viernes, 10 de mayo de 2019

VIAJE A POLONIA



                                                    Varsovia

La Universidad de Mayores de Granada, con el título de ALUMA, durante un largo tiempo, ha venido preparando un proyecto de intercambio entre nuestra Universidad y la de Estudiantes Mayores de Varsovia.  



Después de un arduo trabajo llevado a cabo por el Presidente José Rodríguez y Rafael Reche,  para que se pudiera llevar a cabo, 

                               Los organizadores, José Rodríguez y Rafael Reche

 con información periódica, con toda clase de detalles para aquellos que han solicitado participar, y la realización previa de un sorteo, para la ocupación de los asientos en el autobús, 



 cumplimentada con alguna comida para ir creando ambiente de camaradería y amistad, sobre un itinerario bien seleccionado que se tendría que realizar, llegado el momento. 

                                               Programa del viaje a Polonia

Llegó el tan ansiado día de partir, veintisiete de abril.
Las normas estaban establecidas había que ser puntuales, era la primera consigna que tendría que imperar sobre otras que poco a poco irían cayendo
.
                                           Lugar de partida. Esperando el autobús.
Aquella noche, vísperas de la salida, fue de desasosiego e intranquilidad, había que madrugar, a las seis y media era el punto de encuentro, con salida a las siete. Entre una dormivela antes que el alba lanzara al aire el clarín de la levantada, corrían los taxis y coches particulares para dejar a los expedicionarios en el sitio preciso. 


Saludos entre compañeros de otros viajes, caras nuevas y maletas que ruedan para ocupar su sitio en los bajos del que nos va a llevar.


Las luces mortecinas de las farolas de Severo Ochoa, se van adormeciendo porque el alba quiere ocupar su sitio, ponen de manifiesto el rostro de los allí presentes, intensificado por las luminosidad de los faros del autobús y los reflejos que, sobre la calzada, dejan a ráfagas los vehículos que pasan.


Intentando acomodarnos en el sitio asignado, en el vientre del artilugio metálico que nos transportará, se van notando los rostros aún adormecidos, 



 pero plenos de satisfacción ante la nueva aventura que se nos presenta
.

Mientras unos acomodan bolsos y macutos, otros se dedican a controlar, comprobando que cada cual ocupa su asiento y cada asiento tiene en su poder al pasajero que le corresponde.

                                            Acomodando los bolsos y macutos

Unas bolsas obsequio de la agencia de viajes son repartidas por Pepe, el Presidente, mientras Rafael Reche da las instrucciones preliminares. 




Comenzaban a aparecer los primeros destellos luminosos del día, lentamente el murmullo de conversaciones  se perdían en el espacio del habitáculo, fue disminuyendo hasta quedar amortiguado en un silencio que llevaba como acompañante, el sonido del roce redondeado del vehículo sobre el asfalto de la carretera, rígido, monótono y repetitivo.



¡Qué primoroso, y encantador es ver amanecer!
El Sol tímidamente va asomando por la silueta de la cadena  montañosa que ha estado en la oscuridad de la noche pegado a un cielo de candilejas, no quiere alterar la tranquilidad y el reposo con el que han dormido toda la noche los campos y sus habitantes. 


Es una especie de ilusionismo, en el que juega el papel fundamental el Sol, como el mago más sensacional sacando de su chistera miles de colores poéticos que caen del cielo, la arboleda se va desperezando para entrar en escena y ofrecer el color verde con el que se viste, los rayos con los que habla se van colando a través del vidrio y acarician el rostro de los que reponen el sueño perdido. 

                                 El Sol con sus rayos acaricia el rostro de los que duermen



                                       El Sol habla con un lenguaje especial

La belleza del Sol al desligarse de las sábanas oscuras de la noche, va dejando ver la magnificencia de su rostro, las cabecitas blancas de las palomas con chimenea desperdigadas pululando por el campo, se van lavando la cara con los rayos del dios Helios, van florando a la visión del que las contempla, ese Sol que nos ha sacado de las tinieblas y que nos deja diariamente un rayo  de esperanza.  


