domingo, 26 de febrero de 2017

SINFONÍA DE AGUA





¡Que sonora va el agua
 llamándose Granada!


Agua por los arroyos,
inocente y alegre
como la infancia.


Agua por las acequias,
fresca, nueva, graciosa
igual que una muchacha.

¡Qué íntima está el agua
llamándose Granada!



Agua por los aljibes,
abandonada.


Agua por los estanques
ensimismada.

¡Qué sonora, qué íntima,
y que triste está el agua
llamándose Granada.

(Federico  García Lorca)

 Era una mañana apacible, tranquila, de esas mañanas que el espíritu se engrandece cuando vas paseando de forma sosegada.
Son numerosos los lugares que tenemos en Granada para pasear, y meditar, para traer al presente y hacer vivir los recuerdos de los años pasados, yo diría más los que se prestan a esto, que los que no.

                                                Bellos lugares para pasear por Granada

      Ciertamente, cuando el ajetreo diario del trabajo no te deja apenas tiempo para disfrutar de lo que la Naturaleza nos ha regalado, en esta maravillosa Granada, porque los quehaceres te tienen metido en una burbuja de ocupaciones y faenas, sin embargo, la belleza del mismo entorno en el que vivimos, te va impregnando de esos encantos sin que apenas te des cuenta.


                                                       El cortijillo de "Juanillazo"


       Cuantas veces, en años que se vislumbran desde lontananza a larga distancia, he subido por esta Cuesta, la del Rey Chico, ascendiendo en mi compañera diaria de viaje, la Vespa, para prestar mis servicios en lo que llamábamos el cortijillo, de "Junillazo"; esta mañana no son las ruedas del vehículo que me trasportaba, sino mis propios pasos los que han comenzado a subir esta pendiente, una de las faldas laterales sobre las que se apoya la majestuosa Alhambra.

                                              El Peinador de la Reina y la Torre de Comares

      Ensimismado en tantos recuerdos pasados arbolaba lentamente, dirigiendo mi mirada unas veces al Peinador de la Reina, recoleto, como una pequeña joya incrustada en el gran monumento morisco, junto al gigantesco volumen de la Torre de Comares, 

                                     Las casas del Albayzín se apiñan como las celdas de una colmena

otras veces girando mi cuerpo para contemplar la muchedumbre de enjalbegadas casitas que se apiñan como las celdas de una colmena, con sus largas espadas mirando al cielo, las torres de las mezquitas convertidas en iglesias, cuya exquisita miel se encierra en un nombre, que han recorrido los cinco continentes, miel que atrae a los que nos visitan, el Albayzín.

                                           La llamada entrada de los románticos  a la Alhambra

      Una de las antiguas entradas al recinto, hoy cerrada a cal y canto, tantas veces plasmadas por los pintores románticos que durante el siglo XIX se hospedaron por estos lares, la vislumbro con su estrecho caminito, que serpentea subiendo a una puerta que añora tiempos pasados.

                                                 Atardeceres mágicos en Granada

      Apoyado en el pretil del murete que bordea el camino, algunos enamorados entre arrumacos en los atardeceres primaverales, cuando, el ruiseñor canta, y el cucú deja su sonido misterioso, en intermitentes, ¡cu cu!, ¡cu cu!..., como salidos de ultratumba, cuando vibra con fuerza la sabia del amor;


 mientras la tarde se despide sigilosa, apareciendo las tenebrosas oscuridades de la noche, rotas por la luminosidad de la luna que va lentamente asomándose por los ventanales del Partal.
 Han dejado allí, día tras día, grabados sus nombres sobre la arcilla convertida en ladrillo, para perpetuar las carantoñas, mimos y caricias que portan  los placeres de los amores secretos.


      Allá abajo, en el barranco, el acueducto que conduce el agua de la Acequia de Santa Ana, “Romaila”, el sonido de las palas que arrastraban, a través de la boquilla, los panes del horno de Jesús y los haces de abulagas almacenadas en la puerta para alimentarlo. 



