miércoles, 13 de febrero de 2019


               EL EMBRUJO DEL REALEJO, POR LA PLAZA DE LA MARIANA.

     Suelo tener por norma al terminar una pintura, en la que mis amigos los pinceles tienen por costumbre hacer de las suyas, dejando plasmado en el lienzo, dándole rienda suelta a lo que la inspiración les ha venido a bien realizar, ellos solitos van impregnándose y absorbiendo el óleo de la paleta,  y jugando buscan por los entresijos y recovecos de mi mente, los recuerdos que afloran al ir pintando, al mismo tiempo poder ir escribiendo de tal manera, que conforme va creciendo el cuadro afloran ideas de un pasado, también de un presente más o menos remoto, para ir tomando anotaciones, unas veces mentales, otras por escrito, y poder redactar lo que a continuación te invito a ojear y si te apetece leer, puede que descubras alguna novedad.

                                             Plaza de Mariana Pineda. Óleo sobre lienzo 46X32. José Medina Villalba
         
De tal manera que esto se convierte en una doble pintura, una al óleo y otra describiendo los pensamientos y experiencias a través del teclado del ordenador, transformándose en un lienzo  escrito.

                                    El otro cuadro de pintura a través de la descripción escrita

Tengo en lo más profundo de mi ser clavada la Granada de mi alma, pero dentro de ella, mis dos inseparables amigas, los dos grandes amores desde que tuve conciencia y con los que me querré ir a la eternidad, porque el amor no solo es de este mundo, y en él va creciendo con el contacto de los seres vivos en primer lugar, con los que he tenido la gran suerte de convivir, mi familia y amigos, sino también mi otra gran parentela la de mis dos barrios inseparables con sus callejas retorcidas y en cuesta, sus cármenes y balconadas repletas de flores.

                                           Placeta de Carvajales en el Albayzín
                                                       Mirador de San Nicolás

      Sus miradores y maravillosas vistas, minaretes convertidos en campanarios, afloran en burbujas sonidos que flotan continuamente en aire, con la voz del muecín que llamaba a la oración, a los musulmanes del arrabal, o el toque y el sonido de bronce de las espadañas que invitan a los feligreses a participar en la liturgia actualmente.

                              La poesía de los atardeceres en Granada, por la Vereda de Enmedio
                                             Los conventos con sus leyendas y tradiciones

Es otra forma de orar,  conventos con sus  leyendas, alegres a veces, otras tenebrosas de miedo y misterio, pero toda esta amalgama de hechos y sucesos dándole vida al alma más importante, sin la que estos dos barrios, Albayzín y Realejo, no tendrían razón de ser, y que no es otra sino sus gentes con su idiosincrasia especial e inimitable.

                                                         El arrabal del Realejo

Siempre me he considerado un híbrido que cabalga a caballo hecho de agua,  subido en un Rocinante que se pasea diariamente entre los dos barrios, teniendo como frontera y límite un valle y un río, Valparaiso y Darro, controlados desde las alturas por  la más grande de las Sultanas la Alhambra, que es la trotaconventos,  la celestina y bella alcahueta, que está enamora al mismo tiempo de los dos arrabales.

                                                La Alhambra y el Albayzín


 Mirando de cara a su amante el Albayzín, con un beso que profundiza en sus entrañas, a través de la lengua de los rayos de un Sol naciente, todos los días le lava la cara, dejando la faz de las fachadas níveas de sus casas reluciendo como los chorros del oro. 


                                 La Alhambra,se lava todos los días la cara, en el tocador del Albayzín
                                                                                en la Placeta de Carvajales. 

A sus espaldas tiene  a otra de sus adoradas entusiastas por la que siente pasión, la  que le colocaron al dorso con la que se ve a escondidas y a hurtadillas en las noches misteriosas de Luna llena, una judería con una población de greñuos; hay quien dice que la han visto volverse entre la oscuridad de la noche para mirarla y besarla cara a cara.

                                                 Barrio del Realejo

Entrar en la Plaza de Mariana Pineda, la plaza de la libertad, porque allí se alza toda majestuosa la que entregó su vida por abrir las puertas de la liberación, es penetrar en un lugar donde se amalgaman una serie de olores, de personajes legendarios, de historia de actores teatrales, 

                                                       Teatro Cervantes

de películas de cawoy, de música de baile en un Liceo,


 de melodías en un coliseo con sus equilibristas, trapecistas y los famosos payasos Pompoff y Tedhy, Nabuconodosorcito y Zampabollos, que fueron los que alegraron a chicos y mayores, durante las fiestas del Corpus Christi, en el famoso Circo de la Alegría, 

                                      Los payasos del Circo de la Alegría

   dejó su rastro durante muchos años en este lugar,  vivencia y recuerdos que afloran a la mente nada más sentarse en uno de sus bancos para escuchar el sonido del agua misteriosa, y policromía de colores de la pequeña floresta del jardín, formando un conjunto con los  chorritos saltarines danzando a los pies del monumento dedicado a Mariana Pineda. 