¡Qué sensacional es ver amanecer!, la orquesta de pitorreos en distintas escalas musicales de los jilgueros, que viven su libertad en el campo, de las bandadas de gorriones que buscan los trigos desgranándose,  del agua de los arroyos que avivan su caminar.

                                    Bandadas de gorriones buscando los trigales desgranándose.

 Gradualmente, con lentitud, sin prisas ni agobios, va alcanzado su plenitud, no nos permite mirarlo a la cara, pero cumple su papel de ir policromando la arboleda en multitud de colores.


                                   El Sol lentamente va alcanzando su plenitud

El camino a recorrer, hasta llegar a Madrid es largo, y un alto en el camino, se hace necesario, como diría D. Quijote a su escudero Sancho, cuando vamos penetrando en sus dominios de la Mancha, Almuradiel nos espera: “Sancho hagamos un alto en el camino, sea moderado tu sueño, que el que no madruga como el Sol no goza del día, porque has de saber Sancho, o yo me engaño o ésta ha de ser la más famosa aventura que se haya visto. 




Parangonando a D. Quijote, nosotros hemos madrugado en busca de nuestra aventura, el restaurante nos espera para desaguar, tomar algo, y nuestra aventura va a ser famosa. 







                                          Un descanso en el camino Almuradiel

Más, nunca pensemos  como Sancho, cuando fuera Gobernador de la Ínsula de Barataria “francolines de Milán, faisanes de Roma, ternera de Sorrento, perdices de Morón o gansos de Lavajos”.
Nuestro desayuno será ligero, porque el tiempo abrevia y ya tendremos ocasión, más delante de inflar la tripa en amplios desayunos. 


Nuestro Duende Albayzinero, “El Duende de San Critóbal”   hombre, experto en estas lides de aventuras, sobre todo haciendo uso de su poder, también es un hábil maestro en el uso de la pipa, y durante la trayectoria nos regalará el delicado perfume de su arrogante cachimba.
"Porque no solo de pan vive el hombre, sino del agradable aroma que sale de una pipa". Eslogan tomado muy en serio por nuestro Duende de San Cristóbal.

                                                El Duende de San Cristóbal y su pipa.

La extensa planicie de La Mancha nos regala sus viñedos y desde las alturas las aspas de los molinos de viento del Campo de Criptana, en la distancia, nos dejan el quejido sonoro de los velámenes y maderas que, rechinan lamentos cargados por el peso de los años añejos del tiempo. 




Hemos realizado nuestra primera jornada de caminar sobre ruedas, ahora nos toca caminar por los aires;  las enormes superficies donde los sonidos de los discos de  infinidad de equipajes por allí deambulan, están preparadas para recibir a sesenta atrevidos viajeros, muy disciplinados y formando cola, nos disponemos a realizar los trámites correspondientes para, en primer lugar, darle pasaporte a la maleta,  que vemos como se marcha en la cinta transportadora, dando sus saltitos y vaivenes, y recibir el billete correspondiente con la asignación del asiento en el que vamos a ir empaquetados .





Vendría después el control corporal exhaustivo, no muy agradable pero necesario, mientras la batea cargada con nuestras pertenencias se marcha por un sitio, unos pasan por el arco detector, otros colocados aparte nos revisan hasta el último pelo de la coronilla.




Pasados estos trámites, más tranquilos, hay tiempo para comentar el estricto control al que nos someten con alguna frase estridente, no muy agradable si no oral, sí en el pensamiento de cada uno.
No obstante, hay que reconocer que estos controles son sumamente necesarios para evitar desmanes, secuestros, y toda clase de peligros a las que se puede ver comprometido cualquiera de estos medios de transporte aéreo.


