domingo, 16 de octubre de 2016

SANTO DOMINGO Y LAS ESCUELAS DEL AVE MARÍA

                         

    La espadaña centinela perenne y hierática de la fachada de la Iglesia de los Dominicos, clava su mirada en el cielo de Granada, un cielo que esta tarde 12 de octubre se cubre de negros nubarrones amenazantes de lluvia, de un orvallo que, durante un muy cercano espacio de tiempo, ha empapado la ciudad de agua caída a raudales.


      Un aguacero, que se esperaba como el maná caído del cielo, porque hasta los cactus se estaban secando.
    

      Un público impaciente, esperaba las últimas noticias esperanzadoras para que las puertas de la Iglesia se abrieran y poder ver por las calles principales de esta ciudad las imágenes de la Virgen del Rosario y de Santo Domingo.
   


     Los sonidos atronadores de las campanas que cuelgan en los ojos de la espadaña, dejaban el tañido metálico de sus voces sobrevolar por el espacio, mientras una banda de instrumentos musicales entraba en la plaza al ritmo de una marcha procesional.
  

     Las miradas, casi suplicatorias, estaban fijas en el firmamento, para que dejara un espacio de tiempo descampado y se pudiera procesionar.
   La pequeña puerta del enorme portón del monasterio dominical daba paso a los cofrades, estandartes, cetros…, de las distintas hermandades que acompañarían a la comitiva, para que pasaran al interior de la Iglesia de Santo Domingo, y poder  organizar el cortejo una vez se acordara la salida.
    

      Por fin, ante el clamor de la enorme expectación, las puertas del templo se abrieron y todo se puso en marcha.
     

     Grupos de alumnos de los Colegios de los Dominicos, perfectamente uniformados luciendo el escudo de sus propias entidades, seguidos de una numerosa representación de las Escuelas del Ave María iniciarían el acompañamiento portando los estandartes acreditativos.
  
                                                         D. Andrés Manjón y Manjón
   
       -¿Por qué las Escuelas del Ave María?
    


                                      Santo Domingo y la Virgen del Rosario. Óleo de Manuel García Quesada
                                                                                                  Capilla de Casa Madre.

     Se cumplen ciento veinticinco años que D. Andrés Manjón, fundador de estas Escuelas, las consagrara  a la Virgen del Rosario.
     
   Rezo del Santo Rosario por los cármenes de las Escuelas. Óleo de José María López Mezquita
     
      Por los cármenes de Valparaiso suenan las notas musicales de los instrumentos que portan los chiquillos de la banda de música, encabezados por su director, mientras por el bosque el trinar de los pájaros que por allí anidan se une a la comparsa.
    
                                                Despedida de la jornada escolar en el Ave María. (1921)
   
        Dos palmos del suelo apenas sobrepasan los que acarrean los instrumentos, cuyos sonidos causan admiración por la potencia con la que se emiten, salida del soplar que le infunden los pequeños concertistas, porque los artefactos musicales  ocupan más espacio que el chico que los transporta.
   
                                                 Los musiquillos ensayando con los instrumentos
     
     Perfectamente formados en fila, portando los banderines con el anagrama de las Escuelas, siguen a los instrumentistas, mientras otro es el cantar constituido, por las cuentas del Santo Rosario que va siendo interpretado al unisono, por los acompañantes que forman el séquito.
    

                                                             Carmen de San José
                                    Los cármenes del Ave María, Santa Isabel y San Juan en la época de Manjón.

     D. Andrés Manjón a la cabeza da el alto para detenerse delante de una de las diversas imágenes de la Virgen, que hay en determinados lugares de los cármenes, por donde transcurre la comitiva;

                                                          Carmen de San Joaquín
                                             
 da comienzo el rezo del Santo Rosario, correspondiendo a uno de los Misterios, gozosos, dolorosos o gloriosos, contestado conjuntamente por todos los que forman el acompañamiento, alumnos, maestros, e incluso alguna madre que quiere saborear y disfrutar de la jornada.
   
                                      La primera banda de música con el director el maestro Francisco Portillo

     Sigue el séquito caminando por los diversos vericuetos de los pensiles de Valparaiso, entre arboledas de almeces centenarios, mientras el rumor de las agua del Rio Darro, intentan enmascarar algunas de las notas dadas a destiempo por alguno de los colegiales.
  