                                                   Carmen del Granaillo, el molino y el horno de Jesús
                                       
Más abajo el Carmen del Granaillo, donde nació y vivió el pintor Marino Antequera, que ha perpetuado en sus lienzos los rincones más bellos de Granada, maltratados, hoy día, por la picota destructiva y el cemento vejatorio, impuesto por mentes descerebradas.
 Todo va pasando por delante de mí en una ráfaga instantánea que se difumina rápidamente.

                           La guardia de Boabdil, con su jefe, descienden de la Alhambra,camino del Albayzín

      Sigo ascendiendo, algunos visitantes al monumento pasan a mi lado, mientras continuo abstraído en mis pensamientos; un tropel de caballos, bajan precipitadamente con jinetes a la grupa, turbantes y chilabas se bambolean en el aire como banderas impulsadas por el viento que llega de la ribera del Darro, perfumado por la fragancia de los primeros anuncios de la primavera, junto a las novedades de las florecillas que bordean el camino.


                                                       Boabdil el Chico

      Cubiertos los rostros, protegiendo al jefe que los dirige, son un grupo de abencerrajes, descubro a la cabeza a Muhámmad XII, Boabdil el Chico, al que los cristianos le llamaban despectivamente Al-Zugabí, “El desdichado”, con su gran espada a la cintura, deja destellos de rayos que deslumbran al contemplarla, por  su ornamental empuñadura, con labrados verdadero trabajo de orfebrería.

                                                       La espada de Boabdil

        Escapa de la prisión a la que ha estado sometido por Muley Hacén, apoyado por la despechada Aixa, su madre le espera  en lo alto del Albayzín, en el Palacio de Dar Al-horra, para preparar el asalto al poder y convertirse en el último rey de Granada.  

                                                                  Puente del Aljibillo

      Tengo que apartarme y apoyarme en el terraplén terroso, que bordea este desfiladero, cubriéndome el rostro ante la enorme polvareda que dejan al pasar, envolviéndolos en una nube, que haciendo invisible al grupo, se pierde por las orillas del río Darro, atravesando el Puente del Aljibillo.

                                           Las princesas: Zaida, Zoraida y Zorahaida

      Algunos sonidos melódicos de guitarras y bandurrias llegan a mis oídos, al culminar la pendiente y comenzar el llano, son los caballeros cristianos prisioneros, mientras disfrutan la hora del descanso, salvando la vigilancia de los guardianes deleitan con los acordes acústicos de las cuerdas de sus guitarras y bandurrias a las princesas prisioneras en la Torre de las Infantas a: Zaida, Zoraida, y Zorahaida.

                                                   Torre de las Infantas

       Suspiran las princesas de emoción y llora el agua que se precipita a los pies de las tres torres que delimitan el camino.
Hay una orquestación especial, los bajos y graves se deslizan lamiendo el pie de los fortines, en un alarde de aguas que bajan precipitadamente como queriendo escapar pronto de estos parajes, mientras los agudos sobresalen despeñándose en una cascada vertiginosa.


                                                    El sonido orquestal del agua

       Me quedo embelesado escuchando el sonido orquestal del agua que corre por el arroyo, no puedo por menos que sentarme en una alfombra verde de hierba, que demarca el camino, cualquier compositor estaría escribiendo en un pentagrama las mejores sinfonías en este apacible lugar.


                                             El agua del arroyo lava los  pies de las torres

Ante el fluir placentero de la corriente al deslizarse suave, lavando los pies de las torres, mi imaginación vuela junto al susurro del agua al chocar con las rocas que se interponen en su camino; más, de pronto, surge la furia del sonido tormentoso del enorme caño que sale de las entrañas de la muralla, como el parto que explota de la madre Alhambra, de la misma manera que los enfurecidos sonidos de timbales y platillos acallan la dulce melodía de los violines que plácidamente corren por el arroyuelo.