Nos encontramos en el aeropuerto de Adolfo Suárez, podemos observar el movimiento intenso que hay en las pistas, aviones que aterrizan, otros que despegan, algunos que repostan, cintas de carruajes enlazados que transportan equipajes, e impacientes por pasar por la "gate" correspondiente.
Largos túneles acristalados nos van a conducir a la entrada de nuestro avión. 




Un fuelle a modo de acordeón gigante conecta el túnel acristalado con nuestro avión, y digo nuestro, porque será el que nos va a trasladar, formado parte de las vísceras interiores de este coloso de los aires.



 Una pequeña puerta por donde solo puede pasar una persona, nos da paso, mientras un grupo de bellas señoritas a las que se les llama azafatas, con una sonrisa en la cara para infundirnos confianza, nos da la bienvenida.



Un largo túnel abovedado es el primer impacto visual con el que nos encontramos, el desfile es sumamente lento, el estrecho pasillo no permite otra cosa, se observan  caras serias, todo es silencio, mientras unos leen otros intentan reprimir lo que les bulle por dentro;  aquellos que ya se han acomodado intentan  disimular dándote una leve sonrisa cuando pasas a su altura. 



Llegados al número correspondiente para tomar asiento, comienzan los primeros problemas cuando te toca ir en el centro de una hilera de tres butacas  y se tienen que levantar, para cederte el asiento, los compañeros de viaje que te acompañarán, donde no hay absolutamente espacio para rebullirse.





Ante tantas explicaciones, correspondientes al protocolo,  de cómo hay que ponerse la mascarilla, el chaleco salvavidas, y demás elementos, me cuestiono lo siguiente: 


Si ya moverse entre seis personas, separados por un estrecho pasillo es un enorme obstáculo, póngase usted a colocar todos los aparatos en caso de emergencia, la hilaridad me sube al rostro por no decir el pánico en el caso de que ocurriera cualquier incidente.   


Por más que se esté acostumbrado a usar este medio de transporte, impresionan las miradas intranquilas, los rostros disimulando el canguelo que se pasea por el interior de cada cuerpo, la demostración de lo que hay que hacer en caso de una emergencia, el rodaje pausado buscando la pista de despegue, y cuando los motores rugen con toda la fuerza, para a través de una minúscula ventanilla, ver pasar todo lo que hay en el exterior a velocidad infernal.


El coloso se va despegando del suelo las ruedas dejan de rotar, y se convierte en un enorme pájaro volador, en posición inclinada como la flecha que lanzara un ciclópeo para alcanzar el cielo, así vamos introducidos en el interior, de esta grandiosa saeta, mientras vemos como todo se va empequeñeciendo y quedándose allá abajo.

                                                  Vamos ascendiendo 



Un rebaño de ovejas blancas nos da la bienvenida y nos situamos como una más de ellas en este inmenso mar de algodón de caseta de feria. 



Aquel inmenso rebaño desperdigado pastando cielo azul y aire extraterrestre, de pronto se ha vuelto pastelero, se han agrupado formando unas enormes tartas, como las bizcochadas que con tanta delicadeza realizan las monjas del Convento de Santa Catalina de Zafra, que exquisitamente el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Granada degusta en la solemnidad del día de San Cecilio en los salones de la Abadía del Sacromonte.


                                             Bizcochadas del Convento de Zafra

Desde mi ventanilla he podido contemplar estas enormes tartas de merengue, con sus piquitos a modo de encaje de bolillo, formaban promontorios en relieve y cómo un grupo de ángeles, engullían en solemne fiesta aquellos ricos manjares. 


                                             Las bizcochadas de los cielos, manjar de ángeles

Contemplando este mar de nubes viajeras incansables, actores perennes en un escenario que nunca hecha  las cortinas,  de un teatro inmenso cuyas candilejas son los  luceros, las nubes son los tiovivos donde se pasea el viento, las más bellas doncellas, que cambian de vestimenta al son que le marcan las estaciones, bellas doncellas de pronunciadas curvas y elegantes formas, donde los querubines se aposentan para con el arpa que tocaba el Rey David, adormecer el firmamento. Son globos de feria, que acompañan a las naves espaciales que descienden trayendo sueños deseados pero perdidos en el tiempo de amores inaccesibles, plumas enormes, como arcos inmensos.