                                                Monumento dedicado a Mariana Pineda

      
Esta plaza es el basamento en el que se asienta todo este gran arrabal, que asciende escalonado hasta llegar a abrazarse, allá en lo alto con la Alhambra , el blancor de la   Fundación de Los Rodríguez Acosta , y el Hotel Alhambra Palas. 

                                                 Campo del Príncipe
                                        Arriba. Fundación, Rodríguez Acosta.

Hay un centinela en la puerta, de las varias que existen para entrar en este arrabal, puerta sin aldaba para llamar, ni cerrojo que impida el paso, sobre un pedestal y levantando en alto un pergamino se alza la gran figura de Judá ben Saúl ib Tibbón, traductor judío, médico, filósofo y poeta. 

                                         Escultura dedicada a Judá ben Saúl ib Tibbón

      El testamento ético de Judá, con su estilo hogareño y franqueza, es uno de los más interesantes de este tipo de documentos. Proporciona una reflexión sobre el alma humana y la relación del autor con su hijo Samuel, también erudito y traductor. 


Paseando por la Calle Pavaneras, nos encontraremos con la casa de los Tiros y la Plaza del Padre Suarez con el obelisco dedicado al actor Isidoro Maiquez. 

                                                          Casa de los Tiros
                           Plaza del Padre Suárez  y obelisco dedicado al actor Isidoro Maiquez 



Son varias las plazas de este singular barrio: la de Fortuy,  del Realejo, Santo Domingo, 


                                                  Luz  del atardecer en la Plaza de Santo Domingo
                                                                                Óleo 63X43. José Medina Villalba

 Plaza de Los Campos, pero todas giran alrededor de la más importante que es el Campo del Príncipe, como importantes son también sus iglesias, conventos y cármenes. 




Pero volvamos a nuestra plaza de la Mariana a la que le he dedicado este archivo con motivo de mi último trabajo pictórico.
El apetito se despierta con el olorcillo a chocolate y a churros recién hechos, en una terraza, donde desayunar a las nueve de la mañana después de dar un paseo por la ciudad, es todo un deleite, mientras los gorriones revolotean e incluso se atreven a posarse en tu mesa para picar alguna miga de pan y llevársela con la rapidez de un ciclón. 


                                                   Mi compañero de las mañanas en el café
                                                El chocolate con la compañía de los churros
                                                   Terraza del Café Fútbol

Aquel pajarillo, en los momentos en que ella partió para desconocidos paraísos, que dicen que existen, me acompañaba mientras unos churros recién salidos de la gigantesca sartén del Café Fútbol, era la otra compañía de mi estómago. 



Un revoloteo de aviones de colores entre palomas, jilgueros, gorriones en perfecta armonía cubren la plaza todas las mañanas, y el sereno que vigila el lugar, con su siniestro canto posado en una de las ramas de las enormes plataneras, después de haber estado vigilante toda la noche, tocando su silbato en espaciados y rítmicos sonidos como presagios de supersticiones, con los enormes ojos de lechuza traviesa, ave de mal agüero, contempla la escena. 

                         La lechuza,el sereno de la plaza, desde una rama contempla la escena.

        Un gorrión aprovecha un descuido para llevarse una colilla de un cenicero, para liberar a sus guacharros en el nido, de los parásitos que pudieran perjudicarlos, mientras los primeros rayos de un Sol naciente con entrañas de almíbar, lima las mesas de la terraza. 

                                        El tabaco elimina los ácaros en el nido

Son los primeros madrugadores de las mañanas y con sus algarabías parecen cánticos que adornan el amanecer, ambientan con su vibrante poesía las primeras claras del día.
Una taza de chocolate después de asistir a uno de los mejores espectáculos en el mes de junio en los jardines del Generalife, con el ballet Nacional Ruso escenificando "El Lago de los Cisnes", sería el mejor de los complementos para terminar una velada, en esta Plaza de Mariana Pineda, donde se complementan la danza y la música que dan calor al alma, mientras un chocolate se lo da al cuerpo. 

                                             Una escena del "Lago de los Cisnes"

        Saborear allí una torta de cabello de ángel el día de la Patrona, mientras los sonidos de los cohetes derramando lágrimas de colores se mecen en el aire, o fantasear con una rima de azúcar, café y chocolate con el dulce sabor del azúcar, el amargo del café, y el sabroso del chocolate, de la misma manera que acre es la soledad, dulce el sabor del cariño, y sabroso el despertar junto al afecto de un amor. 

                                     Los cohetes en el aire derraman lágrimas de colores

Comienza a formarse la cola ante el kiosco de aquellos que saben lo que es comer el mejor pan, la chapata, el bollo, la rosca y las hogazas, por tradición de generaciones se viene fabricando en Alfacar, por el agua de sus manantiales, la harina ecológica, la cocción con la leña de sus bosques y el aroma del tomillo de la Sierra de la Alfaguara, entretanto unos leen pacientemente el periódico, otros comentan los avatares de la política o el deporte mientras les llega su turno.  

                                                           Pan de Alfacar
                               Kiosco donde se vende el pan de Alfacar,  en la Plaza de la Mariana.