                                                    El parto de la Alhambra hecho agua

      Todo recuerda la composición de Claude Debussy, con “Atardecer en Granada” impregnada de misteriosos y cálidos perfumes.


       Me saludan un grupo de japoneses que pasan a mi lado levantando los dedos de la mano en señal de amistad, con sonrisas en caras placenteras, ojos rasgados y miradas penetrantes saturados de la belleza del entorno, también lo hace el perrito que se adelanta a sus dueños, deleitándose en el lugar.
Es camino de románticos, camino para meditar, pero también para los intrépidos velocipedistas que llanean después de haber subido una dura cuesta.



Incrustado en la muralla como una roca más, dándole consistencia, habla Federico a través de su pequeño, pero profundo poema.
Quiero bajar al pozo.
Quiero subir los muros de Granada.
Para mirar el corazón pasado.
Por el punzón oscuro de las aguas. (F.G.L.)



Escucho unas palabras que me conmocionan:
-“te quiero”.
- ¿A mí?
-Pero bueno…
¡Es posible!
¿Quién?
Situado en el quiebro que hace el camino, en el mismo rincón donde se encuentra el mural del poema, donde se deja de ver el camino pasado, una pareja de enamorados, cuando uno se había adelantado y no percibía la  presencia de la otra persona, ella, desde la otra parte del camino le ha lanzado este mensaje.


                                                      El Rincón de los Secretos

         -¿Lo habrá captado él, que no la está viendo ni oyendo?
-Perfectamente.
 Este lugar tiene la propiedad, como ocurre en la Sala de los Secretos en el Patio de Lindaraja, de trasmitir los sonidos a través de la curvatura que hace el muro.
Compruébelo si alguna vez quiere declarar su amor, y no se atreve a decírselo cara a cara.

                                            Torre del Agua

       La Torre del Agua y el puente del mismo nombre, que une el Generalife con los palacios árabes, me ven pasar camino de la mimbre. Ese rincón misterioso, hoy transformado en un lujoso restaurante, en otros tiempos fue un simple kiosco de madera de color verde.


                                                     Paseo de los Tristes

      Aquí  descansaban los que transportaban al “finiquitado”, cuando marchaban camino del “dormitorio eterno”,  -después de haber pasado por el Paseo de los Tristes y la Cuesta de los Chinos o del Rey Chico- y en cuyo lugar, a la vuelta de cumplir con el sepelio,  se formalizaban  las promesas de beberse un vaso de vino,  a la salud del que se quedaba, y en memoria del ausente.
La Torre de los Siete Suelos y el misterio de los tesoros que  allí se esconden, bajo las palabras mágicas de un sortilegio que hay que pronunciar, al que se atreva llegar a al último suelo,  me inquietan al pasar junto a ella. 
¿Quien posee la nigromancia para llegar al corazón de la torre?


                                                   La Torre de los Siete Suelos



                                               El tesoro de la Torre de los Siete Suelos.

       Los gorjeos de los jilgueros que rondan por el bosque, con pequeños destellos del celo atrayendo a su pareja, son los anuncios de una primavera que quiere hacer acto de presencia, pero que aún la pereza a la que le tiene sometida, el vestido frígido del invierno, al que todos sus habitantes desean se marche pronto.


 Porque el bosque de la Alhambra, sus jardines, palacios y almenas, e incluso estanques son un hervidero de vida animal. El monumento nazarí no sólo es el punto de confluencia de turistas ávidos de arte y cultura, es también refugio y hábitat de numerosos especies de vertebrados que encuentran en la colina un lugar donde vivir.

                                            El asombro de los turistas que visitan estos lugares

Refugiarse en tiempos de temperaturas extremas y donde desarrollarse: la ardilla roja, chochines y petirrojos, gorriones, cernícalos, mirlos, golondrinas, currucas capirotadas, búhos, palomas, jilgueros, canarios, pinzones…, ponen su nota saludando, al que pasa, desde cualquier rama de los árboles del bosque, o atravesando el camino ante el asombro del paseante.

