martes, 30 de octubre de 2018

LO QUE PUEDE INSPIRAR UNA PINTURA




Recién terminadas mis pinturas, suelo quedarme determinados ratos observándolas y embelesándome  en mis pensamientos, comienzan a aparecer escenas, hechos, y situaciones vividas en épocas remotas, momentos de mi juventud, cuando en las largas tardes del verano,  los domingos, solíamos los granadinos dar rienda suelta a nuestros cuerpos e imaginación, para disfrutar los placeres inagotables que rezuman las yeserías que decoran las paredes de la Gran Sultana.



Nos divertíamos viendo como la Torre de Comares se bajaba de su pedestal, para sumergirse en las aguas  de la enorme alberca del Patio de los Arrayanes, toda tranquila deleitándose placenteramente en la límpidas aguas que dejaban acoger en su seno la inmensa mole, en cuyo corazón se encuentra el Cuarto Dorado o Salón de Embajadores. 


                                                    Patio de los Arrayanes

Le hacíamos moverse arrojando trocitos de pan que ávidamente multitud de peces de colores venían a devorar, allí se mezclaban el perfume de los mirtos, con la enorme paleta de colores producto de numerosas aletas moviéndose, saltando, y dejando en el aire las salpicaduras de gotas cristalinas encadenadas a modo de  un rosario, con el crepitar repentino de sonido musical acuoso.



Un disco de Newton donde se mezclan toda clase de colores: rojo, anaranjado, amarillo, verde, cian, azul y violeta, en pleno movimiento,  o el mejor caleidoscopio  de juguete que construíamos cuando éramos niños, y veíamos infinidad de cristalitos de colores desplazándose, recreando nuestra vista  con imaginarios castillos, u otras fantasías que nuestra creatividad se inventaba, a veces con la mala pasada, o pequeña broma, cuando sobre nuestro arco visual se quedaba la huella del hollín que le habían impregnado nuestros “amigos”, produciendo la hilaridad correspondiente.




                                    Las fantasías a través de un calidoscopio

Allá abajo en el fondo del valle, el río que nace en la Sierra de Huetor Santillán, abrigado con la mantilla verde de los pinares, pequeñito, traslúcido, como un simple bebé, poco a poco va creciendo, se pone flamenco y se dispone a cantar por soleares y alegrías cuando oye, como vibran los bordones  de las guitarras de las zambras gitanas.



       Místico y religiosos al deslizarse a la  vera del Acueducto del Tajo de San Pedro, acompañado por el repique de campanas de un domingo rociero en el mes de mayo, con carretas portando un Sin Pecado tirado por dos fornidos bueyes. 





        Ascético y virtuosos a través de las celosías de los conventos de las Bernardas y de Zafra, dejando en el aire los cantes gregorianos, que se aúnan con la voz del muecín en el alminar de la mezquita, y los toques de los riegos en la Vega, de la Campana de la Torre de la Vela.


                                                        Convento de Zafra
                                           Campana de la Torre de la Vela

      Se vuelve justiciero delante de la Chancillería,  para no querer saber nada de las razones y sin razones que por estos lares se producen, se ha echado a dormir tapándose con el edredón  asfáltico de la Calle Reyes Católicos, Puerta Real y Acera de Darro, para hacer realidad aquellos versos de García Lorca, cuando se hermana con el otro que baja de Sierra Nevada:
“Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo”. ¡Ay, amor que se fue y no vino! Para los barcos de vela Sevilla tiene un camino; por el agua de Granada solo reman los suspiros.”  



Mirando éste último óleo que mis pinceles han tenido el gusto de crear, situado en una de las calle típicas albaicineras, que como flechas vienen a deslizarse por la colina, bajan sedientas precipitándose para beber el agua, de un río dócil y placentero en verano, y bravucón en invierno impregnado del oro que yace en sus entrañas, lavando diariamente los pies de la Alhambra.


                             Las callejas del Albayzín como flechas se deslizan por la colina camino del río Darro

        La calle que hoy ha surgido en el lienzo, Calle de Gumiel, cuyo nombre le viene porque aquí vivió el canónigo  Pedro Gumiel quien en 1531 intervino en la fundación del Convento de Santa Paula y fue Caballero XXIV en 1588, ha sido la motivación para escribir este relato.  