                                         Preparados para recorrer los Cármenes cantando el Rosario. (1920)
     
     Todos los sábados a la caída de la tarde, exhalando el perfume de la hierba de la pradera, de los celindos en flor en la primavera, o sobre la sombra que deja caer la arboleda, alfombrando el suelo del inmenso bosque, se cantaban las avemarías que componen los cinco misterios, por cada uno diez avemarías.
   
                                                               Carmen de Santa María
    
      Esta costumbre cobraba plena solemnidad llegado el día de la Virgen del Rosario. 
     La Casa Madre se desplazaba desde el Albayzín, para hermanarse con el Barrio del Realejo en un abrazo fraternal en la monumental Iglesia de los Padres Dominicos, 

                                               Por el Paseo del Padre Manjón, camino del Realejo
                                         Por la Carrera del Darro,  hacia  la Iglesia de Santo Domingo

trascurriendo el traslado entre los aplausos del numeroso público que, presenciaba la marcha, aplaudía a rabiar al paso de la comitiva.
      

     Abriendo el desfile, el cornetín dando los toques reglamentarios, a continuación la banda de música, seguida por todos los alumnos con sus respectivas banderolas.
   
                                                 Los alumnos del Ave María por la Carrera del Darro
                                                    Los alumnos llegan a la Iglesia de Santo Domingo
   
     Cubría la carrera, por donde pasaban los alumnos de las Escuelas acompañados por sus respectivos maestros, un enorme gentío, mientras se percibía en el ambiente el disfrute de los que contemplaban el paso.
   
                                                     Por la Carrera del Darro, regreso de Santo Domingo

      Todos los años al comenzar el mes de octubre, un día, el Rosario salía en dirección a la Abadía del Sacro Monte.  
   
                                                  Salida del Colegio en dirección a la Abadía
                                              Los alumnos camino de la Abadía

     D. Andrés lo refleja en su Diario.
    Día 6 de octubre de 1895.
    
                                                   Los alumnos llegando a la Abadía del Sacro Monte
    
     Día del Santísimo Rosario. Salieron al Sacro-Monte cantándole todas las Escuelas, comulgaron las Hijas de María y quince niños; 

                                                  Los alumnos entran en la Abadía del Sacro Monte

descendieron cantando al Colegio; se congregaron todos en el edificio nuevo, y se les distribuyeron higos y dulces, después de rogar a Dios nos deje ver concluido el nuevo colegio y darle en él alabanzas y gloria por sus beneficios.
    
                                                  Cantando por los cármenes de Valparaiso
      
     No ha sido el primer año que las circunstancias meteorológicas han dejado el “guante negro”, de la amenaza de la lluvia, cernirse sobre el espacio de tiempo destinado a sacar a la Virgen del Rosario por las calles granadinas, pero afortunadamente, el cielo permitió que cesara la lluvia para que Santo Domingo acompañara a la Virgen en esta tarde tan ansiada.
   

     Por la puerta principal, dirigidos por las voces del capataz, los costaleros supieron convertir en realidad las órdenes que recibían, y ambos tronos lamiendo las jambas que limitan el espacio de la entrada, 


salieron a la Plaza principal, mientras la banda de música dejaba los sones del himno nacional, 



y una atronadora explosión de cohetes cubrían el cielo de una espesa humarada, juntándose con el repique de las campanas.
    

    Aquí abajo otra fumarada salida de los incensarios, que portaban los acólitos ricamente revestidos con albas, sobrepelliz y casullas, dejaban el perfume especial del incienso, como elemento irrevocable que da el carácter imprescindible a todo acto procesional religioso.  


    Las notas musicales de la Salve  Marinera, siempre que la Virgen del Rosario pone sus plantas en la calle, vibraron con tal emoción que alguna lágrima rodó por las mejillas de los presentes.


   Un numeroso grupo de alumnos de las Escuelas del Ave María, formado por pequeños y mayores, acompañados por la directora y jefa de estudios, doña Mari Carmen y doña María José González Moles,


 profesores y padres, con el recogimiento y compostura que se exige, hicieron renacer y revivir una jornada trasladando al presente lo que se hacía en el pasado.
    

    El Ave María volvía de nuevo a hacer realidad lo que hacía tiempo había permanecido en el anonimato.
   