                                            Los jilgueros del bosque de la Alhambra

      Los ojos vidriados del búho te miran vigilantes, escondido entre las ramas de un arce cuando en solitario paseas por la noche, alumbrado por la tenue luz de las farolas que bordean a ambos lados el camino, mientras escuchas el sonido del agua que se desliza por los arriates.

                                             El sonido silencioso del agua por el arriate

El agua de este romántico paseo, descendiendo por la colina del Mauror, es agua de un gazpacho andaluz, aquel que bebían los segadores del campo, en las calurosas jornadas del estío, para alimentarse y refrescar sus cuerpos en los breves descansos en la recogida de la mies: 

                                                  El gazpacho de los segadores

pimiento, tomate, pepino unos trocitos de pan, un poco de vinagre y acetite, pequeñas perlas doradas flotando como goletas, esperando ser engullidas, todas flotando a modo de minúsculos veleros.

                                 La Fuente del Pimiento

       El gazpacho del bosque alhambreño, lo componen las fuentes del pimiento y del tomate, aderezado con las florecillas blancas del borde del camino,


 trocitos de pan que emergen en una superficie cristalina donde se acercan a beber los jilgueros, y demás avecillas que por allí anidan.

                               Monumento dedicado a Ángel Ganivet

       La fuerza del hombre sobre la Naturaleza, que el gran escultor, Juan Cristóbal, nos dejó en memoria de Ángel Ganivet, es uno de los recoletos rincones de este bosque, el sonido del chorro del agua en parábola olímpica, rompiendo el cristal del espejo del agua de la alberca, me traslada al olimpo de los dioses, o a la paz del sombrío claustro de los conventos benedictinos, donde el tañer de la campanilla de la monja guardiana, 




me suena a maitines, laudes, tercia, nona, vísperas o completas, según la hora, mientras descanso en uno de los bancos que rodean el monumento, nos metemos en el repicar y rasgueo del agua sobre el pequeño estanque.


Me encontraba en la bifurcación de dos caminos, y en la tasitura de, o bien continuar descendiendo hacia la Puerta de las Granadas de Pedro Machuca, o descender bordeando el Hotel Alhambra Palas, hasta llegar a mi “guarida “ en el Realejo.


                                                              Carmen d Ronconi

       Por los tapiales del Carmen de Ronconi surgen las notas hechas canto del barítono veneciano Giorgio Ronconi, con una voz grave superando a cualquier tenor en agudos viriles, y a cualquier bajo en ligeros brillantes.


        La alfombra gris que serpentea por la calle que desciende, hace que mis pasos sean cómodos, para seguir contemplando la belleza de la ciudad que se vislumbra en la lejanía.


Hay momentos que la escalinata nos invita a dejar la alfombra para ir alternado la bajada, que se completa con la visión del color butano del parador que construyera el aristócrata el Duque San Pedro de Galatino, inaugurado por el rey Alfonso XIII, el 1 de enero de 1910, para ir poco a poco penetrando en las callejas del barrio del Realejo, donde los cármenes se hermanan con los albaicineros, en belleza externa, intentando imaginar el tesoro que su interior encierran.

                                                   Placa dedicada al pintor D. Gabriel Morcillo
                                                       Cármen del Realejo

        ¡Cuántos recuerdos!, al contemplar la placa dedicada a aquel pintor granadino, al  que tuve la suerte de ver retratar con los pinceles, en la Escuela de Artes y Oficios, como mi primer guía en estos senderos del arte pictórico.


       El ligero sonido de los dos chorritos de agua del pilar, que se interponen en mi camino, para aliviar la sequedad de mi garganta saturada, al acaparar tanta magnificencia y belleza en este paseo mañanero.
¡He llegado a mi barrio, estoy en el Realejo!