Mis dedos, sin apenas darse cuenta, se han vuelto a deslizar sobre el teclado del ordenador para rememorar momentos que subyacen en mi subconsciente, y que ahora afloran para, en cierto modo, devolverme algo de vitalidad de aquellos años que jamás volverán.


                                                                 Torre de Comares

Entre la maraña de azules que componen el bosque de la Alhambra surge toda elegante y majestuosa la torre de Comares, altiva, elegante, desmelenándose los cabellos con los peines de los pinos que la rodean, dejándole en el rostro la señal  marcada en las almenas que la coronan como reina; por fuera es refinada y el centro de atención de las demás torres que la circundan y objeto de los que la contemplan desde cualquier parte del Albayzín.



Si bella es por fuera no digamos por dentro, cuando dejamos el Patio de la Alberca y nos adentramos en la grandiosidad del Salón de Comares.


                                                 Salón de Embajadores

Después de la enorme luminosidad que nos embarga, y hemos cargado en el Patio de la Alberca,  entramos cerrando los ojos para poder captar toda la riqueza que se encierra en este Salón de Embajadores, llamado así porque fue el lugar donde se fraguaron los retos más importantes, del reinado nazarí, y después del cristiano.



Mientras me extasiaba  en los siete cielos islámicos que mandó construir el Sultán Yusu I, se produjo en mi estado de ánimo, una especie de sopor y sueño que me hizo sentarme en uno de las jamugas que allí había, y atravesando el túnel del tiempo, comencé a escuchar un rumor en el  escenario que allí se estaba desarrollando.
Era un día del mes de mayo de 1492 mientras toda la corte escuchaba de labios del señor de Bohorques, una historia del Generalice, que aprendiera durante la campaña en la conquista de la ciudad, un hombre pobremente vestido, pero en cuya frente se distinguía el sello majestuosos del genio, se acercaba con vacilante paso hacia Granada.


                                            Cristóbal Colón camino de Granada

      Cansado de la larga travesía que llevaba, desprovisto hasta de lo más preciso, solo el afán de llegar a la ciudad le sostenía en sus decaídas fuerzas. Atravesó toda la población, subió a la Alhambra, y pidió a los reyes una audiencia, que según la costumbre de aquella época, al momento le fue concedida. Eran muy frecuentes estas peticiones, y no pocas veces de ellas resultaron noticias de importancia para el éxito de la guerra, o para ir asegurando el poder de los dominadores de Granada.


                                          Colón en presencia de la Reina Isabel

      Hallábase ausente del alcázar el rey D. Fernando, solo estaba en el Salón de Embajadores doña Isabel, y allí mandó a la guardia introducir al desconocido, que con tanto afán deseaba hablarle. Una vez en su presencia, y después de darle a besar sus reales manos, le preguntó con la naturalidad que acostumbraba:
-¿Qué queréis de mí?
-Parece hace tiempo camináis, y solo un negocio de importancia puede ser causa de que vengáis con tanta agitación a reclamarme una audiencia en presencia de mi corte.



-Necesito, señora, vuestra protección, para realizar una gigantesca empresa que he concebido, y deseo que los aquí presentes me escuchen también, porque lo que vengo a proponeros es de un interés vital para toda España.
-Hablad, pues, replicó la reina.
Entonces el recién llegado con majestuoso acento y dirigiéndose a doña Isabel, le dijo:



-Soy genovés, y me llamo Cristóbal Colón, dedicado desde mis primeros años a los estudios astronómicos y a la navegación, concebí un pensamiento que lo creo practicable y racional, pero que me es imposible realizar por mí solo.



-Creo segurísimo abreviar por medio de mi descubrimiento el camino para llegar a las Indias, y allá, al otro lado de los mares, sueño con un mundo nuevo, que será de la nación que proteja mi empresa. Génova, mi patria primero,  Roma y Lisboa después, me rechazaron creyendo imposible lo que les ofrecí. He sabido en Portugal cuan magnánimo es vuestro corazón, reina de Castilla, y a vos acudo ofreciéndoos extender sin límites los dominios de vuestra corona.



Todos los allí presentes le tuvieron por visionario. Solo doña Isabel con la intuición que le caracterizaba, adivinó en Colón un hombre extraordinario, y haciendo suya la empresa, le dijo en un arranque de nobilísimo entusiasmo.