                                                             Alumnos avemarianos en la procesión
       
                                               Por la mañana. 
    ¿Qué pasó por la mañana?
    Las campanas de la Iglesia daban su gran concierto a las doce llamando a participar en la función religiosa, como apertura a una jornada que se prometía gloriosa, como así sucedió.
   

    Banderas con diversidad de colores, de España, del Vaticano, de las diversas cofradías, engalanaban las calles y plazas del barrio del Realejo, 



                                     El barrio del Realejo engalanado con el colorido de las diversas colgaduras

dando un colorido peculiar a esta solemnidad, como coreografía excepcional, para enriquecer este día especial.
   


      El interior del templo plenamente lleno, con toda la representatividad de clérigos dominicanos, Patronato de las Escuelas del Ave María, con su Presidente, D. Emilio Atienza Rivero a la cabeza, directores, profesores, Junta Directiva de los Antiguos Alumnos del Seminario de Maestros del Ave María, alumnos, miembros y representantes de las diversas hermandades semanasanteras, arroparon la misa que se celebró con la máxima solemnidad que requería este evento.
    

     Una coral acompañada con el órgano, dejaron las notas magistrales en sus diversas interpretaciones.
   

     La homilía, con el aplomo con que suele hacer gala el sacerdote Consiliario Espiritual, puso de relieve la solemnidad del momento en relación con la Virgen del Rosario y Santo Domingo.
    
                                                           La Virgen del Rosario
      
     Hizo referencia, entre otras, al amor de Dios hecho misericordia para cada uno de nosotros, nos ayudará a vivir aprendiendo como María, a experimentar la misericordia de Dios.
  

   Resaltó cómo debe ser el amor en la familia para que sea, como lo que Dios quiere, porque a veces el amor en familia se hace en el marco de mucha brevedad.
  

      Habló del sentido de renovación y conversión, en este tiempo que nos viene, donde María es un punto de referencia para el mantenimiento en la fe.
  
                                                            Santo Domingo
     
    Alentó a vivir la palabra de Cristo, según la pusieron en práctica Santo Domingo y la Virgen del Rosario aquí presentes.
   Animó a las distintas hermandades para que sigan creciendo en la fe a través de la práctica de la palabra del Evangelio.
   

   Mencionó cómo en este ciento veinticinco aniversario, D. Andrés Manjón está presente y sus Escuelas del Ave María, al consagrar un día 12 de octubre de 1891 sus Escuelas a la Virgen del Rosario.
  
                                                 Imposición de medallas a los nuevos cofrades
     
     Se impusieron las medallas a los nuevos cofrades, mientras desde cada uno de los tronos situados a ambos lados del altar se palpaba la emoción contenida por el numeroso público contemplando las dos imágenes, la Virgen del Rosario, colocada en el lateral izquierdo, bajada de su camarín una joya del barroco andaluz, con su espectacular sala de la Virgen toda revestida de espejos.
  
     
                                                      Camarín de la Virgen del Rosario
    En el lateral derecho del crucero, saliendo de su hornacina acristalada, la imagen de Santo Domingo.


      El incensario hábilmente manejado por uno de los ayudantes a la ceremonia, dejaba en el ambiente una neblina que subía desde la escalinata hacia el Altar Mayor para glorificar al que se hacía presente en esos momentos.
  

    Hacia el cielo, a través de las bóvedas de la iglesia, se elevaba el entusiasmo de un público, que vibró durante toda la ceremonia para culminar, dirigiendo las miradas al altar de la Virgen, con el canto de la Salve. 

Salve, Regina, Mater misericordiae,
vita dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules filii Hevae,
ad te suspiramus, gementes et flentes,
in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos ad nos converte….



     Con el canto a la Virgen del Rosario reina de los mares la jerarquía eclesiástica tomó rumbo a la Sacristía.

                                    Representantes de las Escuelas del Ave María, delante de la Virgen del Rosario
     
     Las fotos de rigor delante de la copatrona de la ciudad, de los diversos grupos participantes, se harían delante del trono, como testimonio fiel de una jornada que quedará impresa en los Anales de la Historia del Ave María.
    

     La plaza de Santo Domingo, brillaba después de la lluvia caída y las figuras se deslizaban a través del espejo que en el suelo las dejaba reflejarse, con la figura de Fray Luis de Granada siempre expectante a lo acaecido.
   