¡Qué sonora va el agua
Llamándose Granada!
                                       José Medina Villalba











11 comentarios:

  1. Amigo Pepe:Desde la costa malagueña, oyendo el rumor de las olas romper sobre la playa, me he dispuesto a disfrutar de ese mágico recorrido, que ya realicé en el mes de octubre pasado acompañado de mi mujer, con ocasión de acudir a granada para la asamblea anual de la asociación de antiguos alumnos del Ave-María.
    Aquel paseo que no había hecho desde los años cincuenta, pero lo tenía guardado como un tesoro en el recuerdo. Hoy sin el esfuerzo que supone subir las empinadas y misteriosas cuestas, he vuelto ha hacerlo de la mano del mejor guía, conocedor como nadie de los misterios, de las leyendas que adornan la insuperable historia de la ciudad de los sueños. este paseo de los enamorados cogidos de la mano, compartiendo ilusiones en un entorno apacible, soñador, donde todo es posible si se consigue que la imaginación vuele sin frenos, sin alas; pero subido en la alfombra mágica del Rey Salomón, que evita los baches los escalones, los peldaños de la escalera de los sueños que asciende directamente al infinito imaginario. Si las laderas de ambos lados pudieran hablar y contar todo aquello de lo que han sido testigos a través de los siglos,se necesitarían muchos libros, muchas películas, y mucho ingenio; pero tu amigo Pepe con la habilidad que te caracteriza,has conseguido recrear, una época pasada y presente, amena , mágica,romántica, culta,poética y por supuesto entrañable. Yo he conseguido completarlo, sentado en un mullido sillón, junto a la chimenea, de la que sus efluvios me ayudan a escalar los peldaños, que te llevan directamente al infinito. La torre de la cautiva, la de los secretos,los chorros de agua perforando las murallas,las cascadas surgiendo misteriosas de las paredes ocultas entre las ramas,no creo que se haya encontrado un sitio mejor, para colocar la escultura de nuestro paisano Ángel Ganivet, rodeado de agua y en ella murió por amor.
    Muchas gracias amigo Pepe,la agencia de viajes, que no descansa ni abandona ningún proyecto, esta a pleno rendimiento para el disfrute y regalo de sus viajeros, yo me esgrimo en portador de los que los disfrutan y no lo dicen y te doy las gracias en su nombre y el mio propio. Un fuerte abrazo la próxima vez nos citamos en el restaurante la Mimbre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Pepe:
      Desde el acantilado de tu mansión en el Rincón de la Victoria, contemplando las delicias de un azul intenso del Mar Mediterráneo, junto al rojo potente que desprenden los troncos que tienes echados en tu chimenea, y la calidez de una grata compañía, plácidamente sentado en tu mullida butaca, te han servido para inmiscuirte en la "SINFONÍA DEL AGUA".
      Con qué rapidez, como sagaz detective has descubierto nada más llegar a la nube, el murmullo musical del líquido elemento, que de una forma telepática se ha anclado en tus pensamientos.
      Ambos colores los estoy utilizando para dar viveza al lienzo que en estos momentos tengo en el trípode de mi estudio, para sacar la luz y colorido infinito que se puede encontrar en cualquier rincón de nuestra misteriosa Granada.
      Hacía tiempo que no paseaba por estos secretos, abiertos al público en un lugar insólito, remozado totalmente en lo que se refiere al suelo que hay que pisar, ha hecho que se convierta en un sitio muy frecuentado y además como medio transmisor y de enlace entre el recinto alhambreño y el barrio del Albayzín.
