olmos, al que siempre realzo su figura en las diversas visitas que llegan al Colegio y a las que acompaño como guía pedagógico, a él y a mis padres les debo lo que soy y en el lugar que llegué a ocupar dentro de la Institución, a la que sigo ligado.
    Son numerosas las visitas que durante este curso han pasado por el colegio, una de ellas la organizó nuestro primo Pepito, puedes seguirla en mi blog entrando en el mes de abril de este año, el título es: GRANADINOS EN VALPARAISO. ESCUELAS DEL AVE MARÍA.
    De nuevo gracias por tus elogios a mis textos literarios, siempre, modestia aparte, son gratificantes, sobre todo si provienen de un señor Catedrático de Filosofía.
    Te animo a que sigas, de vez en cuando, echándole una ojeada a otros archivos, y que continúes haciendo los comentarios que creas oportunos.
    Para Pilar y para ti un fuerte abrazo.

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