                                                        Monumento a Fray Luis de Granada
      
     Hemos recuperado una tradición que dejó patente el fundador de las Escuelas del Ave María, con la consagración a la Virgen del Rosario como protectora; quedó enmascarada en el anonimato durante muchos años y ahora, gracias a la conmemoración de los 125 años de esta consagración, ha vuelto a surgir de sus cenizas para bien de nuestra entidad.
    Las Escuelas del Ave María, su Patronato, cargos directivos, profesorado, padres de familia, harán que esta participación se siga repitiendo todos los años, en cumplimiento a la consagración que D. Andrés Manjón hizo en su día.
                                   
                                                José Medina Villalba

                              
                                          REPORTAJE FOTOGRÁFICO








































































4 comentarios:

  1. Querido amigo Pepe: Los ritos tradicionales son costumbres, que por trasmisión sucesiva de unas practicas religiosas van pasando de una generación a otra de una manera ininterrumpida. Esta, como todas las tradiciones, son las raíces que conforman una cultura y dan contenido e identidad propia a la sociedad que las mantiene y practica.
    Pero en este caso existe una causa y motivo que ayudan a su permanencia, y es que existe un portavoz un comunicador que ayuda de una manera nunca suficientemente valorada, a su difusión a su pormenorizada explicación de los motivos, de los orígenes, para el mejor conocimiento de la presente generación, para que todo aquel que acuda a esta celebración, lo haga de una manera participativa, alegre
    y formativa.
    Este portavoz que ya no utiliza dulzaina, sino que es un experto en técnicas de comunicación modernas, lleva a cabo una labor, que todos debemos estarle agradecidos por tan esplendido y vocacional trabajo. Amigo Pepe´como siempre recibe la tradicional felicitación de tu amigo Pepe Cuadros.

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    1. Querido amigo Pepe:
      Ciertamente como tu muy bien expresas, las tradiciones juegan un papel muy importante en la sociedad, tan importante o más que la misma Historia contada a través del lenguaje escrito. Aquí juega un papel muy significativo la tradición de hábitos y costumbres en la vida familiar, para bien, o a veces no tanto, de costumbres y formas de vida dentro del ámbito doméstico.
      En el Ave María existían varias tradiciones que fueron desapareciendo al ser sustituidas por otros comportamientos que no crearon un valor igual o superior a aquellas que se fueron extinguiendo.
      Tales fueron los acompañamientos que en determinados actos religiosos, los alumnos y profesores de la Institución Avemariana hacían con su presencia en las procesiones del Corpus Christi, Virgen de las Angustias, visita a las catacumbas en la Abadía del Sacromonte, en la festividad de San Cecilio, o a la Iglesia de Santo Domingo,todos los años, por el hermanamiento de las Escuelas del Ave María con la Virgen del Rosario, de las que se podían sacar consecuencias de valor religioso, ético y moral para el alumnado y acompañantes.
      Han tenido que venir estos 125 años conmemorativos de la Consagración que D. Andrés Manjón hizo de las Escuelas del Ave María a la Virgen del Rosario, para que se vuelva a recuperar un pasado que tuvo su transcendencia y que puede seguir teniéndola en el presente, máxime cuando el fundador la llevó a cabo durante su vida y después durante muchos años se siguió haciendo.
      Mi papel ha sido muy sencillo propagar a los cuatro vientos lo que se hizo, se ha hecho este año, y se debe seguir haciendo.
      Muy agradecido por tu gentileza, como siempre, en tu felicitación.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Excelente crónica, y bellas fotos y videos, muchas gracias por compartirlos.

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  3. Como miembro activo de la Institución Avemariana tenía que dejar constancia de este evento, para que quede grabado en los Anales de la Historia, tanto de la Virgen del Rosario, en Santo Domingo, como en las Escuelas del Ave María.
    Ha sido un hecho prodigioso, que se hayan conmemorado los 125 años de la Consagración que D. Andrés Manjón hizo de las Escuelas a la Virgen del Rosario.
    Recuerdo de niño, después de maestro, venir todos los años, en esta fecha, a cumplir con la promesa que el fundador hizo.
    Nuevamente se ha reanudado el cumplimiento de este compromiso que procuraremos se siga realizando de ahora en adelante.
    Gracias a la Archicofradía del Rosario por el comentario.

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