       Curiosamente, y mientras estoy esta mañana en la cola para coger mi pan diario, pasan por mi mente una cantidad de reflexiones sobre el pan: “Danos hoy nuestro pan de cada día…..” que rezamos cuando decimos el Padrenuestro. “Ganarás el pan con el sudor de tu frente…” Palabras del Génesis.  “Besar un trozo de pan, cuando se caía al suelo”, en la época de la posguerra, había tanta necesidad de pan en todos los aspectos, pan de comer, pan de vestido, pan de cultura, pan de paz, pan de educación….

                                       Un panadero de Alfacar a pricipios del siglo XX

Dar un trozo de pan a los demás, es como entregarse uno mismo. El pan es el símbolo universal de lo que se quiere compartir….
                                           Dar un trozo de pan a los demás es darse uno mismo

       Hay una mezcolanza especial de olores en esta Plaza de Mariana Pineda, ella desde el púlpito donde se encuentra subida, ve pasar el tiempo sin realidad en su vida petrificada, allí el que barre diariamente, el jardinero que cuida el jardín que florece a sus pies, el niño que un día jugaba  a la pelota y ahora lo ve pasar cargado de años, con arrugas y apoyado en un cayado, percibe el olor al pescadito frito de los bares que hay, el dulce sabor de los enamorados sentados en los bancos, sin decir apenas nada, se transmiten sus sentimientos con arrumacos y carantoñas, por allí los rigurosos días de un calor sofocante en el estío, o el frío intenso del invierno. 

                                                Fritura de pescado

 Esta Mariana Pineda hecha piedra, cuantos recuerdos tendrá de los amaneceres y despedidas vespertinas, de largas tardes primaverales tendidas sobre la plaza, la de un Sol silente que ve la caída de las hojas en el otoño, queriendo irse detrás de ellas para besar el suelo, y poder moverse de esa quietud eterna, del trasiego continuo de los que por debajo de ella pasan, del olor a las frituras de pescado servido en bandejas donde se mezcla, boquerones, con chipirones, chanquetes, calamares…, que recrean el paladar de los consumidores, mientras en ese dolor, el "pescaito" frito mantiene la añoranza del mar en las noches plácidas jugando con la Luna, bañándose juntos en las serenas aguas en cuyas olas se mecen, ese mar que no tiene caminos, ni límites ni fronteras, donde todo es libertad, ese olor especial que posee el mar para penetrar en los sentidos, vestido de color azul porque es un cielo aquí abajo, el sonido de las olas  lenguaje del mar ya que éste es pura poesía, todo esto y mucho más recuerdan los peces que recrean el paladar del parroquiano consumidor. 

                                                  Fritura de pescado

       Cuantas cosas ha visto cambiar, aquel Teatro Cervantes al que se complacía   mirando, por donde pasaron las mejores compañías teatrales y grandes actores de la  época,  con su estilo personal, sustituido por un edificio donde los especuladores se enriquecieron dándole  muerte. 

                                 Dos aspectos diferentes en un mismo lugar. Un antes y un después.

Fue en el año 1966, cuando una nefasta gestión de los gobernantes municipales, y un capricho de la especulación, los que  dieron al traste con este emblemático edificio, igual que se hizo con otros muchos para irle quitando a la Granada romántica gran parte de su belleza y personalidad.
A la Mariana Pineda la he visto llorar lágrimas inmóviles del rocío de la mañana convertida en perlas de hielo en las duras mañanas de frío invernal.

                                        Plaza de Mariana Pineda. Principios del siglo XX

Desde su alto pedestal ha ido contemplando la cantidad de injusticias y sacrilegios arquitectónicos que se ha ido cometiendo a través de los tiempos, en una plaza donde a principios del siglo pasado, ella era la única reina sobre un cuadrilátero al que se tenía acceso por cuatro escalones y otros tantos bancos con piedra de Sierra Elvira, permitían estar más cerca de ella. La luz entraba a raudales, nuestra Mariana se deleitaba contemplando todo lo que giraba a su alrededor, si miraba a la derecha podía ver y escuchar las campanas de la Iglesia de San Matías, si a la izquierda el edificio de la Diputación Provincial,  Palacio de Bibataubin, y las torres gemelas de la Basílica de la Virgen de las Angustias, con su carrillón tocando el himno:    


                                                     Torres gemelas de la Virgen de las Angustias

Hay una Madre de amores
que adora Granada entera;
la Virgen de las Angustias,
  la que vive en la Carrera.

                                                       Virgen de las Angustias

       La blancura de Sierra Nevada era el espejo donde todas las mañana se peinaba, el Teatro Cervantes el espectáculo diario  de actores y espectadores que allí exhibían sus actuaciones, una Manigua enfrente donde las casas de las mancebías y prostitución, entre callejuelas estrechas, hacían servicios a una población masculina, unas casas de lenocidio, donde tuvo lugar uno de los tiroteos  contra algunos de los  maquis de los Queros. 


                                                                   La Manigua

Nuestra Mariana ha visto derruir y sanear ese barrio de callejas estrecha y casas envejecidas y abrirse una calle a la que se le puso el nombre de Ganivet, precisamente el que tanto abominaba de estos destrozos urbanísticos. 


