domingo, 23 de diciembre de 2012

LA MATERNIDAD EN LA ESCULTURA

Tenemos los humanos la gran suerte de vivir en un mundo lleno de belleza, a pesar de los males y dificultades que, por supuesto, también nos embargan en el caminar diario de nuestras vidas.

Visión frontal. (Piedra artificial)
 
Cuando el alma se serena, cuando dejamos dormir y a ser posible desterrar los avatares, sinsabores, problemas y dificultades que en el azaroso y pedregoso caminar nos encontramos cotidianamente, podemos y debemos recrearnos en la belleza externa que nos rodea. 

       Contemplar un atardecer a la orilla del mar, ver más tarde la luna rielando sobre las aguas serenas, dejando una estela brillante de plata; escuchar el canto de un jilguero caminando parsimoniosamente por el camino del Avellano, oyendo al mismo tiempo el murmullo orquestal de las aguas del río Darro; contemplar desde el Sacromonte el fulgor enrojecido de la sultana Alhambra cuando se cubre todas las noches con ese manto que le proporciona la energía eléctrica; el arrumaco amoroso de una madre que estrecha entre sus brazos al ser querido de sus entrañas, y tantas y tantas magnificencias que nos ofrece la Naturaleza.
No solamente se sienten estos sentimientos en lo más profundo de nuestro ser, sino que, a veces, al no  poderse contener en los rincones internos de nuestras afectividades, irrumpen en una explosión, en determinados momentos, saliendo al exterior plasmándolos, unas veces en unas cuartillas, otras en un poema, una narración en prosa, novelesca…
Otras veces llevamos la realidad latente a un lienzo impregnándolo de colores y de luz hasta saciar nuestra sed inagotable de belleza.
Pero no queremos solamente quedarnos ahí, en la belleza plasmada sobre una tabla o una tela, por medio de unos pigmentos depositados en el lugar exacto por unos pinceles, sino llegar más lejos, que nuestra imaginación artística plasme la beldad, en algo tan tangible que lo podamos coger con nuestras propias manos, que podamos sentir ese encanto al deslizar la piel de nuestros dedos sobre la superficie de la obra creada.
La escultura trata de ocupar el espacio tridimensional, crear formas y armonizar volúmenes en el espacio. La obra se realiza en materia sólida y se puede hacer exenta, cuando se produce en su totalidad y se puede observar desde cualquier lugar.
Existe el bajorrelieve, cuando sobresale de una superficie en la mitad de su volumen, sin que pueda ser vista desde cualquier punto y el alto relieve, cuando sobresale del plano en más de la mitad de su volumen.
Hoy quiero exponer, en esta nueva página de mi blog, algunas de mis obras escultóricas.
Desde que se comienza a amasar la arcilla, tal como hacía el panadero, en tiempos pasados, cuando todo se hacía a mano, hasta que se empieza a modelar el objeto que se quiere hacer realidad, se va sintiendo la emoción de ver poco a poco, momento por momento, como aquello va tomando forma hasta convertirse en una realidad. Puedo decir, por mi propia experiencia, la emoción y satisfacción al ver la obra creada.

 ESCULTURAS RELACIONADAS CON LA MATERNIDAD
 
Visión lateral. (Piedra artificial)

Visión posterior. (Piedra artificial)


Arrumacos de madre. Ejercicio de vaciado. Escayola sobre escayola.

Ternura de madre. Ejercicio de vaciado. Escayola sobre escayola.


Cariño materno-filiar. (Terracota)

Primer plano. (Terracota)

Campesina criando. (Terracota)

Primer plano. (Terracota)

Vista de pájaro. (Terracota)
 

   

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