-Señor, Castilla sufragará todos los gastos de esta empresa, y si no tuviera fondos mi corona, ahí están mis joyas, y con su importe se atenderá a los primeros desembolsos.


Colón fue después nombrado por la reina almirante de Castilla. Armó tres carabelas, salió el día tres de agosto de aquel año del puerto de Palos, y ya en octubre descubrió la primera isla, anuncio del nuevo mundo, que por el heroísmo de una reina, se añadía a los dominios españoles.



Desde este suceso el Salón de Comares, recuerda la empresa de Colón, llamándosele también de embajadores, por haber recibido allí siempre corte, por los soberanos católicos,  los que han visitado Granada después de la conquista.
                             
                                    José Medina Villalba.



11 comentarios:

  1. Amparo Mora Montes. He quedado perpleja leyendo " Lo que puede inspirar una pintura " . Cómo sabes hilar desde los recuerdos infantiles en la Alhambra, pasear por el Darro y el Genil hasta volver a la calle Gumiel y de allí a la Torre de Comares para recrear la escena que tuvo lugar en Mayo de 1492 entre Cristóbal Colón y la Reina Isabel . ¡ Qué derroche de imaginación !. Te felicito. Buenas noches querido Pepe

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  2. José Medina Villalba.
    Yo sí que me quedo completamente atónito y estupefacto, cuando leo tus comentarios. Le tengo un profundo respeto a todos los que me envían, desde los que se limitan a una sola palabra, como aquellos que dejan una brillante parrafada, para mí todos son digno de elogios y agradecimientos. Los tuyos están marcados con una pátina especial, el lustre que da brillo a tus glosas y exégesis, que parten de una bióloga de laboratorio, que sabe perfectamente partir de una premisa, para hilando, hilando, llegar en la investigación al objetivo que persigue, y convertir lo que era una simple tesis, en una realidad. Eso es lo que has hecho, en tu comentario. Mi agradecimiento sincero a tus palabras. Buenas noches querida bióloga.

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  3. Beatriz Valdivia.
    Enhorabuena siempre es un placer leer sus textos siempre muy interesantes !! Buenas noches Don José Medina Villalba

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  4. José Medina Villalba.
    Gracias, querida y fiel seguidora de mis textos literarios, ya tiene un gran mérito digno de ser reconocido, porque no todo el conjunto de, los los llamaría, con todos los respetos, visualizadores a vuela ojeada, se entretienen en leer, pero para mi no es un grave problema, escribo igual que pinto, y en otras épocas hice otras obras relacionadas con el arte, porque es el alimento de mi espíritu, y doy las gracias a todos los que simplemente se atreven a decir me gusta. Gracias querida amiga por tu comentario, que ya queda inscrito en los comentarios de mi blog. Un abrazo.
    Ad

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  5. Maria Del Carmen Prades Pérez.
    "Mirando éste último óleo que mis pinceles han tenido el gusto de crear, situado en una de las calle típicas albaicineras, que como flechas vienen a deslizarse por la colina, bajan sedientas precipitándose para beber el agua, de un río dócil y placentero en verano, y bravucón en invierno impregnado del oro que yace en sus entrañas, lavando diariamente los pies de la Alhambra"

    Narras tanta belleza en prosa que es poesía y a mí me emociona leerte.

    Tus pinturas también
    salen de tu corazón, donde
    creo que mojas los pinceles..
    Felicidades amigo José.
    Muchas gracias!!!

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  6. José Medina Villalba. Querida amiga María Maria Del Carmen Prades Pérez, echaba de menos tus comentarios, porque tienes tal habilidad para manifestarlos, que no son simples comentarios, son glosas y análisis detallados de lo que vas leyendo, eso para mi es una satisfacción y la mejor de mis complacencias a mis trabajos, sobre todo cuando vienen de una persona que sabe profundizar en lo que lee.