                                                        Derribo de la Manigua

         Leer el informe del Gobierno Civil sobre la demolición del conocido como “Teatro Carvantes” fechado en marzo de 1966, conmueve la conciencia de cualquier granadino, se perdió un inmueble de un altísimo valor patrimonial e histórico.
Los edificios que rodeaban a Mariana Pineda de dos plantas solamente, para que nuestra anfitriona pudiera contemplar todo lo había en su entorno,  igual que los chicos y chicas que jugaban en otras épocas al corro cogidos de la mano, donde siempre solía haber una niña que llevaba la voz cantante, aquí el edificio que regía el espacio era el palacete con ajimeces, almenas, arcos adintelados, canecillos de madera y otros elementos arquitectónicos de las construcciones morisca, donde durante muchos años habitó la famosa actriz titulada, Consuelo Tamayo “La Tortajada”, la santaferina más universal.


Una anciana cruza la calle Real con paso corto pero decidido, delante de ella una muchacha de apenas catorce años arrastra un reclinatorio. La anciana, erguida a pesar de los años, destaca en medio de aquél Santa Fe de mediados de los cincuenta. Abrigo de pieles, manos enguantadas en las que se entrelaza un rosario, mantilla negra sobre los hombros y el porte de una gran señora. La muchacha y la anciana atraviesan el dintel de la soberbia iglesia de la Encarnación y se persignan con el agua bendita de la pila que hay en el zaguán.  


                                                 Iglesia de la Encarnación en Santa Fe.

      Entre los bisbiseos de las beatas y el humo del incienso doña Consuelo se arrodilla en su reclinatorio y se dispone a recitar sus oraciones. La Tortajada es una leyenda viva en mitad del mismo pueblo que la vio nacer y que ahora la verá morir. 


                                                           Doña Consuelo, "La Tortajada"

Hacía apenas tres años que Consuelo Tamayo Hernández (1867-1957) se había refugiado en la casa de unos parientes en la calle Castillo. Había llegado arruinada y cargada de baúles. Vestidos, postales, condecoraciones, recortes de prensa, fotografías, espejos y un precioso crucifijo para el cabecero de su cama. Después de infinitas giras por el mundo entero a los noventa años cerró los ojos en la misma ciudad que los abrió. Olvidada por un mundo de lujo y oropel que ya no existía. 


                                                 Los baúles cargados de recuerdos 

       Leyenda de las varietés. Separar lo verdadero de lo falso, el mito de la realidad, en la vida de la Tortajada es casi imposible. Periódicos de Londres y París inventaban historias sobre ella para aumentar la tirada. Que si fue raptada por un príncipe zulú, que si asesinada por un príncipe vienés en Nueva York. Que si había muerto al zozobrar una barca en un lago americano o de una apoplejía en Frankfurt. Exageraciones que incrementaban la expectación ante la próxima actuación de la Tortajada en The Alhambraen la ciudad del Támesis o en el Moline Rouge en la del Sena.



Lo que sí sabemos es que se casó siendo adolescente con el director del coro del colegio de monjas de Barcelona donde la habían mandado a estudiar. Ramón Tortajada fue marido y agente y le dio el nombre artísticos a la promesa del espectáculo que era aquella jovencita. De Madrid y Barcelona saltó a París. En 1882 actuaba por vez primera en el Empire.  



        La ciudad de la luz cayó rendida a los encantos de la Tortajada y pronto fue una figura indispensable en el music-hall. A la altura de la bella Otero, otra española que triunfaba en esta Europa despreocupada de principios de siglo, la llamada Belle Epoqué


                                                                    Belle Epoqué

       La Tortajada fue en su momento algo así como lo que es hoy Justin Bieber. A falta de Instagram su imagen se reprodujo a través de fotopostales por el mundo entero. 



        Un centenar de posados para los más prestigiosos fotógrafos que inmortalizan a la vedette con vestidos flamencos que luego se coloreaban con llamativos colores. 





El exotismo era parte del espectáculo y la belleza de Consuelo era única y arrebatadora a partes iguales. Bailaba, cantaba, tocaba instrumentos de cuerda, y sobre todo encandilaba con una gracia natural, un desparpajo fuera de lo común, un no sé qué, un savoir faire que dirían los franceses, duende que decimos por aquí.



Sin embargo, Consuelo no se permitió nunca cruzar ciertas líneas. A los conserjes que cuidaban la puerta del camerino les ordenaba no aceptar más que ramos de flores o detalles menores. Cuando se apagaban las luces la Tortajada se iba y Consuelo Tamayo no estaba en venta. 


                                                             Flores para la Tortajada

       Reina del Alhambra. Francia, Estados Unidos, Rusia, Suiza… Al ritmo que crece su fama aumenta la leyenda. En junio 1901 la granadina triunfa también en Londres, en el Teatro Alhambra de Leicester Square, ¿casualidad o destino? 
Es condecorada por el Kaiser Guillermo y el Zar Nicolás y recibida por el Papa Pio X en audiencia privada. 