                                  El cielo es caprichoso, se viste con plumas, con globos .....
El pasaje más relajado, conversa tranquilamente y alguna risa flota  en el espacio.


A todo viaje le llega su final, el capitán que maneja la nave da las instrucciones reglamentarias para el aterrizaje, nuestra galera de los aires va dejando atrás un espacio de fantasía donde habitan el Sol, las estrelllas, luna, luceros, e inmensos rebaños de ovejas blancas para ir descendiendo, atravesando una barrera de nubes oscuras, donde la humedad se percibe hasta calar los huesos, mientras el Sol se  queda allá arriba en la trastienda ocultado por una cortina tenebrosa,  las nubes rozan la nave en un beso de despedida.



 




La tensión contenida de los pasajeros se distiende cuando el avión definitivamente toma tierra. 


Prestos en un instante a desembarcar, vamos tomando las pertenencias que cada cual tiene en los altillos del avión.



El gigante aposentado en la pista va vomitando todo el contenido del interior. Sigilosos bajamos la escalinata y nos dirigimos para tomar el autobús que nos llevará a la naves interiores donde recogeremos los equipajes.





Alrededor de la cinta transportadora esperamos pacientemente, viendo cómo van pasando una tras otra las diversas valijas, como cazadores, fija nuestra mirada hasta que vemos aparecer la nuestra, con disparo certero la hacemos nuestra.  



Los carillos esperan impacientes y se ofrecen a cargar el peso de los equipajes.



El grupo se va acoplando, una vez que todos han recogido sus bagajes; al mando del equipo directivo nos dijimos en busca de nuestro nuevo guía que nos va acompañar durante las jornadas que vamos a permanecer visitando Polonia.






Con el brazo en alto y llevando por bandera un indicador reconocible, Eduardo nos da la bienvenida, para llevarnos al autobús donde nos espera Vicente el conductor.




La voz de Eduardo, que a partir de ahora será el capitán de esta nave, nos llevará a todos aquellos lugares que están programados, derrochando juventud: de semblante espigado, cabello color azabache largo hasta cubrirle los hombros, bien cuidado tiene un timbre de voz agradable, oriundo de Alicante, su presentación va unida al prólogo del libro que a él le corresponde escribir y a nosotros ir leyendo. Será el responsable de velar por el grupo y de resolver cuantas dificultades vayan surgiendo, ya que, tendremos guías locales en los distintos sitios que visitemos. Una de las primeras recomendaciones es la de considerar el paraguas como una prenda fija, la lluvia es una constante normal y la prueba está en el verdor que continuamente veremos en los campos.  
A modo de índice de esta mágica novela que vamos a vivir de la que seremos los protagonistas principales, hizo un recorrido de los distintos lugares a visitar comenzando por Varsovia, Lublín, Poznan, Wroclaw, Wadowice, Cracovia, Auschwitz.  

Alguna información sobre la lengua polaca, la moneda es el zloty,  recomienda pagar con tarjeta, aunque en algún sitio nos admitan el euro.

                                          Moneda y billetes polacos

Había un contraste entre la oscuridad que a esas horas se percibía en el interior del coche y el color acaramelado del exterior, vaticinio y premonición de que todo iba a desarrollarse de forma dulce y agradable. 



Un breve repaso a las comidas, menú turísticos en los que nos encontraremos de todo, buenos y no tanto, teniendo siempre como base la sopa y la patata. 