      La agencia de viajes, "La Alfombra Mágica", la que en estos momentos, con tu permiso bautizo, sigue viento en popa, gracias al agente que carga sobre su responsabilidad el pesado trabajo de la publicidad, y sobre y sobre todo siendo el portador, una vez que se ha realizado el circuito turístico y ser el comunicador de los muchos clientes, lectores, que viajan con nosotros, disfrutando de las delicias que resuma nuestra "Garnata", pero que no se atreven a dejar impresas sus sensaciones, por reparos infundados, aunque si lo suelen hacer en los correos particulares que me envían.
      Sin embargo se nos ha enganchado a la "Alfombra Mágica", una viajera, llamada Carmen Olmedo, que ha plasmado sus improntas, a las que te remito, porque sin la menor duda son un reflejo fiel del disfrute de una nueva turista, o quizás no tan nueva, pero que hasta ahora no se había manifestado; posiblemente ha expresado las impresiones no solo personales sino las de otros viajeros.
      Seguimos adelante y ya puedes ir preparando la difusión divulgativa de la nueva salida que pronto te comunicaré y que no supondrá mucho gasto de combustible para nuestra "Alfombra Magíca".
      Te agradezco la cita en "La Mimbre", pero que no sea por haber ido a despedir a cualquier amigo.
      Mis agradecimientos, al primero de abordo, por sus comentarios.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. José Medina Villalba!! Verdaderamente increíble!! Si no fuera porque soy granadina, -con esa bellísima descripción poética de los lares de la Alhambra- cualquier persona que no conociera nuestra preciosa ciudad, sería capaz de trasladarse a cuan mágico lugar sin ni siquiera ver las imágenes. Hacen falta libros de historia, y sobre todo, autores cuya narrativa pueda llegar al lector tal y como lo haces tu a través de tu blog. ¡¡Muchas gracias por compartirlo con nosotros!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada amiga y nueva viajera en "La Agencia de Viajes, La Alfombra Mágica":
      Quizás al leer esta introducción te veas sorprendida por la forma de responder a tu magnífico comentario, al último archivo de mi blog, con el título: "SINFONÍA DE AGUA", comentario que me ha fascinado y llenado de placer insospechado y que te agradezco profundamente, por el maravilloso texto literario que despliegas en él.
      Pido disculpas anticipadas si te sorprende la entrada, un poco, o un mucho anacrónica, pero son los intercambios entre otro comentarista de mis archivos, el sevillano, Pepe Cuadros y este escritor.
      Te remito a las paráfrasis que ambos recíprocamente utilizamos y que realmente son producto de nuestras, un poco disparatadas fantasías, para dar un poco de sabor a nuestros comentarios. (Basta con que leas estos comentarios anteriormente expuestos)
      Amiga Carmen, nueva viajera de la "Alfombra Mágica", sé bienvenida y no temas alistarte en esta fascinante Agencia, si te apetece.
      De nuevo muchas gracias por tu comentario, y por compartir con tus allegados estos archivos de mi blog.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  4. Soberbio retrato pictórico-literario de un tiempo eterno sobre el mágico lienzo de nuestra Granada más infinita. Gracias, don José, por ser nuestro "Cicerone" en este recorrido donde el tiempo se detiene y cautiva nuestras almas.