                                                                   Pío X

 La Tortajada se encontraba entre los pocos artistas que se disputaban el escenario internacional. No obstante, apenas actúa en España. Quizás por pudor a ser tachada de frívola entre los suyos. Sin embargo, el 16 de febrero de 1906 visita Granada y actúa en el Teatro Cervantes de la capital. De la recaudación destina la mitad para los pobres de Santa Fe.

                                                              Teatro Cervantes

        En 1911 acude al lecho de su madre moribunda y ésta, preocupada por su hija, con una vida de artistas que en aquellos entonces era como decir de pecado, le pide que se baje de las tablas y Consuelo cumple la última voluntad de su madre. Se instala en Granada para ser doña Consuelo Tamayo. 



Un palacete de estilo árabe en la Plaza Mariana Pineda será la residencia de la que continúa siendo una celebridad, alejada de los focos pero con la rendida admiración de los granadinos. Acude con frecuencia a la Basílica de la Angustias y es aclamada en la Plaza de toros cuando acude a algún festejo. Visita también Santa Fe, los señoricos tiran sus capas al paso de la artista.


                                                           Basílica de la Virgen de las Angustias
                                                         Casa estilo árabe, donde vivió la Tortajada

       Ramón Tortajada se integra bien en la ciudad, monta un negocio de líneas de autobuses de Granada a Motril, que fracasa, y en la Escuela Municipal de Música actúa como director altruistamente. Además participa en la tertulia del Rinconcillo en donde coincide, entre otros, con Lorca. Pero la aparente placidez en la vida de Consuelo se trunca. Su marido se fuga con la cocinera y se llevan con ellos buena parte de su fortuna y felicidad.


                                      La casa de la Calle Castillo donde vivió sus últimos años en Santa Fe.

           Retiro en Santa Fe. Entre el misterio y el olvido se emborronan estos años en la vida de la Tortajada. Que si su marido tuvo un hijo con la cocinera al que Consuelo quería como si fuera suyo. Que si un hombre mucho más joven que ella del que se encapricho y que la dejó en la ruina. Lo cierto es que Consuelo Tamayo vuelve a Santa Fe, cargada con los restos de una vida de esplendores. Con eso, y con su porte inconfundible.
Ni siquiera en estos últimos años dejó de ser la Tortajada. Jamás permitió al tiempo cobrarse la deuda de sus muchos años. Los que la vieron dan fe de la belleza de esta beldad aún en su ocaso. No es difícil imaginarla valiéndose de lo poco que en aquella época se estilaba para conservar su rostro libre de arrugas. En esta lucha, perdida de antemano, contra el tiempo, la Tortajada supo valerse de las mejores armas y todavía en el retiro de Santa Fe se adivinaba a la niña que cantaba Miss Bouton d’Or en el Empire



Muere en febrero de 1957 en la casa de la calle Castillo. Y es sepultada en el panteón de sus familiares. Los que la acompañaron en sus últimos días todavía la recuerdan con cariño y admiración. 


                                                       Bóveda donde está enterrada la Tortajada en Santa Fe. 

           Así vivió y así murió la Tortajada, Consuelo Tamayo Hernández, la cupletista condecorada por dos emperadores, a la que Ideal incluye entre los granadinos del siglo XX y a la que su pueblo le dedicó una calle, pequeño homenaje para la santaferina más universal.


                                                            Calle Tortajada, en Santa Fe

          Granada intenta refugiarse en el atardecer en la Plaza de Mariana Pineda, como la cortina de terciopelo que se descorreré para darle paso al anochecer, antesala indiscutible de la oscuridad. 



Una luz intensa late durante el día, decirle a tu amor a aquella persona a la que adoras, te espero en Mariana Pineda, es evocar libertad, derroche de besos y caricias, es decir Granada con toda la grandiosidad que esta palabra encierra. 


                                                      Así se duerme Granada todos los días

         Cada lugar de Granada tiene su aire especial, y para ello hay que respirarlo en sus calles y plazas, en sus monumentos, en el ajetreo cotidiano de sus gentes, aquí en el Realejo como en al Albayzín existe ese aire único en cada uno de sus rincones, aire que no está  vedado para nadie, puede verse, tocarse y respirarse.



El Realejo tiene su duende especial, ese espectro de sus cármenes, del agua de sus fuentes que habla en un cantar de misterio y de añoranza, del perfume enigmático de las rosas, de sus conventos y procesiones semanasanteras, del espíritu fantasmagóricos de los greñuos que durante siglos lo habitaron.




                                                              Barrio del Realejo  
      Todas las noches deambula por la ciudadela de intramuros, para juntarse con los espíritus que en otros tiempos lo habitaron: Mariana Pineda, la Tortajada, los de la “Tertulia del Rinconcillo”, Federico García Lorca, Manuel de Falla, Melchor Fernández Almagro, Juan José Santa Cruz, Antonio Gallego Burín, Ángel Barrios, Manuel Ángel Ortiz, Fernando de los Ríos, Andrés Segovia, Juan Cristobal…, constituyendo una nueva tertulia fantasmagórica de bohemios intelectuales. 