                                              Los menús turísticos de Polonia

Polonia es un país seguro, pueden pasear tranquilamente que no van a tener problemas, eso sí, algún que otro carterista, sí que los hay. La importancia de la puntualidad, para poder cumplir con lo programado, así como los que corresponden a las comidas. Mañana tendremos de guía a Ibona y utilizaremos unos aparatitos de radio individuales para seguir las explicaciones.



Con la llegada al Hotel Ibis Styles Warzawa Cebtrum, reparto de las habitaciones, cena y descanso cumplimos  con el primer día. 





                                          José Medina Villalba.

11 comentarios:


  1. Amparo Mora Montes.
    Termino de leer tu relato del viaje a Polonia, con todo lujo de detalles desde la reunión preliminar hasta la llegada al hotel Ibis de Varsovia. Me ha servido para volver a vivir este día de tantas emociones y tantas horas de viaje sentada en forma de cuatro con pocas posibilidades de movilidad. Un abrazo y a esperar el día de Varsovia

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  2. Emilio Atienza Rivero. Feliz viaje!!!
    Lo disfrutarás mucho!!

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  3. José Medina Villalba.
    Emilio, viaje ya realizado, finalizó el pasado sábado día cuatro, ahora toca hacerlo partícipe a los amigos y seguidores. Gracias.

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  4. Juan J. Gallego Tribaldos.
    A disfrutar el viaje. Un abrazo

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  5. José Medina Villalba.
    Gracias Juan, lo iré comentando día a día. Un abrazo.

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  6. Duende De San Cristóbal ... y revivirlo gracias a tu esfuerzo durante todo el viaje, Pepe, y al detallado reportaje que has comenzado a regalarnos.

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  7. Angeles Ruiz Rodriguez. Como siempre metódico en todo el viaje y esperando los días siguientes... este es solo el preliminar de lo que nos espera... Gracias Pepe y un abrazoooooo.

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  8. Antonio Parrilla Muñoz.
    Querido amigo, José Medina Villalba eres ya un referente para nuestro grupo y para todos los que gusten de tus magnificas presentaciones, escritas, visuales e instructivas. Gracias.

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  9. Encarna Segovia Fernandez.
    Impresionante el primer día de viaje,,muy interesante todo,,,

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  10. Parece, por lo que observado en tu comentario, estimada amiga Encarna, que no te ha originado ningún temor volar viendo pasar las nubes, y escuchando el rugir de los motores tanto al despegar como al aterrizar. Esto ha sido solo el comienzo, a partir de ahora la aventura se irá intensificando, espero que sigas acompañándome en este alucinante viaje por Polonia, tienes reservado el asiento en el autobús. Gracias por tu comentario.

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  11. Amigo Pepe:No has podido evitar al pasar por territorio manchego, aun luchando contra la somnolencia, sacar a colación uno de los versos o estrofa del Ingenioso Hidalgo, D.Quijote de la mancha,como fruto y consecuencia de esa formación académica literaria, que aprendimos y disfrutamos desde muy jóvenes; a mi me ha venido a la memoria esta otra que decía: Maritormes duerme, la ventera hila, el ventero a la puerta atisba si llega algún cliente, el viento lame la campiña.Que bella descripción de una situación y un tiempo ya lejano,pero nunca olvidado, raíz y cimientos de una forma de ser de una forma de sentir, que es el alma,el privilegio y el castigo de todo un pueblo, que ha recorrido todo lo ancho del mundo, con esfuerzo, hidalguía, incansable, teniendo como cama el duro suelo y las estrellas por suave colcha. Ese cielo que hoy describes y se ve, alternativamente aborregado, camino de no importa donde,pero siempre en camino; ese ánimo ese empuje que le pones a todo lo que haces, lo de menos es el lugar al que te dirijas,gratamente acompañado de varias y bellas dulcineas,que ayudarán a convertirlo en placentero, a lomos y con alas de ese pájaro metálico, convertido en moderno Rocinante.Un fuerte abrazo y mis mejores deseos desde Sevílla. Tu amigo Pepe Cuadros.

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