    Tus comentarios, enriquecen notablemente mis archivos, y son las mejores pinceles que le dan un toque de grandeza a lo que escribo. Posiblemente lleves razón cuando manifiestas, que escribo utilizo los pinceles, que mojan en los entresijos de mis sentimientos, que no salen de otro lugar sino del corazón. Gracias, querida amiga, porque esta tarde has sido tú la que has cogido el pincel de la amistad y has sabido deslizar perfectamente sobre este lienzo virtual para enriquecerte y dignificar mi trabajo con tu poesía, que la uno a la prosa de mi texto. Con tu permiso copio y pego, para que quede constancia en los comentarios del blog. Un fuerte abrazo.

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  7. Amigo Pepe Con retraso involuntario, me he incorporado de nuevo al placer de tus, no se como llamarlos,alegres, cultos, brillantes, luminosos, entretenidos, históricos, costumbristas, tienen vida propia, son coloridos y amenos; por eso no se como titularlos.
    El Albaycin de tu vida y de tus sueños, espejo de la sultana y viceversa,han conformado un tándem imposible de separar, que sería del uno sin la otra y tu amigo Pepe eres el actual lazo publico de unión, que mantiene ese matrimonio, con la pluma,con tus cuadros, con tus charlas, cuando la rodilla se queje de la cuesta,de tu cuesta del chapiz,te prestaré el hijo de mi burro Casanova, "cuanto le echo de menos" enjaezado solo de lujoso aparejo, porque no necesita bozal ni riendas, conoce el barrio igual que tu y con que solo le imprimas una suave presión con la pierna derecha o la izquierda, te llevara sin tropiezos ni sobresaltos al lugar que le indiques; solo soltará un estruendoso rebuzno, si se cruza con alguna burra jacarandosa, no lo puede evitar, los genes que su padre, mi inolvidable Casanova le trasmitió, no le permiten sentirse impasible ante la vista y el contoneo de una jumenta de andares sinuosos. Ay amigo Pepe, aquellos no olvidados tiempos de las reatas, los arrieros y los versos de los cuatro muleros que iban al río de con la mula torda de Federico. Amigo Pepe un fuerte abrazo desde Sevilla y el pensamiento en el Valle de Valparaíso.

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    1. Estimado amigo Pepe:
      Me has traído a la memoria el recuerdo de tu genial burrito Casanova, manso, sencillo, trabajador y sufridor de la vida que le tocó vivir, subiendo por las empinadas cuestas de la colina albayzinera, sudoroso transportando las húmedas arenas recién extraídas del cauce del Río Darro, por el estrecho callejón donde se encuentra el Balcón de los pintores, allí tuve la gran suerte de conocerle, siempre bien enjaezado como muy bien dices y un Gran Tenorio, conquistador de cuantas borricas se le atravesaban al paso, con sus piropos rebuzniles, él ya se marchó y nos dejó sus memorias.
      En estas jornadas de los Santos y de los difuntos, le tendremos un recuerdo, ya que estará descansando en el mejor lugar del Paraiso de la fauna borreguil. ¿Por qué no dedicarle unas breves palabras para que sirvan de epitafio en el lugar donde pueda estar su cuerpo descansando, grabadas con todo nuestro cariño ?
      Aquí yace el cuerpo del burro Casanova,
      ejemplo de trabajador incansable,
      nunca fue a la escuela, no supo leer,
      por eso le llamaron burro,
      que aceptó con agrado
      pero tuvo buena memoria
      y cumplió fielmente su trabajo.
      No, como otros burros,
      llamados personas,
      que siempre fueron burros
      y jamás trabajaron.
      Me has presentado a su hijo por si lo necesito para subir las empinadas cuestas del Albayzín, porque mi rodilla a lo mejor lo necesita, pero como es enamoradizo, y Tenorio como su padre, me temo que subido a su grupa, como se encuentre a una jumenta jacarandosa de andares sinuosos y comience un concierto de rebuznos, dé con mis huesos en el duro empedrado de las callejas albayzineras y sea peor "el roto que el descosío", así es que prefiero subir andando aunque me cueste trabajo a tener otro nuevo descalabro.
      Ser albayzinero de raíces profundas cuya madera formaron el armazón de la cuna donde me mecieron, y haber crecido en el árbol de mi mocedad y ahora madurez, son las culpables del amor y pasión que siento por mi barrio y por los que realmente le dan carta de existencia, que son sus gentes, ¡¡¡Cuántas evocaciones y remembranza, pasan continuamente por mi mente!!! me hacen sacar de mi interior parte de ellas para coger los pinceles y plasmarlas en un lienzo, o teclear para dejar escrito con mis simples y sencillas palabras, lo que es mi barrio, sus gentes en mi vida, y lo que todo esto significa para mi.
      Estimado Pepe, seguimos en la brecha porque ya se vislumbra un nuevo amanecer, y con él otro cuadro que aún está en el caballete rezumando el perfume de la trementina y dispuesto a salir a los aires, con un nuevo texto literario, ¿Cual? Ahí queda la incertidumbre antes que aparezca y yo me vaya al taller de reparaciones. Un fuerte abrazo, amigo Pepe, desde Granada junto a la Giralda y el Estadio de Ramón Sánchez Pizjuán.