                                                  Personajes de la Tertulia "El Rinconcillo"

         Los atardeceres en la plaza de Mariana Pineda tienen un sabor especial, mezclado con olores perfumados  de  churros, chocolate y  revoloteo de pájaros que vienen a ocupar sus lugares en las dormidas plataneras. 
Si después de leer este texto literario, te sientas en unos de los bancos de la Plaza de La Mariana en el atardecer, esperando que los últimos hilos del Sol pintando las fachadas se vayan debilitando por la neblina oscura del crepúsculo vespertino filtrándose por los tejados, para dar paso a la noche, y comienzan a encenderse las farolas, cierra los ojos y podrás contemplar a la Tortajada y a todos los personajes de la Tertulia del Rinconcillo, transportados por el espacio en un carruaje de pura  fantasía.
¡Soñar en la Granada del pasado es mágico!, aquí, en la Plaza de Mariana Pineda está el embrujo de una parte del Realejo.






                                                        La magia de los atardeceres en el Realejo
                                                  
                                                           José Medina Villalba.

                                       
                                         FOTOS Y VÍDEOS RELACIONADOS CON EL REALEJO


                         
                   En este vídeo se localizan los lugares donde estuvo el Teatro Cervantes, la Casa de la Tortajada, La Esquinita de Juande, el Café Fútbol.

                                       
El kiosco de Mariana Pineda
Esperando en la cola para comprar el pan de Alfacar
Edificio Cervantes, lugar donde estuvo el Teatro Cervantes
Bancos para reflexionar
Granada al heroísmo doña Mariana Pineda

Plaza del Campillo y Tertulia del Rinconcillo donde está 
actualmente el restaurante Chikito

Puerta Real. Fuente de las Batallas.
Fuente de las Batallas en Puerta Real
Carrera de la Virgen
Diputación Provincial
Calle de San Matías
Cuesta del Progreso
Calle Varela

Plaza de Carlos Cano
Colegio Mayor Universitario Santa Cruz la Real

Plaza de Santo Domingo 
Calle Ancha de Santo Domingo
Patio de la Casa de los Girones

Casa de los Girones

Palacio de los Condes de Gabia

Obelisco dedicado a Isidoro Maiquez
En Niño de las Pinturas en el Realejo


Centro de Lenguas Modernas, dependiendo de la Universidad.
 Placeta del Hospicio Viejo
Cuesta de Santa Catalina

Cuesta del Realejo
Campo del Príncipe

Escuela Técnica Superior  de Arquitectura


Iglesia de San Cecilio
Calle Plegadero Bajo. Al fondo Sierra Nevada

Plegadero Alto


Carmen de la Alcubilla del Caracol

Cuesta del Realejo. Al fondo cúpula y espadaña
de la Iglesia de Santo Domingo
Por los Alamillos de San Cecilio 


Plaza del Realejo

Plaza Fortuny


José Medina Villalba

19 comentarios:

  1. Beatriz Valdivia.
    Maravillosa,pintura enhorabuena
    Don José Medina,saludos 👨‍🎨👨‍🎨

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  2. Rosario Lugo.
    Una belleza de vibrantes colores como es su estilo.
    Felicitaciones

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  3. Francisco Aguayo Moreno.
    Buena obra felicidades puede ser plaza Mariana?

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  4. Emilio Ramos Salas.
    Precioso y bien documentado trabajo. FELICIDADES

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  5. Maria Del Carmen Prades Pérez "... Sentarse en uno de sus bancos para escuchar el sonido del agua misteriosa, y policromía de colores de la pequeña floresta del jardín, formando un conjunto con los chorritos saltarines danzando a los pies del monumento dedicado a Mariana Pineda."

    Qué preciosidad.
    Gracias amigo José Medina Villalba. Ha merecido la pena estar aquí tan tarde. Ahora estoy segura de soñar
    con esos pajarillos que entonando sus trinos me van a acompañar y
    despertar en el amanecer.
    Casualmente esta mañana saludé a los amigos de Facebook, con foto y poema dedicados a Mariana Pineda...
    Gracias. Felices sueños...

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    Respuestas
    1. José Medina Villalba.
      Querida amiga Maria Del Carmen Prades Pérez, en la vida existen coincidencias, inexplicables, pero la realidad es esta. La bella poesía de Juan Carlos Llamas, con la que has tocado el clarín de la amistad, para felicitarnos en este día, ha coincidido con otra Mariana Pineda en prosa, con ligeras pinceladas de poesía, que he colocado también en facebook y grupos, producto de mi último óleo, con el título: El embrujo del Realejo, por la Plaza de la Mariana. Hay casualidades sincronizadas en la vida, y en determinados días solemnes, sin razonamiento alguno, vienen a reforzar, con más ímpetu, los lazos de amistad. Un fuerte abrazo.

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    2. Maria Del Carmen Prades Pérez José Medina Villalba.
      Muchas gracias amigo. Anoche me emocioné con tu bella publicación, como siempre me ocurre.
      Escribes prosa llena de poesía, tus pinturas y fotos...todo bellísimo.
      Encantada con tu amistad.
      Un abrazo grande!!