    ResponderEliminar
  5. Querido amigo Isaías, Granada siempre será eterna en continente y en contenido, el paño misterioso sobre el que secaron sus lagrimas, unas veces de tristeza y otras muchas de alegría, personajes importantes en la Historia.
    Un pequeño pañuelo con bordados de encaje, realizados en el quehacer diario de sus gentes; la fuerza del imán que atrajo a los pintores románticos y a todos aquellos que vienen a buscar el encanto de su arquitectura, de su arte culinario, de sus paisajes, de su luz inigualable y de sus gentes. Gracias, señor catedrático de la Universidad de Almería, viajero incansable, escritor excepcional, y un comentarista insigne, breve un su glosa pero admirable en su esencia.
    Mi agradecimiento más profundo a través de un fuerte abrazo. José Medina.

    ResponderEliminar
  6. Querido amigo, ¡de nuevo te has superado!, cuántos rincones bellos y admirados, y algunos tan olvidados, al menos para mí: El Carmen del Granaillo, el molino y horno de Jesús, las aguaderas..., nadie como tú nos hace encontrarnos una vez más con nuestra maravillosa Granada. Gracias por estos momentos. Un abrazo. Manolo Durán Cañizares. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Genial, sorprendente, emotivo, una joya literaria, SINFONÍA DE AGUA, que nos donas a todos los humanos desde tu corazón generoso, manantial de fraternidad y solidaridad. Francamente, me emocionaste, querido amigo Pepe, al leer este relato de tu autoría sobre el agua en Granada, la quintaesencia del paraíso. El agua en nuestra Granada es vida, savia inagotable para el alma que se extasía ante los encantos de esta ciudad única, de esta ciudad vivificante, acogedora. Este escrito tuyo, como todos los que creas, enriquece el bagaje vital del hombre, que ama la Cultura y todo cuanto ella engloba, y la siembra y la cultiva en la mente del hermano que con él camina sobre este mundo constelado de soles. Luz que ahuyenta las nieblas y oscuridades que entristecen al hombre de bien. Muchas gracias, querido Pepe, por tu SINFONÍA DE AGUA.
    El agua. El agua fue para el poeta Manuel Benítez Carrasco símbolo clave de muchos de sus poemas, la mayoría de ellos recogidos en su libro DIARIO DEL AGUA.
    Concluyo, pues, este breve comentario sobre tu magistral relato, transcribiendo el poema del citado poeta granadino, titulado "El agua":

    El agua nos da vida; nos levanta
    ríos de sangre en pie para la vida;
    río de pie es el hombre, sangre erguida,
    y en sus arenas algo muere o canta.

    Cualquier aire de azar lo solivianta
    como el agua que está desprevenida
    y como a leve espuma sorprendida
    cualquier aire de azar lo desencanta.

    Y el agua nos deshace lentamente.
    Río de pie es el hombre, sangre, lava,
    que muerde sus orillas mientras fluye.

    Y poco a poco, pero fieramente,
    su manantial por dentro lo socava
    y el alto mar por fuera lo destruye.

    MANUEL BENÍTEZ CARRASCO

    ResponderEliminar
  8. Querido y fraternal amigo Carlos, vate hecho poema impoluto, lírica que se derrama continuamente en tus comentarios de versos en plena libertad, henchidos de belleza inagotable.
    Prosa poética que enriquece cualquier texto literario, dando el cierre completo a todo relato, que clama que alguien le regale las últimas pinceladas como cerrojazo final.
    Tu exégesis no solo es vida, sino que es agua que canta regando las calles de "Graná", agua que mira a los luceros, pasando las noches en vela, agua que no descansa esperando la llegada del despertar, eres agua que vivifica, pisando las huellas de las estrellas, rubí si se te lee al mediodía, enredando tu glosa en la afectividad del que te analiza, y en el atardecer remanso de paz, y aún te quedan fuerzas para seguir plasmando tus versos, llenando de canto la espera del anochecer, porque tu poesía late continuamente en ti, y quiere brotar, y quiere salir para disfrute de los demás, no espera, por eso siempre estás, querido amigo Carlos, en vela.
    Pasas el día soñando, pasas la noche pensando, porque tu si que sabes de donde vienes y a donde vas, y careces de esa desconsuelo que padecemos los demás. Tu poesía es agua que se derrama día y noche, veladas y auroras, por las callejas serpenteando el Albayzín y careces de esa sensación de muerte que se cierne sobre nuestras cabezas.
    Yo también quiero pasar sin pensar, y dejar de cavilar que existen muertes y burlar con tu poesía que es la verdadera agua, esa agobio de muerte al tener cierta edad.
    Quiero unirme a tu poesía y cantar y cantar, ese agua milagrosa que brota de tus sentimientos.
    Mi agradecimiento más profundo, salido de mis albos pensamientos, a tu magnífico comentario al que me adhiero, para trasmitirte un fuerte abrazo, poeta del alma.

    JOSÉ MEDINA VILLALBA

    ResponderEliminar
  9. Precioso. Tengo ganas de ver tranquilamente tu obra. A ver cuando hay ocasión.Insisto en lo dicho: eres un humanista contemporáneo, en el más clásico de los conceptos. Un abrazo.
    JUAN J. GALLEGO TRIBALDOS

    ResponderEliminar