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    2. Amigo Pepe: No se te puede abrir la puerta del ingenio,porque siempre la tienes abierta de par en par, por donde se precipitan a borbollónes y raudales, los pensamientos, los recuerdos, los sentimientos, las ideas, de todo lo vivido, aprendido, disfrutado y sufrido a lo largo de los años, pero todo expresado con un sentido positivo, idealista, humano y placentero.
      La extensa, brillante, afectuosa y agradable respuesta que me has endilgado, no le falta absolutamente de nada. Acabo de llegar de un lugar donde la naturaleza se explaya cuando se le deja de fastidiar, un inmenso bosque de pinos piñoneros no muy lejos de Sevilla, si cualquier día te animas con mucho gusto nos trasladaremos para verlo y comer junto a una chimenea con grandes troncos de madera al rojo vivo y un menú de acuerdo con el paisaje.
      Cuanto te agradezco tus palabras a mi querido burro Casanova, visitador habitual de cuadras ajenas; suelo ir de vez en cuando a visitar su tumba a la sombra del tajo del pollero, donde en el crudo invierno hasta los estalactitas le guardan respeto y las aguas del Darro le acompañan con su música cristalina.
      Tengo una idea que creo justa y realizable y es que el trozo de cuesta que va desde el palacio de los Córdoba a la puerta del Colegio,debería llamarse con justicia " Cuesta de Pepe Medina " porque allí han quedado marcadas las huellas de las tres marías y los tacones de innumerables pares de zapatos, unos de suela de goma, otros de cuero, otros de lona y un sombrero tiroles, con plumas de aves exóticas, para que se sepa y distinga desde lejos al Cronista del Albayzin.
      Amigo Pepe: los sueños sentidos como reales, tienen vida propia cuando se expresan con sentimiento, corazón y orgullo por su tierra, por su barrio,es una semilla que germina y da ciento por uno al que los lee. Te dejo y me subo a la Alfombra Mágica de Aladíno, para observar desde lo alto la ciudad de los suspiros. Me olvidaba un fuerte abrazo desde San Cristóbal hasta el paseo de D. Andres Manjon.

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  8. Mari Carmen Molina.
    Amigo Pepe maravillosa pintura de la calle Gumiel, me encanta el colorido que tiene y me llena de recuerdos. Han sido tantos años pisando esas calles que me devuelven a mi infancia y juventud y con el maravilloso relato que la acompañas, es una joya. Enhorabuena espero seguir disfrutando de tus pinturas y tus relatos. Un abrazo.

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  9. José Medina Villalba.
    Estimada amiga Mari Carmen Molina, fiel seguidora de mis relatos, ¿quien de los que hemos tenido la suerte de vivir en este excelente y fantástico barrio, nexo de unión entre la voz del muecín que pregona desde lo alto de la Sabica los fascinantes encantos de su amado el Albayzín, no tiene impregnado su corazón de recuerdos que fortalecieron nuestra vidas? Eso solo los sabemos los que hemos tenido la suerte de tomar cuerpo de naturaleza en este Barrio de San Pedro, allí aprendimos y mamamos los valores que nos dieron nuestras familias, y los que nos aportó este arrabal plagados de encantos, donde crecimos y desarrollamos nuestra infancia y juventud. Unos se marcharon, a otros lugares, porque el destino lo quiso así, otros quedamos, y seguimos por allí, más o menos próximos, pero todos lo tenemos clavado en lo más profundo de nuestro ser. Mi agradecimiento por tu comentario, que con tu permiso, ya forma parte de otros varios que hay en mi blog. Un abrazo.

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