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  6. Antonia Barroso Gracia.
    Hermosa obra José Medina Villalba, muchas felicidades!
    una vez más nos deleita con su Arte!!
    Un abrazo 🤗

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  7. Maria Isabel Mora Montes.
    El cuadro muy bonito. Nuestra Mariana Pineda apenas se distingue.Lo comento por quien no conoce la zona. Es una plaza muy querida para mí , viví mi infancia al lado. Calle San Jacinto 7. El cuadro está lleno de color . Voy ahora a leer el relato.

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  8. Maria Rueda. Me encanta el cuadro ,sus pinceladas ,su luz ,color..... Y el relato maravilloso ,me has transportado a una Granada y personajes desconocidos para mí. La añoranza ,poesía y magnífica descripción me han cautivado y no he podido dejar de leer....y ahora me mantengo en una ensoñación de esa Granada antigua y tan real en tu memoria.

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  9. Bellas Artes Quevedo. Precioso cuadro me encanta los tonos otoñales

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  10. Angeles Ruiz Rodriguez. Querido Pepe después de leer todo lo relacionado con la Plaza de Mariana Pineda y tu extensísimo relato de Granada sus artistas, sus poetas y todo lo demás... solo expresarte mi admiración por tu trabajo, pintando, escribiendo y dedicando tu vida a tantas cosas y a tus amigos entre los que me encuentro afortunadamente..... Un abrazo...

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  11. Reynaldo
    Estupendo, muchas gracias.
    Un fuerte abrazo.

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  12. Carlos Benitez Villodres
    Querido Pepe:
    Leí y releí tu magistral artículo EL EMBRUJO DEL REALEJO, POR LA PLAZA DE LA MARIANA. ¡Qué maravilla, qué belleza, qué exquisitez! Ciertamente, tu texto nos lleva por las calles, callejuelas, plazas... del bellísimo y carismático barrio del Realejo, durante un día de este invierno gélido, nuboso, pero para quien ama a Granada, como tú yo la amamos, dicha estación del año es, aunque muy fría, la más cálida para nuestra alma, al igual que las otras tres partes del año. Un artículo plagado de fotografías actuales y del alba del siglo XX, de videos, de cuadros de tu autoría, de imágenes sorprendentes e impactantes..., que me hicieron recordar las incontables veces que realicé el mismo recorrido que tú hoy nos dona magistralmente en tu texto.
    Tu prosa poética es belleza pura, mágica, atrayente. Por ese motivo, elegí estas palabras que aparecen en tu artículo: "Entrar en la Plaza de Mariana Pineda, la plaza de la libertad, porque allí se alza toda majestuosa la que entregó su vida por abrir las puertas de la liberación, es penetrar en im lugar, donde se amalgaman una serie de olores, de personajes legendarios, de historia de actores teatrales...".
    Al leer tu genial artículo, me impactaron varias fotografías y videos: El Campo del Príncipe, el Señor de los Favores, el Café Fútbol, donde íbamos a desayunar mis padres, mi hermana y yo chocolate con churros, pues mis progenitores amaron a Granada, mientras vivieron, la Virgen de las Angustias, pero lo que más me impresionó fue tu relato sobre la vida bella y dulce de Consuelo Tamayo Hernández "La Tortajada", bellísima mujer que bailaba, cantaba, tocaba instrumentos de cuerda..., y, aunque nació en Granada, murió en Santa Fe.
    A continuación, transcribo tres poemas de mi autoría:

    AL SEÑOR DE LOS FAVORES
    “En Granada, en el Campo del Príncipe,
    tengo un Amigo que siempre me está esperando” C.B.V.

    Soy de la oscuridad viejo cautivo.
    Tengo a la mar revuelta por modelo.
    Mi corazón genera desconsuelo
    amargo y en sus campos lo cultivo.
    Mas cada vez que mi febril y altivo
    paso detengo ante tu faz de cielo,
    mi voluntad desecha todo el hielo
    que acumula la noche donde vivo.
    ¡Oh Señor, gozo del amor divino!
    A tu temple mi alma y su destino
    ato para vivir siempre a tu lado.
    Háblame de bondad y paz, Amigo.
    Háblame. Quiero conversar contigo
    de mis errores y del bien ganado.
    Carlos Benítez Villodres
    Málaga, septiembre 1970
    (Del libro CANTO A GRANADA, 1ª y 2ª edición. Editorial
    Edinford, Málaga 1993 y Editorial "Granada Club Selección", Molvízar- Granada- 2005, respectivamente)

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  13. EL REALEJO

    ¡Qué hermosura de orbe con sus calles y casas
    asombradas por tantos recuerdos y vestigios
    de un pasado glorioso, de un pasado con sangre
    lustrosa de los pueblos judíos y cristianos!
    Atraídos por músicas fecundas
    y por sueños que brotan de las fuentes del alma,
    los pobladores de este Barrio pródigo,
    ¡oh Garnata al-Yahud!, crearon horizontes
    nuevos con el aliento de su labor creativa
    y con la voluntad de su enorme optimismo.
    En las cuencas profundas de mi alma
    afloran, como estrellas de David,
    las sacras vibraciones de aquel tiempo
    de frondas cimbreantes y de soles
    rebosantes de vida, fruto de campanadas
    místicas y sin sombras, que retienen,
    en la paz de mis huertos, el prestigio de un pueblo
    que sembró sus ideas en las praderas jóvenes
    de sus constelaciones más sagradas.
    En el Campo del Príncipe, corazón de este Barrio
    amante del Señor de los Favores,
    en jaspe y alabastro esculpido,
    la bondad de sus hijos tiene sangre de ángeles
    mezclada con la luz de aquel tiempo pretérito
    que aún hoy, entre arrayanes, enamora
    a un mundo de caudal acidulado
    por zarzales negruzcos y savia derrotada.
    La vida en el Realejo inunda de laureles
    los latidos floridos de los pasos
    que hermosean la noche deshumana
    aun convulsa por mitos insondables.

    Carlos Benítez Villodres

    (Del libro MI GRANADA. Editorial "Granada Club Selección.
    Molvízar -Granada- 2016)



    MARIANA PINEDA

    Con la belleza por vivir vestida,
    Mariana, semillero de lealtad,
    luchó por implantar la libertad
    en una tierra gris y corrompida.
    Indócil oleaje fue la vida
    de esta heroína, cálida en bondad,
    que, como luz de generosidad,
    amanecía más fortalecida.

    Sol de mujer, deidad cautivadora,
    que atesora la savia de esa aurora
    nueva que sale invicta del fracaso.
    Hoy, el hombre camina tras su huella
    que sobre el mundo, con amor, descuella
    para esplendor y gozo de mi ocaso.

    Carlos Benítez Villodres

    (Del libro MI GRANADA. Editorial "Granada Club Selección.
    Molvízar -Granada- 2016)



    Recibe un fuerte abrazo de tu hermano en Cristo,
    Carlos

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  14. Amigo Pepe: Que buena idea comenzar un relato sobre un paseo histórico, con una pintura de uno de los lugares más significativos de la historia de la ciudad y de su arquitectura; un lienzo de vivos colores que refleja,describe y anticipa lo que a continuación describes con la misma soltura que manejas los pinceles, una prosa costumbrista,amena,afectiva hacia esos dos barrios con la sultana Alhambra vigilante, que me recuerdan a Rómulo y Remo amamantados por la loba que los crió.
    Esas plazas, esas calles,calzadas con filigranas de piedra engalanadas de jardines plátanos orientales desprendiéndose de sus hojas como lagrimas de otoño; donde la sonata musical tocada de una manera rítmica y acompasada,pos los pilares, las fuentes y los surtidores. sus dos históricos ríos, uno la cruza y otro la rodea para abrazarla, protegerla y saciarla.
    Quien no recuerda aquellos festivales de verano con la bailarina Margot Fonteyn, que caso con un diplomático panameño, victima de un atentado que le dejó paralitico,en una silla de ruedas al recibir un disparo que le seccionó la columna vertebral. Amigo Pepe la descripción que haces de los gustos culinarios que se disfrutan en esos lugares tan queridos y apreciados,consiguen abrir el apetito del cuerpo, el pictórico, detallado y romántico paseo por la Granada eterna abren de par en par el espíritu y las entrañas que lo acompañan.
    Son la una de la noche y me voy a la cama esperando soñar con ese lugar donde los sueños se convierten en realidad, o a mi me lo parece que para el caso es lo mismo. Un fuerte abrazo desde las ruinas de Itálica, y algunas estrofas del poema que Rodrigo
    Caro le dedicó a esta antigua ciudad imperial, cuna de dos emperadores romanos Trajano y Adriano. Estos Favio !hay dolor¡que ves ahora,
    Campos de soledad, mustio collado,
    Fueron en tiempos, Ytalica famosa

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  15. Mari Carmen Torres Huertas.

    Apreciado amigo, una vez mas me quedo perpleja al saborear que nos muestran sus caprichosos pinceles.
    El múltiple colorido plasmado la plaza Mariana Pineda nos llena de luz , aire y sabor.
    Es muy bonito que nos muestre lugares, costumbres culinarias y paseos que son frutos de unas pinceladas que se transforman y llegan a nuestro corazón
    Muchas gracias por mostrarnos un cuadro de oleo impregnado en múltiples cosas mas que reflejan un trocito mas de su amada Granada. MUCHAS GRACIAS

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  16. Abadía Sacromonte
    Querido Pepe: Te "cunde" hacer presentaciones más que a tus lectores seguir tus escritos. Se impone detenerse en tus fotos y cuadros y sumergirse en ese mundo de los barrios de Granada que nos acercas, con sus edificios y calles de antes y de ahora, haciendo que repararemos en los elementos más simples pero significativos y en sus personajes, tanto de leyenda como anónimos.
    Practicas un costumbrismo poliédrico: literatura, pintura, fotografía, audio, imaginación, capacidad de observación, pasión por "lo granaíno"... y todo en armónica presentación digital. ¡Admirable¡ Eres el mismo Pepe Medina que hace 50 años veía correr de la escuela a la casa de los enfermos en el Albaicín, Sacromonte etc.
    Compruebo con satisfacción que sigues con la cabeza sobre los hombros y con el alma abierta a la belleza. Que Dios te conserve así. Un abrazo. Juan

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